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Arquitectura, mujeres y perspectiva de género: en la opinión de arquitectas mexicanas | Parte 1

Especial 26.02.2020

Con motivo del Día Internacional de la Mujer, dialogamos con creadoras mexicanas sobre feminismos y perspectiva de género.

La violencia de género, la inequidad y los retos que las mujeres tienen dentro de las disciplinas creativas por el simple hecho de ser mujeres son temas insoslayables en México y que abarcan tanto la vida pública como la privada. Con tal motivo, invitamos a arquitectas mexicanas a platicar sobre perspectiva de género, sobre los retos que tienen las mujeres dentro de la disciplina, y sobre la situación actual que las mujeres viven en México.

Ésta es la primera parte de esta consulta. Participan Ilse Cárdenas de PALMA, Laura Natividad de NOMAH y Andrea Soto de ATELIER ARS. El orden es alfabético.

 

Ilse Cárdenas | PALMA

Arquitectura perspectiva de género. Ilse Cárdenas.

Ilse Cárdenas. Fotografía de Ana Hop. Cortesía.

En México vivimos un constante estado de emergencia con respecto a la situación de las mujeres. Desde tu experiencia, ¿qué acciones, posturas, colectivos o personaje rescatas que aportan algo para cambiar esta realidad?

Más que destacar personajes u organizaciones, me parece muy importante destacar un movimiento anónimo que ha ido tomando fuerza. Claro que hay movimientos y personas que han logrado cosas importantes y que merecen ser reconocidas. Pero prefiero destacar lo anónimo; se debe hablar de cómo a partir de ciertos eventos o momentos de inflexión se ha ido corriendo esa voz y nos hemos ido levantando unas a otras no solo para luchar, sino para visibilizar el desastre de género que vivimos en este país.

Para mí es vital destacar que es una lucha diaria. La violencia de género la vivimos en todos los ámbitos, más allá de arquitectura o no: visibilizar la fuerza y el ánimo que involucra literalmente educar a las personas —no solo hombres— sobre qué es el feminismo, qué es la perspectiva de género, de dónde viene esto que nos tiene tan enojadas y preocupadas, aplaudo seguir repitiendo esto cuando se ha dicho hasta el cansancio qué es lo que se busca.

 

—¿Crees que la perspectiva de género le aporta algo a la arquitectura?

La perspectiva de género le aporta a todo. La arquitectura y el urbanismo son actos profundamente políticos, moldean nuestra forma de vivir, de relacionarnos, de movernos. Las ciudades, el habitar, ha sido planteado por años desde una perspectiva androcentrista con la que se ha promovido la división del espacio, entre espacios productivos y reproductivos, esto tiene un impacto importante que creo debe ser analizado.

Existen investigaciones muy interesantes de urbanistas con perspectiva de género de cómo esto es algo real, no es solo una teoría.

El espacio nunca ha sido neutro, la separación de hogar-lugar de trabajo no es inocua y conlleva un significado que polariza. Por ponerte un ejemplo, de los dos a los ocho años el uso de las zonas de juego en espacios públicos es bastante parejo entre hombres y mujeres, pero después de los ocho años esto da la vuelta de forma brutal y el 70 por ciento de usuarios constantes son hombres. Diseñar con perspectiva de género puede y debe cambiar este tipo de números que son muy dañinos a la larga para la sociedad. Son este tipo de cosas que ignoramos en las que creo que queda un camino muy largo por recorrer.

 

—¿Crees que en México las mujeres aún viven una batalla en el campo de la arquitectura?

Por supuesto. Pero como te digo, no es solo una batalla en la arquitectura, sino a nivel mundial: está en el cine, en la mercadotecnia, en la vida doméstica, en la pública y en cualquier ámbito que se te pueda ocurrir. Vivimos en un mundo completamente androcentrista, pensado, planeado, para colocar al hombre en el centro de la discusión.

A veces, cuando leo entrevistas de generaciones un poco más grandes que la nuestra, digamos la generación de arquitectas y arquitectos que ahora mismo están haciendo la mayoría de las cosas en México, me asusta un poco leer respuestas en las que no creen que exista esta batalla. Hace poco leía sobre el concepto espejismo de igualdad, que tomó mucha fuerza en las décadas de 1980 y 1990; se trata de toda esa idea falsa de que la lucha ya estaba terminando: ya podemos votar, estudiar y todos deberíamos estar felices y contentos, pero no es nada más que un espejismo.

