Con el lema «Abre tu mente» como carta de presentación, Sala de Arte de Cinépolis se esfuerza por apoyar alternativas cinematográficas que van más allá de la visión de las grandes casas productoras. A este concepto, que cuenta con 22 salas distribuidas en 15 ciudades del país, se suman nuevas salas en Tijuana, Veracruz y León, lo que da un total de 25 salas en todo México. Sala de Arte ofrece una selección de películas que se renueva constantemente, y además acoge a importantes festivales de cine como Ambulante, el Festival de Cine de Monterrey, la Muestra de la Cineteca, el Festival de Cine de Morelia, la Semana de Cine Alemán, el Tour de Cine Francés y Mórbido, entre otros.

Cortesía de Sala de Arte Cinépolis.

El cine como expetiencia artística

A través de su amplia pero relativamente joven historia, el cine ha cruzado por diferentes etapas de realización, distribución y consumo, dando como resultado una gran cantidad de propuestas cinematográficas que pueden ir desde la documentación de un fenómeno o momento histórico hasta la presentación de una estructura argumental que sucede en un ambiente inverosímil para nuestra realidad cotidiana.

Si bien cada filme es una oportunidad para adentrarnos en una realidad alterna, no hay que olvidar que el cine es un medio artístico por sí mismo que —a través de un trabajo de cámara, guión y diseño sonoro— plantea una reconfiguración simbólica de las imágenes presentadas en la sala de proyección. A diferencia de otros medios artísticos —como las artes plásticas, donde lo significativo se da a partir de un objeto—, en el cine todos los elementos visuales y sonoros que se desenvuelven en el espacio se tornan significativos por la narrativa que conforman en un tiempo específico, lo cual plantea toda una nueva serie de paradigmas sobre cómo entender y aproximarnos a lo que está sucediendo ante y alrededor de nosotros como espectadores; algo que, a pesar de los años que nos separan de las primeros ejercicios críticos sobre el cine, sigue provocando debates.

En este sentido, el cine es un campo de exploración extremadamente fértil. Hasta la fecha, sin aminorar la exploración artística de los autores más reconocidos de la disciplina, el cine no deja de producir reflexiones sobre sus límites representativos en los nuevos autores, quienes muestran nuevas problemáticas basadas en la reconversión de los modos de vida. Enfrentamos una época diferente, la cual requiere filmes que ofrezcan un testimonio directo o simbólico de nuestras circunstancias actuales en diversos campos de la cultura y la sociedad.

Atentos a esta urgencia cinematográfica —y desde luego artística—, Cinépolis lanzó hace seis años el concepto Sala de Arte Cinépolis para mostrar, a la par de las producciones comerciales, una selección de películas dirigidas a un público interesado en el cine de autor, documentales de distintas partes del mundo o filmes seleccionados en festivales de cine nacionales o internacionales.

Cortesía de Sala de Arte Cinépolis.

La apertura de este tipo de espacios fue celebrada por cineastas mexicanos como Michel Franco y Jaime Romandía, quienes subrayaron la importancia de contar con espacios dedicados a la exhibición de producciones cinematográficas de autor.

Uno de los estrenos más esperados dentro de la cartelera que anuncia el relanzamiento del concepto de Sala de Arte Cinépolis es Godard, amor mío (Redoubtable, cinta seleccionada en el Cannes Film Festival del 2017), en la que se muestran algunos aspectos de la vida del famoso director Jean-Luc Godard durante los meses previos y posteriores al lanzamiento de su controvertido filme La Chinoise, protagonizado por Anne Wiazemsky. Con un guión coescrito por la propia Wiazemsky, Godard, amor mío, presenta momentos de la relación afectiva que existió entre ella y el cineasta, acercándonos de una forma más íntima a la peculiar forma de ser, el humor sarcástico y la visión de la sociedad de finales de los 60 que tenía el director franco-suizo.