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Lo mejor de la década: Diseño. 10 expertos opinan | Parte 2

Especial 11.12.2019

Recogemos piezas, creadores y sucesos o que fueron significativos para un grupo de diseñadores y curadores de diseño durante la década que termina.

En Revista Código, cada fin de año hemos preguntado a una serie de creadores y pensadores qué fue, a su juicio, lo mejor del año en el ámbito del diseño. Ahora no solo asistimos al fin de 2019, sino también al cierre de la segunda década del siglo XX, un periodo que para el diseño representó la recuperación de saberes artesanales, el uso de materiales locales, así como la relevancia del diseño social, por solo destacar algunos de los aspectos más sobresalientes.

Este año consultamos a Moisés Hernández, Innovando la Tradición AC + Colectivo 1050º, José de la O y Carlos Torre Hütt,  para conocer los momentos, diseñadores o eventos de diseño más significativos para cada uno de ellos; en sus respuestas creemos podremos entrever conceptos y tendencias que han modificado la disciplina del diseño.

El orden es alfabético.

 

—Moisés Hernández | Diseñador

El proyecto que considero más importante de esta década es Little Sun de 2012: una lámpara con celdas solares del artista y diseñador Olafur Eliasson.

La escogí porque creo que es un proyecto de diseño que proviene de un artista. Creo que cuando un artistas hace un producto de diseño, las cosas funcionan de una manera muy interesante. Little Sun es un proyecto que, en un principio no funcionó: el primer prototipo que presentó Eliasson en África era inaccesible para familias que ganaban un dólar al día. Después el artista buscó la manera de comercializarlo y que, de alguna forma, las ganancias de esa comercialización —principalmente en Europa y Estados Unidos— permitieran financiar otra lámpara para que se regalara en comunidades de países africanos. Pienso que el proyecto es importante porque al final reúne las cuatro áreas que considero más importantes en estos tiempos difíciles: el diseño, el arte, la ingeniería y también los negocios, porque este es un proyecto que al final, gracias al sistema de comercialización, fue posible.

Lo mejor de la década diseño. Little Sun.

Olafur Eliasson, Little Sun, 2012. Fotografía de Nicky Angunwa. Cortesía del artista.

Olafur Eliasson trabajó con el ingeniero Frederik Ottesen para desarrollar este proyecto que tiene una estética amigable, optimista e infantil y, que sin duda, creo que marcó la pauta para lo que viene.

Justo ahora con mis alumnos hicimos un proyecto en homenaje a Little Sun, que intentaba mejorarlo: una de las críticas que le hacíamos es que era de plástico.

Escojo este proyecto porque es un elemento de diseño, de tecnología, de energías limpias y, lo más importante, ayuda a una comunidad, y creo que eso es lo que el diseño debería estar haciendo actualmente.

—Moisés Hernández (México DF, 1983) fue el primer mexicano en graduarse de la Maestría en Diseño de Producto con mención especial en ECAL en Suiza en junio de 2013 y en el mismo año fundó la marca DIARIO que se dedica a redescubrir, rediseñar y vender objetos de la vida diaria en México. El trabajo de Moisés ha sido exhibido en países como Estados Unidos, Francia, Italia, Holanda, Suiza, Turquía, España, Hong Kong, Japón y México. Dentro de sus colaboraciones con marcas nacionales e internacionales destacan: Bauhaus Möbel (México), PCM (España), Baccarat (Francia), Voit (México), Secretaria de Cultura (México), Riva 1920 (Italia), Ligne Roset (Francia), Palacio de Hierro (México), Tane (México) y Helvex (México). A partir de agosto de 2017, Moisés fue nombrado Director Regional en la CDMX del Departamento de Diseño en el ITESM.

 

—Innovando la Tradición AC + Colectivo 1050º | Diseñadores

Seleccionamos al diseñador Umebara Makoto, de la Prefectura de Kochi en Japón; y al artista de origen náhuatl Fernando Palma.

Es difícil describir a Umebara Sensei. Es un diseñador muy particular. Cuando vivimos en Japón entre 2011 y 2012, encontramos una entrevista que le hicieron en una revista japonesa. Lo buscamos en el directorio telefónico, le marcamos y con nuestro poco japonés y su poco inglés, hicimos una cita para conocerlo. Viajamos muchas horas, en trenes y autobuses locales para llegar a su pueblo. Nos llevó a una exposición de su trabajo que inauguraba ese día y que se titulaba 84. También nos llevó a su estudio, nos contó sobre su trabajo, le contamos sobre el nuestro. Finalmente nos llevó a un bar groovie a tomar sake y nos hicimos amigos.