 

—Recomiéndanos el trabajo de tres mujeres que hayan inspirado tu trabajo.

Creo que las investigaciones de Dolores Hayden y Zaida Muxí son sumamente interesantes: hablan mucho sobre estas cosas que se suelen dar por hecho en la arquitectura y cómo la ciudad y el espacio se han ido construido con base en una estructura completamente patriarcal. 

En generaciones más cercanas a la mía me parece increíble el trabajo de Anna Puigjaner, una de las socias de una oficina llamada Maio —son españolas. Su trabajo de tesis Kitchenless City es sumamente provocador habla de como a la cocina se la ha cargado de valores ideológicos relacionados con el rol de la mujer y la construcción de la familia ideal.

Además, quiero enfatizar la importancia de romper con este círculo vicioso que invisibiliza el trabajo de arquitectas. Esto es sumamente dañino para las generaciones que vienen.

Aplaudo el trabajo de todas mis colegas más allá de unos cuantos nombres que ya destacan por sí mismos. En lo personal Gabriela Carrillo es una figura femenina muy importante pues tuve la fortuna de tenerla como maestra y asesora de tesis en la Universidad; está por demás decir que su trabajo es impecable y sumamente inspirador.

Arquitectura perspectiva de género. Palma

Cortesía de PALMA.

Ilse Cárdenas es arquitecta por la Universidad Nacional Autónoma de México; realizó estudios de intercambio en la Universidad Técnica de Lisboa en Portugal. Desde el 2016, junto a Regina de Hoyos, Diego Escamilla y Juan Luis Rivera funda PALMA oficina de arquitectura en la Ciudad de México. En la oficina les preocupa idear soluciones integrales e individuales a cada problema arquitectónico. Con base en un detallado análisis del contexto inmediato y a través de un proceso de diseño abierto a la experimentación y exploración, emprenden la búsqueda hacia una arquitectura de atmósferas con identidad única, que conmuevan y pertenezcan. Su trabajo ha sido publicado en diversos medios nacionales e internacionales. Han sido invitados a impartir talleres y conferencias en distintas partes de la República. Recientemente participaron en el Foro de Arquitectura AFUERA en el Central Academy of Fine Arts en Beijing. Actualmente es acreedora de la beca Jóvenes Creadores otorgada por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) con su proyecto Exclusivo | Excluyente, el lujo del encierro.

 

Laura Natividad | NOMAH

Laura Natividad.

Laura Natividad. Fotografía de Zaickz Studio. Cortesía.

—En México vivimos un constante estado de emergencia con respecto a la situación de las mujeres. Desde tu experiencia, ¿qué acciones, posturas, colectivos o personaje rescatas que están aportando para cambiar esta realidad?

Creo que es un tema no nada más de quién lo está haciendo, pues lo está haciendo todo el mundo. Por primera vez percibo un cambio y nos estamos haciendo notar cada vez más.

En el terreno de la arquitectura y de cómo están conformados los equipos de trabajo, desgraciadamente vivimos en un mundo tan machista donde, al final, en la selección [de equipos de trabajo] sí influye el género.

Es necesario analizar cuáles son los criterios para seleccionar al equipo, ¿qué detona en ti como jefe o líder de un proyecto darle preferencia a cierto género, con qué criterio haces la selección y por medio de qué procesos reclutas a la gente. Pero me gustaría dirigir las respuestas de esta entrevista a no hablar tanto de la diferenciación de género: como mujeres debemos empezar a no hacer diferencias, apostar para hacer alianzas con hombres que tengan interés por incluir a las mujeres; hay hombres a quienes no les da miedo el género. Creo que va desde ahí: es una actitud y un statement. Por mencionar algunas de estas mujeres que están en el movimiento [en pro del reconocimiento de los derechos de la mujer] como Alejandra Márquez directora y guionista mexicana, Bárbara Arredondo escritora y activista y muchas más que se están uniendo para levantar la voz.

 

—¿Crees que la perspectiva de género le aporta algo a la arquitectura?

Creo que la arquitectura, de origen, es una profesión masculina. Hemos visto miles de entrevistas y textos donde se dice que la arquitectura nace del hombre: ellos crearon las ciudades, ellos definieron cómo se tiene que vivir, pero cada vez hay muchas más mujeres, o por lo menos el porcentaje está muy nivelado entre mujeres y hombres sobre todo en las escuelas.

