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Still de Estudio I para la restauración de un perfil: ensayo de lectura III . Foto: Bruno Ruiz. Cortesía.

Una visita guiada: Ad Hoc o Cómo vivir juntos, en Seminario 12

Reseña 28.04.2020

Daiset Sarquis

En esta época de confinamiento, te ofrecemos el relato de una visita guiada por la exposición Ad Hoc o Cómo vivir juntos, en la cual artistas exploran el universo de la casa.

Estar en casa. Confinarnos en casa. Recluirnos en casa.

A raíz del sismo de 2017, el Istmo de Oaxaca nos enseñó que la casa puede ser el universo, el conjunto de todo lo que existe. Con su trágico derrumbe, el Istmo nos mostró el verdadero valor de la casa. Hoy, dada la pandemia que se vive globalmente, quedarnos en casa vuelve a dar luz al gran universo que es el lugar donde vivimos. En la casa puede ocurrir el trabajo, el sueño, la amistad, la familia, el estudio, la vida económica, la espiritual, la política, la social, el refugio, la habitación y todo lo que atraviesa estos ámbitos: lo lúdico, lo perverso, la violencia, el amor, lo erótico, el hastío.

A partir de posibilidades de convivencia, encuentros y tensiones, la exposición Ad Hoc o Cómo vivir juntos nos muestra piezas de Ana Gallardo, Lucas di Pascuale, Tania Ximena, Verónica Meloni, César López Negrete, Iván Ávila Dueñas, Santiago Lena, Enrique Jezik y Tania Candiani, que de una u otra forma exploran la casa que las contiene.

Además, y en el marco de la exposición, se invitó a la antropóloga Mariana Rivera y a la cineasta y artista Ivonne Fuentes a hacer una residencia y vivir en Seminario 12 para dejarse afectar por su historia y proponer así, dos intervenciones al espacio.

Cómo vivir juntos, ¿junto a quiénes vivimos?, vivir al mismo tiempo que, vivir con el otro, acompañarlo, cohabitar un tiempo. Cómo vivir juntos es estar lindantes dentro de un espacio, de un lugar, de una casa. La casa en ruinas de Seminario 12, fue restaurada a finales de la década de 1980 por iniciativa de Mónica Baptista, que, desde la pasión y el amor se entregó a un largo proceso de rehabilitar una casona del siglo XVIII.

Después de cuatro años, 21 oficios, y el esfuerzo de más de 80 trabajadores, varias borracheras, desacuerdos, comidas, encuentros y mucho dinero, en 1994 Seminario 12 estaba listo para habitarse. Hoy, es la única casa del Centro Histórico de la Ciudad de México en la que aún se duerme de vez en cuando; inclusive durante la reparación acamparon ahí los restauradores y muchos de los trabajadores.

La pieza Arqueología de Seminario 12 en la que Ivonne Fuentes reproduce rótulos de locales comerciales que fueron parte de la historia de la casa, nos muestra que no únicamente

fue una casa de comerciantes y parte de un seminario jesuita durante el virreinato, fue además, la Óptica Mexicana (1932-1937), la joyería La Chiquita (1918-1959), Dental California (en la década de 1930 aproximadamente) y la primera librería comunista en México, la librería Navarro (1930-1975), que además creó su propia editorial para publicar libros que en una época estaban prohibidos. Al respecto la residente nos cuenta:

«Muchos aspectos me parecieron interesantes de esta investigación, principalmente los contrastes. En la década de 1980, cuando la casa estuvo abandonada, fue tomada por los barrenderos del Centro Histórico: una casa con esa historia de pronto fue la casa de personas del barrio».

 

El proceso de restauración deja huellas, marcas y grietas. La materia y los cuerpos son impactados por los sucesos de la historia y aunque la labor de los restauradores fue también de imaginar e inventar ¿cómo se sostenía el arco?, ¿dónde había una escalera?, la casa habla, y habla de la historia de todos quienes atravesaron su historia.

En el video de Ana Gallardo escuchamos su voz, una voz que lee cartas que su madre le escribió a su padre cuando eran novios. «Me hubiera gustado poder cuidarte, darte una cafiaspirina y acariciarte la frente hasta que se te quitara el dolor de cabeza».

Carmina, la madre de Ana, quiso ser pintora. Lo sabemos porque con desánimo describe su deseo tímido. Le cuenta a su novio con vergüenza sobre su modesta muestra de retratos y bodegones mientras le pide que redacte el texto que irá en el catálogo: «cómo puedo haberte pedido semejante favor, tal vez no te guste escribir lo que te pido». Pero en el video, todas sus peticiones y súplicas, quedan sin respuesta.

