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Nuevas perspectivas en la profesionalización del arte: Kerstin Erdmann, Sol Henaro, David Fung y Andrea López

Especial 24.09.2019

Con las voces de cuatro reconocidos profesionales, damos a conocer las nuevas posibilidades laborales en el arte contemporáneo.

Conforme el mundo se transforma, las demandas de los sectores laborales también cambian. Ante una nueva realidad, se requieren profesionales con formaciones que muchas veces no se pueden encontrar en la oferta académica convencional.

Esto es algo que puede identificarse desde hace décadas y en distintas áreas de la educación superior; sin embargo, en el caso del sector creativo —específicamente el que concierne a las artes— las opciones suelen estar orientadas a la producción artística, la historia o la teoría, dejando a un lado los aspectos operativos que se requieren para gestionar desde una exposición hasta la obtención de financiamiento; situaciones que, en gran medida, el profesional aprende a resolver sobre la marcha y con el apoyo de otros agentes con mayor experiencia.

Recientemente CENTRO, institución de educación superior dedicada a la profesionalización de las disciplinas creativas, abrió la Maestría en Arte Contemporáneo, mercados y negocios, creada en alianza con Sotheby’s Institute of Art. La maestría, dirigida por la directora de la galería OMR, Kerstin Erdmann, presenta un modelo orientado no solo hacia la formación de profesionales capaces de enfrentar los retos relacionados con el mercado del arte, sino también con la creación de nuevos campos laborales basados en los intereses de cada estudiante a largo plazo.

Platicamos con cuatro investigadores, galeristas y personas afines al sector de la gestión cultural para conocer algunos aspectos de su experiencia profesional y esta nueva oportunidad educativa de posgrado.

 

Kerstin Erdmann | Galerista y directora de la Maestría en Arte Contemporáneo, mercados y negocios en CENTRO

CENTRO. Kerstin Erdmann

Kerstin Erdmann. Cortesía.

—En la actualidad, ¿cuáles son los retos en el mercado laboral?

El reto más grandes es que no hay suficiente trabajo. Cada vez que desde la galería yo publico una plaza llegan a veces 50 postulaciones. Al final los lugares de trabajo son los que ya conocemos: la galería, el museo, la feria o la subasta. Creo que cada vez más existe la posibilidad de trabajar en el arte con algo más propio.

 

—¿Cuál es el objetivo general de la Maestría en Arte Contemporáneo, mercados y negocios, creada en alianza con Sotheby’s Institute of Art que diriges en CENTRO? 

Éste es el primer posgrado en Latinoamérica para formar profesionales que transformen la industria internacional del arte y el diseño.

Los estudiantes van a formarse con prestigiosos profesionales del sector. El programa enseña sobre el funcionamiento de todos los sectores del arte contemporáneo (ferias, museos, etcétera). Además, adquirirán formación en mercado y finanzas y establecerán una red internacional de contactos.

La maestría se imparte en México con estancias en Nueva York y Los Ángeles, los centros globales del arte. Básicamente ofrece la capacidad de profesionalizarse y liderar el ámbito y comenzar nuevas ideas de negocio.

 

—¿Qué tan necesario son este tipo de programas en México?

Justo a nivel maestría en México lo que tenemos son las formaciones más clásicas en torno al arte, o para la formación de artistas. Conforme vas creciendo con el trabajo vas aprendiendo del galerista que ya lo sabe hacer, pero no hay una formación más allá de la gestión y coordinación de proyectos.

Hay una maestría en gestión cultural, pero creo que todo lo que hacemos se ha convertido en transdisciplina. En un trabajo requieres de estrategias en medios; requieres saber sobre procesos, incluso conocer sobre aspectos legales y negocios. No teníamos un programa de estudios así.

Lo que hizo Sotheby’s Institute of Art junto con CENTRO fue diseñar un nuevo programa. En sus locaciones actuales en Londres y Nueva York, el Sotheby’s Institute ofrece un MA en Art Business. Pero este programa se adaptó a las necesidades de México.

El gran reto es que vas a aprender en muchas partes, entonces tienes que saber cómo digerirlo. El hecho de que en la maestría tenemos maestros que no vienen propiamente del entorno académico, sino que tienen los dos pies en el trabajo, inspira.

 

—¿Cuál es la planta de maestros? ¿Qué podrán encontrarse los estudiantes en las clases?

