Miguel Januario (Portugal), autor del proyecto ±MAISMENOS±, se encuentra realizando una residencia artística en Celaya Brothers Gallery, donde nos recibió para contarnos sobre su trabajo, ideas y la exposición que presentará próximamente.

—¿En qué consiste ±MAISMENOS±?

Es un proyecto que comenzó en el año 2005. Acostumbro decir que soy el autor, sin embargo para mí es de tipo comunitario, en tanto que siempre involucra a otras personas y colaboradores; sin ellos, no existiría de la forma en que existe: a partir de las relaciones que se establecen con los demás.

Es resultado de la suma de aprendizajes que fui adquiriendo a lo largo del tiempo, mi participación en el graffiti y el Street art, mis estudios de Diseño y Comunicación en la Facultad de Bellas Artes de Porto, además de mi interés por cuestiones políticas. Esta búsqueda ha tenido una vertiente teórica y una vertiente práctica que me llevaron a terminar mis ideas en las calles, explorando diversas técnicas y herramientas que pueden ser el video, el performance, un mural o una bandera.

±MAISMENOS±, Keep the change. De la serie Quotactions, 2013. Cortesía de Celaya Brothers Gallery.

—Una de las constantes en tu trabajo es el uso de las palabras; incluso en el nombre ±MAISMENOS±, donde se evidencia una relación dialéctica…

Efectivamente, me interesa mucho la potencia de las palabras. Trabajé durante dos años en una agencia de marketing, donde tuve contacto con la publicidad, las marcas, el copyright, y eso me influyó enormemente. Finalmente es la comunicación la que va creando las rutas del comercio, de lo que seleccionamos, de lo que vamos comprando.

±MAISMENOS± surge como una crítica a la sociedad del consumo. Considerando que las marcas tienen un papel preponderante en nuestras vidas, es también una crítica a la identidad, a la representatividad, es casi como un NO LOGO, una anti-marca que, no obstante, usa las herramientas, símbolos y cualidades de la publicidad: los mismos soportes, lenguajes y estilos… La relación dialéctica está presente en la ambigüedad del propio proyecto, que se ha posicionado como si fuese cualquier otra marca. Tiene un statement pero a la vez es una idea muy crítica y asertiva, que pone los acentos en nuestras distopías, polarizaciones, contrariedades y alteridades.

En esta sociedad especulativa que tiene consecuencias positivas y negativas, donde están los que tienen más y los que tienen menos, ±MAISMENOS± pretende insertarse de una forma confusa e indeterminada.

±MAISMENOS±. Cortesía de Celaya Brothers Gallery.

—Si el proyecto, a diferencia de las marcas, no promueve el consumo, ¿a qué invita? ¿Cuál es la provocación?

±MAISMENOS± procura estimular el pensamiento crítico en relación con nuestras preconcepciones e incentivar a la acción: crear momentos efímeros en las calles, sea un performance, una reflexión o una protesta de la que cualquiera pueda participar.

—¿Qué piensas sobre estos tiempos donde nosotros somos el público del «espacio público»?

Desde hace ya algunos años, el espacio público pasó a ser de las corporaciones, de los intereses privados. Quien puede usar las calles como soporte es quien tiene dinero: las marcas, la publicidad… El mío es un intento por cambiar las perspectivas de cómo acontecen estas cosas, de otra manera el espacio «público» está por desaparecer. Es urgente realizar acciones para apropiarnos del mismo y no dejarlo para uso de las empresas.

Mi propuesta es generar un espacio de reflexión, diálogo, proximidad y consenso siempre con un matiz crítico. Intento no dejar a las personas indiferentes, provocar que mis mensajes sean interpretados, que haya participación sin criterios de lo correcto o lo incorrecto.

±MAISMENOS±, There is no place like hope. De la serie Quotactions, Noruega, 2014. Cortesía de Celaya Brothers Gallery.

—¿Podrías contarnos sobre el trabajo que estás desarrollando en Celaya Brothers Gallery?

Desde hace dos años ±MAISMENOS± se ha involucrado en una vertiente más política partidaria. En este momento estamos participando de la conformación de un partido en Portugal para las próximas elecciones. Entonces el proyecto ha estado investigando mucho sobre los aspectos de la democracia, la gente que quiere ser parte, la gente que no quiere, analizando algunos de los motivos, las relaciones de ambigüedad, sus sentimientos y sus miedos.

±MAISMENOS± planteará un ejercicio que sostiene que un movimiento puede ser internacionalista; finalmente, las problemáticas sociales son globales aún con nuestras diferencias culturales. Aquí en México, que también está en una coyuntura pre-electoral vamos a trabajar un poco en eso. El resultado de mi residencia recibe el nombre ¡POR MÉXICO!, y es un ejercicio conformado por un performance, una exposición y una charla pública, cuya línea conductora toca temas relacionados con los medios de comunicación, el mercado, el poder político y económico, explorándolos a través de diferentes lenguajes, objetos e intervenciones en las calles.

