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Tomado de https://www.gob.mx/

Cultura Comunitaria en la Ciudad de México: Jamesbondización del espacio público y precarización laboral bajo la 4T (Primera parte)

Opinión 20.11.2019

Promotores Culturales del Distrito Federal

Las celebraciones por el Día de Muertos son el impulso de esta reflexión sobre las contradicciones posneoliberales y precarización laboral bajo la 4T.

Este texto —realizado en colectivo por un grupo de promotores culturales— parte de la experiencia de trabajar durante casi un año dentro del Programa de Cultura Comunitaria de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México. Parte, también, tanto del análisis de las políticas públicas en las que hemos participado, como de nuestra preocupación por las condiciones laborales y el uso de programas sociales para abrir las puertas al trabajo precarizado y sin seguridad social por parte del gobierno de la 4T.

En estos momentos, la crítica necesita ser escuchada, leída y difundida. La crítica puede ser una aliada en la mejora de dichas prácticas comunitarias desde la base: es decir desde el cuerpo de trabajadores.

Por ello, más que una queja sorda, este texto busca la interlocución con trabajadores culturales en condiciones similares, y con la opinión pública.

 

De la jamesbondización mancerista del espacio público al folclor del comunitarismo (conservador?) posneoliberal

 «[…] la ejecución de las líneas maestras de la estrategia para la reestrucuturación capitalista
en nuestra región avanzó […], porque se hizo a nombre de ir más allá del neoliberalismo.

—Beatriz Stolowicz

 

Hace casi cinco años, el gobierno de la Ciudad de México pagó 18 millones de dólares a una productora de Hollywood para que ésta filmara Spectre: 007 —una película de James Bond—, en el Centro Histórico de la ciudad de México. Una de las escenas, que muestra un festival de Día de Muertos, tuvo tal importancia para el gobierno capitalino, que éste emitió una serie de políticas públicas para reproducir, año con año, la imagen de Spectre en un desfile oficial de Día de Muertos.

La jamesbondización del espacio público que dio origen a las festividades y desfiles oficiales de Día de Muertos, fue recuperada este año por la administración de Claudia Sheinbaum, materializando —a través de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México— la versión cedemexa del giro comunitario planteado desde el eje de Cultura Comunitaria a cargo de la Secretaría de Cultura Federal, dirigida por Alejandra Frausto.

En el contexto de una administración amparada bajo el discurso posneoliberal es menester ejercer un pensamiento crítico sobre el origen y el papel que este término ha tenido en gobiernos progresistas latinoamericanos. En este texto analizamos los cambios de símbolos y la retórica de la administración actual y cómo está en contradicción con la continuidad de políticas públicas de administraciones anteriores hechas a la medida de exigencias del capitalismo global.

El texto se refiere a cuatro fases, presentes en la transformación del desfile de Día de Muertos (2015-a la actualidad) en las que puede verse el continuum de la reconfiguración capitalista en América Latina.

Durante estos cinco años, y dentro de dos distintas administraciones, puede notarse:

  1. La apropiación, asimilación y mercantilización de una narrativa hollywoodense sobre una tradición mexicana, como base de políticas públicas en el espacio público.
  2. El despojo del discurso comunitario y su vaciamiento de contenido que efectúan los programas de instituciones culturales del Estado.
  3. Las condiciones de precarización laboral que se lleva a cabo de estos programas.

Una mojiganga perpetúa, la jamesbondización del espacio público, la mojiganga comunitaria…

 

PRIMERA FASE —2015, Distrito Federal
Producción subvencionada de colonización cultural. (apropiación, asimilación y mercantilización de una narrativa hollywoodense sobre una tradición mexicana)

Detrás de cámaras. México Orgullo del Mundo, una sociedad creada por el cancelado. Consejo de Promoción Turística pagó 18 millones de dólares a la productora para presentar al país en al menos cuatro minutos, de acuerdo con la Auditoría Superior de la Federación. Este órgano fiscalizador observó la carencia de normatividad para hacer esa Sociedad y recomendó investigar a los funcionarios públicos que no dieron seguimiento al contrato.
—Sin Embargo

 

SEGUNDA FASE —2016, Distrito Federal
Construcción de políticas públicas recuperando la imagen colonizadora

