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[A la derecha] Lina bo Bardi. Foto: Instituto Lina Bo e P.M. Bardi. [A la izquierda] Lina Bo Bardi en la construcción del Museo de Arte de Sao Paulo (MASP). Tomada de Pinterest.

Lina Bo Bardi: Elementos para habitar el espacio

Columna 11.03.2020

Lorenzo Rocha

Lorenzo Rocha hace una revisión de las obras más emblemáticas de la arquitecta Lina Bo Bardi, a quien actualmente el Museo Jumex le dedica una exposición.

Existen pocos personajes dentro de la arquitectura moderna que hayan tenido una vida tan interesante como la de Lina Bo Bardi. Nacida en Roma en 1914, vivió las dos guerras mundiales y eligió como patria adoptiva Brasil, donde emigró en 1946. Desde joven fue una persona con una creatividad extraordinaria y tras graduarse como arquitecta se mudó a Milán, ciudad que gozaba de cierta independencia cultural respecto al régimen fascista de su época. Bo Bardi seguía una ideología de izquierda y perteneció a la resistencia italiana, cuando al final de la guerra los alemanes invadieron su país. En Milán trabajó con Gio Ponti, quien contribuyó en su formación de manera determinante. Sin embargo, el evento que marcó su vida fue su primer viaje a Brasil con su esposo, el filántropo Pietro Maria Bardi. Un año más tarde, la pareja decidió afincarse en São Paulo, y de ahí despego su prolífica e inagotable carrera como diseñadora y arquitecta. Durante su juventud, la arquitecta sufrió los traumas propios de los tiempos de guerra, vio su casa destruida por las bombas. Pero también desarrolló una sensibilidad especial respecto a los objetos que le rodeaban, entre ellos la propia arquitectura, se percató que las construcciones no son eternas. En 1947 escribió en la revista Rio: «Las casas deben servir para la vida de las personas, deben servirles como consuelo, no deben ostentar riqueza ni espectáculo, no son para exaltar las vanidades inútiles del espíritu humano». La arquitecta reflexionó acerca de su profesión en tiempos de la reconstrucción de las ciudades italianas durante los primeros años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, cuando los arquitectos se planteaban por primera vez el problema de la vivienda a escala industrial. En el texto citado también declara: «La guerra destruyó la mitología de los monumentos, también dentro de las casas desaparecieron los muebles monumentales, su destrucción obligó a pensar en muebles que sirvan, sillas para sentarse, mesas para comer, sofás para leer y reposar, camas para dormir, de este modo la casa no será más un lugar eterno y terrible, sino una aliada del hombre, ágil y servicial que al igual que el hombre, puede morir. En Europa se reconstruyeron las casas con soluciones simples, claras, modestas, por primera vez en la historia tal vez los hombres aprendieron, después de ver sus casas destruidas a ras de suelo, que la casa refleja a quien la habita y se avergonzaron de su vieja casa que mostraba públicamente sus propias debilidades y sus vicios».

Agenda exposiciones enero 2020. Lina Bo Bardi.

Lina Bo Bardi en la construcción del MASP junto al prototipo del caballete de vidrio con la reproducción de El estudiante de Vincent van Gogh en 1967. Colección Instituto Bardi / Casa de Vidro São Paulo Fotografía de Lew Parrella. Tomada de la web del Museo Jumex.

Cuatro de sus proyectos han adquirido la categoría de obras maestras y han enseñado una lección vital a dos generaciones de arquitectos brasileños e internacionales. Se trata de la Casa de vidrio (1951), el Museo de Arte de São Paulo (MASP) de 1957 ampliado en 1968, el SESC-Pompeia (1977), todos ellos en São Paulo; y el Museo de Arte Popular del Solar de Unhao (1959), este último en Salvador de Bahía. Cada uno de ellos tiene características que los distinguen de los demás, un factor que quizá en su momento no ayudó a su correcta apreciación, pero que en el largo plazo destacó la actitud crítica e innovadora de la arquitecta.

La experiencia directa de sus obras proporciona al espectador una comprensión mucho más amplia que las fotografías disponibles. Por ejemplo, la Casa de vidrio, que fue la residencia de su familia por más de 40 años, fue construida en un terreno en el suburbio paulista de Morumby en 1951, cuando en la zona casi no había vegetación, por lo que las fotografías de la época explican hasta cierto punto, la decisión de la arquitecta de construir una caja transparente elevada del suelo. Al paso de los años la vegetación del jardín comenzó a alcanzar la altura de la casa, hasta que ésta quedó totalmente inmersa en la espesura, lo que le da ahora una cualidad enigmática que no tuvo en el tiempo de su construcción. Mucho tiempo después Bo Bardi —con ayuda de sus colaboradores cercanos, André Vainer y Marcelo Carvalho— construyo en el fondo del terreno un pequeño taller al que llamaron la Casinha, que recuerda la arquitectura vernácula brasileña.

Lina Bo Bardi. Casa de vidrio.

Lina Bo Bardi, LA casa de vidrio, 1951. Foto: Lucas Medeiros. Tomada de Wikipedia.

