Partimos de un hecho coyuntural: hoy, en 2019, no queda ningún menor de edad que haya nacido en el siglo XX. Y, según puede verse en el reporte de The Inovattion Group, las nuevas generaciones milenials y Z no son solamente un grupo poblacional que define mercados, sino que están haciendo escuchar su voz en diferentes ámbitos sociales.

En el terreno del arte, en específico, entre las nuevas generaciones de artistas en México se vive un momento cargado de incertidumbre, relacionado con grandes retos relacionados con apoyos o estímulos a la creación.

En medio de este panorama, es necesario reconocer que la gestión de proyectos no se detiene y más bien destaca por su constancia y calidad: las pasadas ediciones de Material Art Fair o Salón ACME de 2019 destacaron por la participación de creadores jóvenes, cuyos trabajos están haciendo aportaciones considerables a las discusiones desarrolladas en el campo del arte contemporáneo.

Dada la gran cantidad de líneas de trabajo que se presentan tanto en los espacios de exposición institucionales como los independientes, ¿cuáles podrían considerarse como las propuestas más destacadas de la escena? Para responder a esta pregunta, consultamos a 10 curadores para conocer, de acuerdo con su perspectiva y valoración, quienes son los creadores con las trayectorias más prometedoras.

—Ruth Aragón | Selección de Esteban King

Retrato de Ruth Aragón. Fotografía de Michelle Lartigue (@Michellelartigue). Cortesía de la artista.

Ruth Aragón (Monterrey, Nuevo León, 1993) es egresada de las carreras de Arte y Diseño Industrial de la Universidad de Monterrey. Además de ser parte de una generación de artistas jóvenes con propuestas interesantes y novedosas que han aparecido recientemente en la ciudad de Monterrey, es también una de las organizadoras de Malteada la vida, uno de los espacios independientes que se han sumado a la reactivación de la escena del arte contemporáneo en esa ciudad.

Ruth Aragón, El gesto múltiple. Fotografía de Sergio Lopez (@sergiolopezfoto). Cortesía de la artista.

La obra de Aragón se ocupa de aspectos cotidianos de la existencia y de la relación entre arte y diseño. Su trabajo contempla salidas digitales así como pinturas y dibujos. En un punto intermedio entre ambos polos, a finales de 2018 desarrolló una serie de pinturas basadas en imágenes digitales que fueron luego materializadas al óleo sobre bastidores curvos. Con estas piezas, la artista propuso un ejercicio que ralentiza el bombardeo de imágenes bajo el que vivimos hoy en día, a partir de una práctica autoreflexiva que medita sobre la historia de la pintura y sus condiciones de producción en el mundo contemporáneo.

—Javier Barrios | Selección de Edgar Alejandro Hernández

Retrato de Javier Barrios. Fotografía de Phoebe Theodora. Cortesía del artista.

Conocí la obra de Javier Barrios (Guadalajara, 1989) a través de las publicaciones que denomina Ediciones Barrio Boy’z, un grupo de fanzines e impresos genéricos que distribuye de mano en mano y donde se muestra su trabajo y el de otros de sus colegas. El gesto, aparentemente simple, define dos líneas que considero relevantes de su producción: La urgencia de producir un cuerpo de obra que parte de lo esencial, llámese diseño o dibujo; pero sobre todo de la posibilidad de generar vínculos y colaboraciones que le dan un carácter político y/o social a su obra. Como artista emergente, Barrios es un eslabón claramente identificable de una extendida generación de artistas tapatíos que han logrado aprovechar todos los medios que proporciona el arte contemporáneo, pero al mismo tiempo es un creador que tiene claro sus peculiares intereses. En Testigo (2016), Barrios hizo evidente su conocimiento de los mecanismo de negociación entre las imágenes y la historia del arte, cuando decidió limpiar parcialmente una réplica de la Victoria alada de Samotracia, en el Bosque de Chapultepec, creando un dibujo negativo que consistió en borrar las marcas de abandono y olvido en la escultura que, irónicamente, es uno de los iconos de la historia universal. Este mismo juego entre, dibujo, memoria y representación Barrios lo llevó a su serie Colección particular de orquídeas de México (2017-2018), que se concreta en dibujos que de forma eficiente muestran no solo las particularidades de estas flores, sino, sobre todo, la densidad y textura que tiene su representación bibliográfica.

Javier Barrios, Colección particular de orquídeas de México, 2017-2018. Cortesía del artista.

—Edgar Alejandro Hernández (Ciudad de México, 1977) es investigador, curador y crítico de arte. Coautor de los libros Sin límites. Arte contemporáneo en la Ciudad de México 2000-2010 (2013) y Déjà vu. Celda Contemporánea 2004/2007 (2014). Editor y compilador de los libros Abuso mutuo. Ensayos e intervenciones sobre arte postmexicano 1992-2013 (2017), de Cuauhtémoc Medina; y El arte de mostrar el arte mexicano, de Olivier Debroise. Curador de las exposiciones Miasma (2017), de Yoshua Okón; y Museo Guggenheim Aguascalientes (2015, 2016 y 2018), de Rolando López. Director de la Promotora Cultural Cubo Blanco.

—Dora Bartilotti | Selección de Eurídice Cabañes

Tomada de Resonancias In Situ de Dora Bartilotti. Video en Youtube.

Recomiendo a Dora Bartilotti (Veracruz, 1988), una artista Mexicana de 30 recién cumplidos a quien mentoreo en Inmersiva, en el Centro Cultural Digital. Sus propuestas hibridan tecnología con discurso social crítico y tiene una trayectoria muy interesante.

