“[L]as imágenes imaginadas por el director se complementan con las imágenes imaginadas por el fotógrafo y viceversa”, menciona Abel Muñoz Hénonin en un texto para Código. Así, la importancia del trabajo del cinefotógrafo es indiscutible y trasciende las fronteras de los aspectos técnicos: es quien potencia el lenguaje visual y cinematográfico.

Bajo esta línea, Código seleccionó 15 películas del siglo XXI que, gracias a sus aspectos técnicos y artísticos, destacan por su fotografía. El orden es cronológico.

 

– El arca rusa (2002)

Fotografía de: Tilman Büttner (Berlín, 1964)

El arca rusa del director Alexánder Sokúrov, es uno de los escasos largometrajes filmados en un único plano secuencia, recurso utilizado con el propósito de proyectar una idea relevante: 300 años de la historia rusa a través de dos horas cinematográficas donde no hay cortes, porque el tiempo de la Historia es continuo y no se puede fragmentar. El protagonista es un viajero en el tiempo, cuyo punto de vista es representado por el de la cámara. La fotografía estuvo a cargo del alemán Tilman Büttner, conocido como uno de los grandes expertos en Steadicam, fue responsable de perseguir a Franka Potente en Corre Lola Corre. Büttner recibió distintas nominaciones por este trabajo, incluidos los Premios del Cine Europeo y el German Camera Award.

 

– Luz silenciosa (2007)

Fotografía de: Alexis Zabé

Ganadora del Premio del Jurado en el Festival de Cine de Cannes, Luz silenciosa cuenta la historia de un hombre casado que se enamora de otra mujer. El ritmo del montaje se acompasa con los sentimientos de los personajes, que viven un una comunidad menonita del norte del país. El cinefotógrafo Alexis Zabé logra una composición estética con una realización formal, gracias a la cual ofrece momentos puros y contemplativos de éxtasis visual. Además de colaborar asiduamente con Reygadas, Zabé ha trabajado con otros directores mexicanos como Fernando Eimbcke, e incluso ha intervenido en videos para bandas como Die Antwoord.

 

– Petróleo sangriento (2007)

Fotografía de: Robert Elswit (California, 1950)

Un retrato épico sobre la relación disfuncional del capital con los recursos naturales. A inicios del siglo XX, un minero pobre se convierte en un magnate del petróleo gracias a un repentino descubrimiento. A través de su mirada, Robert Elswit evidencia los precarios lugares de trabajo y los paisajes desolados en los que transitan los personajes, a la vez que retrata las relaciones sociales, religiosas y las alianzas económicas en un imperio voraz. Conocido por grabar en cinta y por ser fiel detractor de la cámara digital, Elswit también ha colaborado con directores como Guillermo Arriaga y Joel Schumacher.

 

– ¿Quién quiere ser millonario? (2009)

Fotografía de: Anthony Dod Mantle (Witney, 1955)

Aunque presenta una trama melodramática simple, ¿Quién quiere ser millonario? resalta por su cinematografía a cargo del inglés Anthony Dod Mantle, quien encontró su vocación al pasar un año en la India tomando fotografías. El lenguaje visual de Dod Mantle pone la mirada en la realidad y el modo de vida de la población india, mostrando la desigualdad en una ciudad de contrastes como es Mumbai: por un lado, los enormes y pulcros rascacielos; y por el otro, barrios marginados con construcciones improvisadas y endebles. Dod Mantle también es reconocido por colaborar con cineastas del Dogma 95, como Thomas Vinterberg y Lars von Trier.

 

– La isla siniestra (2010)

Fotografía de: Robert Richardson (Massachusetts, 1955)

Leonardo DiCaprio interpreta a un policía que investiga la desaparición de un paciente desaparecido en un psiquiátrico ubicado en una isla en los años 50. Robert Richardson –colaborador habitual de Quentin Tarantino, Oliver Stone y Martin Scorsese­– crea un film noir por medio del reflejo del sombrío estado mental de los personajes y la crudeza del lugar donde se desenvuelven: muros, celdas y paisajes grises.