Cuando Roland Barthes explora la noción de cómo vivir juntos habla de la presencia de un fantasma y de cómo éste recrea configuraciones de lo cotidiano. Mientras escuchamos las cartas dolorosas de Carmina, el video nos muestra a la artista caminando los espacios de la casa, un fantasma. Toca las paredes mientras avanza y acercándose a una esquina susurra algún secreto; deambula por los cuartos, se acuesta en el piso o prueba diferentes asientos desde donde contempla el patio y las plantas de los balcones.

«Desearía ser como tú me imaginas, yo quisiera pintar mejor, no puedo estar sin ti y ahora sin la pintura […]» El deseo de pintar de Carmina parece estar comprometido en la obsesión hacia su novio poeta. Ana Gallardo, con el poder que solo un fantasma puede invocar, en este caminar, en esos trazos y desplazamientos, parece hacer un conjuro, un ritual a través del cual la casa recoge el dolor de esa madre y como testigo, lo guarda.

Se puede ver el video de Ana Gallardo y leer su entrevista con Cuauhtémoc Medina en la Sala 10 del MUAC hasta el 3 de mayo en el siguiente enlace

Es posible que Mónica Baptista, la restauradora de la casa Seminario, también haya deseado ser pintora y tuvo que conformarse o convencerse de que la restauración era cercana a la pintura, pero más adecuada para ella, (la mujer es musa, es necesario travestirse para ocupar otro lugar en el arte). Cuando por casualidad y por estar restaurando unas pinturas de la Catedral, Mónica se acercó a esa casa en ruinas, se habrá asomado por algún agujero de las puertas mal puestas para mirar hacia dentro.

De ser así, no habría visto un patio vacío, se habría topado con una construcción parasitaria; una pequeña vecindad levantada posiblemente en la década de 1930, donde muchas familias vivieron durante décadas y la cual fue destruida en el proceso de restauración para recuperar el patio como debió ser durante la Colonia.

La pieza de Iván Ávila Dueñas para la exposición Cómo vivir juntos, investiga las distintas etapas constructivas de este pequeño edificio. Obsesionado con la anomalía y con la casa como un ente vivo, Ávila Dueñas no imagina a la restauradora mirando a través de la puerta, imagina a un maestro albañil que también y en otra época, décadas atrás, cuando la casona estaba igualmente abandonada, se asoma y lo que percibe en ese patio, es la posibilidad de una construcción, la posibilidad de vivienda y la posibilidad de llenar el espacio vacío.

Módulo intrusivo adosado S. XX II Escala 1:50 es una reconstrucción de la edificación que ocupó el patio durante cinco décadas, más o menos. A pesar de que estuvo construido de ladrillos, la pieza de Ávila está hecha de obsidiana. Quizá para el artista era importante que la representación imitara los materiales de otro tiempo, recordando no sólo aquella vecindad sino el templo de Tezcatlipoca sobre el cual se posa una parte de la casona colonial. ¿Qué constituye un templo?, podemos reflexionar mientras observamos la pequeña casa de obsidiana.

Cómo habitar juntos. Iván Ávila Dueñas.

Iván Ávila Dueñas, Módulo intrusivo adosado S. XX II Escala 1:50, 2020. Foto: Bruno Ruiz. Cortesía.

Seminario 12 está inclinado hacia un lado, uno puede percibirlo desde que entra. De hecho, cuando por fin llegaron las puertas de madera hacia el final del proceso de restauración, los maestros encargados se preocuparon al ver lo chuecas que estaban, las habían pedido de acuerdo con las medidas de los vanos de la casa.

Hay quienes dicen que la pronunciada inclinación es resultado de que Seminario 12 se hundió algunos centímetros como la mayor parte de los edificios del Centro Histórico, pero no logró hundirse de manera equilibrada ya que está construida sobre una calzada de México Tenochtitlán y sobre el Templo Ceremonial de Tezcatlipoca, el dios del espejo negro. Así que es posible que el templo mismo la haya sostenido de un lado.

Acerca de Módulo intrusivo, Armando López Muñoz, teórico de arte, comenta: «El gesto parasitante es el más radical, porque no viene de una estética o una función determinada o un gesto de poder, viene únicamente de la necesidad de habitar, por encima de la funcionalidad, de la historia, del contexto, la emergencia de tener dónde vivir».

