Museo Regional de Cholula
San Andrés Cholula (Puebla, México) cuenta ya con un museo regional en el cual conviven sus atractivos prehispánicos y modernos. Sumándose a la gran cantidad de templos, palacios y conjuntos habitacionales, el nuevo Museo Regional de Cholula abre sus puertas a los pies de la Gran Pirámide, considerada la estructura ceremonial más grande construida en Mesoamérica, constituyendo así un espacio en el que se encuentran lo arqueológico, la arquitectura porfirista y la arquitectura contemporánea.
El proyecto del Museo Regional de Cholula parte de la restauración del Hospital Psiquiátrico de Nuestra Señora de Guadalupe, activo desde 1910 a 2013, transformándose ahora en un espacio público para la comunidad. A partir de los pabellones construidos para el aislamiento de los pacientes según su enfermedad, se han abierto espacios y creado galerías para el esparcimiento cultural.
La intervención del antiguo hospital fue un reto arquitectónico a cargo del arquitecto Alejandro Sánchez García. Uno de los pabellones construido entre 1970 y 1980 se remodeló de forma satisfactoria gracias a que sus muros no eran de carga sino divisorios, de manera que no se vio afectada la estructura original del edificio. Otros dos, que serán destinados para usos múltiples, reinterpretan el sistema constructivo de bóvedas y rescatan la artesanía del ladrillo mezclándolo con sistemas estructurales actuales, con vigas de acero y cimentación de concreto. Además se sustituyó la fachada por una celosía de ladrillo que representa el material constructivo por excelencia en Puebla.
En total se instalaron cuatro salas — la de los pabellones más antiguos y del acceso principal— destinadas a la exhibición arqueológica, artesanal y geológica. Otros dos pabellones se destinarán a actividades comerciales y restaurantes que serán de apoyo para el mantenimiento del museo.
La relación entre patios, pórticos y pabellones se destaca ya que forman un tejido exterior que conecta a todo el inmueble. Los materiales utilizados son permeables, respetan la zona arqueológica y se integra con la vegetación, conservando así la sombra en el exterior. Un patio ubicado en la zona entre el museo y la zona comercial permite un acceso lateral que comunica tanto con la pirámide como con un parque público.
El museo tuvo una inversión de 206 millones de pesos y estará dedicado a mostrar la herencia cultural y el desarrollo prehispánico de la zona. Exhibirá un vasto acervo arqueológico, resultado de excavaciones emprendidas por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), además de arte popular, piezas de cerámica poblana, colección de alebrijes, entre otras de temáticas paleontológicas, arqueológicas, antropológicas e históricas.
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