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Vista de la exposición Objetos para usar / instrumentos para procesos. Fotografía de Abigail Enzaldo y Emilio García. Cortesía de Museo Jumex.
Vista de la exposición Objetos para usar / instrumentos para procesos. Fotografía de Abigail Enzaldo y Emilio García. Cortesía de Museo Jumex.

Objetos, para usar. Instrumentos para procesos de Franz Erhard Walther

Reseña 16.05.2018

Yunuén Sariego

La exposición del artista alemán Franz Erhard Walther en el Museo Jumex abarca seis décadas de su producción, presentada por primera vez en Latinoamérica.

El Museo Jumex presenta Objetos, para usar. Instrumentos para procesos, la primera muestra antológica en México y en Latinoamérica del artista Franz Erhard Walther (Fulda, Alemania, 1939), que abarca seis décadas de su producción.

A lo largo de su carrera, Walther ha elaborado una amplia producción enmarcada en la corriente conceptual, que ha derivado de una preocupación por los procesos y no tanto por la materialidad de la obra. El cuerpo ha adquirido un lugar esencial en la construcción de la obra de Walther, que sucede a partir de significados y acciones, así como del carácter matérico de los elementos empleados en relación con el tiempo y el espacio, y que se transforman a partir de la acción del público.

Desde principios de los años sesenta, Walther trabajó a partir del concepto de «acción», en el que los sujetos poseen un papel primordial en la creación de las obras, pues es a partir de su acción que la obra deviene en escultura. La dimensión intersubjetiva de su trabajo deja claro que se postula a favor de una posición activa por parte de los participantes.

Vista de la exposición Objetos para usar: instrumentos para procesos. Cortesía de Museo Jumex.

Una de las razones que lo han llevado a generar estos trabajos ha sido su preocupación por evitar la repetida amputación de la fantasía y la capacidad de experimentar, que muchas veces ocurre en el entorno del arte.

Con su producción busca romper con estas limitaciones, y evocar así el poder imaginativo. Desde los conceptos fundamentales de su trabajo —acción, cuerpo, lenguaje, tiempo y espacio—, el artista acciona dinámicas participativas en las que la generación de obra no recae ni en el objeto presentado —dibujos, fotografías, telas, instalaciones, videos—, ni en el objeto acabado, sino entre la materialidad de la obra y la acción —mental y física— de los agentes que participan de ella.

La presente exhibición integra piezas como Werksatz (Primera serie de obras, 1963-1969), compuesta por al alrededor de cincuenta objetos. Ésta forma parte de su producción temprana y consiste en dispositivos cuyo diseño sugieren el uso por parte de los participantes, desestabilizando nociones tradicionales sobre la escultura y el espacio. Werksatz constituye la matriz conceptual y material desde la que emana todo el cuerpo de su trabajo. Éste engloba piezas como Das Neue Alphabet (El nuevo alfabeto), Konfigurationen (Configuraciones), Werkzeichnungen (Dibujos de trabajo) y Wortbilder (Imágenes de palabra), presentes en la exhibición.

Como ha ocurrido en otras de sus muestras, los trabajos expuestos en el Museo Jumex están hechos para ser extraídos de su estado de almacenamiento y ser activados, pues en el centro de su trabajo se encuentra la idea de que el cuerpo es condición de posibilidad y parte de la escultura, que adquiere formas y combinaciones innumerables, como si de un algoritmo se tratara. De esta manera, la corporalidad se convierte en articulador de otros dos conceptos fundamentales para el artista: el tiempo y el espacio, los cuales devienen en materia, en escultura. Los objetos, más que para ser contemplados, están ahí para ser usados. La acción no es el proceso para la creación de la obra, sino la condición de posibilidad del acaecimiento de ésta. Las esculturas están hechas de tal modo que el espectador se siente invitado a interactuar con ellas, a conformar momentos escultóricos. Así, la obra deja de ser el objeto que está delante para ser lo que el sujeto hace, mental y/o físicamente.