En cada semestre habrá una clase que se llama «Navegando a través del mundo del arte: instituciones comerciales y no comerciales», que es un curso intensivo impartido por Maria Bonta de Pezuela, quien fue por 20 años vicepresidenta y especialista en Sotheby’s y ahora abrió una empresa estratégica de asesoría MBP Consulting: ella volará a México para dar este curso de introducción y brindará las pautas para que el curso construya sobre el otro. Van a ver todo el ecosistema: cómo funciona el mercado primario, secundario, el coleccionismo privado, esta relación entre coleccionista y artista, es decir, todo lo que implica.

Después en la temática de historia y teoría, está «Del modernismo al posmodernismo» a cargo de Michel Blancsubé quien, a mí personalmente desde que llegué a México, me ha inspirado mucho, tanto por su manera de armar exposiciones en su tiempo en Jumex y ahora con otros proyectos. Lo más interesante es que él no ha dado clases en universidades, aunque sí ha impartido conferencias y pláticas.

En el primer semestre tendremos la clase «Behavioral Economics y Valuación del Arte» y la dará Carolina Morales —quien se encarga de los avalúos en Sotheby’s México pero también trabaja para museos y como valuadora independiente— junto con Bruno Blackmore. Lo interesante de esta clase es que Blackmore va a revisar mucho más la psicología que hay detrás de este tema.

En el segundo semestre tendremos «Arte latinoamericano y diseño» impartida por Luis Vargas, del Instituto de Investigaciones Estéticas y Cecilia León de la Barra. Ellos van a dividirse artes y diseño: se verán las mismas épocas, pero de manera escalonada.

En el tercer semestre tendremos una clase llamada «Historia de las exposiciones y curaduría».

También se verán aspectos más técnicos, desde cómo avalúo una obra hasta qué pasa por la mente de una persona en una subasta; porcentajes, ventas directas o por qué llegan determinadas piezas a subasta.

La clase que sigue es «Estrategias competitivas y resolución de problemas», impartida por Guillermo Garza, cofundador y COO en Startup México quien también ha sido asesor del Museo Interactivo de Economía para la planeación estratégica; brindará herramientas para business plan, orientada a la planeación estratégica con ejemplos.

Para «Finanzas para las Artes» viene una profesora de Los Ángeles que trabaja en el Bank of America. Esta clase también la impartirá Ismael Reyes Retana, abogado y socio del despacho White & Case.

Las clases de fundraising serán impartidas por ponentes invitados. Cada clase es un caso diferente: uno será Graciela de la Torre, sobre cómo hace procuración de fondos en el MUAC, otro es Ana Castella y Amanda Echeverría del Museo Tamayo y Lolita Beistegui del Papalote Museo del Niño.

Kerstin Erdmann es directora de OMR, galería que participa en las ferias de arte más importantes y representa a artistas con presencia en exposiciones y bienales internacionales, además de ser directora de la Maestría en Arte Contemporáneo, Mercados y Negocios en CENTRO en alianza con Sotheby’s Art Institute.

 

Sol Henaro | Curadora e investigadora en el MUAC

Sol Henaro. Fotografía de Rubén Márquez.

—Cuéntanos un poco acerca de tu formación.

Egresé de la primera generación de la Licenciatura en Arte en el Claustro de Sor Juana, con un programa de materias que hoy se ha modificado pero que entonces había sido proyectado en parte por el Dr. José Luis Barrios. Algo que fue muy enriquecedor de ese programa es que no era cerrado a historia del arte en el sentido de artes visuales: en ese tiempo era un cruce de cine, literatura, fotografía, teatro, artes visuales y arquitectura con mucha carga de filosofía. Era un programa, entonces, más cercano a estudios culturales.

Después de la licenciatura cursé la primera generación de una especialización en curaduría que estuvo a cargo de Teratoma A.C. (2003), una iniciativa que ya desapareció pero que consistía en una instancia colectiva donde participaban historiadores, teóricos y artistas contemporáneos conscientes de que en ese momento todavía no existía en México formación relacionada a la práctica curatorial. Francis Alÿs fue una de las personas que también apoyó e impulsó ese programa, al igual que Olivier Debroise, Cuauhtémoc Medina, Eduardo Abaroa, Graciela Smilchuck, Ery Cámara y muchos otros. Eran personas que si bien venían del ámbito local, participaban como agentes internacionales. Ese fue un momento que me permitió contar con otras herramientas para entender qué era la práctica curatorial, aunque en realidad ya me dedicaba a la curaduría como parte del equipo de trabajo del MUCA Roma desde el año 2000.