Umebara San nunca sale de su región, y nunca deja de trabajar. Es verdaderamente un genio local. Tiene un don de gente que no he visto en nadie más. Es una máquina de soluciones creativas a problemas económicos regionales que parecen imposibles de resolver. Umebara San, con estrategias de diseño, y apelando al sentido comunitario, logra resolver lo imposible. Esto es porque tiene un entendimiento muy amplio del diseño y de su poder de transformación. Su cordialidad, generosidad, creatividad cariñosa nos inspiraron a seguir remando duro en Oaxaca y a trabajar de la mano de la gente siempre.

Fernando Palma, Coyote Inalienable, 2013. Cortesía del MACO.

A Fernando Palma lo conocimos en su pueblo, Milpa Alta, en 2016; y vimos su retrospectiva en el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca en 2018. Nos inspira porque teje arte, diseño, lengua, defensa del territorio, reconfiguración de identidades, comunidad, educación, medio ambiente de una manera muy electrizante. Hace arte, pero no para ser parte del mundo del arte, no como una investigación estética y conceptual, sino como una herramienta de comunicación para hacer visible la cosmovisión del mundo náhuatl y sus amenazas.

—Innovando la Tradición AC + Colectivo 1050º. Impulsados por Kythzia Barrera y Diego Mier y Terán; operan como una comunidad colaborativa donde diseñadores y alfareros y aprenden y se transforman juntos. «Pensamos que el barro vive. Generamos cuidado de nuestro entorno humano, social y natural. Servimos a las comunidades alfareras desarrollando las condiciones para su bienestar, agencia y autonomía. Transformamos la narrativa dominante. Creamos puentes entre el saber hecho a mano y el mundo moderno. Sostenemos espacio para la creatividad individual y colectiva. Estamos orgullosos de lo que hacemos. Todos somos barro».

 

—José de la O | Diseñador

Para mí lo más significativo de la década fue la exposición Talk to Me curada por Paola Antonelli y que se presentó en el MoMA en 2011. Talk to Me presentaba un punto de vista muy interesante sobre el diseño. Por ese entonces cuando hablábamos de diseño en México se esperaba la silla, el interiorismo, la etiqueta, el cartel; y la expo hablaba de todos los aspectos del diseño que le hablan al usuario, desde varias dimensiones, por ejemplo, los aspectos interactivo que un objeto te puede dar.

En 2010 y 2011 justo los diseñadores estábamos descubriendo toda la interactividad que un objeto te puede dar través de sensores o del internet de las cosas; era una tendencia.

En esa época eran muy interesantes todos los ejercicios que hacían diseñadores y artistas utilizando aspectos tecnológicos y dándole esta nueva dimensión que no tenía el diseño. Y si bien no era la primera vez que esto se utilizaba, era importante que el MoMA validara proyectos de diseño interactivos, que cuestionaban cómo iba a ser la vida cotidiana con los objetos que no solamente existen en el mundo físico sino también en la esfera virtual.

Fue la primera vez que vi validada esta dimensión por un museo tan importante. Creo que esa exposición me habló [Talk to Me]; me hizo decir: «¡Wow! Quiero ser parte de esto»: pensar que el diseño no es solo hacer objetos inanimados sino también es crear relaciones emocionales, entre la interacción del humano y la tecnología.

Lo mejor del diseño en la década. Robot de cartón.

Kacie Kinzer, Tweenbots, 2008. Tomada de la web del MoMA.

Lo interesante es que no solo había objetos con Arduinos [software libre], sino que estaban retando las concepciones que tenemos en torno al diseño. Recuerdo una pieza de Sascha Nordmeyer; una prótesis que se insertaba en la boca y que modificaba su posición, para que no supieras la expresión de la boca. Había otro proyecto muy padre que consistía en un robot de cartón (Tweenbots) con una cara muy caricaturesca, muy lindo: éste lo ponían en la calle al alcance del público, pero el robot tenía un letrero que decía: «Ayúdame»; entonces era un robot que dependía de la buena voluntad de las personas.

Me interesó este punto de vista en el que podías ver que la tecnología está jugando un rol mucho más importante en nuestra vida, que puede ser desde la manera en la que podemos ver nuestro entorno de manera diferente.

