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Lo mejor de la década: Cine. 10 expertos opinan. Parte II

Especial 23.12.2019

Erick Estrada

El editor de Cinegarage platicó con directores, productores y críticos para saber qué fue lo más significativo en el cine de la década que termina.

Han transcurrido diez años más del siglo XXI. Ciento veinte meses en los que el cine nacional e internacional se ha transformado en muchísimos aspectos. La forma de filmar, la forma de postproducir, de producir y de distribuir. Los temas, los ejes, las ideas alrededor de los que se mueven las historias también se han transformado.

El dinero que se mueve alrededor de las ideas y las ideas que surgen alrededor del dinero también han sufrido cambios gigantescos, algunas veces a favor de los creadores, otras completamente en contra.

Para tratar de hacer un resumen de lo ocurrido en el cine en estos otros diez años del siglo XXI convoqué a un buen grupo de profesionales del cine para que nos contaran, a veces de manera concisa, otras con libertad de extensión, qué o quiénes han sido las personas sobresalientes en esta década, qué películas han marcado el rumbo o han dejado huella; qué acontecimientos son dignos de ser recordados como fundamentales en el camino que el cine ha recorrido de 2010 a 2020 o cuáles, incluso, al determinar mal a la década, conviene rememorar para no cometer los mismos errores en el futuro.

Este es el resultado de la convocatoria. En esta segunda parte participan Amira Ortíz, Fernanda Solórzano, Geminiano Pineda, Hugo Villa Smythe, Gerardo Salcedo Romero. 

Lee aquí la primera parte con participaciones de Juan Pablo Bastarrachea, Maru Garzón, Luciana Kaplan, Jorge Michel Grau y, a pedido de Revista Código, un servidor.

 

—Amira Ortíz | Crítica

[Lo más destacado de la década para mí fue] la primera película original de Netflix y los movimientos #MeeToo y #YaEsHora.

Tras el éxito de la miniserie True Detective (2014), Cary Joji Fukunaga se embarcó en su proyecto fílmico más complejo: Beast of No Nation (2015). La cuarta película del cineasta japonés americano, sobre la vida de un niño soldado en un país ficticio de África, presentó múltiples dificultades en todas sus etapas. Para empezar, la cinta se quedó sin fotógrafo tras un accidente al llegar a la filmación en Ghana. Fukunaga tomó la cámara y agregó una función más a su labor de guionista y director. A esto le siguieron continuos enfrentamientos con el ejército en la zona, amenazas de secuestro, actores no profesionales que exigían aumentos de sueldo para mantenerse en set, un accidente que casi lo deja sin Idris Elba (el actor de renombre en el reparto)… y malaria: Fukunaga contrajo la enfermedad antes de inicia el rodaje y durante el proceso casi todo el crew se contagió.

Después de la exhaustiva estancia en África, Fukunaga regrabó escenas en la selva de Brasil y ahí recibió la llamada telefónica que le aseguraría a su proyecto el pase a la historia reciente: Netflix quería comprar la cinta. Ante la propuesta el director pensó lo peor.

«¿Nadie quiere comprar esta película y ponerla en los cines?» Ted Sarandos, director de contenido de la compañía, explicó que querían «probar un nuevo territorio» y hacer lo que nunca se había hecho antes en Hollywood: un estreno simultáneo en cines y streaming. El 16 de octubre 2015 se estrenó Beast of No Nation, la primera película original de Netflix.

La cinta se encontró con el boicot de las cuatro cadenas de cine más grandes de Estados Unidos y desató el debate en la Academia y los festivales de cine más importantes del mundo. Cuatro años después, la crisis que desató este estreno rige la conversación en Hollywood. Netflix no consiguió su entrada al Oscar con Fukunaga pero su rápido ascenso cada vez está más cerca del Oscar más apreciado en la industria: el de Mejor Película. Roma (Alfonso Cuarón, 2018) no consiguió la hazaña, pero en estos días con el estreno de El irlandés de Martin Scorsese Netflix demuestra cómo en tan poco tiempo se convirtió en una figura disruptiva del modelo de distribución y de la forma en que consumimos el cine.

