El trabajo de Erick Meyenberg (México, 1980) se ha caracterizado por un interés en la percepción humana a partir del arte y el uso de composiciones cromáticas, dando como resultado un extenso conjunto de piezas que, entre referencias históricas y poéticas, le permiten al público reflexionar sobre los modelos bajo los que se construyen nociones como la realidad y el mundo, sin dejar a un lado ideas sobre la cultura y la política.

Para la exposición Re Mayor No Es Azul, que se presenta en el Museo Amparo —curada por Gabriela Rangel—, Meyenberg presenta doce obras y proyectos realizados a lo largo de más de una década de producción. Respecto al título de la exposición, el artista tomó una cita del neúrologo Oliver Sacks sobre la sinestesia, que condensa un problema esencial sobre los sentidos y las funciones atribuidas a la vista y el oído. Definida por la psicología como «una sensación que desdobla otra», la sinestesia opera en muchos de los trabajos de Meyenberg como un mecanismo perceptivo que dista de ofrecerle al público en general la misma experiencia, ya que varía de persona a persona.

Vistas de la exposición Re Mayor No Es Azul, de Erick Meyenberg en el Museo Amparo, 2020. Cortesía del museo.

Si bien el trabajo de Meyenberg se desenvuelve en varias disciplinas, su proceso creativo sigue empleando aspectos afines a la pintura, algo que puede verse tanto en sus primeros proyectos hasta las piezas realizadas en los últimos años. «Hay algo de la materialidad de la pintura que me interesa mucho, que es este azar controlado de las manchas, de las texturas y el color, lo que genera estos campos de representación. Pero que estén hechos por una materia que fluye que es difícil de controlar, es casi una cuestión filosófica que intento reproducir en los videos y las piezas; no tanto la forma, sino la fuerza que aglutina las cosas».

Vistas de la exposición Re Mayor No Es Azul, de Erick Meyenberg en el Museo Amparo, 2020. Cortesía del museo.

Al margen del soporte, el interés por el azar y maleabilidad de la materia es algo que puede verse en proyectos como La rueda no se parece a una pierna (2016): una pieza de video donde Meyenberg trabajó con bandas de guerra estudiantiles de la Ciudad de México para entender cómo la educación, la historia y el nacionalismo han moldeado distintas imágenes del cuerpo en México a través de los siglos.

Para el artista, la música es una forma artística importante dentro de su proceso creativo: aún con la complejidad y precisión casi matemática que requiere su ejecución, Meyenberg incorpora sus cualidades sonoras para reconocer cualidades emocionales, como sucede en la instalación Incluso si es otoño (2018), ubicada en el vestíbulo del Museo Amparo: una pieza de video hecha con tomas de un jardín diseñado por el arquitecto de paisaje Chris Shea, donde exploró dicotomías como la vida y la muerte o el miedo y el asombro ante los procesos de la naturaleza, acompañada de un diseño de audio que le da prioridad al timbre de las voces antes que a las frases que lo componen. «Algo que decía Oliver Sacks es que la música, de todos los lenguajes humanos, es posiblemente el más abstracto, al igual que las matemáticas; sin embargo, tiene esta increíble cualidad de evocar emociones. Es casi imposible no sentir algo cuando escuchas un sonido, especialmente si se trata de música, experimentación sonora y demás», comenta el artista al respecto.

Vistas de la exposición Re Mayor No Es Azul, de Erick Meyenberg en el Museo Amparo, 2020. Cortesía del museo.

Re Mayor No Es Azul no solo incluye algunas de las piezas más relacionadas con las vivencias del artista, sino también investigaciones de mediano y largo plazo. Probablemente el ejemplo más representativo de esta línea de trabajo es Estudio Taxonómico comparativo entre las castas de la Nueva España y las del México contemporáneo (2010), donde Meyenberg emprendió un análisis de la estratificación social a través de conceptos como la raza a partir de la publicación del «Mapa del genoma de los mexicanos» en 2009. El resultado es una crítica directa a las políticas de segregación racial que se han puesto en marcha a lo largo de la historia de México, formalizada en intervenciones pictóricas, documentos y una instalación visual y sonora.  «[En este caso] el color me sirve como un mapeo histórico y social», explica el artista.

Vistas de la exposición Re Mayor No Es Azul, de Erick Meyenberg en el Museo Amparo, 2020. Cortesía del museo.

Para Erick Meyenberg, las exploraciones plásticas con medios artísticos no son ajenos al contexto histórico que nos envuelven. Sin dejar de seguir un riguroso proceso de trabajo, en cada uno de sus proyectos, Meyenberg demuestra que el factor emocional, los miedos, deseos y sensaciones que nos provoca el color brindan muchas posibilidades para entender los mismos problemas presentes en el mundo, pero más allá de las perspectivas racionales desde los que se suelen abordar.

Re Mayor No Es Azul estará abierta al público hasta el 18 de mayo.