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Lo mejor de la década: Arte. 10 expertos opinan. Parte II

Especial 17.12.2019

Recogemos piezas, creadores y sucesos o que fueron significativos para un grupo de artistas y curadores durante la década que termina.

En Revista Código, cada fin de año hemos preguntado a una serie de creadores y pensadores qué fue, a su juicio, lo mejor del año en el ámbito del arte. Ahora no solo asistimos al fin de 2019, sino también al cierre de la segunda década del siglo XX, un periodo en el que las escenas artísticas se revitalizaron por la emergencia de los espacios independientes y exposiciones y revisiones históricas de Latinoamérica, pero en el que también se gestaron discusiones de carácter político dentro y fuera de las instituciones.

Daniel Montero, Nelson Morales, Rubén Ortiz-Torres, Carla Rippey e Itzel Vargas son algunos de los miembros de la escena del arte que nos dan sus percepciones sobre lo que aconteció en el arte en esta década.

El orden es alfabético.

 

Daniel Montero | Académico

No nombraré lo mejor de la década en términos de personas, lugares o sucesos pero sí referiré dos cambios fundamentales para el arte local que están relacionados. El primero de ellos tiene que ver con la manera en que se ha transformado la producción artística en los últimos diez años a partir de la consolidación de la noción de proyecto, y las nuevas consideraciones de las imágenes y de los objetos para producir obras artísticas. El segundo de los cambios es la transformación institucional que se ha vivido en todos y cada uno de los ámbitos del campo del arte, tanto privados como públicos, y que van desde la educación artística hasta el mercado: se han abierto nuevos museos, nuevas galerías, nuevas ferias, se han creado nuevas escuelas de arte, se han reformulado planes de estudio y por supuesto se creó la Secretaría de Cultura. Además, la aparición de múltiples espacios independientes ha hecho que las dinámicas de circulación producción y consumo del arte se hayan alterado.

Edificio en la ciudad. Políticas culturales.

Edificio de la Secretaría de Cultura y CONACULTA. Tomada de Eje Central.

Daniel Montero es investigador del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM. Es autor del libro El Cubo de Rubik: arte mexicano en los años 90.

 

Nelson Morales | Artista

Yo creo que un artista que me marcó a mí y a otros artistas alrededor del mundo es Antoine d’Agata. Fue uno de mis maestros y fue quien detonó mi producción artística más fuerte. Fue de donde realmente tomé lo que me servía para poder continuar con el proyecto. Creo que no fue algo exclusivo de mi caso, sino que permeó a muchos fotógrafos mexicanos: ya nos gustaba el trabajo de este artista, pero no fue hasta saber cómo es su proceso y cómo el llega hasta el límite del acto fotográfico, es cuando uno realmente toma esa fuerza o inspiración.

Es un fotógrafo de la agencia Magnum en París, y lo que el hace es retratar a comunidades marginadas; pueden ser lugares donde hay prostitución, él retrata la muerte, pero en un sentido muy crudo. Va a lugares muy peligrosos, donde encuentra ese tipo de escenas o situaciones.

Hay una fotógrafa que también es muy conocida en México, Maya Goded, quien también para mí es una de las grandes fotógrafas mexicanas. La considero una de las mejores actualmente porque ella va a lugares similares a los que se aproxima D’Agata, pero crea una cercanía con los personajes, para que se muestren tal como son. Pienso que este tipo de fotógrafos son muy difíciles de encontrar, aunque su trabajo sea muy auténtico y nada forzado.

Nelson Morales se dedica desde 2008, a la fotografía de manera independiente. Ha cursado distintos programas educativos de fotografía contemporánea en México. Su trabajo se ha expuesto en 16 países y se enfoca principalmente en temas sobre género, el cuerpo, la identidad y diversidad sexual. Recientemente forma parte del Sistema Nacional de Creadores del Fonca.

