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Arquitectura, mujeres y perspectiva de género: arquitectas mexicanas opinan |Parte II

Archivo Código 04.03.2020

En 2020, con motivo del Día Internacional de la Mujer, dialogamos con creadoras mexicanas sobre feminismos y perspectiva de género.

La violencia de género, la inequidad y la falta de reconocimiento al trabajo de las mujeres son temas insoslayables en México y que abarcan tanto la vida pública como la privada. Con tal motivo, invitamos a arquitectas mexicanas a platicar sobre perspectiva de género, sobre si existen retos dentro de la disciplina por ser mujer, y sobre la situación actual que las mujeres viven en México.

Esta es la segunda parte de la consulta a arquitectas. Participan Comunal: Taller de Arquitectura, Regina Hoyos de Palma, Ingrid Moye de Zeller & Moye; y Saidee Springall de a|911.

 

Comunal: Taller de Arquitectura
Mariana Ordóñez Grajales y Jesica Amescua Carrera

Arquitectura perspectiva de género. COMUNAL Taller de arquitectura

Comunal: Taller de Arquitectura [Mariana Ordóñez Grajales y Jesica Amescua Carrera]. Foto: Jake Naughton.

En México vivimos un constante estado de emergencia con respecto a la situación de las mujeres. Desde su experiencia, ¿qué acciones, posturas, colectivos o personaje rescatas que aportan algo para cambiar esta realidad?

Creemos que la lucha que libramos las mujeres hoy en día tiene rostros tan diversos como nosotras. Desde nuestra perspectiva, el feminismo no es un movimiento social de protagonismos e individualidades, se trata más bien de la liberación de quienes representamos el 49.50 por ciento de la población a nivel mundial. Es por ello que, el feminismo no puede ser uno y se vuelve necesario reconocer que, a pesar de ser mujeres todas, nos atraviesan distintas violencias. Por ejemplo, hemos leído textos de mujeres negras que no se sienten representadas por los colectivos feministas de mujeres blancas ya que el racismo es un eje fundamental en su lucha, el cual, por lo regular, esta ausente en la agenda. Lo mismo sucede con algunos grupos de mujeres provenientes de pueblos o naciones originarias en donde la defensa del territorio cobra mayor relevancia y sus formas de organización para resistir no encuentran eco en las formas urbanas.

En este sentido, para nosotras se vuelve necesario hacer ejercicios de reflexión constante para estar conscientes de nuestros contextos diversos y privilegios (sean los que sean) para visualizar que no seremos libres hasta que cada una de las mujeres lo sea, y para eso es necesario hacerle frente al patriarcado, el capitalismo, el racismo, la lesbofobia, transfobia, la colonización y el despojo territorial.

 

—¿Creen que la perspectiva de género le aporta algo a la arquitectura?

En definitiva. Necesitamos ver y configurar el hábitat a través de nuestra mirada. Hablando del diseño de los espacios, basta con ver el patio de juegos en las escuelas para entender que, desde muy temprana edad, a las mujeres se nos excluye de lo público y se nos relega a los espacios residuales y domésticos.

Actualmente existe una gran diferencia entre el espacio productivo y el reproductivo; sin embargo, poco se toma en cuenta que para dejar a un lado la vida nómada e iniciar la fundación de los asentamientos humanos sedentarios, fue necesario desarrollar la agricultura y la domesticación del maíz; todo eso se logró gracias a las mujeres. Es decir, hasta hace varios miles de años nosotras teníamos la sabiduría para desarrollar las labores productivas (domesticación de especies, ciclos de cultivo, mejoramiento de semillas, medicina y herbolaria, entre otros) y las reproductivas (transformación de los alimentos, partería, cuidado del grupo, etcétera), sosteniendo las civilizaciones mientras los hombres salían a cazar. Incluso existen estudios en donde se afirma que las pinturas rupestres encontradas en las cuevas pertenecen a mujeres, siendo no solamente las encargadas de encontrar los primeros refugios, sino también las autoras de las primeras expresiones artísticas.

