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IIkka Halso, de la serie Museum of Nature, 2012- . Tomada de inhabitat.

La ecología como propaganda: El greenwashing en la arquitectura y el arte

Columna 05.11.2019

Lorenzo Rocha

Algunas compañías, arquitectos y artistas utilizan el greenwashing más como una forma de propaganda que como un compromiso ecológico real.

La fuerza de las imágenes sigue dominando nuestra percepción de la arquitectura y de la ciudad. El pasado 8 de septiembre se inauguró una exposición en la que el artista suizo Klaus Littmann trasplantó 300 árboles desde viveros suizos hasta la cancha de futbol del estadio Wörthersee de Klangenfurt en el sur de Austria. El estadio tiene una capacidad para 30 000 espectadores y es la casa del SK Austria Klagenfurt, un equipo de la primera división de la liga de futbol austriaca; durante el periodo de la instalación, los partidos locales del equipo se jugarán en el cercano estadio Karawankenblick, una pequeña sede de solo 2 000 asientos, hasta que la instalación sea desmontada. La imagen contiene el poder de lo absurdo, ya que de entrada plantea una situación distópica: es imposible jugar futbol en una cancha convertida en un bosque. Según el propio artista, la idea para la instalación proviene de un dibujo que el artista austríaco Max Peintner realizó hace 30 años, que también está a la vista en la exposición, lo cual muestra que su iniciativa deriva de su propia afición a las imágenes sugerentes e irónicas.

Greenwashing. Klaus Littman.

Klaus Littmann + Enzo Enea, For Forest-the Unending Attraction of Nature, 2019. Tomada de Traveler.

La instalación se titula For Forest-the Unending Attraction of Nature, un título un tanto ambiguo, que sugiere que es posible mostrar la naturaleza como una pieza de museo o bien, como un espectáculo deportivo similar al futbol. Ambas posibilidades son sin duda paradójicas y por lo tanto generan posibilidades críticas. La idea de la desaparición de los entornos naturales, compartida por muchos otros artistas, surge del temor de la sociedad por un escenario futuro en el que hayan desaparecido los bosques naturales y entonces las personas se vean forzadas a experimentar dichos entornos en sitios construido ex profeso para ello.

Por ejemplo, el artista finlandés Ilkka Halso, ha realizado desde 2012, una gran cantidad de montajes fotográficos de porciones de vegetación natural, contenidas dentro de estructuras para su preservación y observación, la serie de imágenes se titula Museum of Nature.

En cuanto a la idealización de la vegetación como símbolo de bienestar para los entornos urbanos, es importante hacer algunas precisiones. Los arquitectos han exagerado en el uso de la vegetación tomando el color verde como bandera a favor de la ecología, que supuestamente representa su implicación en la defensa de la naturaleza, algo que se ha pervertido rápidamente, al transformarse en una estrategia más de autopromoción y mercadeo de sus proyectos, que de auténtico activismo ecológico. El célebre término inglés greenwashing, consiste en limpiar la imagen de las empresas y construcciones dañinas al medio ambiente mediante campañas publicitarias que exaltan su interés en la conservación ecológica. Como todos sabemos, no toda la naturaleza es vegetal, también existen los océanos, los glaciares, la atmósfera, el subsuelo y los desiertos, que deben considerarse tan importantes para el planeta como lo son los bosques y selvas. Dentro de las operaciones de reverdecimiento de los entornos construidos, se incurre en prácticas que van en contra del equilibrio ecológico, que utilizan técnicas que dañan el medio ambiente mucho más de lo que lo benefician. La introducción forzada de la vegetación dentro de las ciudades no aptas para ello, provoca gran desperdicio de agua y de insumos artificiales, así como la construcción de invernaderos y estructuras para proteger las plantas; lo que no contribuyen al mejoramiento medioambiental, y en cambio —para su realización— produce gran cantidad de hidróxido de carbono. Un parque urbano en una ciudad con humedad baja o desértica como Las Vegas o Dubái genera mucho más daño que beneficio medioambiental.

Greenwashing. Ilkka Halso naturaleza.

IIkka Halso, de la serie Museum of Nature, 2012- . Tomada de artconnect.com.