Vino el proyecto de la Celda Contemporánea del Claustro de Sor Juana, me fui de México un tiempo y consideré cursar una maestría, pero no me convencía la oferta que encontraba… Fue cuando encontré el Programa de Estudios Independientes (PEI) del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA) cuando sentí el impulso de llevarlo a cabo. Para mí fue un poco como recordar ese programa inicial del Claustro que me permitía abrir ventanas de conocimiento en direcciones varias, ya que el programa estaba atravesado por una visión política que discutía temas de gentrificación, imaginación política, estudios de género, postfeminismos, precariado… una serie de herramientas que escapan al eje convencional del arte contemporáneo. Y justo en ese momento yo sentía que necesitaba más herramientas para pensar y leer el mundo más que habilidades administrativas.

 

—¿Cómo te relacionaste con el Acervo Documental y con el MUAC desde el Centro de Documentación Arkheia?

Llevaba tiempo trabajando con políticas de la memoria. Mucho de mi trabajo ha tenido que ver con recuperar ciertas agencias individuales y colectivas y procurar darles un lugar por donde voy pasando profesionalmente como puede ser la docencia, en un texto o en una exposición. Digamos que me interesa la negociación crítica con la historia del arte. He cuestionado la historiografía y cómo ésta se construye.

En el proceso hacia la apertura del MUAC, había tenido conversaciones con Olivier Debroise para integrarme al proyecto pero me encontraba en el máster con dos apoyos de beca y no me era posible. Fue hasta que terminé el PEI y volví a México cuando me integré al MUAC en un proyecto de exposición específico y más tarde me integré como curadora del acervo artístico de la colección MUAC, donde estuve haciendo mucho de lo que me interesa desarrollar: convocar a distintos agentes diluidos dentro del relato de la historia del arte para integrarlos a la memoria pública a través de la colección. Posteriormente en 2015 me propusieron asumir el cargo de curadora de acervos documentales del MUAC y asumir la gestión del Centro de Documentación Arkheia, que sigue siendo mi cargo actual.

 

—¿Qué te parece el programa académico de la Maestría en Arte contemporáneo, mercados y negocios de CENTRO?

A veces nos invade una especie de purismo en tanto que uno quisiera pensar más en continuar la profesionalización, por ejemplo, en el ámbito curatorial o de historia del arte, pero estoy consciente de que el sistema artístico es muy complejo y que México tiene un lugar cada vez más visible en términos internacionales como centro de producción vinculado a la cultura contemporánea. En ese sentido entiendo que hay una necesidad de multiplicar los agentes involucrados con el arte contemporáneo y tenemos que encontrar la forma en la que éstos se puedan seguir profesionalizando en otras áreas que también son medulares para la ecosofía del propio sistema artístico.

Si bien mi relación es más enfocada a la investigación, reconozco que el mercado del arte en México es serio y que se ha fortalecido a lo largo de las últimas décadas. Pensando en modelos de gestión, por ejemplo, aún desde un museo público la procuración de fondos es medular, y quizás hoy mucho más que antes pues se está caminando cada vez más hacia un modelo estadounidense, en el sentido de que las instituciones públicas o privadas tenemos que estar concursando por fondos o buscando recursos para hacer posibles los proyectos.

Esa es una discusión muy compleja, pero independientemente de lo que opinemos al respecto, la realidad es que está pasando y necesitamos gente que no solamente sepa buscar recursos de manera empresarial, sino que sea sensible y que entienda la importancia del arte contemporáneo, de la producción y sepan defender y transmitir la singularidad y alcance de los proyectos.

Me permitiría sugerir que el programa de esta maestría debería incluir herramientas de economía, gestión, administración engarzados con perspectiva y conocimiento de historia del arte, filosofía y de curaduría, no porque tengan que ser curadores, sino para que entiendan su labor: a veces un procurador de fondos, cuando no entiende la dinámica y la importancia de la labor curatorial, tiende a reducir su agencia.

Igualmente considero fundamental que se encuentre el modo de formar profesionales bajo una perspectiva de buenas prácticas. Tenemos que entender las diferentes agencias que constituyen las diversas prácticas asociadas al arte contemporáneo para que haya un respeto y entendimiento de las necesidades.

—Sol Henaro se dedica a la curaduría y la investigación. Ocupó el cargo de Curadora del Acervo Artístico del Museo Universitario Arte Contemporáneo desde 2011 y a partir de 2015 ocupa el cargo de Curadora de Acervo Documental y es responsable del Centro de Documentación Arkheia, en el mismo museo.

