Desde su fundación en 2000, el Patronato de Arte Contemporáneo (PAC) se ha dedicado a apoyar al desarrollo, la promoción y la reflexión de la producción artística contemporánea realizada desde México.

Entre sus logros de estos últimos 20 años se encuentran los apoyos económicos otorgados a más de 240 proyectos de arte, curadurías, exposiciones, proyectos editoriales de distintas partes de la República y la organización de catorce ediciones del Simposio Internacional de Arte Contemporáneo (SIT_AC): un evento único en América Latina dedicado a la reflexión de la práctica artística contemporánea, en el que han participado cerca de 350 artistas y teóricos nacionales e internacionales.

Dicho evento estará de vuelta en 2021, con una rearticulación exhaustiva, de acuerdo con declaraciones de Christian Gómez —coordinador de programas.

Para conocer más sobre la historia del PAC y el contexto en el que surgió la iniciativa, platicamos con Osvaldo Sánchez —curador, crítico y arte y miembro fundador— y Aimée Labarrere de Servitje, presidenta del PAC.

—¿A qué problemas se enfrentaba la comunidad artística a finales de la década de 1990 y principios de 2000? Cómo era el contexto con respecto al arte cuando nació el PAC.

Osvaldo Sánchez (OS): El PAC fue una iniciativa que salió de la emergencia de la escena artística. En esos momentos había un nivel muy alto, siento yo, de calidad y de incorporación de nuevos lenguajes en el arte en México, que había empezado —si se puede marcar un punto— a partir de 1995, donde hubo una especie de arranque de una nueva generación de arte mexicano.

A su vez, había toda una estructura que no era institucional: nuevas galerías estaban asociándose con la producción artística de ese momento y en algunas instituciones se estaban dando cambios generacionales. El PAC surge con el interés de crear esas redes al margen de las instituciones del Estado y de recuperar el Foro de Teoría de Arte Contemporáneo (FITAC), que se había hecho en la feria de arte de Guadalajara.

El PAC reunió a filántropos, galeristas, curadores, coleccionistas y directores del museo. Empezamos a organizarlo entre Patricia Sloane, Magda Carranza y yo; nos concentrábamos en cómo se podía hacer un proyecto que facilitara programas que no necesariamente las instituciones del Estado realizaban.

[La Panadería fue un espacio independiente de la Ciudad de México que operó entre 1995 y 2002]. Cortesía del PAC.

—A lo largo de sus 20 años de actividades, ¿cuáles han sido sus principales desafíos?

OS: Yo creo que uno de los retos fundamentales fue crear esa red de diálogo, en la que finalmente nos pusimos ciertas reglas. Por ejemplo, la idea de ejercer programas en los que ninguno de los involucrados podía ser beneficiado, donde realmente mantuviéramos una línea de independencia y de colaboración con las instituciones del Estado, pero reforzando algunas plataformas que no eran ejes programáticos en ellas; donde también era muy difícil encontrar patronos que fueran algo más que coleccionistas y que tuvieran esa visión filantrópica desde la cultura.

Aimée Labarrere (AL): El SIT_AC también ha sido un reto. Cada año tratamos de reinventarnos. Incluso hubo un momento en el que no estábamos tan seguros de si era importante para México seguir haciendo el SIT_AC. Lo bueno es que tuvimos mucha retroalimentación de gente del medio del arte que insistía en que sí era importante seguir adelante. El SIT_AC es uno de los foros más importantes de arte en Latinoamérica.

Y nuestro reto interno es tener suficientes apoyos para poder seguir. Yo sí creo que hemos progresado mucho en los últimos años: tenemos un grupo más grande de patronos a los que les ofrecemos un programa para que se involucren y conozcan los proyectos que se apoyan.

SIT_AC X: El futuro. Cortesía del PAC.

—Los «Nodos» son un proyecto que se incorporó en 2016 al PAC para conectar algunas iniciativas que ocurren fuera del foco centralizado de la escena artística de la Ciudad de México. ¿Cuáles son los mayores problemas que han detectado en otras escenas artísticas del país?