 

Rubén Ortiz Torres | Artista

El proyecto de arte más significativo en esta década, diré, que fue la iniciativa del Getty: Pacific Standard Time. Esta consiste en apoyar a diversas organizaciones artísticas a enfocarse en una variedad de temas relacionados a la región. La primera iteración fue en 2011 y se dedicó al arte de la ciudad de Los Ángeles de 1945 a 1980 y la segunda fue en 2017 sobre el arte latinoamericano y latino.

Lo realmente exitoso y fundamental de este proyecto es que, en vez de hacer una exposición canónica y definitiva del tema, centralizada en un museo o un punto de vista curatorial se apoyó una infinidad de proyectos variados y hasta contradictorios, en los que todo tipo de instituciones, espacios alternativos, comunitarios o universitarios hasta los museos más grandes compiten en un plano relativamente mas nivelado. Esto democratiza el discurso y la historia del arte donde hemos podido ver diferentes puntos de vista que desde luego incluyen lo bueno, lo malo y lo feo ampliando el panorama y las posibilidades de comparación.

Retrato de mujer. Mujeres en el arte

Marie Orensanz, Limitada, 1978/2013. Collección de Marie Orensanz; Cortesía Alejandra von Hartz Gallery y la artista.

Gracias a esta iniciativa tuvimos la oportunidad de ver exposiciones importantísimas como Mujeres radicales que se presentó en el Hammer Museum curada por Cecilia Fajardo Hill y Andrea Giunta, con obra de artistas latinoamericanas como Lourdes Grobet, Ximena Cuevas, Ana Mendieta, Lygia Clark, Yolanda López, etcétera. Otro ejemplo sería la exposición Memorias del subdesarrollo, presentada en el Museo de Arte Contemporáneo de San Diego curada por Julieta González que nos presentó la respuesta de los artistas sudamericanos a la tragedia de la modernidad local. Por último mencionaré como otro ejemplo el proyecto Visualizing Language del colectivo oaxaqueño Tlacolulokos organizado por Amanda de la Garza en la Biblioteca central de Los Ángeles. Un ejemplo de muralismo contemporáneo respondiendo al sitio específico y las migraciones y transformaciones culturales de la región.

Lo mejor de la década arte. Tlacolulokos

Mural de Tlacolulokos. Cortesía del colectivo.

Desde luego tengo que revelar que participé tanto como artista como curador en ambas iteraciones de la iniciativa. Sin descartar lo importante que fue para mí, sobre todo la oportunidad de desarrollar una práctica como curador, es como espectador que valoro poder haber visto a través de esta iniciativa lo mucho más complejo, rico y diverso que es el arte que lo que nos puede dejar ver una institución o un curador. 

—Rubén Ortiz Torres (Ciudad de México, 1964) es artista mexicano que desde los años noventa vive y trabaja en Los Ángeles, California. Su obra abarca una variedad de medios que incluyen pinturas, fotografías, objetos, esculturas, instalaciones, videos, películas y textos.

 

Carla Rippey | Artista

Creo que lo más significativo para mí de esta década ha sido el surgimiento y fortalecimiento de muchas dinámicas colectivas. Entre mujeres, ¡puedo mencionar Prras!, entre Minas, Feminasty y la exposición curada entre mujeres Tú de mí, yo de ti en el Museo de la Ciudad en 2019, mientras la exposición Radical Women en LA y Brooklyn en 2018 documentó artistas latinoamericanas precursoras de las artistas actuales. Los espacios colectivos relevantes (la mayor parte todavía en activo) incluyen Cráter Invertido, Obrera Centro, Bikini Wax, Marte 221º, Ladrón, Salón Silicón, Rivera y fuera de la CDMX, está Relaciones Inesperadas en Tijuana, Punto 6 en Puebla, Casa Rosa en Oaxaca y PAOS y Ladera Oeste en Guadalajara. La lista no es nada completa y a ella hay que agregar la notable actividad de los talleres gráficos mexicanos, apoyado por los coloquios de talleres gráficos en la CDMX y en Cancún y acompañado por notables exposiciones colectivas en el Museo de la Estampa.

