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Mauricio Valencia + Diana Herrera + Lucas Serna + Farhid Maya, Parque Educativo Vigía del Fuerte en Antioquía (2014). © Farhid Maya. Tomada del sitio web de Archdaily

La arquitectura social no es moda: 10 obras necesarias en Latinoamérica

Lista 18.01.2016

El enfoque social en la arquitectura es algo que ha sido explorado por distintos profesionales en Latinoamérica. Presentamos algunos ejemplos destacados.

Lo decía el arquitecto colombiano Miguel Mesa, como jurado de la IX Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo: «Las ciudades son centros de desigualdades y eso es insostenible». Año y medio después, otro arquitecto latinoamericano, Alejandro Aravena, complementa esa reflexión a la luz del Premio Pritzker que acaba de recibir por su largo trabajo social: «La ciudad es un mecanismo muy potente de corrección de inequidades». Las dos afirmaciones no son opuestas. El Pritzker de Aravena celebra una arquitectura humanista que tiene «la posibilidad de contribuir a problemas fundamentales»: la escasez de recursos y la necesidad convocan a un urbanismo relevante, que influye en todos los aspectos de la vida de la población, significando techo, educación, trabajo, seguridad y bienestar.

Como muestra, diez proyectos de arquitectura social realizados durante los últimos cinco años, que están haciendo la diferencia en América Latina.

 

—Vivienda rural FNH, de Mauricio Lama Kuncar/PUCC
Gultro, Rancagua y O’Higgins (Chile, 2011)

Vivienda social rural. Arquitectura social Latinoamérica

Equipo de arquitectos de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Vivienda rural FNH, 2011. Tomada del sitio web de Archdaily.

Las viviendas FNH fueron un encargo de la Fundación Nuestros Hijos, dedicada a ayudar a niños con cáncer que provienen de familias con escasos recursos. Se le pidió al equipo de arquitectos de la Pontificia Universidad Católica de Chile el diseño de casas para albergar a familias de zonas rurales que habían perdido sus propias viviendas en el terremoto del 2010. Las casas debían considerar de 3 a 5 integrantes, sin exceder los 50m2 pero con capacidad de ampliarse, y que el espacio contribuyera a mejorar la calidad de vida de los ocupantes.

La delicada salud de los niños —pacientes con los que trabaja la fundación— exigía tener en cuenta comodidad y funcionalidad, temperatura, luz y ventilación. Pero no sólo eso. Dentro de los parámetros económicos y sustentables, se quiso eliminar la imagen clásica de vivienda social y otorgar un mayor énfasis arquitectónico en mejora de la espacialidad. Son los propios niños quienes eligen el color de su casa, influyendo no solo en su calidad de vida, sino también en su proceso de recuperación.

—Hospital paramétrico, de PMMT (Puyo, Ecuador, 2012)

Hospital. Arquitectura social Latinoamérica.

Patricio Martínez y Maximià Torruella, Hospital paramédico de Puyo Ecuador, 2012. Fotografía de Sebastían Crespo. Tomada del sitio web de Archdaily.

Una de las principales problemáticas de la ciudad de Puyo, en la Amazonía ecuatoriana, era su déficit de infraestructura sanitaria. La situación demandaba una solución de emergencia. Si levantar un hospital toma aproximadamente tres años, el gobierno necesitaba una empresa capaz de construirlo en un tercio de ese tiempo y sobre un terreno de 14 mil m2. El estudio PMMT asumió el reto. Debía ahorrar tiempo, pero en el equipamiento y las funciones del edificio. Se diseñó un proyecto modular con un alto grado de prefabricación, de construcción en seco, basada en técnicas y materiales locales.

El despacho entendió que para diseñar hospitales a medida de las necesidades de cada población —y hacerlo en tiempo récord— no es necesario generar diversidad de modelos, sino crear un solo modelo fácilmente adaptable a través de la combinación de reglas paramétricas. Esta experiencia convierte el hospital modular de Puyo en un importante referente para la creación y el desarrollo de infraestructura hospitalaria sostenible en la región.

—Vivienda en Villa Verde, de Alejandro Aravena (Constitución, Chile, 2013)

Casas incrementales. Arquitectura social Latinoamérica.

