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Dibujo de Francesco Tonucci (Frato), 2002. Tomada de EducActívate.

Inclusión y protesta: Los niños en las transformaciones de nuestro entorno

Columna 07.01.2020

Lorenzo Rocha

Lorenzo Rocha analiza el papel que ha desempeñado la población infantil en los proyectos urbanos y su potencial en las discusiones políticas a nivel global.

El mundo que los niños perciben es mucho más grande que el de los adultos, no solamente porque ellos son más pequeños. El arquitecto italiano Giancarlo Paba lo describe en términos muy claros en el libro La Cittá Bambina (La ciudad niña) coeditado con Annalisa Pecoriello en 2005: «Si se observa a cualquier niño o niña en su andar por la ciudad a paso normal, se verá que cualquier cosa llama su atención: aceras, restos de basura, las ventanas de los sótanos, bases de columnas, grifos de agua, escalones, muros, ruedas, guardapolvos y todos los demás elementos que componen el estímulo urbano a nivel infantil. Dichos estímulos abarcan a todos los sentidos: luces, colores, olores, sonidos e incluso sabores». Ambos autores han realizado numerosos talleres escolares en los que han invitado a los menores a participar en proyectos e iniciativas urbanas. Probablemente todos nosotros habremos experimentado en alguna ocasión la sorpresa de revisitar algún lugar de nuestra infancia y encontrar que ahora lo vemos mucho más pequeño de como lo recordamos. A mí me sucedió cuando regresé de mayor al patio de la escuela donde estudié la primaria, al igual que el parque donde jugaba de niño, aunque aún persiste en mi memoria los recuerdos de sus grandes dimensiones, ahora me parecen espacios muy pequeños.

Niños y ciudad. Urbanismo

Dibujo de Francesco Tonucci (Frato). Tomada de G+A Arquitectura.

Los niños buscan los lugares donde no puedan ser vigilados por los adultos, los terrenos baldíos o los rincones de algún jardín, son más atractivos para ellos que las áreas designadas para sus juegos. Uno de los juegos infantiles más importantes desde el punto de vista psicológico es el escondite. El peligro, siempre que sea moderado, es parte fundamental del aprendizaje. Los niños están excluidos socialmente, al igual que los adultos mayores y las personas discapacitadas, pero todos ellos no dejan de formar parte fundamental de la comunidad. Precisamente la presencia de la infancia es la que distingue entre los términos de sociedad y comunidad, mientras que todos los miembros de una sociedad deben contribuir materialmente a ésta, los miembros de una comunidad lo son a pesar de que no aporten recursos a ella, basta con que existan lazos familiares y afectivos entre los miembros para que exista la comunidad. Los niños no han sido tomados en cuenta seriamente para el diseño de las ciudades modernas, antes la calle estaba siempre llena de niños, ahora está llena de automóviles. El arquitecto Paba continúa su reflexión del siguiente modo: «La estructura de la ciudad contemporánea ha transformado el modo en el que las personas se desplazan, banalizando la riqueza de los recorridos y privilegiando a los destinos. La movilidad urbana actual transcurre en corredores desprovistos de carácter particular en los que las características específicas originales de cada lugar han sido prácticamente anuladas». No basta con que los arquitectos y urbanistas invitemos a los niños a participar en nuestros diseños, sino todo lo contrario, los profesionales debemos reconocer sus necesidades y sumarnos a sus iniciativas de manera comprometida. La educadora italiana Maria Montessori denunció en los años 40 del siglo pasado, la enorme injusticia infringida sobre los niños, la cual calificó como la mayor esclavitud de la historia. Todo su sistema de enseñanza se basa en el reconocimiento de los derechos y de la personalidad particular de los menores de edad.

Niños y ciudad. Urbanismo

Dibujo de Francesco Tonucci (Frato), 1998. Tomada de G+A Arquitectura.

En tiempos más recientes, hemos visto cada vez con mayor frecuencia, las reivindicaciones hechas por niños y jóvenes que exigen el reconocimiento pleno de sus derechos civiles. Por ejemplo, la activista ecológica sueca Greta Thunberg decidió hace más de un año ponerse en huelga y no asistir a la escuela los viernes, para protestar ante el parlamento de su país por su apatía frente al calentamiento global. Su célebre cartel que pone: «Huelga escolar por el clima» (en sueco: «Skolstrejk för Klimatet»), se ha vuelto una imagen icónica en los medios masivos de comunicación. Thunberg ha inspirado manifestaciones proecológicas con participación infantil por el mundo entero que no tienen precedentes. Es alarmante la crueldad con la que muchos líderes políticos y editorialistas se han referido a la joven activista y la astucia con la que ella se ha defendido mediante sus redes sociales. Por ejemplo, el 12 de diciembre de 2019 Donald Trump se refirió a ella del siguiente modo en su cuenta de Twitter: «Greta debe controlar su problema de ira e irse a ver una película anticuada con una amiga», a lo que Greta no respondió directamente, pero se mofó del comentario usándolo como la descripción de su propio perfil en la célebre red social.