Paola Antonelli fue muy inteligente en reunir diferentes aspectos y diferentes relaciones entre la tecnología y el hombre: desde cómo estamos llevando a lo humano a un nivel diferente (cómo por ejemplo joyería digital), y de tu relación con la manera en la que interactúas en tu vida y un montón de cosas más.

 

—Daniel Romero | Diseñador

Es una pregunta complicada, en el sentido de tener que elegir un solo ejemplo. En la última década el diseño en México ha cobrado una fuerza increíble y hay ejemplos muy diversos y complejos que surgen en respuesta a problemáticas locales y no solo a las tendencias globales. Creo que la reflexión a esta pregunta podría ser más interesante si pensamos en diseño que no se refiere solamente a la fabricación de objetos, mobiliario o productos producidos en masa y a cómo se ha medido hasta ahora su éxito a través de márgenes de ganancia y venta despiadada.

Debemos entender el nuevo diseño como una herramienta con la capacidad de generar cambios positivos que no están sólo ligados a un éxito de ventas sino a una regeneración ambiental, social y económica. 

Creo que es importante mostrar este otro diseño que comúnmente encontramos en las revistas especializadas. Un diseño que puede ser combativo y colaborativo, que tiene una pertinencia política, social y ambiental.

Después de estas reflexiones, me gustaría hablarles de un proyecto increíble llamado Isla Urbana, que ha tendido logros muy significativos y se ha mantenido pisando fuerte y marcando huella.

Instalación del Tlaloque en Hidalgo. Fotografía de Celsea Calderoni. Cortesía de Isla Urbana.

Tengo muchas razones para pensar en ellos; la primera es que es un proyecto integral, que entiende que la solución de un problema es compleja y depende de múltiples factores. Para lograr afrontar estos retos han creado un grupo de trabajo congruente y multidisciplinario de personas apasionadas, que trabajan con el corazón por delante para combatir un problema tan común en el mundo, en nuestra nación y en particular en nuestra ciudad: el desabasto de agua potable; y lo hacen a través de una solución tan a la vista de todos nosotros como lo es la captación de agua de lluvia.

Los números que nos comparten acerca de la situación en la Ciudad de México son escalofriantes. En el valle de México el 70 por ciento del agua proviene de un acuífero sobre explotado a más del 200 por ciento de su capacidad. Se bombea agua cuesta arriba con el costo energético que esto conlleva, se pierde el 40 por ciento del agua por fugas y así más y más datos que nos hablan de un sistema insostenible a corto plazo.

Al mismo tiempo nos comparten otros números de los logros que han tenido en pocos años; 19 mil sistemas instalados, 114 mil usuarios, 760 millones de litros cosechados que se traducen en 76 000 pipas ahorradas. No sé a ustedes pero a mí estos números hacen que se me ponga la piel chinita.

Diseño social. Isla Urbana.

Instalación del Tlaloque en Hidalgo. Fotografía de Celsea Calderoni. Cortesía de Isla Urbana.

Los sistemas de captación que han diseñado están pensados para poder instalarse fácilmente, repararse con facilidad y con piezas comerciales que se consiguen en cualquier ferretería; su uso, limpieza y mantenimiento es sencillo, al igual que su fabricación; y no tienen las pretensiones de vender un sistema de captación propio con la única finalidad de una venta más, donde los componentes son de dicha marca o producidos por una sola empresa. En conclusión, es un diseño inteligente, versátil, democrático, y pertinente para las necesidades más básicas de una ciudad como la que compartimos más de veinte millones de habitantes. 

Entienden que el diseño va más allá de solucionar un sistema funcional de captación de agua, y que a mediano y largo plazo funciona y logra un impacto profundo únicamente si va acompañado del trabajo comunitario, trabajando con los usuarios en una toma de conciencia colectiva sobre los problemas del agua.

Así, tienen programas que van desde la capacitación a plomeros de la colonia para la instalación y reparación de los sistemas, con las amas de casa para el uso diario y con los niños que son el futuro del mundo a través de diversas metodologías. Para esto han generado un amplio programa de divulgación que los ha llevado a hacer instructivos didácticos en videos en línea,  talleres de educación ambiental a través de procesos artísticos y cómics que hablan de los problemas ambientales.

