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Mario García Torres. Foto: Museo Jumex.

Mario García Torres en el Museo Jumex: las exposiciones como procesos creativos

Entrevista 03.06.2020

Platicamos con Mario García Torres sobre «Solo»: su nuevo proyecto expositivo que se está realizando en el Museo Jumex y puede verse en línea.

A partir del 2 de junio, el Museo Jumex presentará Solo: un proyecto individual del artista Mario García Torres, a través del cual reflexionará sobre las implicaciones sociales, económicas y culturales del periodo de contingencia sanitaria que actualmente vivimos. Dicha iniciativa se llevará a cabo en una de las galerías del recinto, que será utilizada por García Torres como un estudio en el que desarrollará una serie específica que posteriormente se dará a conocer en una exposición para un solo visitante, de acuerdo con información publicada por el museo.

Podrás seguir las transmisiones en vivo directamente en la página del Museo Jumex: https://www.fundacionjumex.org/es/exposiciones/190-mario-garcia-torres-solo

Platicamos con el artista para conocer a fondo los antecedentes de este proyecto y los pormenores de lo que están preparando dentro del recinto.

 

—¿Cómo surgió la idea para hacer una exposición con las características de Solo?

La iniciativa de esto en realidad viene de una conversación muy larga, en la que he tratado de discutir y pensar que los museos son una infraestructura importante que tenemos en el país y que nos puede ayudar a mejorar nuestra salud emocional. Creo que, hoy por hoy, el arte y la cultura podrían tener una función muy específica en ayudarnos a pasar por esta situación de la pandemia en términos personales. A partir de esas ideas, traté de promover y ver si era posible abrir los museos bajo una estructura muy específica, relacionada con visitar los museos solo y de una manera individual —que cada quien tuviera una estancia de media hora— y que eso resultara en una experiencia acogedora y personal.

Creo que una parte en la que nos ha afectado la pandemia es que estamos confinados, en un espacio limitado y una cosa importante es pensar en los museos como lugares que nos pueden ayudar a cambiar el pensamiento del exterior: los museos siempre han sido una estructura o que nos ayuda a ver las cosas de una manera distinta. Es un espacio medianamente blanco, medianamente genérico en donde se permite ver fuera de la sociedad; es como un paréntesis en nuestra vida. En este momento esa cualidad de los museos nos podría ayudar a eso.

A partir de esa iniciativa contacté a museos y en algún momento llegué con Museo Jumex; empecé a tener algunas pláticas largas con el curador Kit Hammonds. A partir de ahí resultó esta idea que no tenía que ver con abrir el museo sino de activar el museo, mantenerlo funcionando; parte de la iniciativa viene de la idea de cómo reconfiguramos el concepto del museo; qué va a suceder con los museos a partir de esta situación; cómo los vamos a cambiar y cómo los vamos a readaptar para esta nueva cotidianidad que vamos a tener.

Derivada de esas discusiones resultó interesante pensar que los museos, más allá de que hoy es imposible abrirlos —tomando en cuenta las circunstancias de nuestro país—, sí podrían activarse para pensar que estos espacios no son solo las exposiciones que están ahí puestas, que se ven iluminadas y montadas, sino que siempre hay mucho trabajo detrás de cada una de ellas, de parte del artista y de la institución. Entonces quisimos pensar que era posible tener a una persona dentro del museo e ilustrar cómo ese proceso funciona y cómo el museo puede seguir operando a pesar de que no tiene un público.

Mario García Torres. Museo Jumex.

[El artista Mario García Torres dentro de una de las salas del Museo Jumex]. Tomada del sitio web del museo.

—¿Qué tipo de piezas conformarán la exposición?

El 2 de junio empezará la transmisión del proyecto a las 10 de la mañana y dentro de ese espacio habrá un número de herramientas y material que yo estaré utilizando para desarrollar el proyecto. El producto final todavía es un tanto incierto.

