A pesar de no contar del mismo reconocimiento del que sí gozan otros arquitectos modernistas mexicanos como Barragán o Pani, Manuel Parra produjo una prolífica obra en la construcción y el diseño de mobiliario: construyó más de 100 casas a lo largo de su vida con un estilo neocolonial, en el que no dejó de lado las innovaciones espaciales de la arquitectura de la modernidad.

Recientemente, Clásicos Mexicanos, un proyecto dedicado al rescate del diseño moderno nacional, inauguró la exposición Manuel Parra: Early Mexican Handmade Furniture, compuesta no solo por el mobiliario diseñado por el arquitecto, sino también por un archivo numeroso de bocetos, notas y fotografías que estuvo al resguardo de los arquitectos Derek Dellekamp y Jachen Schleich y que pronto será enviado a la Universidad de Texas en Austin para preservarlo y estudiarlo.

La mayoría de los muebles que pueden verse en la exposición muestran el respeto que Parra tenía por la forma natural de las maderas empleadas. Según cuenta el curador de la muestra, Aldo Solano Rojas, Parra solía dar recorridos por bosques, o asistirse de la ayuda de artesanos, para elegir las piezas que consideraba interesantes para ensamblar y diseñar sus muebles.

Vista de la exposición Early Mexican Handmade Furniture de Manuel Parra en Clásicos Mexicanos. Cortesía del espacio.

El resultado de esta consideración devino en un cuerpo de piezas que, aunque mantienen una funcionalidad equiparable al de cualquier otro mueble producido con técnicas industriales, tienen toda una estética reminiscente a la naturaleza por su estructura orgánica.

El interés de Parra no se limitó a la construcción de mobiliario, ya que también incursionó en el diseño textil, donde logró conjuntar su destreza en el dibujo con el interés por la cultura popular. Además, en la exposición se pueden ver decenas de libretas y hojas con estudios y ejercicios, en las que es posible apreciar a detalle el dominio de Parra sobre distintas técnicas de representación.

Vista de la exposición Early Mexican Handmade Furniture de Manuel Parra en Clásicos Mexicanos. Cortesía del espacio.

Sobre el legado de Parra, Derek Dellekamp —quien lo conoció personalmente— comenta que el arquitecto nunca buscó los reflectores ni dejar algún tipo de pauta o estilo de referencia para las futuras generaciones. «Eso fue algo muy consistente con su personalidad y su trabajo. Había algo íntimo de principio a fin en su trato con los clientes y el proceso del diseño […] le habría dado fobia la idea de tener “alumnos”». Por su parte, Solano Rojas, señala que en la obra de Antonio Attolini Lack se pueden rastrear algunos de los intereses formales de Parra: «Attolini Lack renovó la casa de Emilio “El Indio” Fernández, que hizo Parra. El estar en contacto con la obra de Parra, cambió su propio trabajo, conjugando la escuela que tomó de Francisco Artigas para luego buscar su propio camino».

La exposición estará abierta hasta el 26 de octubre.

En el marco de Design Week, Clásicos Mexicanos ofrecerá dos visitas guiadas,  el 12 y 13 de octubre, a cargo de Aldo Solano Rojas, curador de la exposición.