En esta década la compañía no se coronó, pero sus probabilidades para el próximo año no son pocas.

#Me Too / #YaEsHora. En octubre de 2017 salieron a la luz múltiples acusaciones de abuso sexual contra el productor Harvey Weinstein. Gwyneth Paltrow, Angelina Jolie, Salma Hayek, Lupita Nyong’o fueron solo algunas de las actrices que señalaron al fundador de Miramax. Las mujeres de Hollywood comenzaron a contar sus experiencias de acoso y hostigamiento en el medio declarando un «Me Too» (yo también), proyecto formado en 2006 por la activista afroamericana Tarana Burke. Así se dieron a conocer historias de violaciones, abusos, boicots y encubrimientos que la industria estadounidense ejerció por años contra las mujeres.

En México, el movimiento comenzó a tomar forma con las denuncias de Karla Souza, Stephanie Sigman y Paola Núñez, pero fue hasta marzo de este año que la conversación explotó en redes sociales con el hashtag #MeTooCineMexicano. Los señalamientos han generado acciones en la industria, como el código de conducta del Festival Internacional de

Cine de los Cabos para salvaguardar la seguridad de las asistentes y garantizar el seguimiento en casos de acoso. Por su parte la casa productora La Corriente del Golfo presentó su protocolo contra el acoso, basado en leyes nacionales y acuerdos internacionales. Y a últimas fechas, Pirexia Films y la distribuidora PIANO tomaron la decisión de excluir al actor Diego Cataño de la promoción de la cinta Olimpia (José Manuel Cravioto, 2018), tras denuncias de violencia de género en su contra.

En junio, durante la entrega número 61 del premio Ariel, las mujeres de la industria mexicana lanzaron la iniciativa #YaEsHora. Cero tolerancia a la violencia de género, paridad laboral e historias con perspectiva de género; son los tres puntos que la organización lanzó en voz de la directora Alejandra Márquez Abella, como ejes de trabajo.

Poco a poco, la conversación sobre la seguridad de las mujeres en el cine se extiende por el mundo. En las industrias de Japón y Francia el tema ya comenzó a colocarse en la agenda pública.

Amira Ortíz es crítica de cine. Este 2019 ganó el Concurso de Crítica Cinematográfica del Festival Internacional de Cine de Los Cabos. Colabora en diversos sitios especializados en cine como Girls at Films y Cinegarage.

 

Fernanda Solórzano | Crítica

Esto va sonar muy patriotero (y no lo soy) pero me gusta que los directores y fotógrafos que le abrieron la puerta al cine mexicano sigan pisando tan fuerte. Un medidor de ello serían los premios Oscar repetidos y casi consecutivos a Alejandro González Iñárritu, Guillermo del Toro, Cuarón y Emmanuel Lubezki, a los que se suman decenas de otros premios aún más prestigiados.

Y, en otro rubro, esta década —este año— nos trajo películas de madurez de dos directores que creíamos que habían dado lo mejor de sí: Tarantino y Scorsese. Sus dos películas son grandes obras en sí mismas, pero también una revisión crítica de su propia carrera.

Fernanda Solórzano es crítica de cine. Fue subdirectora editorial de la revista Viceversa; jefa de información del semanario «Día Siete» del periódico El Universal, y coeditora de la revista Letras Libres. Ha publicado textos de crítica cinematográfica en los principales diarios y publicaciones culturales de México, en la revista española Cuadernos Caimán y en la británica Sight & Sound. Ha conducido los programas Filmoteca 40, Confabulario, El Foco, Encuadre y Plano abierto para distintos canales. Es miembro de la Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica (FIPRESCI). Es autora del libro de ensayos Misterios de la sala oscura (Penguin Random House Mondadori, 2017).