Se están llevando los materiales que yo normalmente utilizaría para hacer una serie de obras, hasta cierto punto convencionales —piezas de carácter pictórico en bastidores y hechas con polvo de tóner— y se está acondicionando el espacio con otro tipo de materiales, con el fin de ir definiendo. Cuando uno se enfrenta a un proyecto o a un contexto y una situación para hacer un proyecto nuevo no llegas con algo hecho. Aquí nos adelantamos a tener algo disponible, porque sabemos que es un proyecto que tiene que realizarse en cierto tiempo, pero también tratamos de negociarlo y de definir lo menos posible, porque hay una parte que es la que más me interesa: tener tiempo en el estudio.

Normalmente una gran parte del trabajo del artista tiene un fuerte carácter administrativo: revisar el correo, pagar la renta, recibir los insumos para hacer su trabajo, etcétera. Esta situación lo que me está permitiendo es brindar un espacio para pensar el proyecto y realmente poner todo el tiempo posible en él. Lo que estará ahí será el proceso que llevará a una exposición específica, pero en ese trayecto estaré tanto produciendo las cosas físicas —no sé en qué momento se materializarán las cosas— pero también reflexionaré en lo que significa estar solo; cómo impacta la soledad a un proceso creativo; qué es lo que significa el museo; qué otros artistas han hablado del museo y cómo lo hemos formulado a través de las décadas;  de qué forma los artistas han tratado ese tema… en fin, hay muchas preguntas que la hipótesis de la exposición propone.

Espero que esto se convierta en una discusión pública: creo que mi rol ahí es el de catalizador, de pensar que yo estoy haciendo un trabajo que se pueda convertir en una conversación y con esa idea se harán [como parte de la exposición] una serie de charlas con diferentes actores, curadores, artistas y público en general a través de internet. Ojalá que esa experiencia resulte una excusa para convivir y pensar qué significa trabajar en este momento, qué significa confiar en las instituciones culturales y cómo estamos negociando la cotidianidad en medio de esta pandemia.

Mario García Torres. Museo Jumex.

[Para Solo, se colocaron cuatro cámaras dentro del museo, con el fin de registrar el proceso y la producción de las obras de Mario García Torres.] Foto: Museo Jumex.

—Ante la contingencia, surgieron varias iniciativas en línea para mantener la oferta expositiva y las actividades culturales. En este contexto, ¿qué le puede ofrecer Solo al público en tanto experiencia?

A lo largo de esta pandemia, los museos se volcaron en buscar la manera de estar presentes, de seguir manteniendo este contacto con el público. Creo que lo han logrado de una manera exitosa: llenar nuestro tiempo en estos casi dos meses. La cultura se ha convertido en una cosa muy importante en nuestra cotidianidad y los museos han jugado un papel clave en eso.

A diferencia de ese impulso de publicar cosas, de convertir a los museos en unos espacios, por un lado de conversación —digital, desde luego—, y el esfuerzo de publicar archivos de exposiciones antiguas, Solo pretende dar el siguiente paso, que no es publicar cosas antiguas sino generar cosas en tiempo real. La idea es mantener el museo andando.

 

—En gran medida, los museos funcionan como espacios de encuentro colectivo y de discusión de ideas. Con Solo, ¿esperas generar una discusión o reflexión específica en este aspecto? Si es así, ¿cuál sería?

Los artistas somos unos entes dentro de la sociedad que estamos siempre transparentando nuestra vida; siempre estamos mostrando lo que apreciamos. Los artistas tienen un cierto impacto porque logran materializar o mostrar lo que la gente está pensando, o por lo que está preocupada en ese momento. De alguna forma, el artista es un ente dentro del a sociedad y que funciona como catalizador para los pensamientos que existen en su sociedad.

En este sentido, quisiera pensar que este acto sea eso: una forma de tratar de ver a ese personaje y discutirlo dentro de nuestra situación; pensar en qué estamos haciendo cada uno de nosotros con nuestro tiempo en esta pandemia; cuáles son nuestras preocupaciones; qué es lo que está sucediendo en términos económicos y sociales en nuestro país y cómo cada uno vamos, desde nuestra trinchera, a negociar eso.

Estos son los temas que quiero pensar que van a surgir. Es importante repensar la idea de los museos, qué va a suceder con ellos: si antes funcionaban de una manera, muy probablemente esto va a afectar —no sabemos por cuánto tiempo— en que los museos tengan que generar nuevas reglas sociales y de consumo de cultura. Pienso que es algo que el proyecto discute desde hoy, cuáles son las posibilidades de los museos hoy en día. Actualmente no hay manera de ir al museo, sin embargo, el museo apuesta por seguir funcionando y decirle a su público: «Aquí estoy, operando. Hoy no puedo abrirte las puertas pero sigo funcionando».

