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David Shrigley, Papel tapiz, 2019. Fotografía de Manuel Guerrero.

Incluso esto puede salir mal. Entrevista con David Shrigley

Entrevista 26.06.2019

Violeta Horcasitas

El artista británico David Shrigley habla sobre su reciente exposición en el Museo de Arte Carrillo Gil y su relación con otras disciplinas.

El Museo de Arte Carrillo Gil y Fundación Amparo y Manuel (AMMA) presentan por primera vez en México una exposición individual del artista británico David Shrigley. La muestra contiene obra, en su mayoría, de colecciones privadas de México y de su galería Anton Kern de Nueva York. La exposición fue conceptualizada y organizada por ambas instituciones, y en el equipo curatorial participaron Eloísa Hernández Viramontes, Tomás Pérez y Mauricio Marcín.

La exposición presenta varios momentos de la producción del artista en diferentes formatos como video, instalación, dibujos y neones que, como es costumbre en la producción del artista, tienen una fuerte carga de perspicacia, humor y desasosiego. Una muestra que toma de la mano la futilidad de la vida cotidiana y nos adentra en una sala llena de momentos eureka.

David Shrigley México. Retrato.

Fotografía cortesía de Museo de Arte Carrillo Gil.

—El humor y el error son componentes importantes dentro de tu trabajo, al mismo tiempo este tiene una fuerte carga política que contrasta con lo que a simple vista podría parecer una situación fútil. ¿Cuál es tu posición frente al humor y estos conceptos?

A lo largo de los años, la gente a menudo me comenta que ven algunas obras como humorísticas, cómicas o como algo que no es serio. Como si la seriedad fuera algo contrario a la comedia y viceversa. Pero sabes, no lo creo tan cierto; pienso que lo contrario a la comedia es, tal vez, la tristeza o la miseria, y lo opuesto a la seriedad es la incompetencia, lo diletante, hacer cosas que no te importan.

También pienso que la comedia no es algo que «uso». No es como usar pintura de un color particular para hacer pinturas o hacer esculturas. No lo pienso tanto como un material con el que trabajo, más bien es algo que me gusta y que creo es especial. Es una manera de ver el mundo que te permite comunicarte con la gente de forma mucho más directa y accesible.

Hay algo especial en la comedia, lo pienso como un regalo, no necesariamente un regalo que yo posea o que me haya sido dado, pero sí como un regalo que se da cuando eres capaz de reírte, cuando eres capaz de ver las cosas de manera cómica, incluso cosas muy, muy oscuras. Pienso en este momento particular que vivimos, donde tenemos una situación política muy oscura en muchos países del mundo: Reino Unido, Estados Unidos… En cierta forma necesita de la comedia para hacer frente a la opresión, al fascismo, cosas que ciertamente no son chistosas pero donde la comedia representa en algún sentido libertad.

—¿Qué consumes en términos de información que alimente tu obra o tus referencias? 

De varias maneras estoy influenciado por la literatura, pero sigo siendo artista y me encantan los museos, los objetos. Amo a Marcel Duchamp, Andy Warhol, etcétera. Amo el arte, aunque creo que, porque en mi trabajo uso mucho el texto, la literatura tiene una gran influencia para mí. Me gustan mucho las palabras, algo usado por otros artistas que también me gustan.

David Shrigley México. Obra con letras.

David Shrigley, Sin título (No reward for viewing this), 2014. Cortesía del artista y Anton Kern Gallery.

—Tu trabajo tiene una íntima relación con el texto. Creo que casi todos tus dibujos contienen al menos una palabra ¿Cómo resuelves tu proceso en ese sentido, qué detona qué? ¿El dibujo al texto o viceversa?¿Por qué es tan importante la palabra?

Con respecto a esto he dado muchas respuestas diferentes a lo largo de los años. Al principio la gente me hacía esa pregunta y contestaba que lo hacía porque no era bueno dibujando. Que escribía el nombre, para que la gente no se confundiera. Supongo que sí. Aunque hablando ya en serio, ya que solo bromeo con esto a medias es porque, obviamente, me interesa la forma en que las palabras y las imágenes embonan entre sí, como este deslizamiento entre imágenes y texto que ocurre en el famoso cuadro de René Magritte, C’est ne pas a pipe. Ahí el texto es importante para el dibujo, pero está mucho más en contacto con una idea que con la cosa que describe.

Es decir, las palabras son una forma de describir algo, la imagen es otra, cuando las juntas: a veces hacen algo nuevo y diferente de lo que son las palabras y las imágenes por sí solas.

