Albert Camus es de los pocos pensadores que tienen una acogida especial en el mundo del fútbol, debido a la constante mención de su paso como portero titular en el equipo argelino Rácing Universitaire d’ Alger de la asociación deportiva conocida como RUA, cargo que dejó una huella profunda en su filosofía y quedó patente en diferentes textos. Su célebre frase: «Luego de muchos años, lo que finalmente sé con más seguridad sobre la moral y las obligaciones de los hombres, es al deporte a lo que se lo debo, es en el RUA donde lo aprendí» —aunque se refiera al deporte en general— muestra la influencia que el fútbol tuvo en la identificación de un espíritu de solidaridad que ocurre en el terreno de juego y se extiende hasta el público en las gradas.

La emoción que despierta una jugada o un gol ejecutado de la manera más hábil posible es un sentimiento colectivo, en el que las diferencias de todo tipo quedan a un lado y los asistentes se vuelven partícipes de un solo fenómeno. Es algo totalmente afín a lo que ocurre dentro de una sala de cine: nos volvemos una parte indispensable de la manera en que se estructura una historia.

La segunda edición del Festival Futbol Cine —celebrada en la Ciudad de México del 17 al 21 de mayo— presentó historias que surgen dentro y fuera de la cancha, con 41 funciones en total organizadas en 6 sedes, que tuvo como propósito resaltar el vínculo entre uno de los deportes más populares del mundo y el séptimo arte, en vísperas del Mundial Rusia 2018. Compuesta por ocho películas de ficción y tres documentales, la programación del festival contó con producciones de Uruguay, Argentina, Venezuela, Uruguay, Brasil, Canadá, Reino Unido, España, Italia, Alemania, Serbia y México; países con una amplia recepción y práctica del fútbol.

Papeles en el viento (2015) fue la película con la que se iniciaron las actividades. Cuatro de sus funciones contaron con la presencia de la productora Dolores Llosas para conversar con el público. Posteriormente, del viernes 18 al lunes 21, tres sedes de Cinépolis, proyectaron una serie de tres películas por día, precedidas por un cortometraje como apertura en cada sesión.

Cortesía de Festival Futbol Cine.

Entre las producciones más destacadas de la cartelera está Ilusión Nacional (2014) dirigida por Olallo Rubio. El documental —presentado al aire libre en la Cineteca Nacional el 18 de mayo— presenta una revisión histórica de la participación de la selección mexicana en las copas mundiales, enfatizando las implicaciones culturales y políticas de los triunfos y fracasos durante los eventos.

La proyección de Maradonapoli (2017) del director italiano Alessio Maria Federici congregó a más de cincuenta personas, sin importar la lluvia. Portando bufandas y playeras del Napoli, Italia y Argentina con el número 10 en la espalda, los asistentes vieron la influencia social que dejó Diego Armando Maradona en Nápoles, narrada por habitantes de la ciudad italiana y fanáticos del «Pelusa». No obstante, las condiciones climatológicas obligaron a cancelar la función y reprogramarla para el domingo 20 de mayo.

A la par de las proyecciones mencionadas en las sucursales de la cadena de cines, el restaurante «Asado del Valle» se unió como sede el día 20 y presentó Atlético San Pancho (2001), película iconica del cine mexicano de inicios de los 2000 que narra el ascenso de una pequeña liga infantil desde un pueblo donde el fútbol es un deporte casi olvidado. La proyección estuvo acompañada de una breve entrevista con el elenco, que compartió con el público su experiencia y comentarios. Una vez concluidas estas actividades, algunos de los seguidores más fieles de Maradona se dirigieron a la Cineteca Nacional para terminar de ver Maradonapoli.

Cortesía de Festival Futbol Cine.

El festival llegó a su fin con un homenaje al escritor y periodista Juan Villoro, elegido como representante de la relación entre fútbol y cultura, que —a pesar de no poder asistir a la ceremonia organizada para conmemorar la clausura— envió un mensaje en el que precisó la importancia de romper los estereotipos que ven entre el deporte y la cultura una lucha constante. La idea de Villoro tiene vigencia al pensar en la relevante estructura cultural que el futbol ha construido a través del tiempo.