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Ulises Carrión, No lea (1975). Colección particular, París

Ulises Carrión: 10 aportaciones al arte

Lista 14.10.2019

Este año se cumplen tres décadas de la muerte de Ulises Carrión, cuya mente pionera expandió los límites de la literatura y el arte.

Ulises Carrión (San Andrés Tuxtla, 1941–Ámsterdam, 1989) es uno de los artistas conceptuales más importantes de México. Sin ánimo de ser un creador multidisciplinario, su práctica no entendió de límites ni definiciones y se interesó por todos aquellos formatos que le permitieran estudiar las diferentes formas de producción, comunicación y difusión del arte. Aunque su obra está comúnmente asociada al arte correo, trabajó con diferentes medios: video, cine, literatura, edición, etcétera.

Una de sus mayores contribuciones fue comprender al arte como un sistema complejo: autónomo, pero dependiente de procesos, figuras, acciones, medios y personas. Repasamos 10 aportaciones al arte. El orden es alfabético.

En 2017 el Museo Jumex le dedicó una retrospectiva.

 

—Arte correo

Ulises Carrión. © Fotógrafo y Archivo Lafuente, Santander, 2014.

Una de las estrategias más importantes de Carrión fue el arte correo: «el modelo formal perfecto, no solo como estrategia de comunicación y experiencia marginal sino, sobre todo, como un arte que incorpora el concepto de cultura» [1] en el que el mismo medio (correo postal) es parte esencial de la obra de arte.

El medio representó un modo «de hacer« alterno, que involucraba el uso de diferentes soportes de creación (postales, sellos de goma, estampillas), modos de operación y comunicación. En El Arte Correo y el Gran Monstruo (1977) (Tumbona Ediciones, 2013) Carrión analizó las implicaciones y aportaciones del arte correo en el sistema artístico: independientemente del sistema de correos, el arte correo —ya sea pintura, papel, madera, etcétera— revela los flujos que controlan la producción y distribución del arte.

—Arte-libro: entre los lenguajes del arte y la literatura

Libro más conocido de Ulises Carrión

Ulises Carrión, El arte nuevo de hacer libros. Ediciones Hungría.

En El arte nuevo de hacer libros (1975) Ulises Carrión aborda la relación entre el texto, el libro como objeto y el escritor. En contraste con los canales ordinarios de creación, publicación y distribución de la literatura, declara esta relación como un «arte nuevo» en el que «la escritura del texto es sólo el primer eslabón de la cadena que va del escritor al lector. En el arte nuevo, el escritor asume la responsabilidad de todo el proceso».[2]

Para Carrión, la forma y el contenido, así como la edición y la distribución, formaban parte de una unidad de construcción del libro de carácter espacial y temporal. Además, ahondó sobre el plagio y concibió la obra lejos de la figura omnipotente del autor: «El arte no es una propiedad privada».

—Arte en la radio / La radio como arte

Cartel del programa radiofónico de Ulises Carrión

Imagen: Tomada de https://www.fonotecanacional.gob.mx

Si bien el libro objeto y el arte correo fueron las principales prácticas que desarrolló a lo largo de su carrera, a finales de los 80 Carrión se involucró en prácticas que estudiaban la cultura en un sentido cada vez más amplio y que incluían específicamente procesos y personas.

Impulsado por su interés en estudiar la distinción entre las llamadas alta y baja culturas, así como su característica exploración en las nuevas formas de comunicación y distribución, en 1983 dio vida al proyecto Tríos y Boleros que se presentaba en la Dutch Radio Station. Se trató de un programa documental dedicado a los orígenes y desarrollo de los boleros.

 

 —Cine y video

Ulises Carrión cargando una televisión

Ulises Carrión, The Death of the Art Dealer. Imagen: Tomada de https://www.stedelijk.nl

Para Carrión, el cine y el video no eran más que dos herramientas para analizar las diferentes formas de comunicación. De hecho, su único trabajo cinematográfico es The Death of the Art Dealer (1982), realizado en colaboración con Danniel Danniel, se trató de la documentación de un performance en el que el artista sostenía un pequeño monitor que, a su vez, proyectaba partes de una película. Mientras emulaba los movimientos originales de la cámara en la película, cada que había un corte el monitor se apagaba.

Por su parte, consideraba el video como un medio en el que se podían «leer» diferentes secuencias. Algunas de sus obras en este formato son: To be or Not To Be (1978), Playing Cards Songs (1980), Chewing Gum (1983) y Aristotle’s Mistake (1985). Sus últimos proyectos incluyeron video ensayos, registros de performances y documentales en los que manifestaba su rechazó por la televisión: «La televisión es un marco que hace que todo sea casi real […] Si está en la TV no es arte, es real».

Ephemera y otras publicaciones

Revista en blanco y negro.