Creo que hay que cambiar el discurso y dejar de hablar de diferencia de géneros: estamos igualmente capacitados para realizar cualquier rol; así como un hombre tiene la misma capacidad para cuidar de los hijos.

Al final, si no vemos tantas mujeres destacadas en el ámbito de la arquitectura dirigiendo despachos (aunque hoy en día hay más), es porque, tradicionalmente, a la mujer —cuando llega a ser madre— sí [se le complica] ejercer la profesión. Aunque las mujeres de hoy hemos aprendido a lidiar con ambas cosas.

Escuchaba el otro día el comentario de que las mujeres tenemos más sensibilidad para el diseño de interiores que para la arquitectura y me parece que eso no es verdad: he tenido hombres en mi estudio que tienen esa misma sensibilidad. No me parece que en específico la mujer sea buena solo para eso.

 

—¿Crees que en México las mujeres aún viven una batalla en el campo de la arquitectura?

En definitiva, creo que no solo es en México y no solo en la arquitectura: es una falta de oportunidades profesionales en todos los campos. Creo que esto se ha generado a partir de los estereotipos de género que se han hecho a través de los años.

El sesgo de género es muy claro en todos los campos, y existe también en la arquitectura, donde hay un tema de misoginia. Al ser tradicionalmente un espacio muy masculino, por ejemplo, en una obra sucede que los hombres dicen: «cómo una mujer va a venir a enseñarme».

También a los hombres les da miedo una mujer empoderada y cada vez es más notorio que las mujeres le perdieron el miedo al decir: «yo también puedo y mi voz también cuenta», pero es cierto que hay una falta de oportunidades laborales, de poder llegar a ser una directora de empresa o de proyectos.

Todo esto puede verse en cifras: el hecho de que solo el 20 por ciento de los puestos de mando estén ocupados por mujeres [es preocupante]. Nos la tenemos que creer, porque las mujeres muchas veces no nos valoramos como deberíamos; nos preguntamos constantemente si estamos capacitadas de la misma forma como para poder dirigir una empresa, un proyecto o un estudio.

También pienso que esto tiene que ver con que hay una sobrepoblación impresionante de arquitectos. La competencia por llegar a esos puestos es altísima.

 

—Recomiéndanos el trabajo de tres mujeres que hayan inspirado tu trabajo como arquitecta.

Tengo referentes mujeres y hombres. A lo largo de la entrevista he ido reflexionando y creo que más bien es necesaria una alianza de género para tener igualdad: este mundo no va a cambiar sin eso. Creo que los hombres tienen la misma responsabilidad que las mujeres de formar seres humanos.

Pero bueno, la primera sería Charlotte Perriand que para mí es el mejor ejemplo de cómo una mujer puede trabajar de la mano de un gran arquitecto [Perriand trabajó en el taller de Le Corbusier]. Hace no mucho di una conferencia sobre estas mujeres que vivieron bajo la sombra de la arquitectura, y ella fue uno de mis mejores ejemplos: fue arquitecta y diseñadora, pero hizo que se entendiera el interiorismo. Hizo que importara cómo se vive dentro de un espacio. Ella tenía un gusto inigualable por el minimalismo y la artesanía, y eso hizo que los proyectos de Le Corbusier fueran lo que hoy conocemos.

La segunda es Tatiana Bilbao. Ella es un ejemplo de cómo puede mantenerse la vida en la casa y la oficina: encuentra el balance perfecto para ser mujer y profesionista. Yo no soy madre aún, pero siempre he querido ejercer mi profesión y lo voy a seguir haciendo, aunque tenga hijos.

Mi tercera referencia en realidad es un hombre, es Javier Sánchez de JSa. Él es una persona que ha aportado a la igualdad desde su trinchera como arquitecto, dándole oportunidad a mujeres en su estudio que forman parte desde la coordinación de un proyecto hasta formar parte de la dirección de su taller. Es una gran referencia en mi formación; es un gran referente de apoyo a la mujer, porque tiene muy clara esa igualdad y se ve representada en su propio estudio. Más que un referente arquitectónico, me gusta el referente humano y creo que eso también lo ha hecho ser la persona exitosa que es, porque primero va el corazón antes que la arquitectura.

Arquitectura social. Zona rural.

