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Diseño mexicano: emprendimiento e independencia. 6 diseñadores opinan

Especial 01.04.2020

Presentamos un panorama de la escena del diseño en México a través de la experiencia de seis diseñadores o curadores de distintas generaciones.

En México el diseño se encuentra en un franco crecimiento, existen varios indicadores que así lo demuestran: son varias las escuelas que ofrecen la carrera y por ende cada vez son más los diseñadores egresados, existe un buen número de ferias especializadas (donde además de presentar proyectos, se reflexiona sobre la disciplina) y bazares en algunas ciudades de la República, en 2018 la Ciudad de México fue nombrada Capital Mundial del Diseño, y existe un público mayor interesado en los proyectos, despachos y diseñadores…

Sin embargo, las condiciones del país hacen que el sector tenga características muy particulares. Sin una estrecha relación de la industria con los diseñadores mexicanos, éstos han sabido emerger gracias a su espíritu, y la independencia y el emprendimiento sobresalen como características del sector.

¿Pero cómo es el día a día de los diseñadores? Ya que operan sobre todo desde la independencia, ¿cuáles son las mayores dificultades que viven como gremio? Y, ¿cómo les hacen frente? Platicamos con seis agentes del diseño para conocer sus retos y cómo los enfrentan.

 

Mario Ballesteros | Curador

Diseñadores emprendedores. Mario Ballesteros.

Cortesía de Mario Ballesteros.

—¿Cuáles consideras que son los mayores aportes del Abierto Mexicano de Diseño al ecosistema del diseño en México?

La fuerza del AMD es que es una iniciativa de la comunidad de diseño, de abajo para arriba, que surge de los diseñadores y productores y no de marcas, showrooms o instituciones. Por eso tiene la energía, la frescura y la diversidad que tanta falta le hacen a otras iniciativas. También tiene una vocación sincera de acercar el diseño a la mayor cantidad de gente posible, no sólo a señoras de Las Lomas y Polanco. Le quita al diseño ese lastre tan nocivo del diseño como un asunto exclusivo, blanco y VIP. Esa es una gran lección para el diseño en un país como México.

Diseñadores emprendedores. Mario Ballesteros.

Vista de la exposición Pop, populista, popular curada por Mario Ballesteros y Tony Macarena en el Museo del Palacio de Bellas Artes. Tomada del INBAL.

—¿Cuáles son los mayores retos a los que se enfrentan los diseñadores a la hora de insertarse en el mercado?

Que lo tienen que resolver todo. Que se espera que todos sean mulitaskers heroicos e ingeniosos que se las arreglan como pueden para sacar adelante su trabajo y cultivar su talento. Ni las iniciativas como Design Week ni el AMD —y mucho menos las instituciones de gobierno, las escuelas o las empresas e industrias— están haciendo lo suficiente para ayudar a los diseñadores a articular ideas, proyectos y posturas. Abren espacios, pero quienes resuelven la ideación, la articulación del proyecto y casi siempre incluso la producción son los diseñadores. Encima, si quieres participar en estas iniciativas y contar con una plataforma, tienes que pagarlo. Ser diseñador en México te va a costar sangre, sudor y lágrimas. Y te va a costar dinero. 

—En México, ¿se puede hablar de una industria del diseño?

Hay que dejar de lado las añoranzas del diseño industrial, valores y sus principios rectores. Es un paradigma caduco. Hoy el diseño, como el resto de las «industrias creativas» —que por cierto me parece un término desafortunado, que no logra capturar las formas diversas en que operan los procesos creativos, ni la precariedad que por lo general los acompaña si no están insertos en los circuitos ultracapitalistas del mercado contemporáneo del arte, el cine o la tecnología— se tiene que sacudir de esas aspiraciones inútiles y pensar en una postindustria, en esquemas flexibles, inciertos, inclusivos que no están centrados en la producción o la eficiencia, sino en resoluciones y especulaciones críticas para enfrentar los retos de nuestro tiempo: la posverdad, la emergencia socioambiental, la descolonización y la reivindicación del margen, la deconstrucción identitaria, etcétera. Diseñar no es amueblar.

Mario Ballesteros (Ciudad de México, 1980) es director editorial de Travesías y curador invitado del Abierto Mexicano de Diseño 2019 #AMDpopular. Antes fue director y curador en Archivo Diseño y Arquitectura, así como Director de la edición mexicana de Domus.

 

Emiliano Godoy | Diseñador y curador

Diseñadores emprendedores. Emiliano Godoy.

Cortesía de Emiliano Godoy.