Ilkka Halso comenta respecto de sus imágenes: «El proyecto se fundamenta en una visión pesimista de lo que ha comenzado a suceder en el planeta; estoy visualizando un futuro posible que me entristece. Considero mis fotografías más como panfletos visuales que como imágenes estéticas. Los resultados son proyectos arquitectónicos que espero nunca ver realizados». Al parecer una parte de la visión futurista del artista finlandés ya forma parte de la realidad presente. Por ejemplo, la instalación del bosque realizada por Littmann, su colega suizo. El proyecto de la instalación en Klagenfurt, realizado por el arquitecto y paisajista italiano Enzo Enea, requirió del trasplante de arboles adultos de hasta tres toneladas que tuvieron que ser trasladados de sitios a más de 500 kilómetros de distancia, lo cual seguramente contribuyó a la contaminación de la atmósfera, por el humo arrojado al ambiente por las máquinas excavadoras y los camiones utilizados para tal operación. La exposición se clausuró el pasado 27 de octubre, y durante los próximos meses los árboles deberán trasplantarse nuevamente para que el equipo de futbol pueda utilizar otra vez su estadio… otro despropósito medioambiental. Todas estas operaciones son a todas luces antiecológicas. Nos encontramos frente una clara situación de uso de la naturaleza para fines comerciales.

Greenwashing. Enzo Enea.

Klaus Littmann + Enzo Enea, For Forest-the Unending Attraction of Nature, 2019. Tomada de Enea landscape architecture.

Littmann comenta en su enunciado sobre la pieza: «Este proyecto es concebido como una forma de advertencia. Tengo la intención de recordar al público que la naturaleza, que tomamos como un hecho garantizado, quizá algún día no muy lejano solo se encuentre en sitios designados para su uso, como ya es el caso de las especies de animales que se encuentran solamente en los zoológicos». La falacia lógica contenida en el enunciado es que tal práctica artística está de algún modo precipitando la catástrofe que dice querer prevenir, este es el caso de la instalación incluso si su intención fuera planteada irónicamente. Los arquitectos y artistas debemos definir y respetar un código ético determinado. Si al arquitecto se le encarga una obra que daña ostensiblemente al medio ambiente, o bien que provoca una situación de clara exclusión social y estas dos situaciones se encuentran opuestas a su propio código moral, lo correcto sería no participar en tales obras. No sería suficiente desde el punto de vista ético, deslindarse de la responsabilidad por el daño causado. Tampoco bastaría con realizar un trabajo correcto desde el punto de vista técnico, ya que la colaboración con instituciones y personas con códigos morales cuestionables, también resulta en responsabilidades para quien participe en dichos procesos con consecuencias reprobables. Las instituciones patrocinadoras de la instalación han hecho uso de las imágenes para promover sus productos y para obtener beneficios generados por los visitantes a la exposición, que tiene entre sus fines la promoción turística de la pequeña localidad austríaca. La instalación en todo caso simboliza lo contrario de lo que pretende, y nos debe enseñar a ser críticos frente a la imágenes que consumimos y a alejarnos del falso mensaje moral de sus enunciados.

Tanto la escasez de la vegetación, como la contaminación de los mares, el calentamiento global y los deshielos masivos que conlleva, son sin duda realidades preocupantes que requieren de cambios de actitud por parte de todos los ciudadanos y gobiernos, pero es importante no ser presa de mensajes equívocos que no contribuyen a dar soluciones a los problemas, sino solamente a lucrar con la situación de emergencia que vivimos a nivel planetario.

Lorenzo Rocha

Es arquitecto y maestro en teoría crítica. Su interés se centra en el uso experimental del espacio. Incorpora actualmente a su trabajo prácticas interdisciplinarias que le permiten explorar el impacto del diseño y la intervención en los espacios que produce y la reactivación de espacios por medio de su uso social. Desde 2005 es director editorial de la revista [ESPACIO] arte contemporáneo. Colaborador regular del diario Milenio desde 2006. En 2018 publicó el libro Arquitectura crítica. Proyectos con espíritu inconformista.
Actualmente es director de la Oficina de transformación urbana y de la Oficina de arte, un espacio para residencias artísticas en el centro de la ciudad de México.

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Klaus Littmann + Enzo Enea, For Forest, 2019. Tomada de Traveler.

IIkka Halso, de la serie Museum of Nature, 2012- . Tomada de artconnect.com.

Klaus Littmann + Enzo Enea, For Forest, 2019. Tomada de Enea landscape architecture.