 

Geminiano Pineda | Cine Caníbal

Uno de los sucesos más importantes en México fue el fenómeno de Roma. Una producción muy grande para lo que hacía en México desde hace muchos años, considerando que es cine de autor. Acentuó el conflicto de intereses tan grande que hay entre los estudios, los exhibidores comerciales y las plataformas y que en la última década cobraron mucha fuerza. El acceso del público al contenido [cinematográfico] se volvió más inmediato y más demandante.

Roma le dio la oportunidad a Netflix de posicionarse en la industria sobre todo en los festivales y entregas de premios importantes como un «nuevo estudio», dando paso a producciones como El irlandés, Historia de un matrimonio (Noah Baumbach, 2019) o Los dos papas (Fernando Meirelles, 2019). Ello también abrió el camino para Amazon Studios, HBO y ahora Apple TV. Roma puso la vara muy alta en cuanto a la producción de cine de autor en México. Se demostró que se puede hacer una película de óptima calidad con talento mexicano. Por su esquema de distribución —que se realizó únicamente en cines independientes— el público tuvo oportunidad de conocer espacios que no sabía que existían y las salas a su vez, tuvieron la oportunidad de mejorar sus condiciones técnicas de exhibición preparándose para recibir nuevos estrenos y competir en el mercado.

Roma, representando a México, logró muchísimos premios internacionales, destacando el Oscar a Mejor Película de habla no inglesa, así como otras nominaciones importantes, logrando además una importante visualización sobre los derechos de las trabajadoras del hogar y colocando a una mujer indígena mexicana en el foco de atención de medios internacionales.

Geminiano Pineda es productor. Fundador y director de la distribuidora Cine Caníbal.

 

Hugo Villa Smythe | Director de la Filmoteca de la UNAM

El mejor cine de la década:

  1. Solo los amantes sobreviven, de Jim Jarmusch (2013)
  2. La favorita, de Yorgos Lanthimos (2018)
  3. Demolition, de Jean-Marc Vallée (2018)
  4. 4. Manchester junto al mar, de Kenneth Lonergan (2016)
  5. What We Do in The Shadows, de Jemaine Clement y Taika Waititi (2014)
  6. A Girl Walks Home Alone at Night, de Ana Lily Amirpour (2014)
  7. Las niñas bien, de Alejandra Márquez Abella (2018)
  8. 8. La libertad del diablo, de Everardo González (2017)

Mejores eventos fílmicos:

Por crecimiento sostenido y espectacular y la calidad de su programación —omitiendo por supuesto el año que yo lo dirigí—, elijo al Festival Internacional de Cine de Los Cabos. Maru Garzón ha hecho una labor cuidadosa y profesional a lo largo de estos años y logró consolidar su prestigio.

En la mira:

Alejandra Márquez Abella (directora de Las niñas bien).

Hugo Villa Smythe trabajó como gerente de producción en películas como La leyenda del zorro, Troya, Vera, Crimen en primer grado, Por la libre y El cometa, en las que colaboró con estudios estadounidenses como Showtime, Warner Bros. y Sony Pictures, y desde su propia compañía produjo y fotografió el documental Atrás de las Sombras, y la película Club rutanasia. Actualmente es Director de la Filmoteca de la UNAM.

 

Gerardo Salcedo Romero | Programador de ficción del FICG

En el 2010 trabajé en la distribución de varias películas, en general fueron lanzamientos pequeños y entregábamos a las exhibidoras, principalmente Cinépolis y Cinemex, copias en 35 mm. A partir de septiembre de ese año llegué a la programación del Festival Internacional de Cine en Guadalajara. La convocatoria para la edición 26 (2011) planteaba la posibilidad de recibir copias en formatos digitales. En este campo se tenían contemplados distintos formatos, pero se especificaba, por ejemplo, que no se recibían Betacam PAL (que solo podían ser leídos en Europa). En el terreno del cortometraje la normativa era draconiana: solo se recibían trabajos en 35mm.

