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5 colectivos artísticos en México: autogestión y trabajo colaborativo

Especial 29.01.2020

Platicamos con los miembros de cinco colectivos artísticos para conocer las motivaciones del trabajo en conjunto y sus objetivos.

Trabajar en colectivo suele representar muchas ventajas, tanto creativas como prácticas. El intercambio de ideas nutre no solo a los proyectos que realicen en conjunto, sino a sus propias perspectivas en torno al arte.

Al respecto, México tiene una tradición considerable de artistas agrupados en células de trabajo colaborativas que, si bien difieren entre ellos por su contexto histórico, comparten ciertas características. Desde el estridentismo, pasando por la labor que llevaron a cabo los Grupos entre las décadas de 1970, 1980 y hasta nuestros días, podemos ver que el trabajo en colectivo sigue siendo una pieza fundamental del panorama artístico en la República Mexicana.

Para entender las motivaciones y procesos creativos que se gestan en ellos, entrevistamos a cinco colectivos, cuyos proyectos muestran la vigencia de esta dinámica de producción creativa desde sus respectivos campos de acción. El orden es alfabético.

 

 

—CANALLA | Ciudad Neza

Colectivos artísticos. Colectivo Canalla en el Estado de México.

Foto: Cortesía.

CANALLA es un espacio de trabajo colectivo. Desde 2018 ha sido el pretexto para que Gabriela Sandoval (1990), Pamela Zeferino (1989), Tonatiuh Cabello (1985) y Sonia Madrigal (1978), ocupen el espacio donde anteriormente estuvo un puesto callejero de tacos en Ciudad Nezahualcóyotl (Estado de México). «Lo que inició como un proyecto de compra y venta de chácharas, ropa usada y obras de arte, pronto se convirtió en un proyecto que incluye exposiciones, talleres e intervenciones», nos cuentan en entrevista.

Es por medio de su programación, pero también de la venta y el trueque que CANALLA se insertarse de manera orgánica en las dinámicas de Ciudad Neza, lugar donde todos ellos crecieron, con todo lo que este contexto implica (actualmente es el municipio con la más alta densidad de población del país, uno con los más altos índices de criminalidad y feminicidios).

No es coincidencia que en CANALLA haya un interés especial por la problemática de género: «No podemos evadir el ambiente de violencia de género en el que se inserta geográficamente el proyecto. Tratamos de afrontar nuestra colectividad sin olvidar este contexto», nos dicen.

Colectivos artísticos. Canalla en el Estado de México.

Foto: Cortesía.

Así, operando desde la periferia, CANALLA se ha dado a la tarea de dar visibilidad el trabajo de artistas principalmente originarios y residentes de Ciudad Neza. «Desarrollamos exposiciones, talleres e intervenciones, además de las investigaciones individuales que cada uno lleva a cabo».

Para ellos, trabajar en colectivo no solamente tiene las ventajas de compartir gastos y actividades, sino que también hace posible «generar soluciones más diversas a problemas de montaje y tener retroalimentaciones más plurales a nivel conceptual [sobre los proyectos], sumar fuerzas ante las problemáticas del contexto». 

Actualmente CANALLA desarrolla Proyecto Tendedero —con apoyo del Patronato de Arte Contemporáneo—, una serie de exposiciones en la calle que empezó con Pequeños paisajes para robarde Pamela Zeferino y que siguió con la intervención de Sonia Madrigal, La muerte sale por el Oriente, que fue incluida en la Red FotoMéxico y que ganó el premio del mismo nombre. «A fines de 2019 presentamos Tirar Línea de Gabriela Sandoval, y seguiremos 2020 con proyectos de Tonatiuh Cabello, Néstor Jiménez y Carlos Martínez». 

 

 

—Los Ingrávidos | Tehuacán, Puebla

Colectivos artísticos. Colectivo Los Ingrávidos

Foto: Cortesía.

«En un país como México, donde actualmente las fakenews y la narcocultura son los pilares de la construcción política, resulta más que necesario que nunca erigir un bastión de resistencia en el que estas [deficiencias] represoras se cuestionen, dinamiten y expongan», nos dicen en entrevista Los Ingrávidos, un colectivo que nació en Tehuacán, Puebla, en 2011 como respuesta a la violencia generada por la lucha contra el narcotráfico iniciada en el sexenio de Felipe Calderón.