En conclusión, me gustaría contarles que es un proyecto que ha crecido muchísimo para la fortuna de todos los que habitamos esta gigantesca ciudad. Cada vez hay más hogares con Tlaloques (separadores de las primeras lluvias), contenedores azules que se asoman por muchas colonias de esta ciudad, presumiendo que estas casas ya tienen una gran independencia del caduco e insostenible sistema de agua potable de la ciudad.

En México, como en muchos otros países en vías de desarrollo, el diseño es una disciplina que se relaciona con el lujo y a la que pocas personas tienen acceso. Isla Urbana es el claro ejemplo de un proyecto sostenible, responsable y pertinente con el contexto actual, con un equipo apasionado que crece todos los días. Ojalá que sigan, se mantengan cosechando agua de lluvia, cada vez más fuertes y nazcan más proyectos hermanos, comprometidos con nuestros días futuros.

—Daniel Romero (Ciudad de México, 1982) es egresado del Centro de Investigaciones de Diseño Industrial de la UNAM. Tiempo después, y gracias a que compartían convicciones semejantes se alió con Emiliano Godoy y Rodolfo Samperio para fundar TUUX. Además, forma parte del proyecto Mutaclimbing, que se dedica al diseño y construcción de muros para escalar.

 

—Carlos Torre Hütt | Diseñador y galerista

La segunda década de este nuevo siglo sin duda permitió al diseño en México tener una madurez significativa.

Hay muchos proyectos que, con mucho esfuerzo se han consolidado como plataformas profesionales de diseño en México y desde México. Les hablaré de las que me parecen más importantes para esta década.

Zona Maco Diseño: Tiene diez años acercando el diseño a un público cada vez mas inquieto y un mercado cada vez mas receptivo.

El Abierto Mexicano de Diseño: Siete años celebrando diseño en el Centro Histórico de la Ciudad de México; en esta última edición desde lo vernáculo y lo popular.

Diseñadores emprendedores. Mario Ballesteros.

Vista de la exposición Pop, populista, popular curada por Mario Ballesteros y Tony Macarena en el Museo del Palacio de Bellas Artes. Tomada del INBAL.

Casa Gutiérrez Nájera (con nueve años): Actualmente presenta la exposición Mexico is Mexico en colaboración con la galería Henrique Faria ubicada en el Upper East Side de Nueva York.

Nouvel Studio (con 25 años): Su exposición InVisible en el Museo Franz Mayer curada por Emiliano Godoy y diseñada por Tuux en octubre de este año.

La marca Tributo (con 5 años): De la diseñadora y emprendedora tapatía Laura Noriega. En estos años Tributo ha logrado un catálogo de productos y mobiliario de extraordinaria manufactura a través de colaboraciones entre artesanos y diseñadores.

El proyecto Totomoxtle del diseñador Fernando Laposse: Presentado en Archivo dentro de la exposición Mutaciones. Fernando hizo una investigación de casi cinco años a partir de la hoja del maíz criollo mexicano. Creó no solo es un producto o piezas de mobiliario bellas y funcionales sino todo un sistema a partir de la semilla del maíz con un impacto social relevante. Totomoxtle formo parte de la exposición Nature en el Cooper Hewitt Smithsonian Design Museum en New York realizada en colaboración con el Cube Design Museum de Holanda.

Diseñador en su exposición. Diseño como herramienta de cambio.

Retrato de Fernando Laposse. Fotografía de Emilio Díaz. Cortesía de Archivo Diseño y Arquitectura.

Sin duda estos diez años han permitido que estos y otros proyectos dedicados por vocación al diseño desde México permanezcan y, lo más importante, trasciendan. 

—Carlos Torre Hütt es arquitecto, diseñador y museógrafo. Además es fundador y director de la galería de diseño Casa Gutiérrez Nájera (CGN) donde ha sido curador en jefe del programa anual de exposiciones desde 2011.

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Olafur Eliasson, Little Sun, 2012. Fotografía de Nicky Angunwa. Cortesía del artista.

Fernando Palma, Coyote Inalienable, 2013. Cortesía del MACO.

Kacie Kinzer, Tweenbots, 2008. Tomada de la web del MoMA.

Vista de la exposición Pop, populista, popular curada por Mario Ballesteros y Tony Macarena en el Museo del Palacio de Bellas Artes. Tomada del INBAL.

Retrato de Fernando Laposse. Fotografía de Emilio Díaz. Cortesía de Archivo Diseño y Arquitectura.