Para esto se han preparado un número de pláticas con agentes culturales de renombre, entre ellos Mathieu Copeland, un curador que hace unos años hizo una exposición llamada VOIDS —en el Museo Pompidou de Francia— que tuvo que ver con propuestas de artistas que exhibían en la galería sola, o artistas que proponían que la galería se cerrara durante un periodo determinado.

Hay algunos artistas más y curadores a quienes invitaremos a discutir el proyecto, lo que está sucediendo dentro del espacio y tratar de que ese personaje que está dentro de la sala del museo tenga otro tipo de contacto social a través de internet y que se enfoque la discusión hacia temas que muchos queremos discutir o expresar su opinión.

 

—En años previos, las exposiciones con una gran afluencia fueron frecuentes en cierta medida. ¿cómo ves el futuro de los museos, tomando en cuenta el contexto que estamos viviendo?

Creo que son dos cosas distintas: hay una parte que es menos predecible que tiene que ver con la situación específica de la pandemia, para saber hasta cuándo estos espacios permitirán esa interacción social. No lo sabemos. Yo había propuesto que lo hagamos ya, bajo un cierto número de reglas, pero creo que, cuando empiecen a abrir los museos en el mundo, la experiencia será totalmente distinta, aunque concibamos una visita al museo de la manera más convencional, con las obras de arte más convencionales colgadas en una pared, en espacios alrededor de ellos. Salvo por el hecho de que tendremos que guardar distancia y estar con un tapabocas dentro del museo, creo que se va a generar una experiencia muy distinta: hasta corporalmente será diferente estar en el lugar y repensarse uno mismo.

Por un lado eso nos genera cierta rigidez de lo que se podrá hacer; de inmediato los proyectos interactivos van a ser menos atractivos para las instituciones. Si hay más piezas que impliquen entrar en contacto directo con objetos, van a ser menos populares. Creo que las piezas más convencionales, que están colgadas en la pared y que tienen que ver más con una apreciación estética más larga tendrán un cierto impacto y funcionarán para esa situación.

Una parte importante tendrá que ver con el hecho de que esta pandemia nos ha cambiado radicalmente y nos seguirá cambiando por un tiempo. Desde mi punto de vista, hay algo que tiene que ver con reconocer valores muy fundamentales en el ser humano y creo que el arte puede ayudarnos a alimentar esa parte de nuestra vida y nuestra necesidad de consumo estético. Creo que el arte va a tener un papel fundamental en esta reformación de nuestra sociedad y en eso los museos serán claves, más allá de cuáles son las reglas de cada institución.

Por otro lado, lo que decías de las exposiciones «blockbuster», creo que es algo que hemos estado viendo. El arte es una manifestación cada vez más popular, en el sentido de que el público para ellas es cada vez más grande, los museos se llenan cada vez más y me parece increíble que se reconozca ese espacio del museo y la cultura como algo que puede aportar y provocar una discusión.

Por otra parte, estas exposiciones masivas atraen a públicos más generales y si hay algo que pudiera decir al respecto —un poco como brujo o jugando al adivino— es que habrá un público más interesado. Son exposiciones que también son importantes para los museos porque reciben ingresos de las taquillas, se compran catálogos, forman parte de los programas educativos, etcétera.

También es una oportunidad para el museo de congregar a un gran público y comunicarle las cosas que considere pertinentes. En ese sentido, las obras en arte que no pertenecen a esa dinámica mediática tal vez se reducirán en cuanto a presencia, pero creo que el museo siempre tendrá espacios para distintos públicos; públicos que tal vez aprecian las exposiciones de una manera distinta, que pasan más tiempo con las obras, etcétera. Como en cualquier lugar, veremos que los museos crecerán más en cuanto a cultura popular y dentro de esa producción de arte siempre habrá una parte popular y una más académica, de nicho —digamos—, aunque claramente es difícil predecir el futuro.

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