Los Ingrávidos realizan videos como una forma de combatir la estetización «neutra» y las imágenes totalitarias que generan los medios de comunicación hegemónicos en México. «Nos parece que el acto de creación audiovisual debe sostenerse como un acto ético para resistir frente a los nuevos fascismos que nos acechan. No consideramos a la praxis audiovisual y al arte como una sublimación de una experiencia vital por otros medios, sino que se constituyen como parte de la vida misma, ya que el arte es la existencia de mundos posibles, de modos concretos de habitar y, en cuanto acto de resistencia, excede la interioridad del artista», nos dicen.

Para ellos el trabajo en anónimo y en colectivo es mucho más que una cuestión práctica de llevar a cabo ciertas tareas: «es una precaución que tomamos debido a la situación actual, donde más de un centenar de periodistas han muerto desde el año 2000».

Utilizando formatos como la película analógica o digital, el video y el metraje encontrado, entre otros, Los Ingrávidos tocan temas como los feminicidios, las desapariciones forzadas, la guerra sucia de la década de 1970 y la violencia contra los periodistas. «También en algunas piezas audiovisuales tratamos de capturar la poética que se desprende de las resistencias populares y de la dignidad de los pueblos en resistencia».

Colectivos artísticos.Colectivo Los ingrávidos.

Foto: Cortesía.

Obra suya fue mostrada en la Bienal del Whitney Museum de 2019, aunque también se han presentado durante Pacific Standard Time: LA/LA, y en el Montreal International Documentary Festival.

«Decidimos utilizar el audiovisual porque implica una forma de politizar la inmediatez, además de que nos permite situarnos en un dominio intermedio entre la ficción y el documental, enriqueciendo las posibilidades de construcción de ambos géneros. Buscamos que nuestro trabajo tenga un efecto en la organización y difusión; así como en la modulación de archivos, documentos; y que ayude a estableces una legibilidad de los archivos tanto visuales como sonoros».

Es posible ver su trabajo en su canal de Vimeo, o en diversas plataformas como PLAT, Light Cone y Vdrome.

 

 

Palmera ardiendo | Cuernavaca, Morelos

Colectivos artísticos. Palmera Ardiendo exposición.

[Inauguración de la exposición Palmera ardiendo en la Biblioteca Miguel Salinas en el Centro de Cuernavaca].Fotografía de Los Salvajes. Cortesía de Palmera Ardiendo.

En 2019, como respuesta a las imposiciones hegemónicas en el ámbito de la cultura que se dieron en el estado de Morelos, surge Palmera ardiendo, un colectivo independiente, conformado por artistas, curadores, escritores, diseñadores y otros gestores culturales.

Aunque al frente del colectivo están Helena Lugo, Pável Mora, Gabriela Venosa Samaria Guevara, Juan Díaz, Tania Villavicencio, Cisco Jiménez, Benjamín Torres, Maki Morales, Davo Valdés, María Naidich y Carlos Ballester, Palmera ardiendo se piensa como un colectivo abierto: «lo pensamos en este sentido para que pudieran sumarse colaboradores en proyectos específicos, para tener cierta flexibilidad», nos cuentan en entrevista. 

Entre los muchos desafíos e insuficiencias que el sector de la cultura padece en México está la centralización y la falta de espacios y proyectos dedicados al arte contemporáneo joven. Ante estas carencias, Palmera ardiendo se ha propuesto ocupar y retomar la ciudad de Cuernavaca y sus espacios culturales: «Empezamos a pensar en formas de proponer otras formas de ocupar y transitar la ciudad a través del arte. Nos parecía importante pensar en la ciudad como un espacio para la acción y para la generación de ideas, procesos y relaciones», nos dicen.

Entre las líneas de acción de este colectivo se encuentran «generar comunidad, pensarnos y trabajar para ser una plataforma que impulse propuestas, que profesionalice, que experimente y que genere redes entre la comunidad, así como que acerque el arte contemporáneo a diferentes públicos».

Colectivos artísticos. Palmera Ardiendo.

[Primavera technicolor fue un ciclo de cine curado por Miguel Mendoza, en el que se presentaron producciones donde la ciudad de Cuernavaca fue usada como espacio fílmico en distintas épocas]. Cortesía de Palmera Ardiendo.

El trabajo de Palmera ardiendo se ha estructurado en torno a la realización de un programa de actividades anual. La primera edición estuvo dedicada a reflexionar sobre el paisaje, el urbanismo y la ciudad en general; incluyó exposiciones colectivas, intervenciones en el espacio público, ciclos de cine, de poesía, charlas, recorridos críticos, talleres para niños y un laboratorio, donde artistas dirigieron talleres para generar piezas colectivas. Se unieron al proyecto más de cien personajes del ámbito cultural además de espacios privados, independientes y universidades. «[Sin todo este capital humano] hubiera sido imposible lograr este programa», nos cuentan.

