Cn
Paul Muguet, Sarape No. 2, 2018. Cortesía de MACG.
Vista de sala. Fotografía de Araceli Limón. Cortesía de MACG.

México: Pintura Reactiva en el MACG

Reseña 29.05.2018

Svitlana Biedarieva

La exposición Pintura Reactiva, en el MACG, presenta una nueva visión de los legados y del desarrollo de la pintura en la sociedad contemporánea.

El 11 de mayo se abrió la exposición México: Pintura Reactiva en el Museo de Arte Carrillo Gil. La exposición presenta una nueva visión de los legados y del desarrollo de la pintura en la sociedad contemporánea.

El curador de la exposición, Carlos E. Palacios, subraya que la propuesta curatorial se presenta como una respuesta al crítico de arte guatemalteco Luis Cardoza y Aragón, quien en 1961 escribió el ensayo «México: pintura activa». En su ensayo, Cardoza y Aragón reflexionó sobre la emergente Generación de la Ruptura en México y las nuevas corrientes de la pintura abstracta y no-objetual que aparecieron en el arte de esa generación. Aquí podemos refererirnos también al rol clave de la pintura en el desarrollo del arte latinomericano durante la misma década.

La muestra México: Pintura Reactiva trata de responder a las nuevas demandas de la pintura en un mundo cambiante. Los artistas invitados son tanto mexicano como extranjeros, pero en uno u otro modo tienen una relación con México. La exposición incluye obras de 33 artistas entre los que se incluyen Aníbal Delgado, Tómas Díaz Cedeño, Hector Falcón, Berta Kolteniuk, Néstor Jiménez, Yishai Jusidman, Luis Hampshire, Ulises García Ponce de León, Augustín González, Alfredo Herrera, Endy Hupperich, Lalo Lugo, Paul Muguet, Melanie Smith.

La obra de Berta Kolteniuk es una pintura per se, una «nube» de pintura acrílica que tiene propiedades flexibles y escultoricas. No tiene ni marco ni base, se presenta como una pintura ideal que forma su propia superficie y al mismo tiempo puede convertirse en un cuadro cuando se presenta con el marco. La obra del artista alemán Endy Hupperich está llena de citas mediáticas y referencias intertextuales que forman un tipo de colage. El artista usa la selección de las imágenes para la exploración del espacio pictórico en todas sus dimensiones connotativas, trabajando en el margen entre lo abstracto y lo figurativo.

La obra de Hector Falcón se presenta en varios niveles textuales, con el uso del color característico de carteles o murales del arte urbano. El artista perfora la imagen para obtener un efecto tridimensional con la interacción entre las capas del cuadro, permitiendo al espectador «mirar» dentro de la superficie, observando la yuxtaposición de varias pinturas —e incluso de los bastidores, que están abiertos a la vista.

Endy Hupperich, Chinesetong, 2017. Cortesía de MACG.

La exposición trata de ampliar los límites de la pintura y ponerla al corriente con los nuevos géneros del arte contemporáneo. En la actualidad hay muy poca investigación sobre la interacción entre la pintura contemporánea y los nuevos medios, por lo que es un campo que se encuentra como una tierra incógnita, parcialmente por la caída de la popularidad de la pintura que se observa desde los 1970s y su trasferencia de los principales museos al mercado de arte privado, pero también por la confusión que aparece cuando uno trata de poner una definición exacta de lo que es pintura y lo que no lo es. La pintura contemporánea se presenta como un híbrido.

La pintura reactiva es entonces un metáfora exitosa tanto por la dimensión cronológica de la obra en su producción y su rápida percepción, como por el sentido conceptual, cuando la obra llega como una reacción del artista al ambiente que lo rodea. Este amiente debe tener, entonces, un elemento irritante que provoque la reacción en cadena. El título de la exposición también refiere al objetivo principal de «reactivar» la pintura, traerla a la actualidad.

