En los últimos 20 años, el Patronato de Arte Contemporáneo (PAC) ha desempeñado una labor fundamental en el crecimiento y fortalecimiento de las escenas artísticas por todo el país. Con su convocatoria de apoyos para espacios independientes, proyectos expositivos y editoriales; el SITAC y otras iniciativas, el PAC ha impulsado la reflexión en torno a las artes y el potencial del arte contemporáneo como prácticas transformadoras de los entornos socioculturales.

Por otra parte, el surgimiento de la plataforma de la marca LIFEWTR® ha despertado un nuevo interés por apoyar las prácticas artísticas actuales. Este compromiso ya pudo verse en Art Beyond Borders (LIFEWTR® serie 1): un proyecto artístico curado por José Falconi en el que se comisionaron proyectos a artistas como Ana Roldán, Laercio Redondo y Rubén Ortiz-Torres, y que estuvo en circulación a través del diseño de las botellas de agua.

Recientemente, el PAC y LIFEWTR® decidieron sumar esfuerzos para seguir promoviendo las prácticas artísticas contemporáneas, dando origen al Fondo LIFEWTR^® para las Artes en colaboración con el PAC , que este año fue otorgado a tres proyectos de la Ciudad de México, Tlaxcala y Zacatecas, respectivamente, cuyas actividades representan una importante contribución para el desarrollo artístico en sus localidades.

En entrevista para Código, Ana Cristina Flores Ponce —directora del PAC— habla sobre los pormenores del nuevo Fondo LIFEWTR® para las Artes, con el que se apoyarán las actividades de proyectos enfocados en el desarrollo social y la colaboración a través del arte, así como de la próxima convocatoria que se lanzará en 2020.

—¿En qué consiste la colaboración con LIFEWTR®? ¿A qué necesidades específicas de la producción y difusión del arte se busca atender?

Consiste en un programa que generamos de manera conjunta entre el PAC y LIFEWTR®. Nosotros tenemos un programa de apoyos dirigido a artistas y proyectos colaborativos que ya tiene casi 20 años funcionando. La índole del trabajo colaborativo ha sido un sello distintivo para la convocatoria —como en la categoría de espacios independientes. Esta línea de trabajo sobre el arte contemporáneo nos ayuda a ser conscientes sobre los factores y los actores, en el ejercicio de mapear distintas prácticas y entender de dónde provienen.

Con ese ánimo nos dimos a la tarea de encontrar un perfil muy específico que correspondiera también con los intereses de LIFEWTR®. Ellos se han vinculado de otras maneras al arte contemporáneo, por ejemplo, con Art Beyond Borders (LIFEWTR® serie 1), la presencia en ZONA MACO, Gallery Weekend CDMX y otros eventos importantes de arte contemporáneo en la ciudad.

Para la colaboración con el PAC decidimos que la línea de trabajo serían las prácticas socialmente comprometidas en el arte contemporáneo dirigidas a todo el país. El mecanismo que ya tenemos en la convocatoria nos ayudó muchísimo a recibir propuestas y darnos cuenta si esa línea iba a funcionarnos o no. Nosotros teníamos ya esa intención y habíamos estado hablando sobre cómo trabajarla, si atrás de una categoría o transversal a las demás, porque a veces las categorías te encajonan a un tipo de producción, o a veces el formulario no te sirve para decir lo que quieres.

Quisimos permanecer flexibles a través de la convocatoria. Esto nos hizo percibir que sí había muchos proyectos de artistas que actualmente están desarrollando prácticas que tienen que ver con lo performativo, lo pedagógico, publicaciones, el trabajo con comunidades, etcétera.

De la convocatoria y con el mismo sistema que nosotros manejamos, hicimos la selección de proyectos con el mecanismo regular a través de un comité de selección que es parte de nuestra mesa directiva, y a través de estas evaluaciones decidimos qué proyectos estarían apoyados directamente por la convocatoria que manejamos, por los montos y el sistema que utilizamos; y de ahí separamos a algunos que podrían ser favorecidos con este nuevo fondo. Lo que queremos es proporcionar los recursos para que proyectos jóvenes, pero con ciertos antecedentes de trabajo, puedan desarrollarse, porque el trabajo con comunidades y los proyectos sociales tiene ciertas características con respecto a cómo se han vinculado con grupos, formación de públicos y cómo han funcionado.

Actividades llevadas a cabo en La Nana, Ciudad de México. Cortesía de LIFEWTR y PAC.

—¿Cuáles fueron los proyectos seleccionados para la primera convocatoria del Fondo LIFEWTR® para las artes en colaboración con el PAC?