Y esto se vuelve muy importante porque las mujeres fuimos despojadas de la tierra y del espacio productivo. Hoy en día, según el Registro Agrario Nacional (RAN), únicamente el 26.3 por ciento de las tierras ejidales están en manos de mujeres. En las zonas urbanas, según el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES), somos dueñas únicamente del 35 por ciento de las viviendas particulares. Sostenemos al país con el trabajo reproductivo y la invención de la agricultura y, sin embargo, no estamos seguras en sus lógicas patriarcales.

 

—¿Creen que en México las mujeres aún viven una batalla en el campo de la arquitectura?

Las mujeres vivimos una batalla todos los días, en todos los aspectos. Hablando específicamente de la arquitectura (lo cual seguramente se podrá trasladar a muchas profesiones más), nos parece que no ha existido un cambio radical. Hace apenas 99 años Walter Gropius afirmaba que en la Bauhaus se pronunciaban en contra de la formación de mujeres arquitectas, y hacía una diferencia entre hombres y mujeres llamándonos el «sexo fuerte» y el «bello sexo».

Esto puede sonar escandaloso, pero en realidad, ¿algo ha cambiado sustancialmente? Si bien tenemos acceso libre a las escuelas de arquitectura, los discursos machistas que resuenan en el ámbito académico aún son dignos de las afirmaciones de Gropius y los galardones de mayor prestigio en el ámbito arquitectónico nos han dejado claro que, salvo algunas excepciones, no hay lugar para nosotras.

Al premio Pritzker, que inició en 1979, le tomó 25 años galardonar a una mujer1, Zaha Hadid (la única que lo ha recibido sin un compañero), y en 1991 omitió a Denise Scott Brown del premio, reconociendo únicamente a su esposo. La prestigiosa medalla de oro que entrega el Instituto Americano de Arquitectos (AIA) inició en 1907 y fue hasta 2014, 107 años después, que reconoció a Julia Morgan. Posteriormente, en 2016, reconoció a Denise Scott Brown. Desde entonces ninguna otra mujer ha obtenido el galardón.

¿Será que no existen mujeres arquitectas con carreras profesionales dignas de recibir estos reconocimientos? El pacto patriarcal sigue vigente.

 

—Recomiéndennos el trabajo de tres mujeres que hayan influido en tu práctica como arquitecta.

La artista mexicana Mónica Mayer nos parece extraordinaria pues fundó Polvo de Gallina Negra, el primer colectivo de arte feminista en México, de la mano con Maris Bustamante. En su exposición El tendedero preguntó a las mujeres cómo se sentían en la ciudad y evidenció la inseguridad que vivimos en el espacio público. Descubrir su activismo multidisciplinario fue sumamente nutritivo.

Lina Bo Bardi, quien es reconocida como un icono en el movimiento moderno, tiene un acercamiento con las culturas originarias brasileñas y sus formas de habitar, involucrándose desde el registro de sistemas constructivos del Amazonas en su revista Hábitat, la curaduría de exposiciones en el Museo de Arte de São Paulo con objetos utilitarios de las culturas que visitaba, hasta la reproducción de técnicas constructivas en su propio estudio.

La arquitecta Valeria Prieto tiene un aporte fundamental y único en nuestro país a través de su libro Vivienda campesina en México (Secretaria de Asentamientos Humanos y Obras Públicas, 1978), en donde documenta los sistemas constructivos de los pueblos originarios de nuestro país a través de fotografías, textos y dibujos.

Por último, actualmente seguimos de cerca el trabajo de la geofísica María Salguero, activista feminista que registra en un mapa interactivo todos los feminicidios que ocurren en México. Es gracias a ella que tenemos datos y estadísticas de la violencia de género en nuestro país: en 2019 asesinaron a 3 825 mujeres (diez u once mujeres al día).

Comunal Taller de Arquitectura. Construcción.

COMUNAL Taller de Arquitectura, Escuela Rural Productiva, 2013. Cortesía de COMUNAL.

—Comunal: Taller de Arquitectura es una asociación civil cuya misión es colaborar en el mejoramiento de las condiciones de vida y el habitar de las comunidades rurales de nuestro país, así como en el rescate y fortalecimiento de la memoria territorial, a través de procesos participativos integrales que detonen la valoración de los saberes locales, autonomía, intercambio de saberes y resiliencia, reconociendo siempre a los habitantes como el centro de los procesos y la toma de decisiones. Comunal es dirigido por Mariana Ordóñez Grajales (Quintana Roo, 1986) y Jesica Amescua Carrera (Ciudad de México, 1983).