Sobre el trabajo en colectivo ahondan: «Creemos que la colectividad impulsa, crítica, propone, sostiene y experimenta. En definitiva, es muy necesario unirnos porque creemos en la comunidad y en el arte como alternativa ante el panorama cultural actual y como un lugar desde el cual se pueden pensar otras realidades». 

Sobre sus próximos planes, Palmera ardiendo se encuentra preparando su siguiente edición la cual se titula Imaginar y estará dedicada a pensar utopías y otros futuros. «La segunda edición tendrá una duración de dos meses durante el verano de 2020 en la que vamos a tener un programa curatorial con exposiciones colectivas e intervenciones en el espacio público, además de un programa público que va a tener una línea académica y otra pedagógica y que, al igual que en la edición anterior, estará dirigida a distintos tipos de público. Para Palmera ardiendo es muy importante estar presentes y seguir ardiendo».

 

 

Prras! | Ciudad de México

Colectivos artísticos. Prras! Publicación.

Publicación editada por Prras! Tomada de la web de LADRÓNgalería.

Prras! es la onomatopeya del sonido del «techo de cristal» rompiéndose, también es la apropiación de una descalificación a las mujeres enérgicas. «Prras! —nos cuenta Tamara Ibarra en entrevista— está conceptualizado bajo la premisa de romper el «techo de cristal», la metáfora del sistema invisible que no permite que las mujeres puedan acceder a puestos de poder y toma de decisiones».

Prras! es también un colectivo abierto que nació en 2018 durante la Semana de las Ferias en LADRÓNgalería, como un proyecto curatorial de Tamara Ibarra para mostrar obras de mujeres artistas que dirigían en solitario proyectos independientes, «esto como una enunciación de las propuestas y liderazgos que realizan aún con la desigualdad en el campo laboral del arte». Pronto las participantes se dieron cuenta de lo necesario que era visibilizar el trabajo de las mujeres en el arte, aportar con acciones para incitar a la reflexión e incentivar que se lleven a cabo los cambios ineludibles en materia de género. De este primer momento se desprendieron las publicaciones Cartas públicas a mujeres del arte I, II y III.

Organizado bajo temas anuales no concluyentes que se van complejizando año con año («2018 se trató sobre reconocimiento y la visibilidad del trabajo femenino en el arte; en 2019 fue sobre las redes de apoyo; en 2020 revisión del legado de mujeres del arte y los caminos que han abierto») Prras! desarrolla un programa que incluye exposiciones, performances, charlas, publicaciones, sesiones de micrófono abierto, e «incluso souvenirs producidos con el fin de financiar el proyecto», nos cuenta Tamara.

Y aunque Tamara Ibarra (YEI) y Nelly César (Pandeo) impulsaron Prras!, en realidad el trabajo colectivo y colaborativo se extiende al grupo de artistas, curadoras, escritoras, colectivas y agentes culturales que se suman a las actividades de cada programa.

Entre los planes que Prras! tiene para 2020 está la presentación de un booth en Zona Maco Fotografía, donde presentarán el proyecto Body in Atelier en colaboración con la artista Dulce Pinzón: «Es la continuación del proyecto Pit Crew (que hablaba sobre las mujeres que ayudan a que otras mujeres lleguen a la meta), ahora se trata de las que llegaron primero y abrieron caminos. Es una serie de retratos a mujeres del arte y la cultura contemporánea en sus atelieres oníricos, bajo la idea de conocer de donde se nutren ellas, que a lo mejor no es visible dentro de su trabajo, pero es importante porque de ahí se afianzan y es su motor». Estas fotos serán el principio de una serie más larga de retratos que se pretende concluya en un fotolibro. También piezas de proyectos anteriores como Pit Crew (2018) y Nao Naj (2019).

Colectivos artísticos. Prras! Mónica Mayer.

Retrato de Mónica Mayer para el proyecto Body in Atelier. Fotografía de Dulce Pinzón. Tomada de las redes sociales de Prras!

Además, del 12 al 15 de febrero en la Trienal Kamias de Manila, Filipinas, se presentará el Colectivo Amasijo (Cecilia Castro y Martina Serra) con la pieza Nao Naj, un performance en altamar que crea una versión feminista contemporánea y descolonizante que critica las narrativas exclusivamente comerciales de la relación histórica México-Filipinas».