Las raices históricas de está hibridización de la pintura se encuentran, muy profundas, en el arte internacional. La muestra Pintura reactiva en su concepto recuerda a otra muestra: A Bigger Splash: Painting after Performance, que se presentó hace 5 años en la Tate Modern de Londres y que también tuvo el objetivo de enfatizar las características compuestas de la pintura contemporánea. La muestra en Tate trató de presentar el desarrollo no lineal de la prácticas alternativas de la pintura en el siglo XX: desde el expresionismo abstracto de drip painting de Jackson Pollock y el arte pop de David Hockney hasta la pintura de acción y pintura total que se encuentra en las obras de Yayoi Kusama, Ana Mendieta, Hélio Oitícica, Bruce Nauman, Ives Klein y Cindy Sherman, entre otros.

Elsa-Louise Manceaux, Pasaje, 2017. Cortesía de MACG.

El paralelismo entre estas dos exposiciones en el nivel local e internacional comprueba que la pintura no pierde su importancia en la epoca de la reproductibilidad digital o post-mecánica, sino que el mismo medio se transforma de manera interdisciplinaria e incorpora elementos de escultura, performance y arte digital. La relación entre pintura como  medio tradicional y los nuevos medios es en este caso muy importante, porque construye un puente entre la modernidad y la postmodernidad —ambas coexistentes en el museo contemporáneo. Esta existencia híbrida de la pintura es un signo de los tiempos que se centran no tanto en la representación como en la deconstrucción y el analísis de los detalles de la realidad artística.

En el siglo XIX eran populares en Europa las llamadas «exposiciones de una pintura», a las que el público asistía para ver una sola pintura y dedicarle unos 15-20 minutos de contemplación. Los museos contemporáneos, por su parte, muestran cientos de obras al mismo tiempo, y el público pasa menos tiempo frente a cada obra. Lo que se vuelve el centro de la atenciónes , entonces, la forma de la obra y el mensaje rápido o «literal» que esta obra transmite.

Los legados de la época de la «política total» que empezó en América Latina en los 60 se sienten hasta ahora: el sentido de ver se convirtió en el sentido de leer y encontrar la conección al ambiente social. La pintura reactiva tiene una diferencia muy radical de la pintura activa de los años 60. Si la pintura activa se basó en el arte no-político como opuesto al arte de la Guerra Fría, la pintura reactiva contribuye al hipertexto global con todas las referencias a la cultura ecléctica de la sociedad contemporánea, cuyo modelo ideal se presenta dentro del cubo blanco de la exposición.

Las relaciones entre las obras, entonces, se transformaron en relaciones políticas. Por eso, la selección curatorial de los artistas que representan a Alemania, Estados Unidos, Colombia, Venezuela, Reino Unido, y, por supuesto, México, es muy importante para el entendimiento de esta red creada por la pintura en su globalidad. La pintura contemporánea se acerca más y más al concepto del Gesamtkunstwerk, o una obra de arte total que involucra todos los medios posibles, e incluso conquista el espacio tridimensional.

La metamorfosis de la pintura es, entonces, un proceso inevitable. La exposición México: Pintura reactiva es un ejemplo espléndido de la respuesta curatorial a los desafíos de la presentación, la producción y la percepción de la pintura contemporánea.

Andrew Birk, Life Shroud, 2018. Cortesía MACG.

La exposición estará abierta hasta el 9 de septiembre en el segundo piso del Museo.

Svitlana Biedarieva

Artista, curadora e investigadora del arte. Doctorante en Historia del Arte en el Courtauld Institute of Art, University of London. Actualmente vive en México. Es maestra en Historia del Arte por el Courtauld, con la especialización en contraculturas y arte alternativo en América Latina y Europa del Este de 1953 a 1991. También es maestra en Semiótica por la Universidad de Tartu.

siguiente

Newsletter

Mantente al día con lo último de Gallery Weekend CDMX.

Endy Hupperich, Chinesetong, 2017. Cortesía de MACG.

Andrew Birk, Life Shroud, 2018. Cortesía MACG.