Taller Paralelo, Casa Mulato, 2019 [con mobiliario de NOMAH]. Cortesía.

—Laura Natividad es arquitecta graduada por la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México. Su experiencia abarca desde la escala urbana hasta el espacio personal. En 2009 se integró al estudio de JSa, donde participó en proyectos de distintas escalas y de los cuales desarrolló desde el proyecto arquitectónico hasta el interiorismo, entre ellos destacan el Hotel Carlota y el proyecto conceptual y arquitectónico del Restaurante Pujol. En 2015 funda NOMAH, un estudio con sede en la Ciudad de México, que nace desde la inquietud de crear experiencias únicas de interiorismo al llevar el diseño hasta el último detalle; Dania Gutiérrez se une como socia en 2018. En NOMAH dirige proyectos de arquitectura, interiores y mobiliario, que se materializan en productos estéticos y accesibles con una atmósfera única.

 

Andrea Soto Morfín | ATELIER ARS

Andrea Soto. Fotografía de Keith Scott. Cortesía.

En México vivimos un constante estado de emergencia con respecto a la situación de las mujeres. Desde tu experiencia, ¿qué acciones, posturas, colectivos o personaje rescatas que están aportando para cambiar esta realidad?

El momento que vivimos es verdaderamente alarmante, creo que un paso inevitable para lograr una transformación de fondo es a través de la educación, comenzando en casa. Acabo de ver el video de la campaña de CARE en Noruega llamado «Kjaere Pappa» («Querido papá» en español), donde explican que, en todo el mundo, una de cada tres mujeres es objeto de violencia… La campaña internacional involucra a miles de personas en más de 150 países y se le llama «16 días de activismo», inicia el 25 de noviembre, Día Internacional para Combatir la Violencia contra la Mujer; y termina el 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos. El objetivo es visibilizar el problema de la violencia contra la mujer e impulsar así un trabajo de prevención integral para desafiar las políticas y prácticas que ponen a las mujeres en un estado vulnerable ante la violencia.

El video ejemplifica muy bien cómo, desde la sensibilización temprana de nuestros hijos, podemos erradicar cualquier mínimo gesto de burla, machismo, discriminación, violencia, maldad…

En mi experiencia personal, quien más me ha informado y sensibilizado sobre los derechos humanos, la violencia contra las mujeres, la inseguridad, la discriminación, la desigualdad social, etcétera, ha sido mi mamá, Guadalupe Morfín1; ella trabajó durante muchos años en estos dolorosos campos. Gracias a ella sé que existen programas como el de ONU MUJERES que en México se llama «Ciudades y espacios públicos seguros para mujeres y niñas», o el programa para América Latina de ONU HÁBITAT que se llama «Ciudades más seguras».

 

—¿Crees que la perspectiva de género le aporta algo a la arquitectura?

A mí siempre me ha costado ponerle «apellidos» a la arquitectura, creo que para la arquitectura se necesita muchísima sensibilidad para tomar en cuenta todos los factores posibles para diseñar espacios bellos, seguros, necesarios, memorables, transitables, poéticos, etcétera, que pongan en el centro la vida de las personas y sus dinámicas. En nuestra oficina nos interesa generar arquitecturas y espacios que hablen de los rituales humanos y de la manera en la que podemos proponer nuevas relaciones entre arquitectura y paisaje, tal vez eso va más allá de la perspectiva de género o abre posibilidades para encuentros distintos u otras formas de convivencia.

Quizá pensadoras o arquitectas como Zaida Muxí podrían responder mejor a esta pregunta, sobre cómo pensar y planear el urbanismo y la manera en la que se desarrollan las ciudades, con una gran sensibilidad para entender todas sus capas y generar espacios más equitativos, cuidando más el espacio del día a día, de lo cotidiano. Bajo esta línea y en el contexto en el que estamos viviendo en nuestro país, la perspectiva de género en la arquitectura y la planeación de las ciudades y del territorio son urgentes y necesarias. Parecen temas obvios, pero no estamos cuidando con conciencia la manera en la que vinculamos y diseñamos los espacios públicos en nuestras ciudades bajo esta perspectiva. Por eso son tan importantes programas como el de ONU MUJERES, con objetivos para lograr que las ciudades sean inclusivas, seguras, resilientes, sostenibles para todos los habitantes, en especial para los más vulnerables.