Un agente de la inteligencia británica seduce a una Catrina en el Centro Histórico de la Ciudad de México, luego persigue a un puñado de terroristas hispanoparlantes: derrumba edificios históricos con armas de alto calibre en plena procesión carnavalesca, dispara entre calaveritas, mojigangas y Catrinas (dejando ver a una policía capitalina inútil), sube a un helicóptero, forcejea en pleno vuelo sobre la población cedemexa (la bandera de México ondea en segundo plano), mata a un par de villanos: voluntarios y trabajadores de la Ciudad de México convocados a la primera edición del Mega Desfile de Día de Muertos gritan despavoridos; gana una primer batalla en el Tercer Mundo y avanza en su misión de salvar a la comunidad internacional de una amenaza terrorista. (Léase con el fondo musical de James Bond, el Agente 007)

La primera edición del Desfile de Día de Muertos de la Ciudad de México (filmada en el Zócalo capitalino para la producción de Spectre: 007) sienta un precedente difícil de superar. No solo es el presupuesto hollywoodense o la visibilidad internacional; la película muestra un Centro Histórico destruido en HD, y además sugiere la posibilidad de que agencias de seguridad extranjeras operen en territorio nacional.

Ante esta oportunidad de visibilidad para la CDMX,  lo mínimo con lo que soñaba la administración de Mancera era con mantener la imagen del desfile (que costó 18 millones de dólares) y convertirla en política pública.

Así lo hizo, de hecho, el gobierno capitalino lo dijo explícitamente (comercial incluido) en un comunicado publicado el 26 de octubre de 2016, al son de: «No es una película, es la tradición mexicana más emotiva. Es tuya, ¡vívela! […] Este año, la Ciudad de México será sede de un desfile que recupera la imagen que llegó a las pantallas de todo el mundo a través de la cinta Spectre».

Tomado de la página www.gob.mx

 

Tercera Fase 2017: Ciudad de México
Convergencia de políticas públicas recuperando la imagen colonizadora con exigencias del capitalismo global

El primer desfile de Día de Muertos, el pago de los 18 millones de dólares a la productora de la película, el cambio de nombre de la ciudad de México a CDMX , la erogación de dos millones de pesos para imprimir el imagotipo de la ciudad en un globo aerostático y mandarlo a concursos internacionales, o la disposición de la infraestructura del Estado para exhibir imágenes de Zsona Maco Foto, son algunas de la expresiones de un proyecto de mejoramiento de la imagen urbana que Mancera priorizó como parte de la candidatura de la CDMX a formar parte de la Red de Ciudades Creativas de la Unesco. Este proyecto, también conocido como «Operativo Magenta», realizaba el ensueño de una ciudad de capitalismo avanzado, maquilada por creativos para turistas de talla internacional. Aunado a todo esto, que el Día de Muertos fuera la primer tradición viva de México inscrita en la Lista del Patrimonios Culturales Inmateriales de la Unesco, cayó como anillo al dedo en la misión de tejer políticas públicas a contentillo del órgano cultural de la ONU.

Niñas vestidas de Catrinas

Foto tomada de https://es.unesco.org/

De hecho, fue tanta la coincidencia entre los intereses del gobierno capitalino y la institución internacional, que la candidatura de la Ciudad de México como Ciudad Creativa de la Unesco fue aceptada el 31 de octubre de 2017. Al respecto Operación Hormiga escribió ese mismo año:

«Irina Bokova, anunció que la Ciudad de México ha conseguido ingresar a la Red de Ciudades Creativas de la Unesco en la categoría de Diseño, lo cual permitirá reactivar la economía de la ciudad, que desde este año, adquirió [un nombre nuevo] (CDMX), [una] constitución política y [prestigio] frente a la Unesco.

Y es que la administración capitalina actual, se ha destacado por la gestión de eventos culturales de impacto instantáneo, espectaculares, masivos, y en espacios públicos […] que operan como estrategia de cooptación y prevención del desorden social.

Dirigidas por el Fondo Mixto de Promoción Turística (FMPT), las políticas públicas culturales diseñadas por el gobierno de la Ciudad de México, con el fin de integrarse al canon de modernización global de la red de Ciudades Creativas de la Unesco, han vuelto una prioridad la promoción de la marca-ciudad CDMX con fines turísticos».

Si bien «recuperar la imagen» de Spectre para la producción de festivales de gobierno implica un uso del espacio público colonizado desde la imagen, la construcción de un proyecto de ciudad e imagen de ciudad pensada en función de las exigencias globales del capitalismo (como las de la ONU y su órgano cultural) implican una colonización más profunda sobre la que conviene reflexionar en tiempos de cuartas transformaciones y en sus variantes sheinbaumdeanas.

