El trabajo fotográfico de Fernando Bayona destaca por un planteamiento de la composición y un manejo de la luz excepcional, características que brindan a sus modelos y escenarios de cualidades que, en ocasiones, asemejan a la pintura. Sin embargo, detenerse en el aspecto técnico sería dejar a un lado toda una reflexión sobre la imagen y la historia muy pertinente para las circunstancias de esta época marcada por una tensión entre lo real y la representación digital que proyectamos en redes sociales.

Vista de la exposición Aparato de apariencias de Fernando Bayona en ALMANAQUE fotográfica. Tomada de la web de la galería.

Actualmente, Fernando Bayona presenta una exposición en ALMANAQUE fotográfica —su primera muestra en México— titulada Aparato de apariencias, en la que reúne algunas piezas clave de sus proyectos más destacados y que también permite ver tanto la evolución de su proceso creativo como de sus intereses y recursos visuales.

«Yo utilizo la fotografía para conocerme a mí mismo y para poder contar historias —explica el artista—; No como una representación del mundo, que sí es en cierta manera, pero más que nada para explicarme cómo lo veo. Yo abordo siempre una serie fotográfica cuando no entiendo cómo se usa el cuerpo en distintos ámbitos. Lo que hago es utilizar la fotografía como medio o como excusa para entender aquello que me falta. ¿Necesito más datos para entender esto? Entonces hago una serie fotográfica para conocer este fragmento de la realidad».

En cada una de las imágenes, Bayona presenta una reflexión sobre el erotismo, el romanticismo y desencanto a partir del cuerpo: un motivo que a la vez funge como una herramienta para estudiar toda una tradición de pensamiento en torno a lo real.

«Me interesa el cuerpo por dos cuestiones muy concretas: por lo histórico y también por mis raíces. Soy de Andalucía. Después me interesó muchísimo el cuerpo porque para mí es una especie de templo: es el contenedor de las ideas. Cuando lo pienso, el cuerpo siempre está en mi trabajo, y si no lo está siempre hablo de él; de cómo se mueve y ocupa el espacio».

Fernando Bayona, Motel Capri, de la serie Out of the Blue. Cortesía de ALMANAQUE fotográfica.

El interés del artista por el cuerpo queda manifiesto en series como Circus Christi, cuyo título hace referencia a la fiesta católica, donde representa con solemnidad situaciones profanas, sin dejar a un lado una crítica hacia el tratamiento mediático de la religión: desde un parto hasta un concierto, la presencia del cuerpo permite comprender no solo la condición efímera de la sociedad, sino que también es utilizado por Bayona para elaborar preguntas sobre los dogmas religiosos. «¿Quién decide aquello en lo que tienes que creer?», se pregunta Bayona al respecto, dando pie a otro aspecto crucial en su trabajo: lo real.

Fernando Bayona, Jesús predicando, de la serie Circus Christi. Tomada de la web del artista.

Fernando Bayona es un artista para quien las discrepancias aparentes entre lo real y la ficción, lejos de ser campos irreconciliables, constituyen un campo de reflexión y de trabajo. Para describir gran parte de su acercamiento a la fotografía utiliza el concepto de «realidad ficcionada», una palabra que, por su constitución, puede guardar cierta contradicción, pero que permite visibilizar las condiciones de comunicación con las que nos enfrentamos al mundo en la actualidad.

Fernando Bayona, The Dinner, de la serie Out of the Blue. Cortesía de ALMANAQUE fotográfica.

«Cuando te muestras en Instagram, por ejemplo, ¿eres realmente tú? Desde luego que sí, pero también es una ficción de cómo te quieres mostrar a los demás, aunque sigue siendo una realidad. ¿Es fotografía escenificada o realidad ficcionada? Al final es eso y de manera continua, sobre todo hoy en día en redes sociales: es cierto que hay personas que no tienen consciencia de su propia realidad, de su propio yo o su propia imagen que muestran al exterior. Creo que ya hemos perdido ese punto de inocencia, que nos ha sido arrebatado por las redes sociales», reflexiona Bayona, para quien no pasa desapercibido el uso de la fotografía en otros contextos más allá de lo artístico.

Un ejemplo de la curiosidad de Bayona en otras situaciones donde se utiliza la fotografía es el fotoperiodismo; campo con el que no deja a un lado su postura crítica. Parte de este interés sobre el uso de la fotografía en la prensa y su papel en la construcción de la realidad lo exploró en un proyecto presentado en la feria ARCO, titulado La memoria traidora, realizado en colaboración con el periódico español ABC. En él, Bayona rescató imágenes del archivo del periódico que datan de la Guerra Civil española, con el que visibilizó cómo, durante el conflicto y la división del periódico entre el territorio de derecha e izquierda, las líneas editoriales cambiaron, aunque el acontecimiento reportado fuera el mismo. «Era la misma noticia que aconteció en el mismo día y publicada en el mismo periódico, pero como una parte de las oficinas habían quedado en el mando republicano y la otra en el bando nacionalista, eran completamente opuestas aún y con la misma imagen».

Vista de la exposición Aparato de apariencias de Fernando Bayona en ALMANAQUE fotográfica. Tomada de la web de la galería.

Con esta exposición, ALMANAQUE fotográfica reafirma uno de los objetivos primordiales con los que comenzó el proyecto: entender a la fotografía como una expresión de artes visuales. «[ALMANAQUE fotográfica] no tiene esta ortodoxia de “es un proyecto de fotografía para fotógrafos, pensando en el uso de la cámara fotográfica”. Yo entiendo, y por eso coincido con artistas como Fernando Bayona, la fotografía como una herramienta para generar arte —aclara Arturo Delgado, director y fundador de la galería—. Mucho del arte está lleno de este tipo de reflexiones, donde la fotografía es más bien una manera de generar una conversación».

«La fotografía contemporánea, para mí, implica la participación activa del artista, en la que ya no solamente está como un cazador una imagen salvaje en la realidad sino que la está afectando, porque está consciente de la iluminación, del enfoque, la construcción de una ficción dentro de la realidad, aunque suene a un oxímoron», añade Delgado, quien fue co-curador de Aparato de apariencias,  exposición que estará abierta hasta el 26 de octubre.