En la actualidad, encontramos muchísimo quehacer artístico alrededor de la tecnología, pero creo que en muchas piezas artísticas falta este componente crítico, sobre todo bien integrado, que de alguna forma derive en un impacto social. Creo que los proyectos de Dora sí tienen muy en cuenta el contexto del que parten.

Dora Bartilotti está en MediaLabMX en la Santa María la Ribera y trata de que sus piezas retornen algo al entramado social. [El último proyecto que está trabajando] tiene que ver con violencia hacia la mujer y lo quiere hacer a través del sonido.

Dora Bartilotti, Voz pública. Cortesía de la artista.

Creo que ese dispositivo artístico-tecnológico que está creando sirve muy bien para visibilizar las violencias que las mujeres sufren día a día para darles esa propia voz, porque permite que la misma gente participe —y no es el artista poniendo palabras en las bocas de otros— y permite a quienes la viven a diario sentir qué tipos de violencias se dan con el simple hecho de caminar por la calle. Creo que sí tiene un impacto social muy fuerte lo que ella utiliza y que utiliza la tecnología precisamente para generar ese impacto.

—Eurídice Cabañes es cofundadora de ARSGAMES. Doctora en Filosofía por la Universidad Autónoma de Madrid Cum Laude Mención Internacional. Es actualmente profesora en el máster de Diseño Tecnopedagogico (e-learning) en la Universidad Isabel I de Castilla y en la maestría en Comunicación y Humanidades Digitales de la Universidad del Claustro de Sor Juana. Cuenta con más de 50 publicaciones entre las que cabe destacar el libro Gamestar(t): pedagogías libres en la intersección entre el arte, la tecnología y los videojuegos.

—Hugo Robledo | Selección de Irving Domínguez

Retrato de Hugo Robledo. Cortesía del artista.

Hugo Robledo (Estado de México, 1990) es un artista radicado en la Ciudad de México que produce obra pictórica y para sitio específico. Desde la pintura ha transitado sin problema hacia la instalación y la escultura. Comenzó su trayectoria con un deliberado interés en las tensiones que producen lo figurativo y lo abstracto en el mismo plano de representación. La plasticidad del concepto paisaje es clave para el desarrollo de sus indagaciones pictóricas. Actualmente la reinterpretación y la síntesis animan su producción reciente que deliberadamente hace guiños tanto a las vanguardias históricas como al diseño industrial. La memoria visual es también un recurso importante, desde ella rearticula el espacio arquitectónico, los procesos mecánicos fabriles y los objetos de uso cotidiano.

Hugo Robledo, Ruido diurno, 2018. Cortesía del artista.

Hugo Robledo realizó estudios de Artes Visuales en la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM. En 2012 realizó una estancia académica en el Instituto de Artes de la Universidad Estatal de São Paulo y participó en una residencia de producción en Fazenda Serrinha (Bragança Paulista, São Paulo, Brasil). Su primera exposición individual titulada Jardín de estratos se presentó en 2017 en el Foro R-38 de la Universidad del Claustro de Sor Juana (Ciudad de México). Algunas de las muestras colectivas en las que ha participado son: Creación en movimiento (2018, Centro de las Artes de San Agustín, Oaxaca, MX); Modern Love Vol. 1 (2017, El Quinto Piso, Ciudad de México); Propuestas para desbastar un paisaje (2016, Centro Cultural Real del Monte, Mineral del Monte, Hidalgo, MX); Artificios de disuasión (2015, ENPEG La Esmeralda-CENART, Ciudad de México). Fue seleccionado en el programa de estímulo a la producción artística Jóvenes Creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes durante el periodo 2017 – 2018 en la categoría pintura.

—Irving Domínguez es curador, crítico de arte y colaborador de programas educativos en arte.

—Ana Segovia | Seleccionada por Paola Jasso

Retrato de Ana Segovia. Cortesía de la Galería Karen Huber y de la artista.

El trabajo de Ana Segovia (Ciudad de México, 1991) explora la construcción de la identidad y género. Vive y trabaja en la Ciudad de México. Su obra genera preguntas muy pertinentes en el diálogo actual dentro de los caracteres construidos culturalmente.

A través de su propia experiencia y, a partir de la investigación de archivos cinematográficos (específicamente del cine de oro mexicano), sus pinturas cuestionan y analizan la construcción de la masculinidad en medios audiovisuales masivos. Su trabajo reflexiona sobre la performatividad de género y cómo se ha construido una imagen particular, sus personajes casi siempre varones dialogan con imágenes, símbolos y otros personajes que remiten a lo femenino. 

Ana Segovia, Boy Toy, 2019. Cortesía de la Galería Karen Huber y de la artista.

Me parece muy relevante la manera fresca y juguetona en la que representa esos personajes y documenta esa construcción de identidad, la confusión de las escenas , remite a sus propias preguntas sobre la idea de género, deseo e identidad.

La artista vive y trabaja en la Ciudad de México; y la representa la Galería Karen Huber.

—Paola Jasso es Historiadora por la Universidad Nacional Autónoma de México, ha trabajado como curadora y productora en varias galerías de la Ciudad de México como Proyecto Paralelo, Caja Blanca y Proyectos Monclova. Fue coeditora de la revista Animal y editora del proyecto de libros de artista. Sus investigaciones y colaboraciones tanto con artistas nacionales como internacionales han profundizado en temáticas sobre el tiempo, la memoria, el azar y el género. Actualmente es curadora en Casa Wabi.