 

CUARTA FASE —Octubre y noviembre de 2019: Ciudad de México
Continuum de políticas públicas recuperando la imagen colonizadora, despojo del discurso comunitario y vaciamiento de contenido por programas de instituciones culturales del Estado

«En sus diseños maestros, la estrategia posneoliberal para disolver a los sujetos de la pugna distributiva […] abreva en las orientaciones del proyecto neoconservador elaborado en las décadas de los
setenta y ochenta, y que adquiere identidad “posneoliberal” con el comunitarismo».
—Beatriz Stolowicz

 

 En este año las festividades del Día de Muertos se dividieron en varios desfiles que se llevaron a cabo entre el 19 y el 27 de octubre, culminando el 2 de noviembre con el Mega Desfile del Día de Muertos 2019. Este último es el que «recupera» la imagen de la película Spectre» y formó parte de las actividades de celebración del Día de Muertos que organizó la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México a través del área de Grandes Festivales Comunitarios y, tanto en forma como en contenido, saca a relucir características sintomáticas del giro comunitario que ha adoptado la Secretaría de Cultura, desde el ámbito federal hasta su variante capitalina. Estas actividades forman parte, de hecho, del proyecto cultural del gobierno actual, definido como «Desarrollo de Cultura Comunitaria», que como veremos es una expresión más del posneoliberalismo de la 4T.

En la variante capitalina del Programa de Cultura Comunitaria, el proyecto Puntos de Innovación, Libertad, Arte, Educación y Saberes (PILARES) funciona como laboratorio de cultura comunitaria institucional con espacios de intervención territorial en colonias de alta prioridad. Bajo el proyecto PILARES trabajamos cientos de promotores culturales «comunitarios» que participamos en la maquila y procesión de esta cuarta edición del Mega Desfile de Día de Muertos 2019.

«Esto es gracias a que la gente quiere colaborar, hemos abierto las puertas de gobierno y la Secretaría para que sus aspiraciones, sus propuestas, se concreten en este tipo de actividades que nos permiten hacer comunidad», dijo José Alfonso Suárez del Real, Secretario de Cultura de la CDMX, en la presentación del Cuarto Mega Desfile de Día de Muertos 2019.

 

Reivindicaciones de lo nacional popular, bajo el eje temático de «Regreso al Mictlán», materializadas en máscaras que aparentan etnicidad, elaboradas con ramas y papel kraft por los promotores comunitarios de distintas alcaldías (en muchos casos en «colaboración» con las poblaciones asistentes a PILARES u otros espacios de intervención), «murales comunitarios» elaborados por la población en conjunto con docentes del programa de Talleristas de Artes y Oficios Comunitarios (T.A.O.C.) del Programa de Cultura Comunitaria de la Secretaría de Cultura (quienes fueron incitados a llevar «gente de la comunidad» a marchar al desfile), comparzas comunitarias encomendadas a la extracción y asimilación de procesos creativos periféricos para su puesta en el escena como parafernalia y folclor de las políticas públicas comunitarias de la Secretaría de Cultura: Mojigangas, catrinas, carros alegóricos, instrumentos musicales y bailongos análogos a los de Spectre, ahora recubiertos por un manto comunitario.

Sin desconocer las diferencias entre el despilfarro en propaganda gubernamental que dio origen al jamesbondiano Desfile de Día de Muertos de Mancera, y los esfuerzos de la administración capitalina actual implícitos en la construcción de un Programa de Cultura Comunitaria que la Secretaría de Cultura pretende activar , conviene hacer hincapié en las contradicciones que hay entre hablar de un cambio de símbolos y prácticas, cuando en realidad se maquillan políticas públicas anteriores con un discurso comunitario.

Así, el desfile «de James Bond» de Día de Muertos, este año fue presentado por la Secretaría de Cultura del CDMX con un giro «comunitario».

Lo que implicó dar continuidad a políticas públicas originadas por exigencias visuales del capitalismo global y recubrirlas con el barniz «comunitario» (desde  lo retórico, hasta lo artesanal).

Conviene también revisar el uso del término posneoliberal, su giro comunitarista en la región y el papel de ambos conceptos (y los proyectos políticos que de ellos se desprenden) como reestructuradores del proyecto neoliberal en América Latina.

Al respecto la autora Beatriz Stolowicz[1], señala:

«[…] el término posneoliberal fue acuñado desde el sistema y […] fue socializado en el seno de la izquierda moderna o nueva izquierda. Abonando a esta confusión, en el último lustro, el término posneoliberalismo es utilizado para denominar a gobiernos de izquierda y centro izquierda como un camino que apenas se estaría recorriendo. De manera reiterada he planteado la inconveniencia de utilizar el mismo término, cuñado por los dominantes, para denominar a caracterizar a proyectos opuestos y sumamente antagónicos».

