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Vista de sala de Perspectivas, de Tatiana Bilbao Estudio. Cortesía de Museo Amparo.

Tatiana Bilbao en el Museo Amparo

Destacado 18.06.2018

Manuel Guerrero

La exposición retrospectiva sobre el trabajo de la arquitecta Tatiana Bilbao presenta una experimentación formal y conceptual constante.

A lo largo del siglo XX, una gran cantidad de diseño arquitectónico estuvo enfocado a la construcción de espacios funcionales que dieran una solución rápida y de bajo costo a los problemas de vivienda generados por los conflictos bélicos que azotaron a distintas partes de Europa.

De esta urgencia surgió el modelo de las unidades habitacionales, que permitió a un considerable grueso de la población adquirir un espacio que cumpliera con todas las necesidades básicas sin ser económicamente inalcanzable. Sin embargo, como toda respuesta generada en el calor de las necesidades, las consecuencias a largo plazo no fueron proyectadas con el cuidado preciso, ya que en la actualidad existen severos problemas relacionados con la dimensión y ubicación de los espacios construidos bajo esta lógica, los cuales han contribuido al desarrollo del fenómeno de las «ciudades dormitorio»: bloques conurbados en los que sus habitantes pasan una pequeña fracción de su tiempo, pues sus centros de estudio o trabajo se encuentran a una distancia considerable.

Con esto, una gran parte de los planes inmobiliarios han producido condiciones de vida difíciles, ya que lograr una distribución suficiente de recursos como el agua o brindar un servicio de transporte efectivo se torna complicado a medida que el crecimiento demográfico aumenta, por lo que la calidad de vida general de la zona se ve afectada.

A finales del año pasado, el MARCO presentó «Perspectivas», una exposición sobre el trabajo realizado por el estudio de la arquitecta Tatiana Bilbao —curada por Gonzalo Ortega— con la que buscaron presentar no sólo una retrospectiva formal de su obra, sino dejar patentes distintos planteamientos teóricos que sustentan su labor profesional —algo que marca una divergencia considerable con la perspectiva funcional de la arquitectura. Desde el 12 de mayo del presente año el Museo Amparo —en colaboración con el MARCO— decidió presentar de nueva cuenta esta exhibición con el propósito de perpetuar las reflexiones sobre un tópico muy específico de la arquitectura: cómo «humanizar» espacios que posibiliten la apertura del desarrollo cultural y económico de un lugar.

Vista de sala de Perspectivas, de Tatiana Bilbao Estudio. Cortesía de Museo Amparo.

En la nueva edición de la muestra, la relación que establece Tatiana Bilbao entre la arquitectura y el arte —así como su valoración en tanto una propuesta política inherente— es un aspecto que se nutre con el estudio de las formas del habitar; una tarea que se encuentra en la esencia de la profesión del arquitecto, con la que procura sintetizar una gran cantidad de actividades —colectivas e individuales— en un mismo espacio. Nuevamente, la exposición retoma la división museográfica basada en cuatro conceptos: Espacio, Habitar, Contexto y Collage.

Para comenzar el análisis de las obras que se pueden ver en las instalaciones del Museo Amparo, es necesario enfatizar la idea de la arquitectura como arte. Si bien la arquitectura persiste como una forma artística para distintos críticos, la misma vena del funcionalismo y los reglamentos de construcción actuales han contribuido a la depreciación de su carácter artístico —aunque no la han lapidado por completo.

Tatiana Bilbao retoma esta posibilidad desde piezas que oscilan entre la instalación, la escultura, el dibujo y una gran cantidad de experimentaciones interdisciplinarias, en las que destaca el pensamiento con y desde los materiales. Los elementos caracterizados por su maleabilidad y sobriedad estética, aluden a una tradición moderna en la que —a pesar de que no se retomen del todo los planteamientos de los personajes más reconocidos— no se omiten las referencias históricas, esto con el fin de visibilizar la genealogía de algunas preocupaciones arquitectónicas.
El diálogo con los procesos de la arquitectura y el arte se conjunta en ciertas piezas que juegan entre diferentes disciplinas: la maqueta y el render. Estas dos últimas estrategias desempeñan un papel más allá de la proyección de los materiales constitutivos de una obra para así ofrecer la posibilidad de ejercer una lectura poética de la forma construida.

