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Foto tomada de la página www.claudiacdmx.com

La nueva imagen de la Ciudad de México: la forma por el fondo

Opinión 10.11.2018

Ivonne Lonna

Presentamos una reflexión sobre las propuestas de la nueva imagen de la Ciudad de México, y las implicaciones que el cambio tiene para la ciudad.

Y Claudia Sheinbaum exclamó: «¡Quiero una imagen que me identifique! y acto seguido se publicó una convocatoria para la creación del nuevo logotipo institucional de la Ciudad de México».

No es nuevo que los dirigentes de gobierno, desde su llegada, hagan cambios, de los primeros en manifestarse es el de la creación de su propia marca. Con el paso del tiempo, se ha desarrollado un exquisito gusto por tener una imagen corporativa, es decir, el diseño gráfico de un logotipo que les otorgue identidad y los defina. En este caso «innovación y esperanza» son los conceptos que Sheinbaum utilizó en su campaña y que seguirán definiendo su gestión en los próximos seis años, en este sentido, la gráfica jugará un papel fundamental para simbolizar estas ideas y transmitirlas a los ciudadanos en toda la papelería de la Ciudad de México, digital o impresa, en el ámbito no solo turístico como se ha mencionado, sino en toda la comunicación visual que se use mientras ella sea jefa de gobierno.

Propuestas finalistas de la convocatoria para la imagen institucional de la CDMX.

Crear un logotipo, aquel grafismo que define, identifica a una persona, a una institución o a una gestión va más allá de trazar un dibujo y jugar con tipografía. Esto me lleva a hacer una reflexión crítica. Una imagen logotípica implica un aspecto conceptual, formal, funcional y otro operativo. El primero alude a lo que Sheinbaum ha usado en su campaña y que, al parecer la seguirá identificando frente a la sociedad como «innovación y esperanza», eso es lo que se espera sea el significado de su gestión y, entonces, de qué manera se pueden encontrar formas, figuras, colores, tipos de letras, escalas y proporciones que refuercen estas ideas. Estos elementos —con sus múltiples variantes— constituyen la esencia del diseño gráfico, y su elección ayuda a reforzar conceptos, por ello su elección final debe ser minuciosa, ya que la imagen tiene poder en la comunicación al llegar más rápido que un texto; el impacto en el imaginario colectivo es mayor si esta bien pensado y, sobre todo, si es estratégico para los planes de gobierno como podría ser el caso.

El aspecto funcional es el equilibro entre el concepto desarrollado: «innovación y esperanza» con determinadas características visuales y la idea de exaltar los «valores históricos, culturales y de identidad que forman parte de la Ciudad de México», como dice la convocatoria. Teniendo en cuenta lo anterior, de entre las 20 opciones seleccionadas como finalistas observo reminiscencias a imágenes ya hechas, la repetición constante de nopales, el uso del folclor mexicano opuesto a un concepto de innovación, imágenes sin peso visual, sin impacto por la debilidad de líneas delgadas, clichés, imágenes creadas sin pensamiento crítico: ¿quiénes somos los que habitamos y transitamos por esta ciudad?,¿qué nos define?, ¿la identidad de la ciudad que nos acoge no debería ir más allá del mero capricho de marcar diferencia de una gestión a otra?

Propuestas finalistas de la convocatoria para la imagen institucional de la CDMX.

Esta idea me lleva a articular lo anterior con el aspecto operativo de un logotipo y de lo que significa su solicitud. No solo implica realizar un tiraje de millones de copias de papelería, tirar a la basura la inversión de millones de pesos de la marca CDMX que se invirtieron para posicionar la ciudad que se proclamó este 2018 como Capital Mundial de Diseño. Cambiar la imagen exhibe la carencia de un plan estratégico de operación de la Ciudad de México, de las acciones que harán de ésta, una ciudad de innovación o de esperanza. Si bien un logotipo otorga una identidad, con tantos cambios que se han dado en la visualidad de la Ciudad de México lo único que queda claro es que el próximo logotipo no es más que un capricho de la próxima jefa de gobierno por cambiar la imagen, es decir la forma y no el fondo, ya que los que habitamos la ciudad no nos identificados con los problemas que nos aquejan todos los días con la innovación y esperanza de la que habla. Ya no seremos CDMX como todavía se ve en las calles, sino que estaremos a la expectativa de lo que le funcione a Sheinbaum.

Por otra parte, México tiene una cultura visual que destaca por su colección de grandes representantes de arte y diseño que han trascendido por su originalidad, su creatividad y sobre todo por su crítica, en este sentido, si existiese un plan estratégico de lo que debe ser la Ciudad de México no se arriesgaría a encomendarla a cualquiera, pues el costo que se pagará por ella —al menos en lo que a producción impresa, digital y de posicionamiento en medios se refiere—, será muy alto, pero nada comparado con proclamar finalistas de un concurso de gobierno a autores cuyas imágenes son muy parecidas a otras ya existentes, como se ha detectado en redes sociales; esto significa un agravio para los creativos mexicanos y deja mucho que desear de una gestión que aún no comienza.

Propuestas finalistas de la convocatoria para la imagen institucional de la CDMX.

En resumen, este concurso y esta solicitud de logotipo institucional de la Ciudad de México sirve para la reflexión del vacío que provoca la falta de una identidad, pues con cada cambio de gobierno —no solo este sino todos los que se dan en nuestro país—, hay una nueva imagen que cambia la forma pero no el fondo, no habla de desarrollo, ni mucho menos de un concepto tan sofisticado como «innovación» pues su factor crítico es justo un plan estratégico de crecimiento y mejora, de trazo prospectivo de la ciudad, en este sentido la elaboración de objetivos, metas, escenarios futuros de lo que nos espera en los próximos años aún no se idean y es urgente su elaboración y puesta en marcha, se trata del fondo no de la forma.

Ivonne Lonna

Es diseñadora gráfica y Doctora en Letras Modernas por la Universidad Ibroamericana Ciudad de México. Investigadora de narrativas gráficas. Experta en diseño editorial. Curadora de exposiciones de arte y diseño como Metanarrativas. Arte, diseño y tecnología, en el Museo Franz Mayer y Radio Educación; y Layout México. Narrativas de la inconformidad, en el Centro de Exploración y Pensamiento Crítico, nueva sede de cultura de la Ibero. Conferencista nacional e internacional. Autora de El libro álbum. Lecturas desde el diseño (Universidad Ibroamericana, 2017). Miembro del Consejo Consultivo de la Revista Economía Creativa de Centro de Diseño, Cine y Televisión, en donde también es profesora de la licenciatura de Mercadotecnia y Publicidad y de la Maestría en Estudios de Diseño y la Especialidad Diseño del Mañana.

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