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Josef Albers, Tenayuca, 1943. Cortesía de Colección Peggy Guggenheim.

México y la Bauhaus: a 100 años

Columna 18.06.2019

Ana Elena Mallet

Ana Elena Mallet revisa la presencia de creadores asociados a la Bauhaus en México a través del siglo XX y su influencia en la escena creativa local.

Este año se celebra el centenario de la fundación de la Bauhaus, aquella mítica escuela alemana cuya influencia llegó a los rincones más recónditos del mundo.

Más que un estilo, la Bauhaus propuso un programa y una forma de pensar. La interdisciplina, las formas simples, el diálogo entre artesanía, arte e industria, así como la diversidad cultural, la mirada local y la importancia de crear desde y para la vida cotidiana fueron parte de los principios que se promovieron en esta institución. Arte, diseño y arquitectura debían convivir, dialogar y confrontarse, para dar como resultado objetos, obras o edificios que al tiempo de ser bellos fueran sencillos y funcionales.

A 100 años, la filosofía de la Bauhaus sigue presente en mucha de la obra de artistas, diseñadores y arquitectos alrededor del mundo. El pensamiento que promovieron sus tres directores —Walter Gropius, Hannes Meyer y Mies van der Rohe— sigue siendo de actualidad y cada cierto tiempo, algunas de sus ideas emergen a la superficie y nos recuerdan lo osado e innovador de aquel método educativo en una Europa al borde del nazismo.

Fotografía de edificio. 100 años de la Bauhaus.

Lucia Schutlz, Fotografía de la Bauhaus, 1926. Tomada de MoMA.

México no fue la excepción. La influencia de la Bauhaus estuvo presente desde la primera mitad del siglo XX, a través de distintas fuentes; ya fuera recibiendo a algunos de sus maestros o estudiantes que migraron, o por medio de publicaciones y revistas.

Los años posteriores a la Revolución Mexicana fueron realmente atractivos para artistas e intelectuales que encontraron en el país tierra fértil para explorar ideologías políticas de izquierda, lo mismo que para ejercer en el campo creativo con profusos recursos y gran libertad creativa. Algunos de los exiliados de la Bauhaus llegaron a México en esos años. Durante ese periodo también se promovió la reconstrucción del país luego de la lucha armada, y las ideas de la Bauhaus, reflejadas en el funcionalismo y racionalismo, encontraron salida en una buena parte de los edificios públicos gubernamentales, así como en escuelas y hospitales. Juan O’Gorman, Enrique Yáñez y Juan Legarreta fueron algunos de los arquitectos cuyo trabajo reflejó las ideas de la Bauhaus aunadas a aquellas de Le Corbusier y de Adolf Loos.

Bauhaus en México.

Juan O’Gorman, Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo (1931-2). Imagen tomada de centrourbano.com

En 1936 llegó a México la diseñadora cubana Clara Porset, quien era una fiel creyente de las enseñanzas de la Bauhaus. Su curiosidad y el ferviente deseo por estar siempre actualizada la llevó a tratar de estudiar en la Bauhaus; sin embargo, cuando su carta alcanzó a Walter Gropius ya era muy tarde. En 1932 los nazis forzaron el cierre de la escuela y Gropius recomendó a Porset contactar al matrimonio de artistas alemanes Josef y Anni Albers que, por aquellos años, enseñaban en Black Mountain College (Carolina de Norte, Estados Unidos), una institución original y vanguardista que alojaría a varios de los genios de la Bauhaus. En 1934, Porset pasó un verano en Black Mountain y entabló una profunda relación amistosa y profesional con los Albers, lo que la llevó a invitarlos, ese mismo año, a visitar La Habana. Ese sería el primero de 16 viajes que el matrimonio realizaría a Latinoamérica, trece de los cuales serían a México.

Diseño mexicano. La Bauhaus en México.

Clara Porset Dumas, Mobiliario. Tomada de A mano. Oificio & Diseño.