 

– Submarino (2010)

Fotografía de: Charlotte Bruus Christensen (Dinamarca, 1978)

Charlotte Bruus Christensen realizó sus estudios en National Film and Television School, en Inglaterra. Desde entonces, ha trabajado con directores como Oliver Ussing, Anton Corbijn y Thomas Vinterberg. Bajo la idea de crear una mirada en la cámara, la cinefotógrafa danesa logra un drama social con una estética formal que, aunque no pretende ser refinada para no restar realismo, es impecable. Basada en el libro homónimo de Jonas T. Bengtsson, Submarino cuenta la historia de dos hermanos que se reencuentran en prisión después de una infancia traumática. Christensen retrata conceptos opuestos como la pureza de la infancia contrastada con una trama oscura de colores fríos y escenarios grises. En 2012 recibió el premio Vulcain De L’Artiste-Technicien en Cannes por su trabajo en La Caza.

 

– La cinta blanca (2010)

Fotografía de: Christian Berger (Lans, 1945)

¿Pueden las relaciones personales ser el origen de tragedias tan grandes como la Primera Guerra Mundial? Ganadora de la Palma de Oro, La cinta blanca de Michael Haneke es un retrato de los síntomas de una sociedad enferma en una comunidad ficticia en Alemania de 1913. Aunque filmado a colores, el largometraje es presentado en blanco y negro: ¿de qué otro color podría mostrarse un mundo a punto de estallar? Además del empleo de esta técnica para lograr una atmósfera oscura, Haneke limitó el uso de luz artificial en interiores. Así, Christian Berger pone acento en las expresiones y sentimientos de los personajes, a la vez que los inserta en sus paisajes cotidianos para evidenciar sus relaciones.

 

– El árbol de la vida (2011)

Fotografía de: Emmanuel Lubezki (Ciudad de México, 1964)

En El árbol de la vida, Emmanuel Lubezki logra un retrato de la existencia humana a través de tomas poco convencionales que reflejan el poder del macro y microcosmos, por medio de imágenes del universo –para las que incluso consultó a la NASA–, de la naturaleza, así como de la evolución hacia la madurez del protagonista, interpretado por Sean Penn. La ganadora de la Palma de Oro en Cannes 2011 presenta una técnica que pone acento en los elementos del entorno que rodea a los personajes, más que en los diálogos de los mismos.

 

– Cumbres borrascosas (2011)

Fotografía de: Robbie Ryan (Dublín, 1970)

Esta reciente adaptación de la novela de Emily Brontë destaca por su complejidad visual gracias a la mirada de Robbie Ryan, donde la crudeza de los paisajes nebulosos de los páramos de Yorkshire se muestra como un protagonista principal. Por su parte, la proximidad de la cámara refleja los sentimientos y el vínculo de los dos protagonistas que se insertan en un drama que, aunque recurre a lo esencial –dolor y amor–, se siente como un trabajo actual. Recientemente Ryan colaboró con Ken Loach en la ganadora de la Palma de Oro 2016, I, Daniel Blake.

 

– Ida (2013)

Fotografía de: Lukasz Zal (Koslazin, 1981), Ryszard Lenczewski (Dolnoslaskie, 1948)

Ida cuenta la historia de Anna, una joven huérfana de 17 años que está por recibir sus votos monásticos cuando repentinamente conoce a su tía, quien le revelará que su verdadero nombre es Ida y que sus raíces son judías. Ambas protagonistas se aventuran para descubrir qué fue de los padres de Anna/Ida durante la guerra. Ambientada en Polonia, Ryszard Lenczewski comenzó por tomar tres mil stills en el campo para lograr un tono con temperatura fría que sirve como metáfora del dolor, la nostalgia y la soledad de los personajes y de una nación lastimada por su historia. Lenczweski comparte crédito con Lukasz Zal, quien lo reemplazó después de enfermar y abandonar el rodaje. Por sus actuaciones y ambientación formidables, el crítico Peter Bradshaw la definió como: “Una hermosa e inquietante road movie en blanco y negro que parece un clásico restaurado de los 60”.