Lo mejor de la década diseño. Greta Thunberg

Greta Thunberg. Tomada de Wikipedia.

La infancia ha sido siempre concebida como una forma de «ciudadanía diferida». Esto quiere decir que los derechos y obligaciones fundamentales de los menores de edad, su derecho a decidir, a vivir de manera independiente de los adultos, se les reserva hasta después de cumplir los 18 años, hasta entonces, sus tutores deciden por ellos. Por ello existe la imagen de que los niños son el futuro de la sociedad, cuando en realidad forman parte del presente. Los pequeños son sometidos a la voluntad de sus padres y gobernantes, a quienes ellos no eligieron, a todo tipo de infortunios y vejaciones debidos al trabajo forzado y a las migraciones involuntarias, solo por el hecho de que los mayores no los consideramos aún aptos y capacitados para tomar sus propias decisiones. Los jóvenes de ningún modo tienen una visión errónea de la realidad, simplemente su forma de ver las cosas es distinta de la forma en que los adultos la vemos. Es verdad que corren peligros por su corta edad, pero gran parte de estos, son provocados porque no han sido tomados en cuenta en el diseño social.

Las ciudades y la arquitectura están hechas para adultos, para un pequeño es casi imposible moverse y subsistir en un entorno donde dominan los automóviles y los enormes elementos arquitectónicos para su tamaño. Los arquitectos y urbanistas, en general, no diseñamos para los niños, salvo en los casos en que se realizan instalaciones para enseñanza o juegos, los cuales permanecen precintadas detrás de vallas, como si fueran corrales para el ganado.

Niños y ciudad. Urbanismo

Dibujo de Francesco Tonucci (Frato), 2000. Tomada de G+A Arquitectura.

En 1991 el sociólogo italiano Francesco Tonucci publicó el libro La ciudad de los niños (Laboratorio Educativo, 2012), basado en la Convención Internacional sobre los Derechos de los Niños, surgida en la ONU en 1989. El libro es un verdadero tratado sobre el modo en que la ciudad ha ignorado las necesidades de la población infantil y recopila experiencias didácticas realizadas en escuelas italianas. Tonucci toma como paradigma el derecho de los niños a jugar libremente en su entorno directo. Mediante un diseño adecuado y seguro para los más pequeños, también se garantiza la accesibilidad universal para otros grupos humanos en desventaja, como los adultos mayores o las personas con discapacidades físicas y mentales. Una ciudad adecuada para los niños lo será seguramente para toda la población.

No solo el cambio climático es una razón para la sublevación juvenil e infantil, es tan solo una muestra de la desigualdad general que sufren los ciudadanos de la nueva generación. Así como en 1968 comenzó la emancipación de los jóvenes adultos universitarios mediante las protestas estudiantiles a nivel mundial, quizá en 2019 habrá comenzado un movimiento de liberación infantil, al menos esperamos que así sea. Los niños de ahora se manifiestan en las calles, alzan su voz contra sus tutores y líderes porque su situación es insostenible en muchos casos. Es injusto que se les lleve a campos para refugiados, que se les retenga en las fronteras en jaulas, que se les fuerce a migrar en precarias pateras. No se trata de un fenómeno mediático, sino de una crisis profunda de una parte muy importante de la sociedad, a la que hemos ignorado históricamente.

Lorenzo Rocha

Es arquitecto y maestro en teoría crítica. Su interés se centra en el uso experimental del espacio. Incorpora actualmente a su trabajo prácticas interdisciplinarias que le permiten explorar el impacto del diseño y la intervención en los espacios que produce y la reactivación de espacios por medio de su uso social. Desde 2005 es director editorial de la revista [ESPACIO] arte contemporáneo. Colaborador regular del diario Milenio desde 2006. En 2018 publicó el libro Arquitectura crítica. Proyectos con espíritu inconformista.
Actualmente es director de la Oficina de transformación urbana y de la Oficina de arte, un espacio para residencias artísticas en el centro de la ciudad de México.

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Dibujo de Francesco Tonucci (Frato). Tomada de G+A Arquitectura.

Dibujo de Francesco Tonucci (Frato), 1998. Tomada de G+A Arquitectura.

Greta Thunberg. Tomada de Wikipedia.

Dibujo de Francesco Tonucci (Frato), 2000. Tomada de G+A Arquitectura.