—¿Cuáles han sido los mayores retos a los que te has enfrentado al momento de insertarte en el mercado?

Por un interés muy profundo que tenía en temas de sustentabilidad y medio ambiente, cuando salí no encontré realmente una oficina o un lugar donde estuvieran hablando de eso. Inclusive desde antes de graduarme puse un despacho con un amigo y desde entonces nunca he trabajado para nadie: siempre he estado independiente. Creo que los retos son más de trabajar de independiente que propiamente del mercado laboral del diseño. Aún así lo que he visto, en estos 20 años, es que, por un lado, hemos egresado mucha más gente: cuando yo estudié había menos programas de diseño y hoy estamos hablando de miles de diseñadores industriales que se gradúan al año, entonces la colocación es todo un tema, pero a mí me toco verlo desde el punto de vista de un emprendedor que abrió su propio estudio que desde el mercado laboral.

—En México, ¿puede hablarse de una industria del diseño?

México tiene un lado mucho más avanzado, a diferencia de otros países, que viene principalmente del tema del emprendimiento. Lo puedes ver ahora en el Abierto Mexicano de Diseño: lo que ves principalmente son diseñadores que tienen sus propios despachos o sus propias marcas.

En ese sentido, lo que vemos es un gremio muy nutrido, muy diverso, con muchos pequeños productores. Esa diversidad y fortaleza no es muy común en el resto del mundo. Aunque eso está derivado de una situación que no es buena y es la contraparte: hay poca conexión entre el diseño, las fábricas, los fabricantes y las grandes plantas donde se producen las cosas en México: generalmente son maquiladoras que trabajan para el extranjero y donde el diseño llega ya listo, al igual que la ingeniería. Entonces esa gran industria nacional no contrata diseño.

Esto implica que hay pocos diseñadores industriales que trabajen con grandes industrias nacionales y ese es el esquema que sucede en otras partes del mundo, en el que el diseñador sale contratado por una empresa o por un despacho que trabaja para una gran empresa. El hecho de que no exista esa conexión hace que los diseñadores pongan sus propios negocios, lo que permite una gran diversidad y profundidad: los diseñadores están haciendo cosas muy diferentes. Trabajan mucho más experimental, porque, como atienden a un mercado más pequeño, pueden serlo, pero la contraparte es que no están vinculados a la gran industria de México.

Diseñadores emprendedores. Emiliano Godoy.

TUUX, Pabellón Cultural Migrante, 2016. Tomada de AMD.

—¿Qué canales utilizas para ofertar tus proyectos?

Yo vendo pocas cosas directo. Diseño algunas cosas para clientes, más como diseño de autor, pero desde TUUX, la oficina en la que estoy desde hace más tiempo, hacemos servicios de diseño. En ese sentido, no vendemos productos terminados: más bien, las redes nos funcionan claramente para tener más comunicación, pero no porque estemos buscando clientes finales.

Ahí la cosa cambia un poco: cuando tienes una marca, las redes te funcionan para mover producto final, pero ese no es tanto mi día a día.

—Emiliano Godoy (Ciudad de México, 1972) es un diseñador industrial mexicano que desde hace quince años trabaja en proyectos de sustentabilidad aplicada, utilizando el diseño como una herramienta para generar cambios positivos en la sociedad y el medio ambiente.

Es maestro en diseño industrial por el Pratt Institute (Nueva York) y licenciado en diseño industrial por la Universidad Iberoamericana (México). Dirige el estudio de diseño que lleva su nombre, donde desarrolla tanto productos de consumo como proyectos de interiores, arquitectura, intervenciones urbanas y de exposiciones. Godoy es también parte del taller boutique TUUX, cofundador de Pirwi, miembro del colectivo NEL y consejero del Abierto Mexicano de Diseño.

 

MONOMÁNTICO

Juan José Martín Andrés

Diseñadores emprendedores. Juan José Martín Andrés.

Juan José Martín Andrés. Fotografía de Gunther Sahagún. Cortesía de Monomántico.

—¿Cuáles han sido los mayores retos a los que se han enfrentado a la hora de insertarse en el mercado?

Como también vengo del campo del diseño editorial impreso, creo que el principal reto era encontrar un producto que fuera atractivo en un momento en que la gente ya no consume tantas revistas, libros ni tanto papel en general. Por eso la idea de no hacer una libreta que fuera en masa, sino que fuera mucho más única, personal y subir el nivel de calidad. Son obras gráficas, serigrafías, de 250 ejemplares y el proceso que se hace es casi manual. Tanto en las libretas de tirada múltiple como de edición única, somos uno a uno los que vamos haciendo el plegado, engrapado y guillotinado del papel.