OS: Yo creo que lo que hace el PAC es detectar los niveles de vulnerabilidad a nivel nacional y de qué manera los recursos con los que contamos pueden ir ahí. Y esa vulnerabilidad a veces también es intelectual: de falta de plataformas institucionales, de estructura educativa, de foros de discusión y formativos. Creo que todo esto va junto: van de la mano la aplicación, la diversificación de los recursos, que no siempre son muchos.

Finalmente, la perspectiva es apoyar, aunque sea con muy pocos recursos, la iniciativa de alguien que está en un lugar apartado, o llevar la discusión con un foro de diálogo donde no existe, creo que ha sido importante y en eso los «Nodos» creo que han brindado esa apertura más allá de la conversación centralizada.

[NoAutomático fue un espacio independiente de Monterrey que estuvo abierto entre 2007 y 2019]. Cortesía del PAC.

OS: Yo creo que es importante no dar como un hecho que un Estado que pretende que el presupuesto cultural se debe reducir va a salirse con la suya. Yo creo que aquí es obligación de todos exigirle al Estado, que es quien representa realmente a la población, saber que la realidad mexicana actual reclama un ejercicio del ejercicio de PIB en la cultura acorde al papel que tiene la cultura en el ingreso y la producción del bruto nacional.

Los recursos no son del Estado: el Estado gestiona recursos que son de la población, de los contribuyentes.

Creo que uno de los papeles que tenemos todos, independientemente de lo cada uno tenemos que hacer, es realmente hacer la presión necesaria para que el Estado cumpla con la función de representarnos también en el gasto de la cultura. Creo que es algo que tenemos que tomar de una manera un poco más activa en términos civiles.

Todo el mundo dice: «Bueno, ¿qué va a hacer el PAC ahora que hay poco presupuesto?». El PAC tiene que hacer lo que hacen todos los ciudadanos: decirle a [la Secretaría de] Cultura que el presupuesto que está no es para una élite, sino para compensar un país que tiene muchas deficiencias en educación, integración cultural y calidad de vida contemporánea. Ahí es donde es donde el presupuesto de cultura es importante.

Creo que esa es la misión que tenemos todos y ojalá el SIT_AC y lo que hace el PAC ayude a quienes nos ayudan a entender la gestión cultural más allá del ejercicio de una élite.

Museo Comunitario y Club de Lectura Sierra Hermosa, en Zacatecas. Cortesía de LIFEWTR y PAC.

—A nivel social y cultural, ¿qué papel consideran que desempeña el arte contemporáneo en México?

AL: Por un lado, es bueno que haya muchas más ferias de arte y museos, que haya galerías, pero el PAC justamente no ha querido entrar en esa dinámica, nos hemos mantenido al margen.

Justamente lo que apoyamos son proyectos que no son glamorosos, que no son vistosos, pero que para nosotros son muy importantes y que nadie más apoya, aunque también apoyamos artistas mexicanos que van a exposiciones internacionales porque es necesario hacerlo, aunque tratamos de mantenernos al margen de las luces reflectoras del mundo del arte.

OS: Viendo un poco cuáles han sido los apoyos del PAC, se ve la manera de visualizar los niveles de vulnerabilidad de la escena cultural. Creo que hay que presionar más al Estado para abandonar la mentalidad de los grandes símbolos, de los grandes elefantes blancos.

Todavía tenemos un Estado moderno, que entiende la cultura como la creación de monumentos culturales; de grandes hechos simbólicos y eso no es realmente desarrollo cultural, eso no es lo que cambia un país, ni lo que hace la paz social ni lo que restaura el tejido público.

Yo creo que el papel del PAC es quizá poner en escena la posibilidad de leer el contexto cultural de una manera más compleja, más allá de la élite. A veces hablamos de ella, pero el simbolismo del Estado es un ejercicio de la élite política. No es solamente la élite de la cultura: cuando estamos haciendo y gastando los recursos en gestos simbólicos del Estado y en instituciones-monumento, se está haciendo un ejercicio en favor de una élite política.