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Víctor Sulser, de la serie Pequeña canción del huachicol, 2019. Cortesía del artista.

Huachicoleros y dinosaurios: una radiografía de la política en México a través del arte

Reporte 30.01.2019

Irving Domínguez

El curador Irving Domínguez construye una narrativa de la delincuencia, las complicidades y la impunidad en México a través de la obra de cinco artistas.

La organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad señala que tan sólo en Hidalgo las extracciones ilegales de combustible por parte de los huachicoleros aumentaron un 100% de un año a otro antes del cambio de administración federal. 2,121 tomas fueron reparadas en 2018 y 164 en lo que va del año.1 A lo anterior hay que añadir la tragedia acontecida en San Primitivo Tlahuelilpan que ha costado la vida a más de 100 personas hasta la fecha y dejado a otras más severamente heridas.

Esta breve selección de obra comentada ha sido producida a partir de reflexiones e indagaciones artísticas, cuyos autores han anclado en la observación crítica de nuestra compleja y lastimada vida en democracia. He considerado hacer un énfasis en ellas respecto de la producción actual de arte contemporáneo en México.

 

Presunta complicidad

En 2017 Víctor Palacios y yo curamos la exposición Fábulas sin moraleja. El desbordamiento de la corrupción en México como parte del programa de artes visuales de Casa del Lago (UNAM). La muestra estuvo conformada por un centro de documentación, una interfaz audiovisual, un álbum de música electrónica, mesas informativas, un conjunto de obra comisionada, así como una selección de obra reciente de los artistas invitados.

Durante el proceso de montaje, dedicamos un núcleo temático a la problemática del huachicol. Recuerdo a Víctor muy concentrado en esas mesas, en busca del equilibrio entre obra gráfica, artículos de periódico e infografías, porque en la muestra planteamos una relación lo más horizontal posible entre documentación periodística, obra de arte y soportes informativos como las estadísticas e infografías.

Una de las obras para sitio específico estuvo a cargo de Antonio Bravo (Ciudad de México, 1983). Correlación de fuerzas-Presunta complicidad (2017) fue el resultado de un trabajo de campo que el artista realizó en distintas localidades de los Estados de México, Puebla, y la Ciudad de México. Entrevistó a varios funcionarios públicos y profesionistas de distintas ramas para averiguar su postura ante la corrupción local, así como en su ámbito laboral. Lejos de llegar a un resultado con carácter de denuncia, Bravo produjo un zócalo de tierra y paja, que dificultaba el tránsito del público visitante en la sala, con una sección coronada por una plancha de cemento. Se trata de una representación abstracta de las respuestas de sus interlocutores a las siguientes preguntas: ¿Qué forma tiene la corrupción?, ¿hasta qué punto podemos analizarla de modo objetivo e imparcial?

Al comentar a profundidad la obra, Bravo recuerda que la práctica del huachicol ya había lastimado la convivencia entre los habitantes de varios municipios al interior de Puebla. Con autoridades civiles rebasadas por la práctica y la presencia del ejército en la región para combatir el robo de combustible, las confrontaciones con la población civil se volvieron un asunto cada vez más frecuente, fue así como una actividad tolerada se convirtió en estigma. Tan solo entre mayo de 2016 y mayo de 2017 se registraron ocho confrontaciones entre civiles con miembros de las fuerzas armadas y policías estatales.2

Piso de cemento, madera, paja y tierra. Huachicoleros.

Antonio Bravo, Correlación de fuerzas – Presunta complicidad, 2017. Cortesía del artista.

Déjà vu

De 2011 a 2012, Cecilia Barreto (Ciudad de México, 1985) desarrolló las series Síntesis espectacular y Diagrama de la interferencia. En la primera el helicóptero adquiere un carácter de psicopompo. Si bien no es una criatura, su caracterización como signo de la muerte nos resulta inequívoco. Este vehículo ha resultado una apuesta mortal para sus tripulantes, sobre todo aquellos ligados a las altas esferas del poder.

Por otra parte, la normalización de los vuelos con fines de vigilancia y en operaciones de seguridad también ha supuesto una nube negra para la democracia del país, su presencia enfatiza su experiencia conflictiva y nos recuerda la paulatina militarización de la seguridad pública desde 2006. En la segunda serie, las plataformas petrolíferas son escenarios del desastre. De nuevo los helicópteros circundan amenazadores. En otras escenas el fuego destruye las instalaciones, incluso Godzilla termina por embestir una plataforma, metáfora de la bestia negra en la que se ha transformado la extracción y el control por la distribución de los hidrocarburos.