 

David Fung | Studio manager de Jose Dávila

CENTRO. David Fung

David Fung. Cortesía.

—Cuéntanos un poco acerca de tu formación.

Estudié Artes Plásticas en Nueva York e hice internships en el MoMA y en el Queens Museum of Art, en los Departamentos de Educación de ambos museos. En principio tenía más interés en el área de educación sobre arte. También trabajé en una galería donde mis responsabilidades abarcaban el diseño de los stands para las ferias del arte, logística de envío y coordinación de las piezas, actividad de registro de piezas. Era una galería pequeña que me dio la oportunidad de aprender un poco de todo.

Esa labor ha sido de mucha utilidad para mi trabajo como studio manager, pues al haber trabajado en una galería entiendo mejor las necesidades que éstas tienen y me dio la oportunidad de interactuar con coleccionistas e instituciones sin fines de lucro, como museos, entre otros actores.

Cuando lo piensas, un studio manager y las galerías que representan al artista comparten la misma meta, que es impulsar la carrera del artista. Las galerías desde luego lo hacen también por cuestiones de venta, y el studio manager está más enfocado en tratar que las ideas del artista puedan lograrse y darle la oportunidad de tener espacios y tiempo para poder trabajar en el desarrollo de esas ideas.

 

—El studio manager es entonces una especie de coordinador general en aspectos de producción de obra y comunicación con la prensa y galerías…

Hasta cierto punto, aunque la última palabra la tiene siempre el artista en términos de producción y los acuerdos con las galerías.

Efectivamente una parte integral del studio manager es manejar muy bien las relaciones con estos actores: por ejemplo, si el artista va a participar en una feria de arte o una exposición, el studio manager debe trabajar muy de cerca con el artista para planificar tiempos, etcétera. También, si el artista es representado por diferentes galerías, debes tener una noción de cómo y dónde se está moviendo la obra del artista para no saturar el mercado con ciertas obras o para elegir mejor las galerías. En general hay mucha comunicación no solo con éstas sino con cualquier persona que esté trabajando con el artista.

Además de supervisar, está también la labor de relaciones públicas. Es muy importante saber qué ocurre en el mundo del arte, estar muy informado. Para ello hay muchos recursos en línea que pueden apoyar a un studio manager a regular y a apoyar la carrera del artista. Yo reviso las obras de mi artista en el mercado secundario como subastas, por ejemplo, pero creo que hay muchos recursos disponibles.

 

—Acerca de estos recursos y de la necesidad de formación para aquellos que están interesados en desarrollar este tipo de labores y profesiones en el arte, ¿qué te parece el programa académico de la Maestría en Arte contemporáneo, mercados y negocios que abrió CENTRO?

Creo que hay una percepción generalizada por parte de la gente que no necesariamente está involucrada en el mundo del arte, de que se trata de un mundo bastante «exclusivo», que no hay un acceso tan sencillo y que es difícil acceder a ciertos conocimientos. Creo que en este sentido un programa educativo sí puede facilitar mucho para que alguien comprenda el tipo de procesos detrás del mundo del arte, aunque, como menciono, creo que existen muchos recursos disponibles de noticias sobre el mundo del arte.

Particularmente en esta ciudad creo que hay muchas opciones también para informarse a través de la asistencia a museos, galerías y ferias del arte y lo principal es que tengan mucha curiosidad para aprender.

 

—¿Qué otro tipo de formación piensas que puede ayudar a un studio manager?

Depende del nivel en el que está el artista. Por ejemplo, necesitas tener conocimientos de importación y exportación, trámites aduanales, saber de administración, un poco de diseño, producción de materiales de arte, poder redactar un comunicado o saber cómo adaptar por escrito la idea del artista. También trabajas con muchos proveedores de servicios, no solamente de productos o materiales.

 

—¿Consideras entonces que ser studio manager representa un área fértil en el campo profesional del arte en México?

Absolutamente. Específicamente en México, con todos los artistas, también hay muchas galerías innovadoras, muchas ideas increíbles que he visto salir de México. Creo que lo principal es tener esa curiosidad y saber dónde buscar los recursos que existen.

—David Fung (Valencia, Venezuela, 1989) Es artista plástico y gestor cultural. Estudió Artes Plásticas en School of Visual Arts y The Art Students League en Nueva York. Ha desempeñado diferentes funciones de gestión, dirección, logística, y producción en instituciones culturales, museos, y galerías de arte.

 

Andrea López | Art advisor

Andrea López. Cortesía.