 

Regina De Hoyos | PALMA

Arquitectura perspectiva de género. Regina de Hoyos arquitecta.

Regina de Hoyos. Foto: Ana Hop. Cortesía de la arquitecta.

En México vivimos un constante estado de emergencia con respecto a la situación de las mujeres. Desde su experiencia, ¿qué acciones, posturas, colectivos o personaje rescatas que aportan algo para cambiar esta realidad?

Es un tema un poco difícil. En definitiva, hablar de género es importante, pero pensamos que hacer esa distinción hace que crezca la diferencia en lugar de acortarla. Preferimos hablar de arquitectura y de ser arquitectas y que nos pregunten lo mismo que le preguntan a cualquier otro arquitecto.

Bajo esta nota, creo que en México hay excelentes arquitectas y despachos que involucran hombres y mujeres, que creo que es como debería funcionar la vida en general; no debería estar más cargado que de [un lado que de] otro. Yo no creo que esté peleada una cosa con la otra o que debería haber despachos únicamente de mujeres ni mucho menos de solo hombres; creo que el equilibrio es lo principal. 

Yo siempre menciono a quien fue nuestra maestra y guía, además de modelo a seguir: la arquitecta Gabriela Carrillo. Ella era un ejemplo constante que, en ese momento, nos demostraba que una mujer arquitecta mexicana podía estar haciendo cosas muy interesantes.

Por otra parte, creo que esta generación en la que estamos nosotros, por lo menos de arquitectura, ya hay muchos proyectos de jóvenes, proyectos mixtos o de solo mujeres. Hay uno muy interesante que se llama Comunal Taller de Arquitectura, que son dos mujeres también de nuestra generación que se encargan de proyectos exclusivamente rurales. Trabajan con las comunidades y tienen un programa que va mucho más allá de la arquitectura. Tiene que ver con el entendimiento de las relaciones sociales, de las estructuras de las comunidades y cómo sus soluciones responden a las necesidades de esa comunidad. Su trabajo abarca muchos ámbitos y eso me parece sumamente interesante.

Por otra parte está Rozana Montiel: es mexicana, tiene un despacho de arquitectura y tiene un equipo de trabajo internacional compuesto solo de mujeres.

También están Fernanda Canales, Frida Escobedo y Tatiana Bilbao.

 

—¿Crees que la perspectiva de género le aporta algo a la arquitectura?

Totalmente, en México, tendríamos que idear una arquitectura pensada en la equidad de género tomando como ejemplo otros proyectos internacionales que ya funcionan. Tendríamos que estar hablando de esta equidad de género a través de la arquitectura, resolviéndola en espacios públicos y privados que involucren y resuelvan las necesidades diarias de las mujeres. Un espacio físico donde puedan seguir desarrollándose profesionalmente pero que al mismo tiempo no esté peleado con tener una familia. Creo que por ahí tendría que suceder, pero todavía estamos muy atrasados en eso: no existen estos espacios ni a nivel ciudad, ni en oficinas o departamentos que cumplan con esas características fundamentales.

Por el momento no se me ocurre un ejemplo específico donde se estén implementando este tipo de soluciones en nuestro país. Pero hay proyectos a nivel internacional e incluso proyectos gubernamentales que se encargan de diseñar la ciudad con perspectiva de género. Sabemos que las ciudades siempre han sido diseñadas para satisfacer las necesidades económicas que soportan el capitalismo. Son ciudades que no están pensadas para el sector reproductivo, sino para el productivo.

 

—¿Crees que en México las mujeres aún viven una batalla en el campo de la arquitectura?

Creo que la viven en todos los campos. Aunque me gusta pensar que poco a poco se va equilibrando más la situación en ciertos ámbitos. Antes el porcentaje de mujeres que estudiaban arquitectura era abismalmente más bajo comparado con el de hombres: por ejemplo, en la UNAM, de una generación solo siete eran mujeres.