Evitamos la distribución en tiendas grandes, como librerías generalistas y apelamos más a librerías tipo Casa Bosques, tiendas de museos o incluso cafeterías-librerías, donde vemos que la gente sigue amando lo impreso.

—En México, ¿puede hablarse de una industria del diseño?

Vine a México desde España hace casi siete años, y creo que México reúne un punto que en España ya está desapareciendo: lo artesanal. Veo que en México todavía podemos contar con una industria artesanal en la que puedes encontrar talleres de gráfica, de serigrafía, carpintería o de forja que pueden ofrecerte un producto con otras cualidades. Creo que contamos con un nivel de diseñadores: ya sea que hayan estudiado aquí o fuera, han acudido a academias con un buen nivel y sí que creo que profesionalmente hay un trabajo sobresaliente; además nos podemos apoyar en una industria en la que todavía se puede trabajar de la mano con muchos artesanos, lo que hace que tu producto pueda tener una factura mucho más refinada.

Creo que lo que falta no es tanto una industria, que sí la hay, sino un contexto de públicos: pienso que todavía necesitamos que la clase en media en México que ama el arte, el diseño y la comunicación crezca un poco, porque es el público al que el mundo del diseño gráfico, el de mobiliario y moda vamos enfocados, aunque también creo que ha ido en aumento: desde que llegué he visto un cambio en estos años, pero es un punto a reforzar.

Diseñadores emprendedores. Libretas MONOMÁNTICO.

Libretas de MONOMÁNTICO. Cortesía del proyecto.

—Como MONOMÁNTICO, ¿qué canales utilizan para ofertar tus proyectos?

Creo que las redes sociales se han convertido en el nuevo «boca a boca». Es como el patio de vecinos: subes una foto y todo el mundo la ve.

Nosotros llegamos hasta tal punto que nuestra página web te redirecciona a la página de Instagram, porque justamente es la manera en que podemos decirle a nuestro público lo que estamos haciendo y mantenerlos informados día a día. Es la manera en que muchas veces la gente nos contacta para distribuir o comprar.

Para nosotros, las redes sociales se han convertido también en nuestro portafolio: a veces se manda el link, con las imágenes que se tiene. En un campo tan visual como el del diseño gráfico, Instagram es la plataforma por excelencia, y a veces las stories se convierten en la agenda y break news.

—MONOMÁNTICO es una editorial de libretas creada en 2017 por Juan José Martín (Soria, 1978) e Hipatia Palacios (Ciudad de México), que centra su producción en dos líneas de trabajo: ediciones únicas y originales, a partir de la reutilización de material impreso, ya existente —mapas, libros, enciclopedias o revistas—, y en series de cuadernos coleccionables de tirada múltiple, basadas en una investigación sobre la Ciudad de México y la cultura de México. De esta línea, nuestro principal producto es la colección CDdfMX Libretas para amantes de la ciudad de México.

 

Lol Koópte

Colectivo

Diseñadores emprendedores. Lol Koópte.

Equipo de Lol Koópte. Cortesía del proyecto.

—¿Cuáles han sido los mayores retos a los que se han enfrentado a la hora de insertarse en el mercado?

El reto que encontramos es que no estábamos preparadas con nuestros documentos y tuvimos que actualizar nuestros papeles. Eso se nos dificultó un poco.

—En México, ¿puede hablarse de una industria del diseño?

Me parece muy interesante porque hay mucha gente que necesita como cualquier otra persona una oportunidad. Para mí es muy importante ver que se pueden aprovechar otro tipo de materiales reciclables; México es un país en el que las oportunidades están abiertas.

Diseñadores emprendedores. Lol Koópte.

Diseños de Lol Koópte. Cortesía del proyecto.

—¿Qué canales utilizan para ofertar tus proyectos?  

Apenas estamos empezando, llevamos un año, pero contamos con el apoyo de compañeros que nos apoyan en la difusión: nos presentamos en eventos como el AMD, nos acercamos y entregamos tarjetas a los asistentes.

—Lol Koópte es una sociedad cooperativa de producción rural integrada por nueve mujeres indígenas de origen maya quienes, respetando los valores y principios de los usos y costumbres, se insertan en las actividades productivas del Ejido Petcacab, Quintana Roo, contribuyendo con la recuperación de residuos y elaborando piezas únicas. Todos sus productos se fabrican con maderas preciosas de la selva maya que antes eran desperdicios utilizados como leña.

