Aunque las formas geométricas forman parte de las composiciones de Carlos Cruz-Diez (Caracas, Venezuela, 1923 – París, Francia, 2019), su principal preocupación fue el color: una cualidad que, bajo su concepción, no está limitada a su condición material, sino que es algo en constante modificación por circunstancias físicas y perceptuales.

Después de estudiar Bellas artes en Caracas, desempeñarse como dibujante de cómics, ilustrador y profesor en la capital venezolana y realizar estancias en Estados Unidos y España, el artista emigró a Francia en 1960 para establecerse como artista, donde desarrolló distintos proyectos expuestos en varios países de Europa. En 1970, tuvo una exhibición individual en la 35 Bienal de Venecia.

El trabajo de Cruz Diez se presentó alrededor del mundo, en recintos como el MoMA de Nueva York, La Tate Modern en Londres y el Centre Pompidou en París.

A continuación, hacemos un breve repaso por su amplia trayectoria a través de 5 proyectos que fueron fundamentales en el desarrollo de su propuesta visual.

—Inestabilidad del plano (1957-1959)

Previo a la experimentación con materiales extrapictóricos y su incursión en la instalación, Carlos Cruz-Diez exploró las posibilidades ópticas de la geometría para representar movimiento a través de líneas, planos y una paleta de color reducida.

Doble animación de un plano es un ejemplo paradigmático de esta búsqueda inicial: la superposición de tramas y módulos genera la sensación de movimiento, algo similar a las ilusiones ópticas del científico alemán Johann Karl Friedrich Zöllner o las investigaciones sobre la forma realizadas en la Gestalt.

Carlos Cruz-Diez, Doble animación de un plano – Radiación del color, 1959. Tomada de la web del artista.

—Physichromie (1959-2019)

Physichromie (Fisicromía) fue la primera exploración de Cruz-Diez en el campo del color más allá de la tradición plástica. Cada una de las piezas de esta serie presentan diferentes comportamientos y circunstancias de visualización, que se modifican de acuerdo con la ubicación del espectador y la intensidad de la luz ambiental.

El nombre y proceso detrás de esta serie vino de una reflexión del artista sobre las variaciones cromáticas que suceden de manera cotidiana, convirtiendo a la luz en algo con ciertas condiciones orgánicas.

Cada pieza de la serie funciona como una «trampa de luz», pues a través de las placas de plástico translúcido instaladas en el soporte se transforma el color percibido. La intensidad de los matices genera nuevas tramas cromáticas que no están presentes como materia, sino son producto de un juego visual.

Carlos Cruz-Diez, de la serie Physichromie, 1981. Tomada de The Mayor Gallery.

—Chromosaturation (1965-2019)

A mediados de la década de 1960, Carlos Cruz Diez ya se encontraba establecido totalmente en París: una ciudad clave para el mundo del arte, en la que convergieron algunos de los artistas más importantes del siglo XX. Durante ese periodo comenzó a trabajar en la serie Chromosaturation (Cromosaturación), donde dejó a un lado la condición matérica del color para preguntarse de qué forma el color define y construye el espacio.

Las instalaciones que conforman esta serie consisten en cámaras de color, realizadas con luces LED o acrílico, donde el espectador pueda sentirse inmerso en un lugar abstracto, capaz de producir un contraste entre un color absoluto y la amplia gama de colores que podemos percibir cada día. 

Por el interés en el color y la luz, las piezas de Chromosaturation de Cruz-Diez se insertan dentro de una dinámica de trabajo afín a la de otros creadores que incursionaron en la escena mundial en los años siguientes, como es el caso de James Turrell o Daniel Buren.

Carlos Cruz-Diez, de la serie Chromosaturation. Tomada de Minube.

—Intervenciones en el espacio urbano (1969-2019)

Si bien Carlos Cruz-Diez desarrolló un trabajo numeroso en el campo de la pintura, la escultura y la instalación, el potencial artístico del espacio público no pasó desapercibido en su proceso creativo. A partir de 1969 realizó más de 35 proyectos, entre los que destacan una modificación en los cruces peatonales —siguiendo la forma de algunas de sus piezas pictóricas— y la ubicación de estructuras de plástico en varias ciudades de Europa y América.

Sobre la decisión de trabajar en el entorno urbano, el artista comentó que «el transitar a diario por el espacio urbano cambia nuestra personalidad, convirtiéndonos en seres rutinarios y obedientes de códigos que nadie cuestiona. El artista puede crear manifestaciones efímeras que generen acontecimientos inéditos capaces de trastocar la «linealidad» citadina y al mismo tiempo que sorprendan la rutina urbana. Es una forma de producir lecturas distintas de tales espacios, y de desacralizar los objetos utilitarios del mobiliario urbano».

Carlos Cruz-Diez, intervención en el espacio público. Tomada de la web del artista.

—Chromointerférence (1965-2019)

El origen de esta serie tuvo lugar en 1964, cuando Cruz-Diez estampó en serigrafía una serie de tramas para su proyecto Couleur Additive, en el que superpuso un plástico transparente con el mismo patrón de las líneas. Al desplazar la impresión transparente sobre los módulos de Couleur Additive, notó la presencia de colores que no había contemplado. Derivadas de la intersección de las tramas se produjeron gamas de color que, en términos químicos, no estaban en el soporte pero que eran visibles.

Las piezas de Chromointerférence resaltan por la exploración de los materiales pictóricos y distintos tipos de papel y cartón, aplicando teorías del color basadas en los principios de la adición y la sustracción.

Carlos Cruz-Diez, Chromointerférence V12, 1970. Tomada de la web del artista.