Ahora el porcentaje de estudiantes mujeres y hombres, es prácticamente igual. El problema es que conforme las mujeres avanzan en su carrera profesional ese porcentaje baja. Es algo que tiene que ver mucho con cómo se trabaja el tema de lo familiar y cómo estamos sujetas a este papel donde, en determinado momento, “tenemos” que escoger entre la profesión o la familia. 

En México, desde mi punto de vista, hay muchas mujeres que representan el avance en la equidad, pero evidentemente aún no es suficiente; y a nivel internacional es aún menos: todavía existe este gremio de selección de premios que está controlado por hombres. Siempre ha sido así y eso limita mucho las posibilidades que tiene una mujer de conseguir ese rango: sí se han otorgado premios a mujeres, pero es un granito de arena comparándolo con los arquitectos hombres. 

 

—Recomiéndanos el trabajo de tres mujeres que hayan influido en tu práctica como arquitecta.

En definitiva, Gabriela Carrillo, Magui Peredo y Frida Escobedo serían tres arquitectas mexicanas que han influenciado nuestra manera de pensar, de trabajar y de mirar hacia el futuro.

A nivel internacional, Denise Scott Brown es un ejemplo muy fuerte; Lina Bo Bardi; y Zaha Hadid, aunque no en la parte de diseño arquitectónico sino como de posicionamiento de la figura de la mujer arquitecta.

Arquitectura perspectiva de género. Regina de Hoyos PALMA.

Cortesía de PALMA.

—Regina De Hoyos es arquitecta por la Universidad Nacional Autónoma de México, realizó estudios de intercambio en la Universidad Politécnica de Turín, Italia. Desde el 2016, junto a Ilse Cárdenas, Diego Escamilla y Juan Luis Rivera funda PALMA oficina de arquitectura en la Ciudad de México. En la oficina les preocupa idear soluciones integrales e individuales a cada problema arquitectónico. Con base en un detallado análisis del contexto inmediato y a través de un proceso de diseño abierto a la experimentación y exploración, emprenden la búsqueda hacia una arquitectura de atmósferas con identidad única, que conmuevan y pertenezcan. Su trabajo ha sido publicado en diversos medios nacionales e internacionales. Han sido invitados a impartir talleres y conferencias en distintas partes de la República. Recientemente participaron en el Foro de Arquitectura «AFUERA» en el Central Academy of Fine Arts en Pekín.

 

—Ingrid Moye | Zeller & Moye

Arquitectura perspectiva de género. Ingrid Moye.

Ingrid Moye. Foto: Omar Muñoz. Cortesía de la arquitecta.

En México vivimos un constante estado de emergencia con respecto a la situación de las mujeres. Desde tu experiencia, ¿qué acciones, posturas, colectivos o personaje rescatas que están aportando para cambiar esta realidad?

La violencia en contra de las mujeres la veo como un problema grave, y como uno entre los múltiples problemas que tenemos como sociedad. Creo que estos problemas no los podemos aislar, que son bastante complejos, y que tienen una raíz profunda.

Estoy convencida de que a través de nuestra disciplina, como arquitectos, es posible hacer algo en beneficio de nuestra sociedad. Desde mi experiencia, un ejemplo exitoso en cuanto a cómo la arquitectura y el trabajo en equipo pueden influir positivamente en la sociedad, es el proyecto del Territorio al Habitante del CIDS del Infonavit, dirigido por Carlos Zedillo. Se invitó a un grupo de arquitectas y arquitectos, y a cada despacho nos asignaron un municipio para proponer un prototipo de vivienda social de tipo rural, que pudiera ser replicado y adaptado para diferentes familias. La aproximación que tuvimos con mi estudio Zeller & Moye, con nuestro prototipo Casa Hilo para Coquimatlán, Colima, fue a partir de un análisis de la población local: estudiamos las actividades y características de la vivienda actual en Coquimatlán, y generamos un prototipo flexible y expandible que incorpora las formas de vida tradicionales de la familia rural, aprovechando las condiciones climáticas del sitio; además de reforzar temas de seguridad por medio de la vigilancia vecinal.

Veo a la arquitectura como una herramienta que podemos utilizar para mejorar no solo la vida del usuario, sino a tener impacto positivo en una familia, en una comunidad, y a nivel urbano.