El trabajo de Porset entre 1936 y 1971, que estuvo activa como diseñadora, mostraba una fuerte influencia de la escuela alemana. La cubana estuvo preocupada —y ocupada— por diseñar mobiliario moderno de bajo costo para las clases trabajadoras, así como por encontrar un lenguaje propio que se asociara a lo local y a la materia prima de la zona. En 1964, Clara Porset sería una de las fundadoras de los estudios de diseño industrial en la Universidad Autónoma de México y la currícula y filosofía de la Bauhaus fueron esenciales para crear ese primer plan de estudios.

Por su parte los Albers quedaron cautivados por la riqueza cultural del país. Desde las complejas culturas precolombinas, pasando por las tradiciones artesanales y el vibrante arte moderno de aquellos años, fueron parte del repertorio que vivieron de primera mano y que influiría profundamente en el trabajo artístico de ambos. Josef Albers había sido uno de los maestros más populares en la Bauhaus, su manera de enseñar y ver el mundo fueron un punto de quiebre para muchos artistas. Diseñador, pintor, tipógrafo, fotógrafo y poeta, Albers entendía y vivía la multidisciplina. Por su parte Anni Albers destacada artista textil y gráfica, logró una maestría en el oficio que apenas, en la última década ha alcanzado su justo valor.

Bauhaus en México.

Textil de Anni Albers encontrado en un hotel mexicano, 2019. Tomada de El País.

En 1938 Michael van Beuren llegó para vivir definitivamente en México. De nacionalidad estadounidense, este arquitecto y diseñador había estudiado en la Bauhaus entre 1931 y 1932, cuando la escuela cerró sus puertas. Entre 1932 y 1933 pasó una temporada en Berlín bajo la tutela de Mies van der Rohe, unos años más tarde México se convertiría, para él, en un paraíso lleno de oportunidades.

De la mano de Klaus Grabe, otro alumno de la Bauhaus, estableció en 1939, en la Ciudad de México, Domus, un taller para producir mobiliario moderno, realizado en un principio con materiales locales y una estética internacional. En pocos años el taller pasaría a ser una de las fábricas más exitosas y productivas, además de una de las primeras en dedicarse realmente a producir diseño industrial. A diferencia de algunos diseñadores y decoradores nacionales que renegaban de los materiales locales debido a que podían asociarse a lo rural en un momento de aspiraciones cosmopolitas, tanto Michael van Beuren como Clara Porset —siguiendo los principios de la Bauhaus— encontraron en las formas y materiales locales, como maderas tropicales y fibras naturales, la inspiración para crear repertorios realmente modernos y con una identidad propia.

El tercer y último director de la Bauhaus Hannes Meyer y su esposa Lena Bergner encontraron en México solaz en medio del exilio. Entre 1938 y 1948, el matrimonio residió en México, donde ambos encontraron las condiciones idóneas para desarrollar su trabajo, sus ideas políticas y un círculo de amigos y colaboradores que estimularon su pensamiento. Asociados al Taller de la Gráfica Popular, a los movimientos políticos de izquierda; Lena enfocada en su práctica gráfica y textil y Hannes en la búsqueda de una arquitectura social que realmente hiciera la diferencia en un México tan diverso y desigual, los Meyer fueron parte fundamental de estas tan varias presencias e influencias de la Bauhaus en México.

A 100 años de su fundación la Bauhaus sigue dando de que hablar. Pareciera que el pensamiento que se promovió en la escuela y muchas de sus enseñanzas siguen vigentes. La vida cultural y creativa en México durante el siglo XX se enriqueció con ideas y principios de generados en aquella institución, para conmemorar el centenario merece la pena seguirlos revisando.

Ana Elena Mallet

Es curadora independiente especializada en diseño moderno y contemporáneo de México.

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Textil de Anni Albers encontrado en un hotel mexicano, 2019. Tomada de El País.