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Trabajadores se reúnen en el Monumento a la Revolución de la Ciudad de México para manifestarse por una mejora en las condiciones de trabajo en varias dependencias e instituciones del Estado, 2019.

Parálisis y precarización en la cultura a un año de gobierno de la 4T

Columna invitada 30.11.2019

Egbert Méndez Serrano

Este texto analiza los cambios y obstáculos que enfrenta actualmente el sector de la cultura a un año de la actual administración.

Al revisar algunos documentos publicados por diferentes dependencias gubernamentales de 2017 a la fecha, es posible afirmar que este año el presupuesto de la federación para el ramo de cultura sufrió una disminución de 22 millones de pesos, con respecto a 2018. A su vez, el presupuesto de 2017 contenía una reducción de cinco mil millones de pesos con respecto a 2016.i

Si tomamos el período de 2015 a la fecha, el recorte es escandaloso. De casi 22 mil millones de pesos que recibía el ramo, ahora no rebasa los 13 mil millones, una reducción del 40 por ciento.

La tendencia de la disminución del presupuesto para la cultura por parte del Estado mexicano no nació en este gobierno. Se inscribe en la política económica neoliberal de reducción del gasto público, y por ende, de los servicios del Estado y de los derechos de sus ciudadanos. En esta lógica, con el objeto de disminuir el «gasto corriente», el Estado adopta las nuevas doctrinas del gerencialismo empresarial: recurre a la subcontratación de empresas y de trabajadores (outsourcing), cuyo principal rasgo consiste en la precarización y deterioro de los derechos laborales. Así, el Estado ahorra los «costos» por concepto de aportaciones al ISSSTE y al FOVISSSTE, jubilaciones, aguinaldos, etcétera.

La Biblioteca Vasconcelos es una ventana que permite apreciar las condiciones laborales que se han desarrollado desde 2006, año en que inició actividades. En entrevista con algunos trabajadores, nos refieren que al principio la Biblioteca contaba aproximadamente con 500 trabajadores. En 2007 reportan un despido masivo de aproximadamente 50 por ciento de éstos; en 2010, fueron despedidos otros 100 trabajadores; en el presente año, estiman que despidieron a 17 eventuales y 15 trabajadores por honorarios. La Biblioteca –nos dicen– se mantiene funcionando con poco más de cincuenta trabajadores. Era de esperarse, la Dirección General de Bibliotecas tuvo un recorte de 21 millones de pesos para este año.

 

El «nuevo» enfoque de la 4T

El Plan Nacional de Desarrollo critica la centralización de la cultura hacia unos pocos recintos.ii Sin embargo, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que es la instancia que más recursos recibió en 2018 (3 668 millones), fue de la pocas que se vieron beneficiadas con el gobierno de la 4T, al aumentársele 71 millones de pesos. El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) repitió como la segunda instancia con más presupuesto para este año (3 mil millones), a pesar del recorte de 176 millones de pesos con respecto al año anterior.

Ambos institutos ya tenían problemas muy graves. Producto de ello, en 2018, estallaron los movimientos #yapagameINBA y #yapagameINAH. La precarización laboral y la falta de pagos orillaron a los trabajadores, principalmente los contratados por honorarios (capítulo 3000), a manifestar su inconformidad. Ambos movimientos estuvieron muy activos en redes sociales. En entrevista anónima con algunos integrantes de #yapagameINAH, éstos refieren que el activismo virtual permitió que varios periodistas investigaran posibles actos de corrupción, presión que llevó a comparecer a la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, ante el Senado.

A pesar de esta problemática, con la nueva administración no mejoraron las condiciones laborales. En entrevista, Paulina Maya, del área de contenidos del Museo Mural Diego Rivera (que depende del INBAL), nos menciona que los ajustes los ha mantenido muy limitados en muchos recursos, sobre todo en materiales.

La Ciudad de México reproduce, a nivel local, la misma situación: despidos, recortes, precarización laboral y falta de pagos para sectores vinculados a la cultura.

