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No queriendo decir nada sobre John Cage

23.07.2012

Con motivo del 100 aniversario de John Cage, uno de los compositores más influyentes, te presentamos un fragmento del artículo publicado en Código 22 sobre la importancia de su aportación a la música y al arte sonoro.

No queriendo decir nada sobre JC. En alusión a John Cage: Not wanting to say anything about Marcel

Cage comenzó sus estudios como músico y compositor en la década de los treinta bajo la tutela de Arnold Schönberg; en este periodo desarrolló una necesidad por replantear, de forma radical, la manera de hacer y entender la música, compartiendo un sentimiento general en las artes, y asumiendo una imposibilidad para continuar con la tradición y las convenciones de la música clásica occidental. En un principio sus experimentos y licencias derivaron en una serie de composiciones para pianos preparados (a los que transformaba en instrumentos de percusión con diversos timbres, insertando varios objetos entre sus cuerdas). Sin embargo, estos experimentos pronto se expandieron hacia el campo de la concepción misma de la música, donde Cage empujó los límites del acto musical hasta proponer un desplazamiento que lo situó fuera de los confines hasta entonces trazados por éste, y que le permitieron proponer la utilización de sonidos tomados del ámbito de lo cotidiano para hacer música; cualquier sonido como materia o material musical.

En 1952, David Tudor apareció en un escenario y permaneció ahí durante 4 minutos y 33 segundos sin tocar el piano, sin hacer nada. Esta pieza compuesta por Cage es tal vez una de las más importantes y paradigmáticas del espíritu de vanguardia. En ella, Cage violenta al público por medio de esta larga pausa, para así exigirles escuchar a todos los sonidos que se generan durante este tiempo en la sala. Silence o 4’33’’ está conformada precisamente por estos sonidos y, por consiguiente, es completamente distinta cada vez que se ejecuta.

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