Los proyectos que se seleccionaron en esta ocasión son tres. Uno de los proyectos está en la Ciudad de México. Se trata de La Nana, laboratorio de arte comprometido ubicado en un espacio magnífico, que tiene una metodología ya implementada y probada para el trabajo en comunidades, con un carácter pedagógico importante; tienen muchas prácticas performativas que suceden en el espacio. El nuevo programa de exposiciones, curado por Nahui Twomey consiste en diez muestras de artistas emergentes, con sus respectivos procesos pedagógicos y una mini publicación, cuyo enfoque curatorial es el arte socialmente comprometido. Algunas de las problemáticas que aborda el programa son la deconstrucción del género, el desarrollo urbano, el contenido educativo de la televisión, la distribución social del trabajo, el autoemplazamiento y la educación artística.

El segundo proyecto, ubicado en el Estado de Tlaxcala, es La Lengua del Diablo por el colectivo Arte a 360 Grados, quienes participaron con una propuesta muy interesante sobre la lengua náhuatl; además es un proyecto que nosotros hemos favorecido anteriormente con la convocatoria del PAC.  Han desarrollado diversas maneras de registrar la peligrosa situación de desaparición del náhuatl, y con ella toda una pérdida de memoria e identidad nahua, en la zona norte del municipio de San Pablo del Monte, puntualmente en los barrios de San Nicolás y San Isidro Buen Suceso. Además, la propuesta busca encauzar la reflexión, en conjunto con la comunidad de la zona, con relación a la situación actual del náhuatl como las posibles vías de acuerdo y acciones comunales en el fortalecimiento de aquella.

Se debe reconocer que hay un ímpetu y un interés enorme de los jóvenes por promover ese tipo de proyectos para generar conciencia sobre qué estamos haciendo con este mundo y cómo repercute cada pequeña cosa que hacemos.

Por último, el tercer proyecto se lleva a cabo en Zacatecas por diversos artistas: han invitado a una multitud de creadores que se han comprometido con la causa. Algo que es importante destacar es que han sido artistas que iniciaron una labor muy difícil en una comunidad y fue muy interesante cómo se fueron vinculando, cómo fueron creando estas narrativas sobre lo museológico, pero a la vez sobre la lectura, el espacio, y el trabajo de los artistas. El programa curatorial del Museo Comunitario y Club de Lectura Sierra Hermosa consiste en cuatro exhibiciones. Dos ellas, forman parte del trabajo desarrollado en el propio espacio ante las exigencias que un nuevo proceso en su organización y funcionamiento han generado. Las otras dos exhibiciones pensadas para esta propuesta dan comienzo a una nueva apuesta curatorial, dedicada a pensar el funcionamiento del museo en términos de lo «público», es decir, desde su distribución y circulación. Entonces hay una relación de la comunidad de los artistas que hacen una residencia ahí, conviven con la gente y de ahí se generan distintos formatos de trabajo conjunto.

Todos estos proyectos nos entusiasman mucho porque son muy afines a la misión del PAC: generan redes de colaboración y cooperación, y están haciendo un trabajo directo sobre la circulación del arte contemporáneo. Parece que hay una suerte de negociaciones entre los términos y los conceptos que también son pertinentes abordar, cómo se desenvuelven los artistas —a partir de su trayectoria— desde su campo artístico.

Es interesante que la convocatoria anime la participación en distintas partes del país, que es algo que el PAC ha estado buscando desde los laboratorios, clínicas y ahora desde SITAC Nodos, que tiene otras reverberaciones del formato pedagógico y a través de conversaciones en ciudades como Guadalajara, Monterrey y ahora Puebla. Todo esto tiene el propósito de entender que la identificación y el reconocimiento de diversas prácticas no solamente debe ser del mainstream, de lo que parece más relevante porque se ve más. Es importante acercarnos a otros circuitos.

Instalación en La Lengua del Diablo, Tlaxcala. Cortesía de LIFEWTR y PAC.

—El comité de selección del patronato también seleccionó los proyectos para el Fondo LIFEWTR®. ¿Cuál sería la diferencia a futuro entre la selección para la convocatoria del PAC y la del Fondo LIFEWTR®?

En esta edición, como también estábamos haciendo ciertas pruebas e indagando sobre si iba a ser relevante o no proponerlo desde las prácticas sociales, lo que hicimos fue lanzar normalmente la convocatoria, sin decir específicamente que existía la posibilidad de otorgar un apoyo con el fondo de LIFEWTR®. Aprovechamos nuestro conocimiento y la operación de esta plataforma que ya tenemos instaurada, en donde recibimos propuestas para las categorías de espacios independientes, publicaciones, proyectos educativos y proyectos expositivos.

