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Vista general de la exposición de Óscar Hagerman en kurimanzutto. Fotografía cortesía de la galería.

Óscar Hagerman. Arquitectura mínima

Destacado 04.09.2018

Una exposición y la publicación de un libro son los mejores pretextos para retomar el trabajo y el pensamiento del arquitecto Óscar Hagerman.

Frente a construcciones grandilocuentes, la arquitectura mínima; frente al concreto y el hierro, el uso de materiales que provienen directamente de la tierra… Con formación como arquitecto, Óscar Hagerman (Coruña, España, 1936) se alejó de la monumentalidad del modernismo y, desde hace más de 50 años, desarrolla un trabajo que se guía por la experimentación con materiales, por atender a necesidades sociales, por trabajar para y con la escala humana, y por generar colaboraciones con artesanos mexicanos.
Recientemente una exposición en kurimanzutto —la primera exposición de diseño en esa galería— y un libro que documenta las piezas que ahí se presentaron, mostraron la esencia del trabajo de Hagerman: cómo, con una selección de pocos elementos (madera, fibras naturales), la proyección de formas simples y conocimientos de ergonomía, se consiguen «construcciones esenciales». Ya que para este arquitecto, el mobiliario representa «la más pequeña de las arquitecturas», en la exposición y en el libro Sillas de México se pueden apreciar pequeños gestos que con trazos conforman un estilo.

Vista general de la exposición de Óscar Hagerman en kurimanzutto. Fotografía cortesía de la galería.

Son ocho sillas y cinco variaciones de cada una de ellas las que conforman el universo que fue posible modificar en kurimanzutto, moviendo de lugar las silla, tocándolas, experimentando con ellas; y que ahora es posible apreciar en el libro que está a la venta en la librería de la galería. El libro además nos pone en contacto con la historia de cada silla, acercándonos al proceso creativo del arquitecto.
El proyecto Sillas de México incluyó además dos versiones de la silla Arrullo, la primera incursión del arquitecto en el diseño. La historia de esta silla deja ver claramente los métodos de trabajo de Óscar Hagerman: a una primera versión hecha en 1969, Hagerman fue haciendo modificaciones cada dos o tres años, al tiempo que aprendía más de ergonomía y que experimentaba sobre diferentes materiales.

Óscar Hagerman, Silla Arrullo, 1969. Fotografía cortesía de la galería.

Otro aspecto que ha definido el trabajo de Óscar Hagerman es su labor dentro de las comunidades rurales de México. Mucho antes de que se pusiera de moda el término «emprendimiento social», Hagerman ya dedicaba esfuerzos para realizar colaboraciones productivas con artesanos. No solo eso, además en su práctica arquitectónica ha preferido proyectos en comunidad como escuelas, hospitales, maternidades, albergues, viviendas, puentes y muebles para que alfareros, carpinteros y otros artesanos puedan mejorar su vida.
Con motivo de la exposición y de la publicación del libro que la acompaña, platicamos con Óscar Hagerman. Sus respuestas son directas, sucintas, casi aforismos que reflejan su estructura mental y su filosofía de vida.

—¿Cómo surgió la convicción de trabajar con «materiales directos de la tierra»?
Cuando diseño siempre estoy pensando que los productos sean fáciles de producir,  también prefiero trabajar con materiales naturales.

—Se ha referido al mobiliario como la «más pequeña de las arquitecturas». ¿De qué manera el diseño de mobiliario detona para usted un cuestionamiento arquitectónico?
El mobiliario debe integrarse a la arquitectura, yo creo que debe ser parte del entorno arquitectónico. Por otro lado el diseño del mueble tiene características especiales y requiere de conocimientos en muy pocas ocasiones el arquitecto esta preparado para aplicar; creo que ambas disciplinas son muy importantes para hacer un buen diseño de muebles.

Óscar Hagerman, Silla Maya. Fotografía cortesía de la galería.

—¿Qué expectativas tienes sobre la exposición de tu trabajo, tanto en la exposición como en el libro que pulbicaron?
Desde el principio pensé que la exposición seria una oportunidad de enseñar a los jóvenes diferentes maneras de hacer sillas, he aprendido mucho durante el desarrollo de esta exposición Esta exposición tiene un propósito didáctico para que los jóvenes reconozcan nuevas maneras de diseñar mobiliario empleando materiales y técnicas en México.
Los muebles son parte de nuestra cultura, además de ser utilitarios deben de ser bellos y parte de lo que nosotros somos.

—¿De qué manera integra a su práctica los saberes ancestrales y su experiencia de trabajar con comunidades rurales?
En los 50 años de trabajo de alguna manera los artesanos han sido mis maestros, observándolos y hablando con ellos. He aprendido a diseñar sillas.

 

Óscar Hagerman, Silla Ruiseñor. Fotografía cortesía de la galería.

 

 

 

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Vista general de la exposición de Óscar Hagerman en kurimanzutto. Fotografía cortesía de la galería.

Óscar Hagerman, Silla Arrullo,1969. Fotografía cortesía de la galería.

Óscar Hagerman, Silla Maya. Fotografía cortesía de la galería.

Óscar Hagerman, Silla Ruiseñor. Fotografía cortesía de la galería.