 

– La gran belleza (2013)

Fotografía de: Luca Bigazi (Milán, 1958)

El cinefotógrafo Luca Bigazzi crea un retrato de la ciudad de Roma como un lugar propicio para la decadencia. Se trata de un ejercicio donde la arquitectura de la ciudad se empalma con los sentimientos del protagonista para ofrecer una reflexión existencialista. Jep Gambardella (Toni Servillo) es un escritor veterano que a pesar de su gran talento desperdicia su tiempo en fiestas nocturnas, dejando de lado la realización de su segunda novela. Colaborador habitual de Paolo Sorrentino, Bigazzi también trabajó con Abbas Kiarostami en Copia fiel (2010).

 

– Ella (2014)

Fotografía de: Hoyte van Hoytema (Horgen, 1971)

La cinta de Jonze traslada al espectador a un futuro en el que los límites de la relación humano-tecnología han sido superadas. El escenario es un Los Ángeles que, en palabras de su director, “es un mundo táctil y agradable, opuesto a un futuro distópico”. Así, esta ciudad es imaginada a través de modelado y animación 3D en el que colaboraron los arquitectos Elizabeth Diller y Ricardo Scofidio. Aunque la locación no es la de nuestros tiempos, Hoyte van Hoytema crea imágenes de la vida cotidiana: serenas y profundas, –como los sentimientos de Theodore Twombly (Joaquin Phoenix)–, donde el paisaje urbano parece haber superado la predominancia de la noche gracias a la paleta de colores de la película, en la que se eliminó el color azul por su asociación con la ciencia ficción.

 

– Whiplash: Música y obsesión (2014)

Fotografía de: Sharone Meir (Israel, 1951)

Antes de convertirse en director, Damien Chazelle fue integrante de una banda de jazz mientras estudiaba en Princeton. Con toques de una trama un tanto reconfortante, Whiplash evidencia las dinámicas de un mundo competitivo obsesionado con la perfección y el triunfo. Por esto, Sharone Meir pone la mirada del espectador en la confrontación entre los personajes –estudiante y profesor– y en detalles tan minuciosos como el dolor y esfuerzo físicos ocasionadas por la perseverancia, ¿u obsesión?

 

– El Gran Hotel Budapest (2014)

Fotografía de: Robert Yeoman (Philadelphia, 1951)

Robert Yeoman ha colaborado en todas las películas de acción en vivo de Wes Anderson. Así, han integrado un complejo proceso de trabajo que para este filme comenzó con una investigación sobre imágenes de hoteles europeos de la década de 1930. Uno de las características más interesantes de la realización de El Gran Hotel Budapest es el uso de dos aspectos de ratio y de luz diferentes para delinear cada periodo de tiempo en el que se sitúa la historia: para las escenas de los 30 se utilizó un Academy 1.37 –con el que se grababan las películas de esa década– y se aprovechó la luz natural; por su parte, para la ambientación de los 60 se grabó con lentes anamórficos y luces fluorescentes para lograr la estética de esa época.

 

– Sicario: tierra de nadie (2015)

Fotografía de: Roger Deakins (Torquay, 1949) 

Conocido por sus trabajos con los hermanos Coen y Sam Mendes,  Sicario: tierra de nadie es la segunda colaboración de Roger Deakins con el director Denis Villeneuve. Emily Blunt interpreta a Kate, una joven agente del FBI encargada de encontrar al responsable detrás de un ataque en una propiedad de un cartel. Obsesionado de la técnica, como él mismo se ha definido, Deakins traza un retrato personal a través de distintos puntos de vista de los personajes, al tiempo que expone un problema de orden mayor como es el narcotráfico. La película destaca por su secuencia filmada con técnica de termografía, por su uso del color y por sus complejos cuadros que muestran un escenario desolador.

 

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[25 julio 2016]