Ephemera, edición 6 de abril de 1978. Imagen tomada de https://monoskop.org/

Las publicaciones funcionaban como otro dispositivo para pensar el arte y articular discusiones y conversaciones con otros artistas que realizaran arte con sellos de goma, calcomanías, postales, collages y estampillas. Durante la misma época que gestionó OBAS, Carrión desarrolló la revista mensual Ephemera (1977-78), coeditada con Aart van Barneveld y Salvador Flores.

La publicación era el resultado natural de una red de arte correo que había establecido. Así, se dedicó a las obras que circulaban a través de esa red. En tamaño tabloide, su tiempo de vida fue de doce tirajes.

Interesado por la forma de diseminación de la obra de arte, también creó el tabloide Periódico estampa (1981).

 

—In Out Center – Archivo

In Out Center

Después de estudiar en México, París, Alemania e Inglaterra —donde descubrió la editorial Beau Geste Press fundada por Felipe Ehrenberg, que más tarde influenciaría su trabajo—, Carrión se asentó en Ámsterdam y formó parte del espacio In Out Center (1972-1975) gestionado por artistas, que funcionó como un centro cultural que albergaba exposiciones, colaboraciones, performances o publicaciones artísticas.

Aunque previamente había trabajado con material de archivo, durante su estancia en In Out Center —y con mayor profundidad en su trabajo posterior—, comenzó a involucrarse cada vez más con el archivo, al que consideraba como una obra de arte que trasciende en el tiempo: «Para mí, el archivo es un intento por hacer una realidad posible, es por eso que lo considero una obra de arte […] no tiene límites temporales. Un archivo sobrevive indefinidamente…»

 

—El arte como estrategia cultural

En 1979 Carrión publicó «¿Mundos personales o estrategias culturales?», en el que desarrolló su idea del arte como estrategia cultural, donde lo verdaderamente importante es el total de manifestaciones creativas y el sinfín de actividades que producen y rodean a la obra de arte. Más que un ensayo, el texto se trató de un manifiesto que tomaba la referencia del arte correo para explicar la estrategias de un artista: «Cuando un artista se ocupa de elegir su punto de inicio, definir los límites de su aproximación, tiene el derecho de incluir la organización y distribución de su obra como un elemento de la propia obra. Al hacerlo, está creando una estrategia que será un elemento formal constituyente de la obra final».

Así, si el artista es un estratega cultural, entonces deberá tomar en cuenta la producción, los medios de distribución, la socialización del arte, la colaboración entre distintos agentes culturales, etcétera. Todo el trayecto que recorren un obra para ser arte y, sobre todo, un artista para no establecerse límites creativos.

 

—El chisme como un dispositivo de comunicación y estrategia artística

El chisme como un dispositivo de comunicación y estrategia artística

Una de las características más importantes de Carrión fue su capacidad de autodefinirse, negarse y reinventarse constantemente. En un nuevo giro de su práctica artística, y completamente alejado del arte objetual, en junio de 1981 dictó la conferencia «El proyecto chisme. Una etapa inicial» en la que elaboró una teoría sobre el chisme como mecanismo de comunicación, que contaba con elementos base en su obra: el lenguaje, la colaboración (para que un chisme sea eficaz se necesita un grupo de personas), el carácter errático, la incidencia en la cultura y el cuestionamiento sobre los límites del arte.

 

—La frontera entre la obra y su distribución

 

Querido lector

Ulises Carrión, Querido lector (1975).

—Other Books and So (OBAS)

Other Books and So (1975-1979) fue uno de los proyectos más relevantes de Carrión y una de las primeras librerías dedicadas a las publicaciones de artistas. Funcionó como un centro de operaciones para el arte y la edición, donde se vendía, editaba y exhibían libros de artista, sellos de goma, poesía visual, prácticas conceptuales, poesía-performances y otras manifestaciones. Gestionada por él mismo, la librería-galería aglutinó múltiples agentes de la escena artística alternativa de la época.

En su nombre, la librería sintetizaba sus intereses. «Other Books» hacia referencia a su misión: presentación, producción y distribución de libros que no eran de literatura o arte, sino libros que en sí mismo eran arte. Carrión los concibió como «nolibros, antilibros, pseudolibros, cuasilibros, libros concretos, libros visuales, libros conceptuales, libros estructurales, libros proyecto, libros declaración y libros instrucción». Por su parte, «and So» representa al resto de las publicaciones, como revistas, periódicos, postales, etcétera. Después de cerrar en 1979, la librería se convirtió en un archivo.

Librería de Ulises Carrión en Ámsterdam.

Ulises Carrión en Other books and So. Foto: Tomada de http://www.rtve.es

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[1] Ulises Carrión, «El arte correo y el Gran Monstruo», en El arte correo y el Gran Monstruo, México, Tumbona Ediciones, 2014.

[2] Ulises Carrión, ˜El arte nuevo de hacer libros», 1975.

[3] Heriberto Yépez, «Ulises Carrión: el arte como estrategia cultural (y más allá)», en Lilia Prado Superestrella y otros chismes, México, Tumbona Ediciones, 2014, p. 226-7.

[4] Ídem.

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