 

—¿Crees que en México las mujeres aún viven una batalla en el campo de la arquitectura?

En lo personal, siento lo contrario. He sido muy afortunada y he tenido el apoyo que jamás hubiera imaginado, y sería muy injusto no mencionarlo. Quizá en estos momentos no toca dedicarle más palabras al campo de la arquitectura, es decir, si nos situamos en el contexto de la primera pregunta, la verdadera batalla está en otros campos, en otra realidad que es más cruel y dura.

 

—Recomiéndanos el trabajo de tres mujeres que hayan inspirado tu trabajo como arquitecta.

Se me hace imposible mencionar solo a tres y aún más difícil no poder mencionar también a hombres que admiro en este momento y a otros que influyeron en el pasado.

Por ejemplo, Frederick Law Olmsted, uno de los principales arquitectos paisajistas del siglo XIX, transformador de ciudades americanas que impulsó la idea de los grandes parques urbanos en el contexto metropolitano. La idea del parque urbano tenía muchos objetivos de fondo como la creación de espacios públicos abiertos a toda la sociedad, de generar salud física y mental, de invitar a la coexistencia social, encontrarse con los otros, de limpiar el aire de la ciudad, de crear espacios para el disfrute personal y la contemplación del paisaje.

En el siglo XX, enfrentando otro tipo de problemas, aparecen personajes como Jane Jacobs y su gran libro The Death and Life of Great American Cities (Muerte y vida de las grandes ciudades, Capitan Swing, 2011). Desde la década de 1960, ella hablaba mucho sobre cómo pensar el diseño de las ciudades en términos de espacios peatonales seguros, que inviten al contacto con los otros, el uso de parques para regenerar zonas de conflicto, el de generar edificios y espacios públicos para la coexistencia de distintas clases sociales, de la crítica a las infraestructuras vehiculares y la ruptura del tejido social, etcétera: ella es un gran referente para cualquier urbanista y paisajista.

En la línea más poética me encanta el trabajo de Teresa Moller, arquitecta paisajista chilena. Su trabajo es sumamente sensible con lo que transmite el lugar, con la transformación y el uso de los materiales, sus paisajes son sublimes, transmiten atmósferas bellísimas.

Existen muchas mujeres más a quienes me gustaría dedicar unas líneas y seguro dejaré sin mencionar a más de alguna, entre ellas la mayoría de mis profesoras y académicas en temas de Arquitectura de Paisaje y Urbanismo: Sonja Dümpelmann, Catherine Mosbach, Silvia Benedito, Diane Davis y Anita Berrizbeitia.

Y sin duda, muchos otros profesores que he tenido; en especial Alejandro Guerrero, la persona que más me ha enseñado y transmitido sobre la belleza en la arquitectura.

Arquitectura. ATELIER ARSº

Proyecto realizado por Alejandro Guerrero como parte de la oficina del Espacio Público de Guadalajara. Asesoría Andrea Soto. Fotografía de César Béjar. Cortesía.

Andrea Soto Morfín es arquitecta por el ITESO, en 2015 ganó la Beca Arquitecto Marcelo Zambrano de CEMEX mediante la que cursó el Master in Landscape Architecture por la Graduate School of Design (GSD) de Harvard, graduándose con distinción en 2017 y obteniendo un reconocimiento de la American Society of Landscape Architects (ASLA) por excelencia Académica. En 2010 Andrea Soto se integró como socia de la oficina ATELIER ARS fundada por Alejandro Guerrero desde el año 2005.

 

1 María Guadalupe Morfín Otero es poeta, abogada y consultora. Fue titular de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco (1997-2001); Comisionada para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en Ciudad Juárez (2003-2006); Fiscal Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas de la Procuraduría General de la República (2008-2009), y regidora por Guadalajara, donde presidió la Comisión Edilicia de Derechos Humanos e Igualdad de Género (2015-2018). Actualmente acompaña procesos de democracia, justicia y paz de la sociedad civil.

 

 

 

 

 

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Ilse Cárdenas. Cortesía.

Cortesía de PALMA.

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NOMAH, Casa Mulato, 2019. Cortesía.

Andrea Soto. Fotografía de Keith Scott. Cortesía.

Proyecto realizado por Alejandro Guerrero como parte de la oficina del Espacio Público de Guadalajara. Asesoría Andrea Soto. Fotografía de César Béjar. Cortesía.