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Still del teaser de Virus tropical.

Virus tropical. Nuestra realidad animada

Reseña 19.07.2018

Bastián Pascal

Basada en el cómic de Power Paola y dirigida por Santiago Caicedo, «Virus tropical» es una película animada que retrata la vida en América Latina.

Desde que comenzó su recorrido por festivales, Virus tropical ha tenido la buena o mala fortuna de ser inevitablemente comparada con Persépolis, la película iraní de diez años atrás. Las similitudes son evidentes: ambas son adaptaciones animadas, en blanco y negro, de autobiografías en novela gráfica sobre la infancia, adolescencia y temprana juventud de sus autoras. Pero la última de sus semejanzas es al mismo tiempo su diferencia clave, la que les permite brillar en sus respectivos contextos sin opacarse entre sí: las dos están ubicadas en geografías fuera del canon dominante, de los «primeros mundos» occidentales de Europa y Estados Unidos. Virus tropical, situada en Ecuador y Colombia, es uno de los primeros largometrajes animados que nos habla a toda Latinoamérica.

Still del tráiler de Virus tropical.

Cuando se embarazó por tercera vez la madre de Paola, protagonista y narradora de esta historia, los doctores estaban atónitos. Era imposible. Se había ligado las trompas de falopio tras tener a su segunda hija. Entre las descabelladas teorías con que surgieron para explicar la hinchazón de su vientre, un médico sospechó que se trataba de un virus tropical, el cual, como dice la canción tema de la película, se descontrola hasta infectar a sus espectadores con un retrato no sólo sobre una niña inesperada, sino sobre los constantes y precipitados cambios que vive toda su familia durante dos décadas, dos países, pero una sola realidad compartida —desde el Río Bravo hasta Tierra del Fuego.

El filme tendrá su debut en salas mexicanas gracias al 38 Foro Internacional de la Cineteca Nacional, del 21 al 26 de julio, pero yo tuve la oportunidad de verla antes en el festival de Annecy, en Francia. Ahí me di cuenta de que las vivencias de los personajes conectaron con gente de múltiples nacionalidades, pero que los hispanoparlantes nos pudimos ver reflejados en un nivel mucho más profundo. Las risas y suspiros que oí en la sala eran risas y suspiros en español, porque los parientes de Paola son como nuestras madres, padres y hermanas, y nos reconocemos como latinos en su forma de enfrentar los problemas con el dinero, la escuela, el sexo, los amigos, la religión, el narcotráfico y la familia, siempre la familia.

Still del tráiler de Virus tropical.

En un continente con una producción tan joven y por lo tanto aún muy escasa de animación, especialmente de gran formato, la sensación de ver ilusión de movimiento en tu propio idioma es fresca y emocionante. Los creadores de Virus tropical han hecho un esfuerzo por separar su obra de los estigmas que la animación arrastra, su tradicional asociación con los niños y el entretenimiento supérfluo, presentándola no como una película de «caricaturas» (terrible e incorrectísima etiqueta), sino como una película película, con todas sus letras. Yo en cambio creo que no debemos disimular su factura animada, sino al contrario, abrazar el hecho de que, poco a poco, se empiezan a producir en nuestra región relatos adultos y serios para este medio, como ya ocurre en gran parte del resto del planeta desde el último tercio del siglo pasado.

Hay quienes dicen, aunque me atrevería a diferir, que se necesita un pretexto sólido para hacer una película en animación en lugar de filmarla en acción viva, fotografiando actores y locaciones. Virus tropical, que en lugar de dragones y hadas mágicas trata de gente real en situaciones reales, no parecería una candidata lógica; sin embargo, al escarbar un poco, la razón resulta obvia —o cuando menos apropiada. Todas las anécdotas son contadas desde la memoria de Paola, quien —incluso si no existiera la novela gráfica en que se basó la película— es presentada como una mujer que se refugia en sus dibujos, y por lo tanto tiene sentido que su mundo y sus habitantes surjan de los trazos que ella hace, de cómo son ante sus ojos. Y, para llevarlo un paso más lejos, Power Paola es no sólo autora y personaje, sino directora de arte del largometraje, así que aunque los diseños a simple vista no parezcan tener un estilo pulcro o refinado, son sin duda auténticos, personales, verdaderos —y eso es mucho más importante.

Still del tráiler de Virus tropical.

Además de Persépolis, Virus tropical me remite también un poco a otra película reciente nominada al Oscar, Ladybird. Entre las tres empiezo a reconocer un patrón que achaco a su factor de ser completa o parcialmente autobiográficas. La vida no tiene una estructura aristotélica. Nos suceden cosas buenas y malas, la tensión crece o disminuye en ciclos relativamente acotados, pero rara vez podemos encontrar una narración perfecta con planteamiento, nudo y, sobre todo, desenlace. Cuando se adapta la biografía de terceros, especialmente en Hollywood, es común que se juegue con los eventos reales para reacomodarlos, atenuarlos e intensificarlos al servicio del paladar de la audiencia. En el mejor de los casos se termina con una aventura satisfactoria, pero a fin de cuentas falsa. Difícilmente ocurre lo mismo cuando la historia es contada por quien la vivió en primera persona, y cuando ésta tiene intenciones honestas. Ni Power Paola ni el director Santiago Caicedo convierten a nadie en héroe o villano, y el filme no concluye cuando todos los conflictos se resuelven y queda estipulado que sus protagonistas «vivirán felices por siempre». No. Acaba cuando acaba, cuando la edad y circunstancias de Paola (como personaje) piden hacer un punto y aparte, dejando abierta una vida que aún hoy se está escribiendo. El público acostumbrado al cine clásico puede sufrir un poco con dicha característica —ver una serie de eventos que van sucediendo sin obedecer necesariamente a una gran narrativa—; pero los invito a aceptar de buena gana este modesto desafío.

A mi forma de entenderla, Virus tropical habla de crecer y aprender gracias a, y no a pesar de, las dificultades. Espero que ver esta película los contagie e inspire con esa perspectiva.

 

Virus tropical se presentará en la Cineteca Nacional del 21 al 26 de julio del 2018.

 

 

 

 

Bastián Pascal

Director independiente de cine y animación egresado del CUEC/UNAM. Co-conduce el programa online Animatón para SAE Institute y Dessignare Media.

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