 

COMÚN

Colectivo

Diseñadores emprendedores. COMÚN

Cortesía de COMÚN.

—¿Cuáles han sido los mayores retos a los que se han enfrentado a la hora de insertarse en el mercado?

Valeria Montero (VM): Empezar la marca fue el primer reto. Nos conocimos en la universidad y desde ahí empezamos, ha sido una cuestión de seguir adelante. Tenemos nuestros trabajos y además la marca, entonces también nos dimos cuenta de que se trata de querer hacer las cosas, dar el extra.

Rodrigo Ordoñez (RO): Creo que el reto principal es abrir la marca, aunque probablemente no tengas la experiencia: necesitas trabajar con gente de mayor trayectoria en el diseño, pero también aplicarlo en tu propia marca.

Diseñadores emprendedores. COMÚN.

COMÚN, Tomasa, 2019. Fotografía de Adriana Hamui. Cortesía del proyecto.

—En México, ¿puede hablarse de una industria del diseño?

RO: Yo creo que sí. Desde que empezamos la marca, siempre tuvimos como objetivo exponer en eventos como el AMD y eso creo que motiva a muchos: hace que la escena de marcas independientes crezca bastante; la semana del diseño hace que también te inspires.

—¿Qué canales utilizan para ofertar tus proyectos?

RO: A nuestra edad y viendo todo el contexto, las redes sociales son muy importantes para nosotros. Nos preocupamos mucho por la presencia en redes sociales: presentar nuestros productos y que la misma calidad que tiene físicamente se pueda apreciar a través de las redes sociales.

—COMÚN es un estudio fundado en 2018, integrado por cinco diseñadores industriales egresados de la Universidad Iberoamericana, que identifica conceptos del diario para generar propuestas que abran la discusión sobre el diseño y su democratización; hallando vínculos humanos al inspirarse en formas, objetos y comportamientos comunes y otorgarles el valor estético y cultural que merecen.

 

Duco lab.

Andrea Ortega y Longinos González

—¿Cuáles han sido los mayores retos a los que se han enfrentado a la hora de insertarse en el mercado?

Andrea Ortega (AO): Saber vender y saber cobrar.

Longinos González (LG): Siento que, en nuestro caso, que los dos estudiamos diseño industrial, no hubo mucho enfoque en la parte administrativa y que sí tiene mucha importancia. Creo que la vinculación de los proyectos debería hacerse más con despachos que tienen proyectos reales que con marcas.

—En México, ¿puede hablarse de una industria del diseño?

 (AO): Yo creo que sí y está creciendo. Se está consolidando y lo que falta tal vez es vincular esta escena del diseño con la industria, pues está emergiendo de una manera independiente.

Diseñadores emprendedores. Duco lab.

Duco lab, Mobiliario para Laboratorio de Investigación y Experimentación Práctica de Vivienda Infonavit, 2018. Cortesía de Duco lab.

—¿Qué canales utilizan para ofertar tus proyectos?

(LG): Hoy por hoy, creo que son importantes: es una gran ventana para que la gente te pueda ver no solo en tu país. Te acerca mucho a otras personas, pero eso fue de un tiempo para acá; antes lo hacíamos boca a boca.

Duco lab. es un Laboratorio de Diseño Multidisciplinario con base en la Ciudad de México.

Se plantea como un espacio abierto al desarrollo, planeación y producción de piezas innovadoras, cuyo propósito se centra en proveer soluciones y materializar proyectos vanguardistas caracterizados por el equilibrio entre innovación, diseño, ingeniería, tecnología y fabricación con manufactura mexicana. Su identidad se basa en la utilización de materiales heterogéneos, fusionados con procesos que van de lo industrial a lo artesanal.

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Cortesía de Mario Ballesteros.

Vista de la exposición Pop, populista, popular curada por Mario Ballesteros y Tony Macarena en el Museo del Palacio de Bellas Artes. Tomada del INBAL.

Cortesía de Emiliano Godoy.

TUUX, Pabellón Cultural Migrante, 2016. Tomada de AMD.

Juan José Martín Andrés. Fotografía de Gunther Sahagún. Cortesía de Monomántico.

Libretas de MONOMÁNTICO. Cortesía del proyecto.

Equipo de Lol Koópte. Cortesía del proyecto.

Diseños de Lol Koópte. Cortesía del proyecto.

Cortesía de COMÚN.

COMÚN, Tomasa, 2019. Cortesía del proyecto.

Duco lab, Mobiliario para Laboratorio de Investigación y Experimentación Práctica de Vivienda Infonavit, 2018. Cortesía de Duco lab.