 

—¿Crees que la perspectiva de género le aporta algo a la arquitectura?

La diversidad de género debe de existir para cualquier disciplina, a nivel global, y no veo forma de cuestionar este hecho. Desafortunadamente, la historia de la arquitectura está dominada por una perspectiva masculina. Por suerte eso está cambiando, pero estamos en medio del punto de inflexión, y falta mucho por hacer al respecto.

Me acuerdo que, cuando era chica, solo se hablaba de Barragán y de unos cuantos arquitectos más. Hoy veo que la escena en México se vuelve mucho más diversa, y me da gusto ver esta apertura.

 

—¿Crees que en México las mujeres aún viven una batalla en el campo de la arquitectura?

Creo que el problema es general, no solo para las arquitectas, sino en todos los campos. En específico, en la profesión de arquitectura, sí hay esta predisposición a que el arquitecto sea un hombre. Además, una obra la ejecutan por tradición hombres: trabajadores, ingenieros, constructores, etcétera. La mayoría de las personas con las que convivo profesionalmente tienden a ser hombres, lo cual me hace preguntarme qué está pasando. No creo que estemos en un punto en el que exista una equidad de género en la arquitectura.

En mi estudio, Zeller & Moye, hemos conformado un equipo de colaboradores balanceado en cuanto a género. Hemos tenido la suerte de tener algunas clientas mujeres, como Sandra Weil, quien nos comisionó para el proyecto de su primera boutique en Polanco. También hemos realizado algunas colaboraciones exitosas con mujeres, como con la artista escocesa Katie Paterson, con quien hicimos la obra de arte público Hollow, en los Royal Fort Gardens en Bristol, Inglaterra.

 

—Recomiéndanos el trabajo de tres mujeres que hayan inspirado tu práctica como arquitecta.

Kazuyo Sejima ha sido, sin duda, mi mayor influencia, no solo a través de su obra, sino también a través de la experiencia que tuve en su estudio SANAA en Tokio, durante mis primeros años de vida profesional, en los que colaboré como arquitecta. Me interesa su lenguaje abstracto, ligero e innovador; y me parece también relevante su rol como mujer en una sociedad machista como es la japonesa.

Una de las mujeres que más me han inspirado en los últimos años es Karin Mlodoch, nuestra clienta en el proyecto del Memorial del Anfal, en Kurdistán, Irak.

Karin es la directora de HAUKARI e.V., una ONG alemana que trabaja apoyando a mujeres de la región irakí-kurda. El proyecto toma mucho valor al haber sido iniciado por una comunidad de mujeres sobrevivientes al genocidio del Anfal, contra el pueblo kurdo, cometido por Sadam Hussein a finales de la década de 1980. El objetivo del memorial, además de conmemorar a las pérdidas humanas, es hacer que trascienda la cultura kurda para las futuras generaciones. El trabajo de Karin como empoderadora de mujeres en una región tan conflictiva, así como la visión de trascendencia cultural de las mujeres en la comunidad de Rizgari, han sido una de las experiencias más inspiradoras en mi carrera.

Durante mis estudios, el trabajo inicial de Zaha Hadid fue de mucha inspiración. Me interesó el que fuera una mujer iraquí, coincidentemente, y la contundencia de su lenguaje arquitectónico.

Arquitectura perspectiva de género. Zeller & Moye.

Zeller & Moye, Anfal Memorial, 2013-a la fecha. Cortesía del despacho.

—Ingrid Moye fundó el estudio de arquitectura Zeller & Moye junto con Christoph Zeller en 2013 con sede en la Ciudad de México y Berlín. Ingrid estudió arquitectura en la Universidad Anáhuac en la Ciudad de México y en la ETSAM en Madrid, España. Ha colaborado en los estudios SANAA / Kazuyo Sejima + Ryue Nishizawa en Tokio, Japón; y con Herzog & de Meuron en Basilea y Londres. Su trabajo ha sido publicado y exhibido en todo el mundo y forma parte de colecciones como la Werkbundarchiv, Alemania. Ha impartido clases en la Architectural Association (AA) Visiting Schools y en la Academia de Oporto. Ha impartido conferencias en diversas universidades e instituciones, como en el California Institute of the Arts Los Angeles, en Harvard GSD, y en la Graduate School of Architecture, Planning and Preservation de Columbia. El trabajo de Zeller & Moye incluye desde obras de arte hasta edificios institucionales y planificación maestra. Su objetivo es generar un impacto positivo en la vida de las personas y en el espacio público.

