Esta reflexión fue la que dio origen a la exposición Punto de partida, que se concibió originalmente para exhibirse en la Fundación Banco Santander a las afueras de Madrid y que actualmente se exhibe en el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey, curada por Magnolia de la Garza y Patrick Charpenel. A partir de esta pregunta es que se hace una aproximación a la Colección CIAC A.C., que ha sido conformada desde México con obras de artistas tanto mexicanos como extranjeros con una mirada hacia el exterior, una visión particular por ser un país mestizo.

De la Garza y Charpenel retoman el mestizaje, no desde su aspecto racial o cultural, sino como una forma de pensar en donde no hay conceptos puros, absolutos o cerrados y que funciona como una forma de posicionarse ante el mundo. Así, esta selección de obras, que incluye a artistas tan diversos, evidencia que esta mirada no pretende ser en ninguna medida hermética y, por el contrario, la colección se mantiene abierta a ser repensada y cuestionada.

Punto de partida se conforma de cinco núcleos temáticos donde las obras enriquecen y cuestionan los conceptos tradicionales de identidad, territorio, pedagogía, economía y comunidad.

En la sección inicial, «Identidad», el espectador es enfrentado a despojarse del concepto de pureza con la obra de Tunga, una escultura con elementos orgánicos, como objetos rituales que representan el alma de Brasil; e inorgánicos, que representan el orden y progreso europeos, así todos estos objetos se unen en un frágil equilibrio que hace alusión al sincretismo de las identidades americanas que son una construcción de distintos discursos que se integran para configurar uno nuevo.

(A la derecha) Pieza de Tunga en la exposición Punto de partida. Cortesía de Colección Isabel y Agustín Coppel.

Dentro de «Territorio», el dúo Detanico y Lain propone nuevas lecturas de nuestros referentes. Con su O livro do Universo nos demuestran que los mapas no son el territorio, sino lo que podemos asimilar y comprender del espacio, de ahí que los límites geográficos en realidad son concepciones subjetivas y arbitrarias, contrario a lo que es el territorio en el pensamiento mestizo, visto como espacio de recorrido e intercambio.

(Al centro) Angela Detanico y Rafael Lain, O livro do Universo, 2013. Cortesía de Colección Isabel y Agustín Coppel.

Los núcleos «Pedagogía» y «Economía» se juntan, pues muchas de las obras tratan estos dos conceptos paralelamente, que fueron fundamentales para el desarrollo del capitalismo y el catolicismo en América. Por ejemplo, la obra de Toril Johannessen reflexiona sobre cómo fenómenos tan abstractos como la economía, tienen gran impacto en la vida contemporánea al tiempo que utiliza la gráfica cartesiana para recalcar el modelo jerárquico tradicional de enseñanza.

(Al centro) Piezas de Toril Johannessen. Cortesía de Colección Isabel y Agustín Coppel.

La exposición cierra con el capítulo «Comunidad», noción que está ligada necesariamente al espacio en el que se establece y que construye su cultura, sistema político, económico, religioso y educativo de manera azarosa. Desde el pensamiento mestizo, la idea de comunidad da cabida a la diversidad cultural y acepta las implicaciones económicas y políticas a favor de la reconstrucción de comunidades globales, como es evidente en la obra de Alighiero Boetti, en la que el artista colaboró con un grupo de mujeres afganas refugiadas en Pakistán para elaborar bordados que mostraran un repertorio de objetos actuales de distintos entornos, así Tutto funciona como un lienzo que entreteje herencias, perspectivas, emociones y costumbres de distintas comunidades.

La muestra estará expuesta hasta el 28 de julio de 2019.