Siempre interesada en los cruces entre distintas formas de lenguaje, quizá a Tania Candiani le pareció un hallazgo poético descubrir que Mónica Baptista, en su labor como restauradora, había creado una paleta de colores específica a cada época que se disponía a intervenir.

La Restauradora de Candiani es un video que narra a través de paisajes imaginados, la historia del espacio geopolítico donde se encuentra Seminario 12 tomando como punto de partida el vano de la puerta principal. La casa es así testigo de una larga historia y México es descrito en sus pigmentos: para el blanco selenita y anhidridita, para los azules, sulfato de cobre y flores de Commelina. Hacia el final del video llegamos al paisaje del siglo XXI que también se titula Hoy:

«Un portal que contrae y comprime la luz, sus muros conducen a un patio, aunque no se ve, se adivina el cielo en los reflejos de las lozas pulidas de piedra volcánica del piso, los zoclos y rodapiés…»

Cómo habitar juntos. Tania Candiani.

Still de La Restauradora, de Tania Candiani en colaboración con Gerardo Zapata y Ollín Miranda, 2020. Foto: Bruno Ruiz. Cortesía.

El afuera y el adentro tienen un puente, una grieta, una mirilla, la humedad de una lluvia colada en un muro o una ventana. Cruzando la reja y a la mitad del patio nos encontramos con una puerta a un galerón, un salón largo que originalmente fue la bodega o el lugar de almacén de los productos que la casa comercializaba en tiempos de la Colonia. Para la muestra, César López Negrete intervino uno de los muros de la sala, y además de hacer un nicho debajo de una ventana extrayendo parte de la pared, ha colocado una escalera para poder ver el Sagrario de la Catedral.

Cómo habitar juntos. César López Negrete.

César López Negrete, Portal, 2020. Foto: Bruno Ruiz. Cortesía.

Podríamos leer la pieza Portal como la creación de un lugar contemplativo o como una referencia al ver pasar, o simplemente como la vinculación del dentro y el afuera, un puente al exterior, pues solo desde ahí, podemos mirar hacia la plaza. Pero parece ser también el quehacer de un niño: empujar una caja o un banco para poder elevar su panorama visual y así ser parte y acceder a un mundo que aún no es suyo.

Cuando se está dentro de la casa, el afuera es peligroso, pero por ello es también el lugar de lo desconocido y el único mundo ajeno. La casa, aunque deseamos pensarla como el universo, tiene posibilidades finitas. Podemos idealizarla como refugio y resguardo, pero al ser el autorreferente primordial, la casa es también el encierro hacia nosotros mismos, la imposibilidad de encontrarnos con lo verdaderamente extraño, el otro y lo otro.

Así como alguna vez aquel patio majestuoso fue invadido por una vecindad, hoy lo invaden grandes tablones de madera sostenidos por cuerdas y poleas, armatoste ajeno que parece provenir de una construcción en proceso, en el cual se puede leer: Llegar a terreno hostil. La intervención monumental de Enrique Ježik nos amenaza mientras cruzamos la gran reja de la entrada, bloquea gran parte de la luz del cielo y suprime la experiencia del patio.

Cómo habitar juntos. Enrique Jezik.

Enrique Jezik, Llegar a terreno hostil, 2020. Foto: Bruno Ruiz. Cortesía.

El habitar es determinado primero por un gesto, una sombra proveniente de una rama de árbol sugiere un techo, una cobija en el piso delimita un lugar: aquí estoy, aquí vivo. Cómo vivir juntos: ¿cómo hacer para vivir juntos?, ¿junto a quiénes vivimos cuando estamos en casa?, vivir al mismo tiempo que, cohabitar un tiempo. Cómo vivir juntos hoy se refiere a una emergencia de habitabilidad mientras la casa vive una más de sus transformaciones y se convierte en registro de una experiencia de convivencia y aislamiento comunal pero también se vuelve una extensión de nosotros mismos.

 

Ad Hoc ó Cómo vivir juntos

Curaduría por Catalina Urtubey

Seminario 12, Centro Histórico

Daiset Sarquis

Actualmente dirige Seminario 12, un espacio dedicado a la memoria.

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Iván Ávila Dueñas, Módulo intrusivo adosado S. XX II Escala 1:50. Cortesía Daiset Sarquis.

Tania Candiani, La Restauradora. Cortesía de Daiset Sarquis.

Intervención de César López Negrete. Cortesía de Daiset Sarquis.

Enrique Jezik, Llegar a terreno hostil. Foto: Cortesía.