Vista de la exposición Objetos para usar: instrumentos para procesos. Fotografía de Abigail Enzaldo y Emilio García. Cortesía de Museo Jumex.

En el momento en que el visitante se adentra en la sala, se vuelve consciente de su ocupación en el espacio; además de lo ya mencionado, el espectador interactúa con las esculturas de manera visual, mental, dinámica, pues el colorido de las piezas atrapa la mirada e invita al espectador a adentrarse en ellas y a ocuparlas. Así también, sus construcciones están explícitamente ligadas a una reflexión acerca del lenguaje y los signos, los cuales pueden ser concretados sólo a partir del transitar en el espacio que circunda a estos dispositivos.

Walther fue pionero en el uso del lenguaje, pues desde finales de los años cincuenta recurrió a éste en sus trabajos, como puede observarse en sus Wortbilder (Imágenes-palabra). En ellas la palabra entra en el terreno de la polisemia, en la inabarcabilidad de formas en que algo puede ser conocido, experimentado, aprehendido. La lengua tiene un carácter vivificador, pues las palabras y símbolos que son exhibidos inducen a los participantes a hacerlas revivir.

En su obra, el lenguaje constituye un material: no se reduce a un proceso mental, sino que está intrínsecamente ligado a lo sensorial, a la imagen y al dibujo. La diferencia entre formas e ideas se diluye, pues los conceptos generan formas y las formas generan conceptos. Los conceptos son aquellos que las personas elaboran para la acción y, por ende, el espectador se deslinda de la acepción habitual de éstos.

Vista de la exposición Objetos para usar: instrumentos para procesos. Cortesía de Museo Jumex.

Como parte del registro de su proceso de trabajo, Walther elaboró fotografías y dibujos. Los Werkzeichnungen (Dibujos de trabajo) ponen de relieve la multiplicidad de sentidos posibles en las piezas del Werksatz, y se constituyen posteriormente como obras semi-independientes. En ellas se mezclan elementos figurativos y palabras escritas a mano o mecanografiadas. A partir de los dibujos el lenguaje es liberado de su significación primaria, para transformarse en imágenes que refieren a los procesos experimentados durante las activaciones. En estas piezas se deja en claro cómo en el fondo del trabajo de Walther los conceptos y las palabras se tornan en forma y las formas en ideas.

La obra de Franz Erhard Walther rompe con las formas tradicionales de experimentar el arte. Propone modos de interacción con las piezas y con el espacio expositivo en los que ni la experiencia, ni el espacio ni el tiempo están prefijados. Pone en entredicho el lugar del público como receptor, pues desde sus propuestas el visitante se transforma en productor, en agente activo y generador de una actividad en el tiempo, consigo mismo y con los otros, que implica ritmos, secuencias y cambios de lugar variables.

Hoy en día, más de medio siglo después de los cuestionamientos acerca del estatus del objeto artístico, del papel del público, del espacio expositivo, y del surgimiento de expresiones que tendían a la desmaterialización de la obra a partir del lenguaje y del arte de procesos, sigue siendo fundamental hacer una revisión de la obra de artistas pioneros como Franz Erhard Walther, que han abierto nuevos panoramas para el arte, y que reafirman la importancia de generar espacios en los que el visitante tiene un rol activo, en un espacio democrático, que da cabida a la multiplicidad de significados y experiencias.

 

*La exposición Franz Erhard Walther. Objetos, para usar. Instrumentos para procesos estará abierta al público hasta el 30 de septiembre en el Museo Jumex Arte Contemporáneo.

 

Yunuén Sariego

Es candidata a doctora en Estudios artísticos, literarios y de la cultura por la Universidad Autónoma de Madrid y maestra en Historia del arte contemporáneo y cultura visual por el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Actualmente es profesora de la asignatura de Curaduría en la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM).

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