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Alexander McQueen: Savage Beauty. | Archivo Código.

La pasarela en el museo. Curadurías de moda en el siglo XXI

Archivo Código 01.10.2012

Circe Henestrosa

En este artículo de 2012 se reflexiona sobre el surgimiento de colecciones y curadurías de moda, en ese momento un fenómeno reciente.

 

Alexander McQueen: Savage Beauty, The Fashion World of Jean Paul Gaultier, Yves Saint Laurent: The Retrospective, Balenciaga: Spanish Master, Yohji Yamamoto. Commes des Garçons, White Drama, Chanel: The Little Black Jacket, y ahora Sneak Peek: Chloé son algunas de las exposiciones se hacen presentes en los museos más importantes del mundo, como el Museo Metropolitano de Nueva York, el Victoria and Albert Museum en Londres e incluso el Imperial War Museum.

Exposiciones de vestidos de novia, de indumentaria de los tiempos del Charleston, de la moda pop de los años 60 y hasta del vestuario de los superhéroes, ocupan actualmente los espacios que antes estaban exclusivamente dedicados a exhibir arte. ¿Qué tiene la moda que hoy atrae a tantos públicos diversos a los museos? ¿O será que la moda ha alcanzado finalmente un grado semejante al arte?

La profesora británica Lou Taylor, una de las historiadoras de la moda y el vestido más importantes del Reino Unido, observa cómo a la par de la multiplicación de los museos de arte desde hace 150 años, también prosperaron diversas disciplinas académicas en las universidades —lo que no ocurrió con el estudio histórico del vestido, que quedó siempre al margen en ambas instituciones. Hasta 1930, que los museos de Londres, París y Nueva York, comenzaron a formar más seriamente colecciones de indumentaria.

Fue gracias al trabajo de una generación de curadoras e historiadoras que este panorama cambió. Ana Buck, por ejemplo, fue la primera curadora del vestido en la Gallery of English Costume en Platt Hall; mientras que Doris Langley Moore buscó arduamente un hogar para su colección de vestidos, hasta alojarlos en el Costume Museum en Bath en 1963; Madeleine Blumstein y Natalie Rothstein realizaron un trabajo pionero en el Victoria and Albert Museum; Madeleine Delpierre logró financiar el Musée de la Mode e du Costume de la Ville de Paris, y más recientemente, Valerie Guillaume, Judith Clark y Amy de La Haye han incursionado en la curaduría de moda.

Alexander McQueen: Savage Beauty. | Archivo Código.

Fue De la Haye, historiadora y curadora del vestido, quien rompió finalmente con los límites de la política de las colecciones en los museos cuando, en 1994, presentó la exposición Street Style en el Victoria and Albert Museum. Esta exposición mostró prendas que representaban la cultura radical y subcultural de los jóvenes británicos y estadounidenses en la posguerra, abordando la realidad en la que los procesos del diseño británico habían impactado el diseño contemporáneo a finales del siglo XX. Dichos hechos socioculturales debían ser tomados en cuenta a través de las colecciones del museo.

La aplicación de Lou Taylor de estudios de cultura material y consumo ha transformado la historia de vestido en el mundo. Tiene la convicción de que los enfoques transdisciplinarios utilizados para la construcción de la historia, incluyendo trabajar con ropa que ha sobrevivido con el curso del tiempo, ofrecen una comprensión y un «ojo» cultural de una época y de una comunidad: La ropa y otros objetos son poderosas herramientas para la investigación histórica y sociocultural.

En el artículo titulado «¿Dónde está el maniquí?», publicado en la Tate Magazine en 2003, la historiadora de moda Amy de la Haye cuestiona el papel que hoy juegan las exposiciones de moda: «Sí, la moda deber ser tomada en serio como un arte, y disfrutar de algunos de los méritos que realmente le corresponden. Las exposiciones tienen que ser curadas de forma correcta y apropiada, con una aguda visión creativa e innovadora». De La Haye argumenta que ése es el reto para los curadores: encontrar maneras de desafiar al público de manera intelectual, y encontrar enfoques curatoriales y una teoría crítica relevante que contribuya al debate de la moda.

Exposiciones como The House of Viktor and Rolf, presentada en el Barbican en 2008; Savage Beauty, de Alexander McQueen, en el Museo Metropolitano de Nueva York, y la exposición The Fashion World of Jean Paul Gaultier: From the Sidewalk to the Catwalk, que realiza una gira mundial en estos momentos, son un claro ejemplo de exposiciones que han sido curadas con una visión innovadora y un enfoque creativo tanto a nivel de instalación y diseño de exposición, como a nivel curatorial.

Alexander McQueen: Savage Beauty. | Archivo Código.

En el caso de McQueen, la exposición recibió mas de medio millón de visitantes durante los 84 días que estuvo en exhibición, y tuvo que extender su periodo de muestra durante una semana más debido a su popularidad.

La moda en los museos no solo está atrayendo nuevos públicos; también representa una importante fuente de ingresos para estos recintos. Solamente en entradas, la exposición de McQueen generó cerca de 8 millones de dólares de ingresos.

Los museos deben continuar desafiantes y astutos en su programación, y atender a todo tipo de audiencias ávidas de nuevas propuestas. ¿Será la moda el camino a seguir? Es un hecho que cada vez más personas se identifican con la moda, y los museos han percibido este gusto como una herramienta para atraer nuevos públicos. Curadoras e historiadoras pioneras de la década de 1930 defendieron la indumentaria como una herramienta para la investigación histórica y sociocultural en los museos, están finalmente viendo los frutos de su trabajo —museos como el Palacio de Tokio de París ha dedicado un programa anual para el tema de la moda.

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