Yo no soy realmente un artista gráfico, es decir, no soy un ilustrador. Llegué a hacer dibujos porque fue la forma más fácil que encontré de hacer arte cuando salí de la escuela de arte. Decidí que solo haría dibujos porque los podía hacer en mi habitación, en mi apartamento y no necesitaba tener un estudio. No tenía los medios para hacer trabajos escultóricos o cosas que fueran grandes o costosas. Así que supongo que por eso empecé a hacer dibujos; rápidamente me di cuenta de que eso era suficiente. Tal vez fue hasta tiempo después, cuando mi trabajo se hizo más grande, que empecé a interesarme en hacer objetos y fue solo porque tuve la oportunidad de llenar los espacios, de llenar espacios más grandes, en donde se trabaja con un tamaño específico, donde la obra tiene que ajustarse a cierta medida, como el caso de esta exposición. Hay tantas formas de mostrar tu obra. Son tantos los espacios que se pueden ocupar.

Hombre con serrucho. David Shrigley

David Shrigley, S.T. (Don’t), 2013. Cortesía Fundación Amparo y Manuel (AMMA).

—Hablando sobre dibujar ya sea «bien» o «mal», tu obra tiene características muy peculiares. Veo tus dibujos y son muy específicos, tienen una firma.

Supongo que es simplemente la costumbre de hacer las cosas de una manera determinada una y otra vez que no se ve de dónde viene. Por un lado, es arte conceptual en el sentido de que es la forma más fácil y directa de comunicar algo, es tener una hoja de papel y hacer en ella una obra de arte, no es porque me interese la caricatura, Saul Steinberg, los fanzines, las novelas gráficas, o cosas así. No es de donde vengo: mis intereses y experiencia, las cosas que realmente me inspiraron a ser artista fueron el Dadaísmo, Marcel Duchamp y Andy Warhol no Saul Steinberg.

—En tu producción hay una mezcla constante de formatos. Pasas del dibujo a la escultura y al múltiple, del texto al audio o al video. ¿Cómo determinas qué dibujos tienen vida más allá del papel y qué formato te permite explorar más tus ideas?  

Depende del proyecto, a veces hay una oportunidad para hacer una exposición y de mezclar ciertas cosas. Para esta exposición incluí dos piezas que eran parte de la exposición que debía venir aquí desde el British Council. Una de esas piezas es Clay Piece, que en realidad es muy sencilla y se puede rehacer cada vez que se presenta. También me gusta porque tiene una relación con el lugar especifico donde se instala. Esa arcilla con la que está hecha es de México, es tierra de México. En cada lugar quienes la realizan suelen ser estudiantes. Así que todo está ligado, está hecho en México, por mexicanos y también está hecha de manera divertida «con» México. También esta pieza [Esposición] está ligada a cada lugar, se debe traducir al idioma del lugar donde se muestra. Ha sido presentada en Guadalajara, Santiago, Nueva Zelanda, Tokio, Seúl, Corea, creo que también en Shanghái. Ahora está en español y siempre debe tener una falta de ortografía.

[Ríe]… este tipo de piezas en realidad hace enojar mucho a la gente. A mí me gusta. Para mí lo que describe es qué es «esto»: es una exposición, pero que incluso «esto» puede salir mal… En cierto modo, es realmente estúpido, pero también espero que sea decir algo o eliminar algo y, obviamente, hacer un comentario. Confundir de manera deliberada y dejarlo pasar. ¿Y qué significa? ¿Por qué hacerlo? Porque es divertido.

David Shrigley México. Letrero de neón.

David Shrigley, Esposición, 2019. Fotografía de Manuel Guerrero.

—Es una especie de libertad para ti …

Sí, es un poco de anarquía, es como decir: «Puedo hacer todo lo que me gusta porque soy un artista. Y no hay nada que puedas hacer al respecto». Curiosamente es solo una palabra, pero ha sido de lo más provocativa. La primera vez que la hice fue en Australia, estaba en una de las ventanas exteriores del National Gallery. Todos los días entraba gente solo a reclamar que la palabra estaba mal escrita.

—Justo uno de estos formatos de trabajo que te mencionaba me parece actualmente uno de los más nobles: la edición múltiple. Muchos artistas han trabajado y explorando este formato dejando por un momento las grandes cifras que una pieza única representa dentro del mercado del arte. Como artista que trabaja dentro de este mercado, ¿qué representa para ti trabajar con ediciones múltiples? 

Son contextos diferentes. Tal vez hace el trabajo accesible. No se en realidad si es una edición porque hay un número ilimitado de tarjetas, camisetas, pósters. Empecé a hacerlas porque haciendo trabajo gráfico la gente comenzó a mandarme correos diciéndome  «Vi ese dibujo en un libro puedo convertirlo en una camiseta? Y yo contestaba que sí y les mandaba la imagen. Lo he estado haciendo durante 20 años así que ahora tengo un enorme archivo de mercancías múltiples. En algún momento lo dudé, pero luego me di cuenta de que mi trabajo tiene ya cierta presencia, y fue acertado que lo haya hecho. Aunque en mi mente siento que, de alguna manera, me preocupaba que minimizara mi trabajo.

