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ZONAMACO México Arte Contemporáneo 2017. Fotografía de Mauricio Aguilar. Cortesía ZONAMACO.

Coleccionar arte: ‘habitar’ en los objetos

Opinión 06.02.2020

Ixchel Ledesma

Ixchel Ledesma reflexiona sobre las decisiones que intervienen en la conformación de una colección de arte y su relación con los procesos curatoriales.

«Every passion borders on the chaotic,
but the collector’s passion borders on the chaos of memories».
—Walter Benjamin

 

En su libro traducido al inglés Illuminattions, Walter Benjamin (1969) escribió un capítulo titulado: «Unpacking my Library: A Talk About Book Collecting». En el texto, Benjamin describe un cuarto oscuro lleno de pilas de cajas desordenadas y empolvadas donde el aire saturado de polvo esconde anaqueles llenos de libros sin abrir. El autor describe este encuentro como la experiencia del «verdadero coleccionista» uno que establece una relación tan íntima con los objetos al punto de habitarlos. En sus palabras: «Not that they come alive in him; it is he who lives in them» (Walter Benjamin 2007: 66). Para Benjamin cada objeto guarda un momento, una memoria y una imagen que se queda impregnada hasta el punto en el que somos nosotros quienes habitamos a las cosas.

Esta experiencia de Benjamin es muy parecida a lo que describen algunos coleccionistas: «[…] cuando veo una obra de arte me detengo, es como si fuera un peso, como si me hablara»; «[…] a través de sus obras, establezco con los artistas una relación de amistad, respeto y conocimiento»; «[…] siento que es como querer tener un pedazo de historia con sensibilidad», fueron algunas de las frases que surgieron a partir de entrevistar a coleccionistas de arte.

Las obras de arte para ellos son espejos que señalan etapas de su vida, estados de ánimo, registro de sus pensamientos y de sus recuerdos. El acto de coleccionar como un modo de capturar el tiempo.

Este modo de coleccionar es cercano al acto de curar. La curaduría es un acto de selección de objetos simbólicos donde los curadores creamos «relatos curatoriales». En ellos construimos una particular forma de narración a partir de la yuxtaposición y diálogo de producciones simbólicas diversas. Es un modo de ofrecer otros modos de ver a partir de pensar con estas formas para establecer y posicionarse en un presupuesto teórico crítico. En mi experiencia, el acto de curar se ha vuelto ese retrato del que habla Benjamin y se relaciona con las experiencias descritas por estos coleccionistas. En este sentido podríamos pensar que existe un perfil particular del «coleccionista curador», aquél que no solo acumula objetos, sino que los habita, los vive y se quizá se construye a partir de ellos usándolos como registro de lo que él mismo ha sido.

Sin embargo, no solo existe este perfil de coleccionismo. En el campo artístico también se puede coleccionar como una inversión económica. Este tipo de coleccionismo se puede denominar «coleccionismo corporativo» y requiere un conocimiento del mercado y del campo artístico tal que lleve al comprador a prever el valor de una obra con relación a un contexto futuro. La adquisición de obras de arte por inversión puede iniciarse haciendo compras ya sea de artistas establecidos del pasado o especulando con relación al valor que una obra se piense que pueda tener en el futuro. Esto se mide por las instituciones en las que ha expuesto, la carrera del artista y las relaciones que este artista establece con su entorno, sin dejar de lado por supuesto la obra. Estas colecciones no tienen un hilo conductor sensible o de autoconocimiento, sino un objetivo de inversión económica a largo plazo donde el valor se mide en relación a un plano mercantil, y a un reconocimiento institucional oficial de las obras de arte.

Tanto uno como otro tipo de coleccionismo responde a intereses personales; sin embargo, si se piensa iniciarse en el coleccionismo es recomendable visitar museos y galerías, visitar ferias, preguntar los precios, hacer búsquedas de los artistas que nos interesan, estar al tanto de las subastas para tener idea de los precios que las obras alcanzan en el mercado y, finalmente, comprar. El mercado del arte ofrece obras que pueden ir desde los 500 dólares por lo que no es necesario invertir grandes cantidades enormes para iniciar una colección.

También se puede, claro está, asesorarse con un curador o con un especialista de arte, que nos ayude a definir el objetivo de la colección.

Más allá de las motivaciones personales de un coleccionista, las colecciones, cuando responden a una idea clara, pueden formar parte del patrimonio artístico y servir para investigadores, artistas, curadores o futuros compradores. Personajes como Herbert y Dorothy Vogel, especializados en minimalismo y arte conceptual; Peggy Guggenheim, enfocada en arte moderno; o Patricia Phelps en arte moderno latinoamericano son ejemplos claros de cómo un coleccionismo particular ayudó a estudiar periodos históricos que sin la creación de sus colecciones no hubiese sido posible. Además, la labor de estos coleccionistas ayudó a que los artistas continuaran creando, dando pie al crecimiento de la producción simbólica de su tiempo.

En resumen, aunque el coleccionismo responda a intereses personales distintos, ésta es una actividad que aporta económica y simbólicamente a que el engranaje de la producción artística siga moviéndose. El campo del arte no es ajeno al mundo, y por supuesto no es ajeno al mundo capitalista. Incursionar en el coleccionismo favorece al sistema del arte y contribuye a la continua producción artística y por ende a la producción simbólica que en últimos términos nos significa. Coleccionar con un objetivo claro, brinda no solo la posibilidad de habitar en los objetos y vernos hacia el pasado, sino de construir, habitar y significar con ellos nuestro entorno en el presente. 

* Agradecimientos especiales a Haydeé Rovirosa, Ricardo Guajardo y Freddy Castro.

Ixchel Ledesma

Es asesora de arte y curadora independiente. Sus temas de interés son la migración, el cuerpo, el territorio y la discusión entre artes mayores y menores. Ledesma está interesada en las búsquedas personales y colectivas que cuestionan conceptos binarios de género, proponiendo modelos alternos de relaciones de poder en el campo artístico. Actualmente es asesora de colecciones particulares en México, Londres y Buenos Aires, miembro del jurado de la 16th International Triennial of Tapestry en Łódź y encargada de relaciones VIP para Gallery Weekend Ciudad de México.

 

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