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Vista general de la exposición Marcos Kurtycz. Contra el estado de guerra, un arte de acción total. Cortesía del Museo Amparo.

La obra transgresora de Marcos Kurtycz ahora en el MUAC

Destacado 15.11.2019

Manuel Guerrero

La obra transgresora de Marcos Kurtycz —uno de los artistas más propositivos de la escena mexicana— se presentará ahora en el MUAC.

La exposición Marcos Kurtycz. Contra el estado de guerra, un arte de acción total, que se presentará en el MUAC y que fue organizada y presentada anteriormente en el Museo Amparo, es una de las revisiones más completas sobre la obra del artista polaco Marcos Kurtycz, cuyo trabajo, si bien contempló una enorme gama de recursos y disciplinas, fue relevante para el desarrollo del performance en México.

Curada por el historiador Francisco Reyes Palma a partir de una investigación documental exhaustiva, la exhibición contempla otra faceta de la escena artística de las décadas de 1970 y 1980, cuando las actividades que realizaban los miembros de la generación de los Grupos —llevadas a cabo fuera de los circuitos comunes de exhibición—, captaron la atención de nuevos públicos.

En parte, por el contacto que tuvo con la idiosincrasia mexicana a su llegada al país en 1968, Kurtycz cambió el campo de la ingeniería por la práctica artística como profesión, en la que sus afinidades con el arte conceptual marcaron profundamente la realización de sus proyectos y procesos.

Sin desprenderse de una fascinación por el imaginario tradicional mexicano, Marcos Kurtycz dirigió una parte considerable de su trabajo a las situaciones contemporáneas en materia de política: desde sus primeros dibujos, en los que representa a un Díaz Ordaz con un rostro cadavérico, los brazos mutilados y vestido con una playera de deportista olímpico, queda claro que los acontecimientos del 68 no pasaron desapercibidos para el artista y fueron el inicio para una producción artística crítica con su tiempo y lugar. En este sentido, no es extraña la brutalidad presente en la estética de Kurtycz, quien utilizaba el fuego o el hacha para moldear los materiales y soportes.

Marcos Kurtycz. Contra el estado de guerra, un arte de acción total. Cortesía del Museo Amparo.

La exposición despliega un conjunto de obra propia del trayecto polifacético de Kurtycz: pinturas, carteles, libros de artista, notas, bocetos y experimentos con materiales. Además es posible ver el empleo que hacia de recursos técnicos inusuales para la tradición artística, como el empleo de un comal para realizar una serie de gráfica con cera y encáustica, a la que llamó «Comalprint».

Kurtycz no solo fue un creador prolífico, sino un agudo observador de las circunstancias socioculturales de su contexto. La curaduría de la exposición, además de contemplar ejemplos representativos de su obra y el trabajo procesual, incluye algunas notas que dan cuenta de su apreciación del panorama político de México y de la exotización del país.

Vista general de la exposición Marcos Kurtycz. Contra el estado de guerra, un arte de acción total. Cortesía del Museo Amparo.

Aún con toda la experimentación técnica realizada en el plano de la plástica, Marcos Kurtycz consideró las cualidades estéticas de la expresión corporal y su posibilidad de trascender los esquemas de presentación del arte, por lo que el cuerpo —como una herramienta artística capaz de ser llevada al límite— fue materia recurrente en sus especulaciones.

A diferencia de otros artistas, en los que la improvisación de los movimientos conforma su propia poética, para Kurtycz hacer performance requería un cálculo preciso de tiempos y requerimientos. Por esto, el artista empleó el término artef-acto, un neologismo acuñado por él mismo para referirse a un tipo de práctica artística desplegada en el tiempo y el espacio, a partir de una planeación casi metódica de lo que su acción necesitaba para realizarse y qué tipo de reacción esperaba generar en el lugar y el público asistente.

Si bien la experimentación con recursos y materiales fue algo medular en el trabajo de Marcos Kurtycz, es posible perfilar dicha tendencia con la producción de otros artistas —nacionales y extranjeros— de la época: frente a los dogmas de la academia, y con la conciencia de que los mismos materiales y el espacio donde se presentan las obras tienen una carga simbólica en la lectura de las obras, la exploración de alternativas fue una constante.

En este punto es pertinente señalar que la carrera de Kurtycz fluyó con autonomía respecto a las instituciones culturales, en parte por la «ética transgresora» de su obra, que impactó las dinámicas de museos o galerías. Un ejemplo es el «atentado» declarado por Kurtycz contra el Museo de Arte Moderno en la década de 1980, en el que amenazó con «bombardear» las instalaciones. Sin embargo, la propuesta de Kurtycz en términos formales era intervenir el museo con una serie de gráfica en la que representó mazorcas de maíz, que el artista asociaba con la forma de misiles nucleares.

La valoración de las mazorcas como «bombas» de mexicanidad, capaces de incidir en otros contextos, fue una de las razones por las que esa serie gráfica fue enviada a una exposición en Polonia como «bombas postales», definición que ocasionó controversias con las autoridades extranjeras. Nuevamente, surge la tendencia de Kurtycz de ver en la destrucción una posibilidad para crear.

Vista general de la exposición Marcos Kurtycz. Contra el estado de guerra, un arte de acción total. Cortesía del Museo Amparo.

La muestra también revela el acercamiento del artista a la producción editorial, en la que la realización de un libro correspondía con una ruptura lingüística de los discursos estandarizados. Para Marcos Kurtycz, el libro fue un objeto y una plataforma para cuestionar, en términos artísticos, las estructuras que dictan la forma monosemántica de interpretar un mensaje. Por esto, los libros de Kurtycz incorporan diferentes referencias visuales, tratamientos y materiales. El papel del libro en su posicionamiento fue tal que, en sus últimos años, se propuso el reto de crear un libro diario durante 365 días completos.

Vista general de la exposición Marcos Kurtycz. Contra el estado de guerra, un arte de acción total. Cortesía del Museo Amparo.

El papel de Marcos Kurtycz fue imprescindible en el desarrollo de la escena artística contemporánea de la época, orientada hacia procesos artísticos emancipados de la academia y la tradición. A pesar de su lectura como artista afín al movimiento neomexicanista, Kurtycz fue una excepción en la historia contemporánea del arte mexicano por sus acciones contra los esquemas de exhibición institucional y el mercado del arte. En periodos tan álgidos para la sociedad mexicana, Kurtycz desempeñó un papel fundamental para mostrar el estado del país de manera cruda y sin reparos.

La exposición Marcos Kurtycz. Contra el estado de guerra, un arte de acción total se presentó en el Museo Amparo (14 de enero de 2019) y ahora se presenta en el MUAC a partir del 30 de noviembre .

Manuel Guerrero

Ha participado en más de quince exposiciones colectivas y encuentros de arte sonoro en México, Reino Unido, Japón y España. A la par de la producción artística, ha escrito para más de doce plataformas dedicadas a la reseña y crítica de arte.

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