No lo sé: ¿es una camiseta tan importante como algo que está en la galería de arte? A veces lo es, a veces no lo es, pero puse poco control en eso, simplemente digo que sí a todo, casi a todo.

Es decir, tengo un acercamiento crítico, pero la mayor parte del tiempo las propuestas vienen de una empresa con la que he trabajo en Australia para hacer estas cosas y muchas cosas de las que se hacen en ese sentido son sus propuestas. Traducen alguna pieza mía en un objeto y yo solo digo: Está bien, diviértanse. Tal vez debería estar un poco más al tanto de todo eso, pero ya es demasiado tarde, lo hemos hecho por mucho tiempo. También me he dado cuenta de que si no lo hiciera, alguien más lo haría y no tendría ningún control. Así que al menos en esta ocasión tengo algo de control sobre ello y hago algo de dinero también.

David Shrigley México. Bolsa.

Tomada de la web de David Shrigley.

—¿Podrías contarnos un poco más sobre los proyectos de música y sonido que has hecho, cómo están relacionados con el dibujo?

Es solo algo que hice y que sucedió por accidente. Solía tocar música hace muchos años, estaba en una banda. Cuando comencé a tener éxito como artista, ya no tuve tiempo para la banda y tuve que dejarla. Después me pidieron que grabara un disco de cóvers y luego terminé haciendo un proyecto donde escribí un libro de letras imaginarias. Después alguien invitó a algunos músicos a interpretar esos textos en canciones, algo que nunca fue mi intención que sucediera. También me invitaron a hacer un proyecto de spoken word y lo hice porque estaba interesado en las palabras y la música de la misma forma que me interesa usar palabras e imágenes. Más adelante hice un proyecto musical con un amigo y de repente, tengo ya este proyecto donde estoy escribiendo canciones y empezando a actuar de nuevo, aunque nunca busqué en realidad que pasara. Me estresa el escenario. Pero veamos qué pasa. Lo veo como un proyecto musical en curso que va en todas direcciones.

—¿Así que prefieres el cubo blanco al escenario?

No. Solo quiero hacer cosas interesantes y me piden que haga cosas diferentes y me parece muy emocionante porque no tengo miedo al fracaso; A veces veo mi trabajo como una mirada atrás a los errores. De todos modos, nunca se sabe si se tuvo éxito o se fracasó en algo hasta mucho más tarde, porque cambia tu opinión. Entonces, me gustan los proyectos, me gusta hacer cosas diferentes. Creo que soy afortunado de que la gente me invite, supongo que, por ejemplo, si yo fuera un pintor figurativo, nadie me pediría que hiciera estas cosas porque solo hay una cosa que debes saber hacer.

—¿Cuáles han sido los proyectos con los que más te has divertido?, ¿qué debe tener un proyecto para que te interese trabajar en él?

Todo es diferente Todo parece suceder un poco por accidente como esta pieza  [Clay Piece]. Me pidieron que hiciera una pieza en un museo en Alemania hace unos trece años … tal vez 10 años, no lo sé. Le dije a la curador que quería hacer algo en el espacio y le dije: «dame mucha arcilla y tendrá sentido». Ella contestó «Oh, ¿qué vas a hacer?» Yo no estaba del todo seguro pero le dije «bueno, tengo algunas ideas». Comencé a hacer algo y salió mal y de pronto una enorme salchicha que solo tiene un principio y un final. Y ya, eso fue todo. Se convirtió en esta pieza, que decidí hacer, solo porque tuve la oportunidad. Siempre estoy sobre este tipo de proyectos. Es gracioso. Mientras que otros artistas conceptuales tienen una idea y la representan, para mí las mejores cosas, las más interesantes, solo suceden por accidente, como resultado de una secuencia de ideas en respuesta a las situaciones y a cada contexto. Para mí con eso está bien.

Violeta Horcasitas

Es curadora independiente de arte contemporáneo. Su trabajo curatorial tiene como principal interés la investigación sobre procesos colaborativos, proyectos online y nuevos formatos de exhibición. Ha trabajado en diversas instituciones del sector público y privado como Fundación Jumex, La Tallera, Dirección General del INBA y el Museo del Palacio de Bellas Artes. Desde 2015 dirige Satélite, una iniciativa que reflexiona sobre la institución del museo como espacio de exhibición desde diferentes disciplinas y formatos.

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Fotografía cortesía de Museo de Arte Carrillo Gil.

David Shrigley, Sin título (No reward for viewing this), 2014. Cortesía del artista y Anton Kern Gallery.

David Shrigley, S.T. (Don't), 2013. Cortesía Fundación Amparo y Manuel (AMMA).

David Shrigley, Esposición, 2019. Fotografía de Manuel Guerrero.

Tomada de la web de David Shrigley.