Recientemente, en el Faro de Oriente, órgano centralizado de la Secretaría de Cultura (SC) de la Ciudad, se realizó un paro por la falta de pagos a los talleristas. Sin embargo, no fue el único motivo, ya que a su vez pusieron sobre la mesa un problema más profundo: la ausencia de estabilidad laboral. Mariano Andrade nos dice que en el Faro trabajan alrededor de 80 talleristas —como él—, de ellos el 30 por ciento está por honorarios y el 70 por ciento como becarios, lo que implica que ninguno es reconocido legalmente como trabajador por parte de la Secretaría de Cultura de la CDMX.

Esto se debe a que los gobiernos neoliberales han reglamentado a contra ley formas de contratación simulada, esto quiere decir que un trabajador que cumple con los requisitos legales (establecidos en la Ley Federal del Trabajo) para ser basificado, se le contrata por honorarios, como eventual, por servicios profesionales, etcétera.

El programa Jóvenes Construyendo el Futuro camina en la misma dirección, y ha sido una fuente de mano de obra barata de la cual se nutren, además del sector privado, dependencias públicas afectadas por los despidos. Según datos solicitados a la Plataforma Nacional de Transparencia, actualmente existen 4 mil 271 becarios distribuidos en el sector de cultura. Las dos primeras dependencias que emplean a estos jóvenes son la Secretaría de Cultura (643 becarios) y el INAH (547), este último responsable de 650 despidos este año.

Ante todas estas problemáticas, puede afirmarse que el sector está en crisis y cualquier maniobra para incrementar presupuesto en un área, genera un desajuste desastroso en otra. Por ejemplo, el aumento presupuestal para Vinculación Cultural implicó un decremento en IMCINE, en el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas y en muchos órganos más. Al parecer, el gobierno de la 4T en su objetivo de adelgazar el aparato estatal, cree que con una nueva «reingeniería del gasto» va a solucionar los graves problemas que enfrenta el sector, más aún, sin romper con la tendencia estructural de reducción presupuestaria.

Otra tesis que se refuerza es lo de por sí sabido: el derecho ciudadano a la cultura no es prioridad para el Estado, como sí lo son los compromisos inamovibles con el sistema financiero internacional enganchados al endeudamiento público. Sin duda, ello pone de manifiesto el orden de las prioridades en el México de hoy.

 

i Los montos presupuestales totales y particulares y los comparativos referidos en todo el artículo, fueron obtenidos a partir del análisis del Presupuesto de egresos de la federación para el 2017, 2018 y 2019, además de Reyes Tépach M ., “El Presupuesto Público Federal para CULTURA, DEPORTES Y ASUNTOS RELIGIOSOS, 2014-2015” y “El Presupuesto Público Federal para la FUNCIÓN CULTURA, DEPORTE Y ASUNTOS RELIGIOSOS, 2015-2016”,  recuperado de <https://www.pef.hacienda.gob.mx/>, <http://www.diputados.gob.mx/sedia/sia/se/SAE-ISS-20-15.pdf> y <http://www.diputados.gob.mx/sedia/sia/se/SAE-ISS-06-15.pdf>

ii Cfr. Plan Nacional de Desarrollo. Recuperado de < https://lopezobrador.org.mx/wp-content/uploads/2019/05/PLAN-NACIONAL-DE-DESARROLLO-2019-2024.pdf>

Egbert Méndez Serrano

Tiene estudios de matemáticas en la Facultad de Ciencias de la UNAM, donde además trabajó. Se dedica a la docencia y realiza, en colectivo, investigaciones independientes en Ciencias Sociales. Escribe artículos y es coautor de los libros El asalto al cielo era posible. La Revolucin rusa y nosotros (Torres asociados; 2019), El derecho contra el capital: reflexiones desde la izquierda contemporánea (Contraste, 2016) y La ciencia desde el niñ@ (Gedisa, 2015). Además es expositor en diversos eventos sobre Latinoamérica y la crisis del capitalismo mundial.

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