 

Saidee Springall | a|911

Arquitectura perspectiva de género. Saidee Springall

Saidee Springall. Cortesía.

En México vivimos un constante estado de emergencia con respecto a la situación de las mujeres. Desde su experiencia, ¿qué acciones, posturas, colectivos o personaje rescatas que aportan algo para cambiar esta realidad?

¿Qué estoy haciendo yo desde mi propia plataforma? Primero reconocer mi situación de privilegio y suerte, en donde he tenido las herramientas y las oportunidades para desarrollarme. Me siento muy afortunada por la vida que he tenido: tuve la suerte de vivir en un entorno que me facilitó ser quien soy, y porque viví rodeada de mujeres y hombres que me han respetado, apoyado y han creído en mí.

Este reconocimiento me permite ser consciente de que no todo el mundo tiene estas oportunidades y que hay que trabajar constantemente para igualar el campo de juego para otras mujeres.

Debemos estar dispuestas a denunciar, señalar, protestar y salir y ocupar las calles para hacerlas nuestras, y hacer oír nuestra voz. La diferencia la estamos haciendo las mujeres que estamos ya cansadas de esta situación de vulnerabilidad, pero también hombres que creen en este cambio. Ocupar la calle puede impulsar la construcción de un verdadero estado de derecho que nos otorgue auténticas garantías y, sobre todo, que promueva un nuevo contrato social.

También estoy convencida que se deben de reconocer las múltiples formas de ser arquitectas: las que decidimos trabajar con nuestras parejas, las que decidimos ser madres, las que decidimos ser más silenciosas y muchas otras elecciones personales. Pareciera, por momentos, que solo las mujeres que trabajan de forma independiente son aquellas que ameritan ser reconocidas. Esa falta de reconocimiento también es una forma de discriminación.

Como mujer arquitecta, pero también como pareja [del arquitecto Jose Castillo de a|911], trabajando y viviendo juntos entendemos la importancia de las grandes y pequeñas decisiones en producir formas de equidad de género. [En a|911] estamos convencidos y comprometidos con promover que las mujeres recuperen su capacidad de empoderamiento, y entender las dinámicas para ser flexibles, empáticos y servir de apoyo. Para nosotros, inclusión y equidad no son parte de un discurso abstracto, es la realidad con la que trabajamos todos los días: desde cómo organizamos el trabajo hasta cómo nos aproximamos y producimos los proyectos. En a|911 la mitad de l@s colaborador@s somos mujeres; y en los ocho puestos de dirección, cinco somos mujeres y cuatro somos madres.

 

—¿Crees que la perspectiva de género le aporta algo a la arquitectura?

Si reconocemos el entorno en el que vivimos, a través de nuestra propia experiencia e historia, entonces podremos actuar con una visión distinta de las cosas que nos permita responder con soluciones que incentiven comportamientos distintos.

Ocupar el espacio de diseño, ocupar el liderazgo y modificar las relaciones de trabajo son solo un ejemplo de lo que tenemos por delante. Existe todavía un machismo semioculto de clientes e incluso colegas que tienen cierta resistencia a tratar con mujeres como iguales. Es fundamental transformar esto con acciones, denuncias y ocupando esos espacios.

Existen formas activas de discriminación y exclusión desde el hogar, hasta en las calles, en el trasporte público y en el espacio laboral que nos obligan a reimaginar estos espacios desde una perspectiva de género que produzca nuevas formas de inclusión, equidad y seguridad, modificando el entorno físico. Desde el espacio domestico, colectivo y laboral podemos mejorar esas condiciones de inequidad que hoy prevalecen. A nosotros como oficina siempre nos ha interesado el vínculo entre lo físico y lo social: cómo hacemos que los espacios respondan de la mejor manera posible a las necesidades del usuario y cómo estos espacios generan mejores dinámicas sociales.