La primera acción realizada fue una marcha performance partiendo del Ángel de la Independencia y dirigiéndonos al Monumento a la Revolución. Simulamos una campaña electoral con un candidato anónimo que, a diferencia de todos los demás, no promete nada. Convocamos a quien quisiera sumarse a exigir Más o Menos libertad / seguridad / justicia / verdad / diversión, o cualquier otra palabra que representara sus ideas y su sentir. Se trató de un ensayo para unir a las personas sin partidos políticos o discursos de representatividad. Encontrarnos entre nosotros y coincidir —o no—, decir lo que pensamos más allá de las redes sociales. Fue un pretexto para tomar la calle, sin otro fin más que enunciarnos, montar el inicio de nuestra conversación y caminar juntos; preguntarnos, ¿por qué estamos donde estamos?

Hoy en día hay innumerables motivos y luchas por las que salir a la calle: el matrimonio homosexual, los derechos laborales, el feminismo… En tiempos en los que nos preocupamos más por lo que nos separa que por aquello que nos une, habremos de encontrar lo que tenemos Más o Menos en común con los otros.

±MAISMENOS±, Gain over. De la serie Quotactions, 2013. Cortesía de Celaya Brothers Gallery.

—¿El proyecto elucubra una crítica al sistema democrático electoral?

Sí, de alguna manera. Me interesa sobre todo pensar en la representatividad como un proceso de simulación donde participan los medios y las dinámicas de manipulación, además de todo el espectáculo de la fase electoral. Reflexiono también en torno a la participación, el nivel de discusión y la indiferencia de algunos sectores.

Actualmente estamos en la sociedad del «scroll down», donde todo pasa muy rápido y no importa pensar en los acontecimientos políticos y sus consecuencias; al final es algo que está ocurriendo alrededor del mundo: en EUA, en Europa, en Brasil; el ascenso de la extrema derecha es una constante.

Esta idea de ±MAISMENOS± trata de reflexionar sobre lo que implica un movimiento político, escuchar cuáles son las transformaciones verdaderamente necesarias para todos y procurar lograrlas.

Cuando el poder es disputado por dos grupos, el campo comunitario es eliminado, todo se trata de la concentración financiera, la consolidación del status quo, y parece que no hay voluntad de cambiar esto.

—¿Cuáles consideras que son algunas de las razones por las que hay una participación limitada?

Considero que hay un interés cada vez menor en la política, vivimos en un tiempo en el que los partidos no nos representan; nos representan las marcas, lo que usamos, el teléfono que poseemos… Además de que la promesa democrática en conjugación con el sistema neoliberal no coincide, son incompatibles. Vivimos en una realidad en la que nos imponen un sistema financiero que no permite convivir con el sistema democrático; con tanto descontento social, falta de libertades y derechos, además de las contrariedades y desigualdades sociales, definitivamente este sistema no es justo.

±MAISMENOS±, Until debt tear us apart. De la serie Quotactions, Lisboa, 2014. Cortesía de Celaya Brothers Gallery.

—¿Qué tipo de cambios son necesarios para que el sistema democrático funcione?

Es preciso hacer las cosas diferentes. Necesitamos más representatividad real y menos promesas, necesitamos más discusión y más pluralidad. Ni siquiera tiene que ser a través de partidos, puede ser por movimientos, por unión de personas, organizaciones comunitarias, incluso sin ponerles nombre.

Estamos en una fase de transformación, una fase post-capitalista, y es urgente pensar en un sistema que vea para el frente, contemplando los cambios de manera integral: lo laboral, lo social, lo económico; tenemos que dar continuidad a las cosas, pensar en el presente y en el futuro próximo.

±MaisMenos±. Cortesía de Celaya Brothers Gallery.

—¿Cuál es la importancia de la comunidad en todo esto?

Es crucial. Considero que hemos olvidado esa palabra «común», sustituyéndola por la palabra «individual». El sentido de comunidad está por desaparecer, nadie se preocupa por nadie, nuestros objetivos son políticos o económicos, pero nunca comunes. Cada vez hay menos sindicatos, por ejemplo, y las agrupaciones ahora son por redes sociales pero no conocen ni a sus vecinos. La idea de comunidad tiene que ser una de las principales banderas del futuro, dejar de normalizar todo e involucrarnos en nuestras luchas locales.

Por ejemplo, en Porto está por suceder una transformación gigante: solía ser una ciudad olvidada y sombría, ahora está siendo un atractivo turístico gracias a la especulación y la gentrificación donde las comunidades locales están por desaparecer; los empresarios compran los terrenos, sacan a las personas y triplican el precio de las casas. Esto que está sucediendo es una cosa terrible; si la comunidad no se une, corre el riesgo de desaparecer. Y este problema es global, sea aquí, sea con los pueblos originarios… es necesario conformar afinidades y resistir contra todo lo que nos divide.