Vista de sala de Perspectivas, de Tatiana Bilbao Estudio. Cortesía de Museo Amparo.

De esta manera, la maqueta es un campo de experimentación por encima de su valoración como simple forma de previsualizar un proyecto. Incluso se perfila como una obra en sí misma, tal y como sucede en ciertas piezas derivadas de las exploraciones plásticas generadas en (Not) Another Tower (2017), en las que los bloques de concreto y madera construyen la forma arquitectónica sin una modificación adicional en sus imperfecciones. Sumado a otros módulos construidos a partir de cartón y plástico, el planteamiento arquitectónico producido nos advierte de las consecuencias de la construcción indiscriminada, sin una lógica urbana ni arquitectónica de por medio.

Con la lógica de la experimentación visual y plástica en plena consideración, otras propuestas mostradas en la exposición develan el interés de Tatiana Bilbao Estudio por reforzar los diálogos entre el edificio —como concepto arquitectónico— y el entorno, procurando una forma de construcción adscrita al entorno social y natural que no modifique de manera negativa la dinámica de las localidades en las que se inserte. En esta vía se desenvuelven algunos proyectos de corte paisajístico —construidos con una paleta cromática pastel—, donde las estrategias de la instalación desempeñan un papel fundamental para construir las unidades de significado requeridas para representar la estratificación espacial, así como el vínculo entre el ser humano y un entorno. Para generar la sensación de estar en un espacio abierto, la exposición contó con un trabajo museográfico que juega con las perspectivas de paneles y objetos montados de cierta manera, en la que nuestra posición en el espacio ofrece diferentes imágenes.

Respecto al trabajo de Bilbao en el collage, hay una condición documental alentada por el valor informativo de las fotografías, páginas de periódicos y planos de organización urbana que, en conjunto, articula un cuestionamiento sobre las condiciones bajo las que se estructuran las ciudades en la actualidad. Sin dejar de lado el enfoque artístico explorado en otras piezas, la disposición espacial de cada una de las obras de collage atiende a una muestra clara de la información y posibilidades para replantearse la configuración urbana de tal modo que pueda ser viable, sin hacer distinciones basadas en el poder adquisitivo o alguna otra forma de segregación. Lo anterior se vincula con las sutiles menciones formales en otras piezas a artistas como Donald Judd o Gordon Matta-Clark, para quienes la presentación artística de un espacio sin una jerarquía aparente y la súbita necesidad de repensar las formas en las que habitamos la arquitectura eran cruciales.

Vista de sala de Perspectivas,de Tatiana Bilbao Estudio. Cortesía de Museo Amparo.

Por último, considero pertinente hablar del trabajo desarrollado desde el dibujo en la exhibición. Sobre los muros de una de las salas, se extiende un paisaje compuesto por edificios y extensiones verdes vistas desde diferentes perspectivas. La atención al detalle y las dimensiones establecen una analogía con las circunstancias urbanas que se pueden advertir en diferentes ciudades: son tan complejas y acunan un sinfín de puntos de vista que son capaces de desorientar a quien se adentra en ellas. Con un tratamiento monocromático de líneas con calidades gestuales, el dibujo-mural envuelve al público en un contraste súbito de escenas.

Vista de sala de Perspectivas, de Tatiana Bilbao Estudio. Cortesía de Museo Amparo.

«Perspectivas» conjunta diferentes fases del proceso creativo gestado en el estudio de Tatiana Bilbao, en los que las formas de pensar y producir la arquitectura forman la columna vertebral de toda su práctica profesional, que ha convertido a la arquitecta en una de las figuras más relevantes a nivel internacional.

La exposición «Perspectivas» estará abierta al público en el Museo Amparo hasta el 20 de agosto del 2018.

 

Manuel Guerrero

Ha participado en más de quince exposiciones colectivas y encuentros de arte sonoro en México, Reino Unido, Japón y España. A la par de la producción artística, ha escrito para más de doce plataformas dedicadas a la reseña y crítica de arte.

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