 

—¿Crees que en México las mujeres aún viven una batalla en el campo de la arquitectura?

Como ya lo he mencionado, en lo personal he sido muy afortunada. Estudié arquitectura, me fui de maestría al extranjero, fui becaria de Jóvenes Creadores, he sido becaria dos veces del Sistema Nacional de Creadores de Arte, tuve oportunidad de trabajar con arquitectos sobresalientes, tengo mi propia oficina de 64 personas y una vida inmejorable.  Sin embargo, reconozco que existe una situación de desigualdad e inequidad que permea nuestra profesión; y que históricamente ha sido dominada por hombres y marginado a las mujeres por accidente o por diseño, ya sea en reconocimiento, en responsabilidades, en diferencia de sueldos, en los créditos, en difusión, en roles y puestos de dirección dentro de la práctica. Estoy convencida de que la nueva generación de mujeres arquitectas tiene una energía muy especial y está dispuestas a rifársela, por lo menos así lo percibo en mi oficina en donde su rol y su participación se vuelve una fuerza de trabajo importantísima para nuestra producción diaria.

 

—Recomiéndanos el trabajo de tres mujeres que hayan inspirado tu trabajo…

Mi madre siempre fue una pieza fundamental que nos educó e impulsó para ser mujeres independientes y preparadas. Una mujer que cree en la fuerza de las mujeres y lucha porque las mujeres tengan derechos y reconocimientos de igualdad y equidad. Mi madre siempre ha trabajado con y para las mujeres, y ha dedicado su vida a ellas. También mi padre que nos dio todas las herramientas y oportunidades para poder lograrlo. Hoy somos cinco mujeres con proyectos de vida personales y profesionales, con una vida plena y balanceada.

Mis hijas me han motivado para ser una mujer, madre y profesionista dispuesta a todo, ser un ejemplo de cómo sí podemos hacer las cosas y cómo no tenemos que abandonar una cosa para poder hacer otra. Ese balance en la vida en donde reconocemos que hay momentos para apretar y otros para soltar. Hoy me siento muy feliz y orgullosa de lo que he logrado: tengo una pareja que cree y tiene los mismos valores de igualdad, dos hijas muy cercanas y maravillosas que me han apoyado y una profesión que me ha permitido realizarme como arquitecta. Creo en ese proyecto personal y profesional en donde —desde nuestra pequeña esfera— podemos hacer cambios importantes sentando las bases e impulsando a nuevas generaciones.

Siempre me han interesado modelos profesionales como Denise Scott-Brown, como Alison Smithson o como Fuensanta Nieto. Ellas han construido proyectos personales y profesionales con sus parejas sin concesiones, con equilibrio y partiendo de un proyecto colaborativo más amplio.

Finalmente, no podemos perder de vista que, mientras para unas la lucha por el reconocimiento es casi un problema boutique, para muchas otras la lucha diaria de violencia y hostigamiento es un problema alarmante que debemos frenar urgentemente. Admiro a esas mujeres que aun con todas estas condiciones han levantado su voz para salir a las calles para exigir un cambio.

Arquitectura perspectiva de género. Ciudad Mayor.

Arquitectura: a|911 Saidee Springall + Jose Castillo y Sasaki, Ciudad Mayor. Cortesía de los arquitectos.

Saidee Springall (Ciudad de México, 1968) es arquitecta por la Universidad Iberoamericana y tiene una maestría en arquitectura por el GSD de la Universidad de Harvard. En 2002 fundó junto con Jose Castillo a|911. La firma ha diseñado y construido, tanto para el sector público como para el privado, proyectos de vivienda, equipamiento cultural, educativo e infraestructura, así como proyectos comerciales y de espacio público. Ha sido becaria del Fonca y también ha sido seleccionada dos veces para el programa de Sistema Nacional de Creadores de Arte.

 

1 Nota de la Redacción: Al cierre de este texto, el jurado del Pritzker Architecture Prize comunicó su desición de otorgar el Premio Pritzker de 2020 a Yvonne Farrell y Shelley McNamara de Grafton Architects.

 

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Arquitectura: a|911 Saidee Springall + Jose Castillo y Sasaki, Ciudad Mayor. Cortesía de los arquitectos.