Elemental, Casas Incrementales en Constitución e Iquique, Chile, 2012-13. Tomada del sitio web del estudio

Proyecto para reubicar a familias de Constitución que se habían visto afectadas por el terremoto y tsunami del 2010 y para trabajadores locales de una empresa forestal. Un aproximado de 500 viviendas fueron diseñadas bajo un mismo plan: en lugar de entregar un edificio pequeño ya terminado, el estudio creó un terreno de 57 m² que puede crecer, en algunos casos hacia arriba y en otros hacia los lados, hasta 85 m². Esta tipología ha revolucionado a la vivienda social y le ha merecido el último Premio Pritzker al arquitecto chileno Alejandro Aravena, director del estudio Elemental junto a Gonzalo Arteaga, Victor Oddó, Juan Cerda y Diego Torres. Las casas incrementales, como lo son las de Villa Verde, permiten que el propietario pueda ampliar su hogar de manera fácil y eficiente, en la medida que sus posibilidades económicas se lo permitan. La tipología también fue aplicada en otro de los proyectos más destacados de Aravena: Quinta Monroy (Iquique, 2005).

—Residencial Corruíras, de Marcos Boldarini (Sao Paulo, Brasil, 2013)

Arquitectura social Latinoamérica

Boldarini Arquitectura y Urbanismo, Residencial Corruíras, 2011. Fotografía de Daniel Ducci. Tomada del sitio web de Archdaily.

Diseñado para facilitar el reasentamiento de los residentes de la favela Minas Gerais, el conjunto habitacional fue construido en un terreno al lado de la favela, que previamente fue retirada y sus habitantes transferidos a las unidades de la residencial. Aprovechando la inclinación del terreno, el arquitecto Marcos Boldarini, del estudio Boldarini, proyectó láminas de siete a nueve pisos, con un primer piso elevado y con accesos por las vías superiores e inferiores. El desnivel se exploró al máximo para aprovechar el terreno, lo que permitió un mayor número de unidades (244), y una mejor vista exterior. Sus espacios complementarios (salones comunales, patios, asientos y lugares para tomar el sol), permiten distintas actividades y usos, reforzando la idea del espacio colectivo como lugar del intercambio.

—La Última Esperanza, de Al Borde (Cabuyal, Ecuado, 2013)

Arquitectura social Latinoamérica.

Al Borde, Nueva Esperanza, 2009. Fotografía de Pascual Gangotena. Tomada del sitio web de Archdaily.

Puerto Cabuyal es una comunidad de pescadores y agricultores, que discurre apartada de otras poblaciones de la provincia de Manabi. Sin una escuela propia, la mayoría de sus habitantes era analfabeta cuando el estudio Al Borde llegó al puerto en 2009, en lo que fue el inicio de una relación larga y próspera. Los arquitectos diseñaron y levantaron Nueva Esperanza, la primera escuela de Cabuyal, bajo la lógica constructiva de las casas y edificios locales. Y dos años después se realizó la extensión de la escuela.

En 2013 la comunidad volvió a llamar al estudio, que se dio cuenta que muchos pobladores habían trasladado las soluciones arquitectónicas de la escuela a sus propias casas. Así, decidieron iniciar La última esperanza, un proyecto de educación metodológica que quiere ser la etapa final de desarrollo de la comunidad: en lugar de que sea el estudio quien construya sus edificios, dirige una escuela de arquitectura para dar herramientas a los propios pobladores, y que sean estos quienes cimentar su desarrollo.

—Nave Tierra, de Michael Reynolds (Ushuaia, Argentina, 2014)

Casa de roca. Arquitectura social Latinoamérica.

Michael Reynolds, Nave Tierra, 2014. Tomada de Pinterest.

El arquitecto norteamericano Michael Reynolds viaja por el mundo impulsando la construcción experimental y eco-consciente. Bajo estas premisas ha diseñado lo que él llama Earth Ships o Naves Tierra, casas fabricadas con elementos reciclados pensadas para funcionar de manera sustentable. A comienzos de 2014, Reynolds llegó a Ushuaia en Tierra del Fuego para construir la que ha sido bautizada como «la primera vivienda autosustentable de Latinoamérica».

El proyecto fue construido por 60 personas, utilizando neumáticos, latas de aluminio y botellas de plástico y de vidrio. La casa tiene la capacidad de calentarse y refrigerarse a través de energía eólica y solar, de reutilizar el agua de la lluvia y de reciclar sus propios residuos. La Nave Tierra no pretende solucionar el tema de la vivienda, pero sí busca mostrar alternativas de construcción más económicas y medioambientales.

—Parque Educativo, de Mauricio Valencia, Diana Herrera, Lucas Serna y Farhid Maya (Vigía Del Fuerte, Colombia, 2014)

Parque educativo. Arquitectura social Latinoamérica.

Mauricio Valencia, Diana Herrera, Lucas Serna y Farhid Maya, Parque Educativo, 2014. Tomada de Pinterest.