Lo mejor década arte. Rivera Mexico.

Recreación de Spiral Jetty por Damián Ortega en la exposición Esplendor en Galería Rivera. Tomada de las redes de la galería.

Empecé a trabajar en la época de los Grupos, en la sombra de las dictaduras y luchas sociales de los setenta. Las dinámicas que menciono son cruciales para responder con fuerza e imaginación, ya que nos encontramos en otro momento crucial.

Carla Rippey nació en Kansas City en 1950, estudió en Nueva York, Paris y Santiago de Chile y llegó a Mexico en 1973. Aprendió gráfica haciendo carteles para el movimiento feminista en Boston y la izquierda en Chile durante Allende. Participó en la formación del grupo literario Infrarrealista y fue integrante del grupo de arte experimental Peyote y la Compañía. De 2013 a 2017 fue directora de la ENPEG «La Esmeralda». Ha expuesto individualmente en el Museo de Arte Moderno, el MACG, el IAGO, el Museo de Monterrey y el MAVI en Santiago de Chile, entre otros espacios. Es integrante del Sistema de Creadores (Fonca) y miembro correspondiente de la Academia de Artes de México.

 

Itzel Vargas Plata | Curadora

Algunas escenas artísticas realizaron cuestionamientos éticos relacionados al origen de sus patrocinios. Museos británicos y estadounidenses rechazaron donaciones provenientes de negocios cuestionados por atentar contra el bienestar social, como es el caso de la familia Sackler vinculada a la crisis de opioides. Mientras que durante la 31 edición de la Bienal de Arte de São Paulo 55 artistas participantes demandaron devolver a Israel el monto aportado a la organización, debido a su ofensiva contra Gaza, y a la consideración de que la exhibición de las obras de su autoría, serían usadas para minimizar la atención pública hacia las agresiones y violaciones de leyes y derechos humanos internacionales cometidas por el gobierno israelí.

National Portrait Gallery. Protesta BP.

Liberate Tate, License to Spill, 2010. Fotografía de Immo Klink. Tomada de Indy Watch.

Además, la reflexión sobre la condición de desigualdad en puestos y salarios de mujeres también ocupó al mundo del arte. Según la Asociación de Directores de Museos, mientras que en 2005, 32 por ciento de los museos en Estados Unidos eran dirigidos por mujeres, en la actualidad ha aumentado al 47.6 por ciento; sin embargo, son las instituciones con los menores presupuestos.

Surgió una concientización sobre la necesidad de marcar distancia frente al canon occidental eurocéntrico y voltear hacia otras geografías. De ahí que el decolonialismo y el postcolonialismo sean corrientes de pensamiento que han cobrado fuerza los últimos años.

Itzel Vargas Plata es Historiadora del Arte por la Universidad Iberoamericana, tiene una Maestría en arte contemporáneo por la Universidad de Manchester, Reino Unido. Ha organizado exposiciones individuales de artistas como Minerva Cuevas, Thomas Glassford, Pia Camil y Pablo Vargas Lugo. Fue Jefa de Investigación del Museo  de Arte Moderno, Curadora de Casa del Lago Juan José Arreola y Directora del Museo del Palacio de Bellas Artes. Actualmente es Curadora en Jefe del Museo Universitario del Chopo y miembro del Consejo de cultura del periódico El Universal.

 

Conoce las respuestas de Ana Bidart, Brenda Caro, Abraham Cruzvillegas, José Esparza Chong Cuy y María Minera en la primera parte de este «Especial». 

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Mural de Tlacolulokos. Cortesía del colectivo.

Recreación de Spiral Jetty por Damián Ortega en la exposición Esplendor en Galería Rivera. Tomada de las redes de la galería.

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