La serie remata con un retrato de Keiko mientras toma el sol en la cubierta de un yate. Este bulldog inglés es una de las tres mascotas de Paulina Romero, hija del líder del Sindicato de Trabajadores Petroleros, cuyo estilo de vida ha sido duramente criticado desde 2012, cuando ella lo hizo público a través de las redes sociales.

Pintura de plataforma petrolera y Godzilla. Huachicoleros.

Cecilia Barreto, de la serie Diagrama de la interferencia, 2011-2012. Cortesía de la artista.

Las hijas del dinosaurio

Con humor, y una iniciativa en el espíritu «hágalo usted mismo», Guillermo Díaz Martín (Mérida, 1988) ha desarrollado con discreción breves series fotográficas en las que encarna los clichés de nuestra vida política post-NAFTA. Las series La hija del dinosaurio (2013) y Los malos hijos (2013 y 2017) ofrecen una lectura paródica del poder y sus protagonistas en México. Para ello el joven artista produce hipérboles visuales en las cuales se manifiestan los alter egos de quienes podemos identificar claramente cual «villanos» políticos. La interpretación crítica del Díaz Martín recurre a las convenciones formales tanto de la cultura de la telenovela como de la artesanía urbana y la manualidad hecha para la festividad comunitaria. No es casual que sean mujeres quienes estelaricen sus puestas en escena: hay una conciencia sobre la simpatía que el público desarrolla hacia los personajes antagónicos de los melodramas televisivos. En el fondo, Díaz Martín ha identificado no un placer culpable sino una proyección de fuga: desear ese nivel de impunidad y seguir de frente con la sangre ligera, en una cotidianidad llena de impunidades que la hacen percibirse como auténticamente surreal.

Persona disfrazada de dinosaurio y modelo femenina. Huachicoleros.

Guillermo Díaz Martín, de la serie La hija del dinosaurio 2013. Cortesía del autor.

La galería nocturna

En un timbre menos festivo Franco Aceves Humana (Ciudad de México, 1965) desarrolla actualmente una serie pictórica tan necesaria como impensable: una galería de personajes reconocidos por la sociedad como transgresores de la ley. Impresentables nacionales a todo color reúne a criminales procesados, otros prófugos y a oscuras figuras de nuestra política, sin jerarquías ni apartados, todos presentes a través de la evocación del retrato. Aceves Humana desarrolla esta galería de infames con base en un juego de inversiones formales que ha puesto en práctica en series paralelas. A partir de la resolución del color por adición, y con en base en los tres colores secundarios que se producen (magenta, amarillo y cian), el pintor intercambia la proporción adecuada de cada uno por el otro y así altera la apariencia en la pigmentación de la piel.

Retrato de Romero Deschamps. Huachicoleros.

Franco Aceves Humana, Romero Deschamps, de la serie Impresentables nacionales a todo color, 2018. Cortesía del artista.

Fuego en el camposanto

Víctor Sulser (Guadalajara, 1970) ha ganado relevancia en el cotilleo sobre arte contemporáneo local a través de sus memes hechos a mano que luego dispersa a través de redes sociales. Performer y dibujante compulsivo, lleva más de una década en la reinterpretación de las antiguas divinidades prehispánicas y su pertinencia en la actual vida mexicana.

Justo hace unos días decidió compartir al público su visión sobre el conflicto causado por el robo de combustible, al cual incluso algunos entusiastas le han creado su propia divinidad atávica. En Pequeña canción del huachicol (2019) el artista hace converger a Huehuetéotl (dios viejo del fuego) con nuevas presencias sobrenaturales que incitan a la muerte y la devastación. El artista ha elegido, con acierto, a una divinidad masculina, con bandas oscuras en los ojos y alrededor de la boca, como el portador de la chispa destructora. Entre los antiguos nahuas estás marcas eran de ceniza y estaban asociadas a las faltas morales que no podían ocultarse a la comunidad. Pero esta vez los dioses ya no despertarán para engullir nuestros pecados y regenerarnos.

Recipiente plástico con gasolina. Huachicoleros.

Víctor Sulser, de la serie Pequeña canción del huachicol, 2019. Cortesía del artista.

1 https://contralacorrupcion.mx/aumentan-tomas-ilegales-en-hidalgo-en-3-anos/

2 https://www.eluniversal.com.mx/articulo/estados/2017/05/4/huachicoleros-un-ano-de-enfrentamientos-contra-ejercito-y-policia#imagen-7

Irving Domínguez

Es curador, crítico de arte y colaborador de programas educativos en arte.

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