—¿Cómo empezaste tu carrera como art advisor?

Había trabajado con varias colecciones, y entonces salió la oportunidad de ayudar a una galería extranjera, Mai 36, que era la primera vez que venía a MACO. Entonces hice clic con el director de la galería, Victor Gisler, quien tiene 32 años como galerista. Aprendí muchísimo de él.

En Mai 36 me desempeñé como sales manager y PR desde México. Estamos hablando de una galería que representaba a artistas increíbles, como Lawrence Weiner, John Baldessari, Robert Mapplethorpe y Thomas Ruff.

El hacer una feria internacional te da mucho aprendizaje, desde el montaje, la logística, la relación con la audiencia hasta la administración, entre otras cosas. ¡Te das cuenta de muchísimo trabajo que hay detrás!

Se acabó la feria y acordamos seguir trabajando juntos. Empecé a tener más libertad de tratar con los artistas que él manejaba y promoverlo un poco más aquí.

Me independicé porque había una gran inquietud de parte de conocer más, de acercarme a más galerías y nuevas propuestas. Es interesante cómo se desarrolló este rol de una manera natural y simple.

Principalmente para mí, el objetivo es promover el arte contemporáneo en todas las edades. Hacer este acercamiento de la gente con los artistas, con las obras, con las diferentes actividades que hay. Y también, un poco en específico, con el contexto de México.

Me di cuenta de que mucha gente de mi edad, o un poco más grande decía: «Andrea, comprar arte debe ser muy caro y no creo que jamás pueda comprarlo». Y no: todo el mundo puede comprar. Es un tipo de tabú. Eso y el acercamiento con las galerías, a la gente le da miedo acercarse, y eso se ha ido perdiendo un poco.

La gente empieza a sentirse más cómoda con esa situación; aunque no seas un gran coleccionista o un curador, es necesario que sientas esa comodidad para acercarte a la galería.

 

—¿Cuál fue tu formación académica?

Estudié relaciones públicas. Se me hace increíble que ahora exista la oportunidad de estudiar algo más específico. Cuando llegué a México pensé que estaría muy bien estudiar un curso. Empecé a investigar un poco pero no encontré algo que me interesara, así que me acerqué mucho a SOMA, a Yoshua Okón: Yoshua se porto increíble conmigo, Kerstin Erdmann ha sido como una mentora para mí, me gusta cómo trabaja y tiene el approach indicado.

 

—¿Cómo es un día de trabajo normal para ti?

Para mí como art advisor tienes que estar muy involucrada de las exposiciones no solo en México, sino en todo el mundo. Es mucho el trabajo de la galería el estar manteniéndote informada de lo que sucede: cierto artista tiene una exposición en tal país o museo. Acudir a los eventos, escuchar las pláticas de curadores y artistas también es muy importante. Tengo que organizar mi agenda y mis recorridos.

También es importante saber de los nuevos artistas; hay mucho talento.

 

—Esta la percepción de que el arte es una inversión. ¿Qué tanto se ve tal cual al arte como un negocio?

Primero que nada prefiero que sí haya una conexión entre lo que te gusta. Muchas veces las personas me dicen «quiero éste porque me dijeron que este artista está subiendo», lo cual es válido, pero siento que también hay algo personal. Es como enamorarte; de la obra, del trabajo y querer tener una pieza.

Comprar tiene mucho que ver con la investigación que hay detrás de cada pieza. Quizás hay piezas de artistas que no son muy buenas u otras que sí. Eso es parte de mi trabajo: saber qué hay detrás de la pieza, analizar y conocer su obra ampliamente.

 

—¿Qué opinas del programa de la Maestría en Arte Contemporáneo, mercados y negocios de CENTRO?

Me parece excelente que haya algo tan específico del arte contemporáneo, sobre todo en este momento que ha crecido tanto. Las personas sí están interesadas en aprender y conocer. El programa me parece muy completo e interesante. Los maestros son gente muy preparada e involucrada, que es algo que tiene mucho que ver.

También me parece increíble lo de tener dos estancias en el extranjero. Eso te da una perspectiva mucho más amplia: es muy diferente trabajar en México que trabajar en Nueva York o Londres.

—Andrea López cofundó la galería de arte contemporáneo Charro Negro, en Guadalajara, cuando tenía 17 años. Trabajó con la galería suiza Mai 36 y actualmente es art advisor independiente, comprometida en apoyar artistas jóvenes, proyectos culturales y acercar a la juventud a la cultura del arte contemporáneo.

 

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