Y en abril presentarán en CDMX su tercera publicación, ¿Cómo estás? Cartas Públicas a Mujeres del Arte III, un diálogo entre trabajadoras del arte griegas y mexicanas que se presentó en Atenas el año pasado en A-DASH con la curaduría de Myrto Katsimicha (Grecia).

 

—Tlacolulokos | Tlacolula de Matamoros, Oaxaca

Colectivos artísticos. Tlacolulokos mural.

Foto: Cortesía.

Una visión fragmentaria de la historia de California prevaleció sobre los muros de la Biblioteca Central de Los Ángeles. Obra del artista Dean Cornwell, los murales —que fueron hechos en la década de 1920— tienen una narrativa colonizadora: de blancos civilizadores y nativos salvajes. Durante este fue el único discurso que, a través del arte, la biblioteca mostró a visitantes de orígenes diversos.

Sin embargo, en 2017, esta verdad unilateral cambió, cuando la directora de ese recinto, consideró que era momento de unir otras voces a la conversación. Desde entonces, a la par de estos murales, cuyo valor plástico e histórico nadie pone en duda, se muestran otros realizados por el colectivo Tlacolulokos.

Conformado por Darío Canul y Cosijoesa Cernas, Tlacolulokos nació la década pasada en el municipio de Tlacolula, en los valles centrales de Oaxaca. Además de ser reconocidos por sus murales, estos artistas —que trabajan en conjunto— hacen también pintura, video, documentales e, incluso, tienen un proyecto sonidero.

Puede decirse que a los Tlacololokos los caracteriza por un lado su naturaleza autogestiva y provocadora; y por otro los fuertes lazos que los unen con la comunidad de la que forman parte.

Partidarios de las ideas del movimiento punk de las prácticas DIY, Darío Canul y Cosijoesa Cernas iniciaron su práctica como parte de otro colectivo que realizaba eventos de grafiti y conciertos. Más que solo buscar un lugar donde desarrollar estas actividades y que pudiera congregar a los jóvenes de la comunidad, Darío y Cosijoesa buscaban un espacio de expresión: «Lo que nos interesaba era producir nuestras ideas y habíamos buscado espacio en otros lugares de Oaxaca, pero no habíamos encontrado la congruencia que requeríamos. Nosotros somos personas que participamos directamente en movimientos políticos, y nuestro objetivo era crear un espacio con autocrítica, no para idealizarnos. Además, buscábamos incluir otros temas porque en ese tiempo en Oaxaca se nos decía que debíamos “pintar indios bonitos y animales chuecos”, por así decirlo. Ese era el referente», nos cuentan en entrevista.

Colectivos artísticos. Tlacolulokos mural.

Foto: Cortesía.

Aunque en este momento el colectivo está conformado por ambos artistas, eso no significa que su práctica no incluya a otro tipo de agentes. «Tlacolulokos está liderado por nosotros, pero junto a nosotros están también nuestros compas que nos cuentan cómo es su vida, su trabajo; ellos mismos también traen a otros compas y eso hace una comunidad de experiencias que nutre más al colectivo; y el colectivo se vuelve más de la comunidad. No se trata de que eres el elegido y el único inspirado, sino más bien se apela a un oficio y a generar este planteamiento de que todos nos ayudamos», nos dicen convencidos.

Además de estar en los muros de la Biblioteca Central de Los Ángeles, la a obra de Tlakulolocos se ha presentado en el Museo Amparo, en Lille Francia como parte del programa Lille 3000, en el Museo del Chopo y en el MUAC, entre otros espacios expositivos. Sobre sus próximos proyectos nos cuentan que pronto participarán en un festival de Morelia, además que su obra será presentada en el MOLAA Museum of Latin American Art, de Miami Beach, California, como parte de la colección del museo.

 

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Foto: Cortesía.

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[Inauguración de la exposición Palmera ardiendo en la Biblioteca Miguel Salinas en el Centro de Cuernavaca].Fotografía de Los Salvajes. Cortesía de Palmera Ardiendo.

[Primavera technicolor fue un ciclo de cine curado por Miguel Mendoza, en el que se presentaron producciones donde la ciudad de Cuernavaca fue usada como espacio fílmico en distintas épocas]. Cortesía de Palmera Ardiendo.

Publicación editada por Prras! Tomada de la web de LADRÓNgalería.

Retrato de Mónica Mayer para el proyecto Body in Atelier. Fotografía de Dulce Pinzón. Tomada de las redes sociales de Prras!

Foto: Cortesía.

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