Durante años, el municipio de Vigía del Fuerte había sufrido la falta de accesibilidad e interconexión, fuertes condiciones climáticas y problemas de delincuencia. Ha sido, quizás, el municipio más olvidado de Antioquía. Por eso es significativo que el proceso de transformación se iniciara en esta región, con la inauguración en el 2014 de Saberes Ancestrales, el primero de ochenta parques educativos en el municipio.

Los arquitectos Mauricio Valencia, Diana Herrera, Lucas Serna y Farhid Maya aprovecharon la vegetación y biodiversidad de la zona para diseñar un gran espacio de encuentro con plazas, aulas y campo deportivo. El parque es ejemplo de las experiencias que contienen los espacio públicos, inclusivos y creativos. En 2014 fue merecedor del Premio en la Bienal Colombiana de Arquitectura.

—Minga Valpo, varios arquitectos (Valparaíso, Chile, 2014)

Arquitectura de madera. Arquitectura social Lationamérica.

Varios arquitectos, Minga Valpo, 2014. Tomada del sitio web del proyecto.

Luego del terrible incendio de 2014 en Valparaíso, más de tres mil familias perdieron sus casas. La tragedia convocó a un grupo de arquitectos, ingenieros y educadores, que llegaron al puerto para asumir la tarea de reconstruir la ciudad, empleando mano de obra voluntaria y sin experiencia, y en conjunto con las propias familias afectadas. El proyecto apeló a una arquitectura sostenible, basada en la eficiencia energética y el reciclaje de materiales. Se quería un urbanismo consciente del medio ambiente, pero también del entorno: que tomara en cuenta la topografía y la orientación generada sobre los cerros de Valparaíso. A la par, se organizaron talleres de construcción para instruir a los voluntarios y pobladores, bajo el concepto de «aprender construyendo». La reconstrucción de la ciudad fue la oportunidad de articular arquitectura sustentable, educación y desarrollo social.

Los arquitectos del proyecto fueron: Carolina Moraes, Cristóbal Hudge, Camilo Moraes, Anita Oyarzun, Constanza Cabezas, Bárbara Inostroza, Bárbara Isler, Macarena Cima, Rodolfo Rubio, José Murillo, Rohan Sthurland, Gerardo Coli, Estaban Moraga, Jano Ponce y Romain Ferrini.

—Escuela en Chuquibambilla, de AMA + Bosch Arquitectos (Chuquibambilla, Per, 2014)

Escuela social. Arquitectura social Latinoamérica.

AMA + Bosch Arquitectos, Escuela en Chuquibambilla, 2014. Fotografía de Paulo Afonso / Marta-Maccaglia. Tomada de Archdaily.

La comunidad nativa de Chuquibambilla, en la Selva Alta peruana, mantiene su cultura ancestral y forma de vida: se dedica a la agricultura, la caza y la pesca. A pesar de estar en una zona cafetalera importante, la comunidad no cuenta con electricidad, agua potable, ni sistema de desagüe. Tiene una población infantil de 250 niños cuya educación se ve afectada por la falta de infraestructura y las malas condiciones: deben recorrer largas distancias o simplemente no tienen acceso a educación.

El proyecto de AMA + Bosch Arquitectos no es sólo una propuesta basada en la buena infraestructura: la escuela en Chuquibambilla busca ser «un lugar de desarrollo e intercambio para toda la comunidad, siempre vivo, donde padres, alumnos y profesores puedan encontrarse, estudiar y recrearse». En su planteamiento se respetaron las costumbres de la comunidad, haciéndola partícipe del proceso. El proyecto obtuvo el Segundo Premio Internacional de la Bienal de Arquitectura de Quito, en la categoría de Hábitat Social y Desarrollo.

—Plan Selva, de MINEDU (Amazonía de Per, 2015)

Escuela en la selva. Arquitectura social Latinoamérica.

MINEDU, Plan Selva, 2015. Tomada de la web del proyecto.

A finales del 2015 se puso en marcha el Plan Selva, un proyecto del Ministerio de Educación del Perú (MINEDU) que consiste en la necesaria rehabilitación de la infraestructura de mil colegios de la selva peruana. Se trata de un sistema prefabricado modular y fácil de instalar, para encarar los principales retos: la movilidad dentro de la difícil geografía amazónica, las distancias largas y falta de intercomunicación. Los módulos pueden ser armados según las necesidades de cada localidad, pudiéndose reemplazar una parte específica de la escuela (paredes puntuales, aulas, baños, etc.) o incluso un edificio completo. Las obras incluyen la implementación de salones para alumnos y maestros, mediateca, sala de usos múltiples, comedor, así como mobiliario y equipamiento. Este proyecto representará a Perú en la Bienal de Venecia 2016.

 

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