En el caso del posneoliberalismo cultural de la administración actual, salta a la vista un sentimentalismo retórico que exacerba la fraseología comunitaria hasta romantizarla, cayendo en el riesgo de vaciarla de contenido. Del riesgo en la trivialización del lenguaje quedan como antecedentes los gobiernos progresistas latinoamericanos que, según Stolowicz, han flaqueado de origen al utilizar estrategias y léxicos de la hegemonía conservadora a la hora de proponer proyectos opositores a la misma. Frente al reforzamiento del tejido social y la compartición de saberes que puedan visibilizar procesos culturales periféricos, queda latente el peligro de reducir un programa de cultura comunitaria a un aparato de asistencialismo cultural y propaganda exotizante de poblaciones vulnerables. Por ende viene a cuenta revisar el papel desmovilizador de proyectos izados con banderas «posneoliberales» o «comunitarias» en gobiernos progresistas de América Latina, sobre ello, Stolowicz añade:

«A nombre de rescatar al individuo solitario del neoliberalismo e ir encuentro con la comunidad perdida, la reestructuración (capitalista) de la sociedad se complementa y legitima mediante la gestación de un microcorporativismo conservador, de múltiples funciones: a) mantiene dispersos a los sujetos populares de la pugna distributiva, b) invisibiliza la desigualdad con el manto del multiculturalismo, c) no incide en las decisiones del sistema político, pero es percibido como participación o empoderamiento».

Aquí, la invisibilización de la desigualdad bajo un manto comunitario no aplica solamente a «las comunidades a intervenir», sino también a los esquemas de «no contratación» de trabajadores culturales, quienes somos empleados bajo la figura de becarios de programas sociales y enviados a puntos rojos de la ciudad sin seguridad social ni seguro médico. Y es que los primeros programas sociales de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México, a saber: Talleres de Artes y Oficios Comunitarios 2019, Colectivos Culturales Comunitarios Ciudad de México 2019 y Promotores Culturales Ciudad de México 2019, prenden focos de alerta frente a la situación laboral de los trabajadores de la cultura en el giro posneoliberal al que se ha montado la administración capitalina actual. Alertas sobre el uso de programas sociales como puerta abierta al trabajo precarizado, sin derechos de antigüedad; una división del trabajo donde promotores culturales son enviados por el Estado a colonias de alta prioridad como monitores de puntos rojos, sin protocolos profesionales de seguridad e invisibilizados como trabajadores bajo la figura de «becarios» o «beneficiarios de un programa social». Los juegos del hambre del cognitariado amparados en el aval de una administración de izquierda que ganó con una ventaja histórica, inauguran esquemas de «no contratación» a trabajadores de la cultura más agresivos que los ya antes denunciados por trabajadores del INBA con Capítulo 3000. O como advierte Stolowicz: «Al mismo tiempo, las concepciones y prácticas comunitaristas conservadoras cumplen un papel fundamental en la reconfiguración del mundo del trabajo, por ejemplo, en la implementación de las formas toyotistas de producción y explotación.

Una paradoja de visualidades, necrocapitalismo y neocolonización: En la imagen de Spectre que el gobierno capitalino recupera para el Desfile de Día de Muertos de la Ciudad de México, año, tras año ¿a quienes representan los cientos de extras que marchan por las calles disfrazados de Catrinas y calaveritas cuasi aplastados por un helicóptero? ¿A quien representa esa fuerza de trabajo?

Festival de Día de Muertos en el Zócalo

Still de Spectre, 2015.

  1. ¿A voluntarios que ofrecen su fuerza de trabajo por amor a las tradiciones?
  2. ¿A trabajadores precarizados de la Ciudad de México?
  3. ¿A promotores culturales comunitarios?
  4. ¿A empleados por evento vía outsourcing?
  5. ¿A capítulos 3000?
  6. ¿A becarios?
  7.  ¿Al revés?¿Son a su vez todos los anteriores, trabajadores precarizados dirigidos, año tras año, para representar el papel de actores de reparto construyendo una imagen de una ciudad, según las exigencias del capitalismo global?

 

«No sólo es pintar carteles: hay que ponerse a estudiar, leer, y cambiar la subjetividad para proponer nuevas estructuras sociales».
Enrique Dussel

 

[1] Beatriz Stolowicz se especializa en los usos conservadores de la política institucional mediante una democracia gobernable, así como en los significados de los cambios o ajustes de los regímenes políticos con los triunfos electorales de la izquierda. Puede leerse el libro Contra la hegemonía conservadora publicado por Itaca en 2012.

Promotores Culturales del Distrito Federal

Es un grupo de reflexión y producción crítica conformado por trabajadores culturales, que desde el arte hasta las ciencias sociales, activan procesos de  organización colectiva.

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