En la edición 26 (marzo del 2011) ocupamos una parte de la famosa Expo y habilitamos dos salas, en una de ellas ocurrió la convivencia de los equipos de proyección; sin embargo, ese año prevalecieron las proyecciones en 35; en todo caso lo que estaba ocurriendo desde el año 2000 es que los cineastas filmaban en digital, pero su meta era generar copias en 35mm. Debe señalarse que, para los grandes estudios hollywoodenses —y de hecho para todo mundo—, empezó a ser más atractivo y económico prescindir de ese escalón en el que los archivos digitales debían convertirse en película cinematográfica.

Y empezó la carrera al futuro, o también la destrucción del pasado: de esa industria cuyos adelantos tecnológicos nunca modificaron ni a los proyectores ni a las cámaras. Para la siguiente convocatoria se establecieron las dos posibilidades: se aceptaban los formatos en cine y en digital, con excepción (otra vez) de los cortometrajes. Recuerdo que en las fechas cercanas al cierre recibí casi un centenar de llamadas y correos electrónicos donde los cineastas señalaban que no les convenía llegar al 35mm y pedían que se reconsiderase esa polémica cláusula. Seguramente fue en febrero del 2011 cuando recibimos el primero de muchos DCPs (Digital Cinema Package); recuerdo que fue el documental de Juan Carlos Rulfo: Carriere 250 metros. En el balance del Festival, la numeralia ofreció un empate entre las películas digitales y las cinematográficas exhibidas en la edición 27.

A lo largo de 2012 colapsaron los servicios de producción cinematográfica, todos los laboratorios dejaron de ofrecer sus antiguos servicios y se especializaron en los formatos digitales. Para la edición 28, la de 2013, en los conversatorios los cineastas ofrecieron detallados recuentos del derrumbe que complicó los procesos de post producción de las pocas películas que ese año fueron filmadas con cámaras de 35mm. En esta edición modificamos la cláusula sobre los cortometrajes y en la competencia de largometrajes de ficción iberoamericanos solo recibimos una copia cinematográfica: la brasileña Erase una vez Verónica de Marcelo Gomes. La explicación tenía que ver con las características de la exhibición de ese país, donde una extensa red de cineclubes universitarios, municipales y estatales no tenía el presupuesto para adquirir los proyectores digitales; de tal manera que en América Latina, durante esos años solo en Brasil las películas se terminaban en digital y en 35.

Para 2013 en Guadalajara ya solo dos salas contaban con un equipo tradicional de proyectores cinematográficos: el Cine Foro y Cinépolis Centro Magno. El día que exhibimos Erase una vez Verónica, puede decirse, ocurrió el fin de una época y de muchos oficios.

Gerardo Salcedo Romero es crítico y columnista de El Informador. Ha sido programador del Cineforo de la Universidad de Guadalajara, y es Director de Programación del Festival Internacional de Cine de Guadalajara.

 

Conoce las respuestas de Juan Pablo Bastarrachea, Erick Estrada, Maru Garzón, Luciana Kaplan y Jorge Michel Grau en la primera parte de este «Especial». 

Erick Estrada

Es crítico de cine. Después de colaborar en la revista Cinemanía y de editar la revista 24xSegundo en 2008 Erick Estrada fundó Cinegarage, sitio web enfocado a la crítica cinematográfica. Ha sido profesor universitario en distintas instituciones públicas y privadas. Ha sido jurado en Los festivales Mórbido, de cine Mexicano en Durango, Macabro, Shorts México, Kinoki, DOCSMX, Festival Internacional de Cine de Los Cabos y Festival Internacional del Cine de Monterrey. Ha fungido como curador de distintos ciclos de cine, cine clubes y cine debates, el más reciente se realizó en la Biblioteca Vasconcelos a lo largo de cinco años. Ha colaborado en prácticamente todos los medios especializados del país y en alianza con Puentes (plataforma de podcasts especializados) está a punto de rebasar su episodio 1 000, todos dedicados al cine. Actualmente colabora en la elaboración de un diccionario del cine mexicano coordinado por la Cineteca Nacional.

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