A través de esas categorías, encontramos estos proyectos que tenían afinidades con el trabajo que está haciendo LIFEWTR®, además de ser un trabajo que nos interesaba proyectar desde el PAC sobre estas prácticas que no estuvieran tan centradas en un objeto o un producto, sino que nos permitieran identificar la continuidad. Muchos de ellos son programas anuales; son programas mucho más completos, al mismo tiempo que nos permiten vincularnos con la gente que está beneficiando. Todos ya tienen públicos bien definidos.

Museo Comunitario y Club de Lectura Sierra Hermosa, en Zacatecas. Cortesía de LIFEWTR y PAC.

—¿Cómo fue el proceso de selección de los proyectos para esta convocatoria y qué es lo que el comité de selección estaba buscando?

Este mecanismo que ya tenemos instaurado en el PAC nos ayudó a definir si había interés. Es pertinente mencionar que no fue una categoría, entonces no es que todos se volcaran sobre ella, sino que pudimos observar el espectro hacia todo es que proponemos en la convocatoria y de ahí extrajimos lo que consideramos que tenía este espíritu orientado hacia prácticas sociales que involucran al arte contemporáneo, evidentemente. Este ejercicio lo hacemos nosotros a través de la plataforma: el equipo del PAC revisa todo a nivel técnico.

—La selección final de los proyectos para el Fondo LIFEWTR® surgió de la convocatoria del PAC. En el futuro, ¿el Fondo LIFEWTR® tendrá una convocatoria aparte o seguirá con la estructura de esta edición?

Justamente pensamos que tiene que seguir afiliada a nuestra misma convocatoria, lo único que va a cambiar es que quizá pongamos algunos términos más específicos al respecto. La experiencia en la revisión de este año nos va a ayudar para ver si necesitamos algún requisito adicional o algo similar. Para el siguiente año, evidentemente, ya se va a saber que se otorga este fondo, entonces tiene que ser más evidente cómo se propone esta dinámica para la convocatoria.

La intención de esta alianza es que tenga continuidad. Tanto para LIFEWTR® como para nosotros es muy importante que sea un esfuerzo constante porque es la única manera en la que se logran hacer cambios y transformaciones a nivel social y en la comunidad artística. Esto es algo que nosotros ya tenemos planteado desde el inicio: tenemos que ser flexibles en ciertos términos para experimentar con la selección del proyecto. Queríamos que esta experiencia nos ayudara a configurar la manera más concreta en la que lo íbamos a lanzar.

El siguiente año, por esta comunicación y presencia en medios que se le está dando, la gente ya va a saber sobre el Fondo, entonces pienso que habrá postulantes que apliquen exclusivamente para este apoyo.

Instalación en La Lengua del Diablo, Tlaxcala. Cortesía de Cortesía de LIFEWTR y PAC.

—¿Cuáles son las expectativas a futuro para el Fondo LIFEWTR® en colaboración con el PAC? 

A mí me parece que está el propósito de generar un nuevo nicho porque estamos acostumbrados a la recepción a través del mercado del arte, los museos y de las grandes exposiciones; algo muy grandilocuente. Pero nos hemos malacostumbrado a obliterar los procesos, y me parece que ese tipo de prácticas nos invitan a mirar hacia los nuevos procesos artísticos y a las experiencias en las que nos involucran, así como, en esta visión muy romántica —en la que creo—, el arte puede transformar al mundo.

Es esta relación problemática, paradójica, si quieres, entre arte y vida. Este programa atiende necesariamente paradoja , en la que no sabemos de repente si el artista tiene un carácter más de activista que de creador, pero que sí sabemos que está siendo un factor importantísimo para el artista entender que las cosas se mueven, cambian y es importante tener contacto con la gente.

Es también un llamado de atención a que no seamos tan cerrados con respecto a las prácticas: a veces los procedimientos en la institución nos llevan a ser poco flexibles y eso nos impide reaccionar con inmediatez a las problemáticas o preguntas del contexto. En cambio, estos grupos de artistas están trabajando desde el vínculo, el conocimiento y la construcción social; es necesario revisar teorías de la pedagogía radical en el entorno artístico, que sobre todo ahora nos plantea alianzas no solo a nivel artista-institución o institución-empresa, sino también a nivel humano.

No hay una sola manera de hacer esto. Por ello, es tan importante impulsar estos modelos y tratar de entenderlos en contextos específicos, de analizarlos (…) realmente no se le «lleva» algo a la comunidad, pues es más bien un trabajo conjunto, muy arduo. Admiro mucho a los artistas que están realmente comprometidos con esto.