Su obra más famosa sin duda es el MASP, iniciado en 1957, un atrevido edificio sostenido por grandes armaduras para dejar toda su planta baja libre para el uso de los ciudadanos. Es importante señalar dos factores que contribuyeron en gran medida a la realización del proyecto. En primer lugar, la existencia del Trianon, una villa aristocrática y un jardín público que se encuentra en la acera de enfrente del terreno del museo, sobre la Avenida Paulista. La intención de la arquitecta fue la de convertir el antiguo Belvedere en un espacio social y popular, desde el que se pudiera seguir disfrutando la vista hacia el centro histórico de São Paulo. La mejor forma de conseguirlo fue elevando el edificio por encima de la plaza. Otra gran virtud del proyecto, fue el aprovechamiento de los desniveles de la ciudad para alojar bajo la plaza, los espacios complementarios del programa del museo, como el auditorio, la biblioteca, salas adicionales para exposiciones y las oficinas.

Museo de arte en Brasil. Starchitects.

Lina Bo Bardi, Museo de Arte de Sao Paulo, 1947. Tomada de Wikipedia.

Poco tiempo después de concluir el museo, Bo Bardi fue invitada a renovar un antiguo ingenio azucarero en Salvador de Bahía, conocido como Solar de Unhao. La arquitecta decidió conservar el exterior de los edificios en su estado original, eliminar ampliaciones posteriores y liberar espacios para exposiciones y una gran plaza frente al mar. Así surgió la primera etapa del Museo de Arte Popular, que dio lugar a intervenciones de diseño como la escalera helicoidal de planta cuadrada, una pieza realizada en madera siguiendo las técnicas de carpintería utilizadas para la construcción de los antiguos carros tirados por bueyes.

Lina Bo Bardi. Solar du Unhao.

Lina Bo Bardi, Remodelación de escaleras en el Museo Solar du Unhao. Tomada de Pinterest.

Una de sus obras más maduras y espectaculares es el SESC-Pompeia, un centro deportivo y de servicios socioculturales para los empleados afiliados al sector comercial. Este centro, recuperó las naves de una antigua fábrica de tambores, para convertir el lugar en un verdadero foco de bienestar para sus usuarios. Algunos elementos del proyecto como el edificio vertical de concreto armado que alberga las canchas deportivas, es un auténtico hito de la arquitectura moderna. Otros de sus espacios como el teatro de doble gradería y el área de descanso y lectura, nos dejan hoy en día lecciones invaluables de maneras sencillas y auténticas para lograr grandes resultados arquitectónicos. Es un edificio inaugurado hace más de 40 años que está tan vivo o aun más ahora que en sus inicios.

Lina Bo Bardi. SESC-Pompeia.

Lina Bo Bardi, SESC-Pompeia, 1977. Foto: María González. Tomada de ArchDaily.

Su labor como diseñadora de mobiliario dio origen a varias piezas que han sido icónicas dentro del diseño modernista: sus sillas plegables y la Silla Bowl (1951), que aún se producen en Italia, permanecen en la vanguardia del interiorismo mundial. Del mismo modo, sus soportes de cristal para cuadros, sostenidos por cubos de concreto, creados para la colección permanente del MASP desde la década de 1950, son piezas que forman parte inseparable del diseño arquitectónico y como indican los curadores que la han estudiado, de su idea integral de hábitat en el sentido más amplio.

Lo mejor de la década arte. Lina Bo Bardi

Sala de caballetes de cristal de Lina Bo Bardi en el MASP de São Paulo. Cortesía del museo.

Lorenzo Rocha

Es arquitecto y maestro en teoría crítica. Su interés se centra en el uso experimental del espacio. Incorpora actualmente a su trabajo prácticas interdisciplinarias que le permiten explorar el impacto del diseño y la intervención en los espacios que produce y la reactivación de espacios por medio de su uso social. Desde 2005 es director editorial de la revista [ESPACIO] arte contemporáneo. Colaborador regular del diario Milenio desde 2006. En 2018 publicó el libro Arquitectura crítica. Proyectos con espíritu inconformista.
Actualmente es director de la Oficina de transformación urbana y de la Oficina de arte, un espacio para residencias artísticas en el centro de la ciudad de México.

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Lina Bo Bardi en la construcción del MASP junto al prototipo del caballete de vidrio con la reproducción de El estudiante de Vincent van Gogh en 1967. Colección Instituto Bardi / Casa de Vidro São Paulo Fotografía de Lew Parrella. Tomada de la web del Museo Jumex.

Lina Bo Bardi, LA casa de vidrio, 1951. Foto: Lucas Medeiros. Tomada de Wikipedia.

Lina Bo Bardi, Museo de Arte de Sao Paulo, 1947. Tomada de Wikipedia.

Lina Bo Bardi, Remodelación de escaleras en el Museo Solar du Unhao. Tomada de Pinterest.

Lina Bo Bardi, SESC-Pompeia, 1977. Foto: María González. Tomada de ArchDaily.

Sala de caballetes de cristal de Lina Bo Bardi en el MASP de São Paulo. Cortesía del museo.