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Still de Snowpiercer de Joon-ho Bong, 2013. Tomada de Red Carpet Reports.

Cine político: 15 películas de la última década

Lista 24.05.2019

Julio César Durán

Julio César Durán presenta una selección de las producciones cinematográficas con un enfoque político más destacadas del siglo XXI.

De una forma u otra, el arte nunca ha estado alejado de su contexto y lo que ello implica en los ámbitos económico, filosófico, social y cultural… Los aspectos políticos dentro del séptimo arte son parte fundamental de su quehacer, en muchos casos se hace manifiesto y en otros de forma oculta.

Para hablar de cine y política, y no ser demasiado ambiguos quizá sería más adecuado hablar de cine politizado. En este tipo de cine podemos encontrar tres vertientes principales, sin que sean los únicos modos de enfrentarse a una filmografía que pretende acercarse a las formas que entablamos como animales políticos, nuestras relaciones de poder, maneras de organizarnos y las reglas que establecemos para todo ello en conjunto. Al respecto, la siguiente lista agrupa algunas de las películas politizados más importantes pertenecientes la última década.

 

La política como argumento

Por un lado podemos enfrentarnos a un cine que está evidentemente politizado, ya sea porque su tema es la política misma o porque su argumento se acerque a relaciones de poder, formas de gobierno o movimientos sociales:

—La noche de 12 años (Álvaro Brechner, Uruguay-España-Argentina-Francia-Alemania, 2018)

Basada en el libro, Memorias del calabozo, esta película de ficción recrea los años en los que  José Mujica, Mauricio Rosencof y Eleuterio Fernández Huidobro sufrieron una reclusión, por parte de la dictadura, misma que tenía como fin romper espíritu y mente de estos tres personajes considerados peligrosos por su ideología.

—Geraldinos (Pedro Asbeg, Renato Martins, Brasil, 2015)

La tribuna tradicional y popular del estadio de futbol más grande del mundo, la «Geral do Maracanã», está en vías de desaparición. Los espacios populares y la formación de espacios elitistas y gentrificados dentro del mundo del balompié da la oportunidad a los directores de este documental de discurrir sobre un deporte cuyas formas desaparecen en pos del mercado, reflejo de la economía y políticas de Brasil.

—Irak, año cero (Homeland, Irak Year Zero, Abbas Fahdel, Irak-Francia, 2015)

Esta película de más de cinco horas y media de duración sirve para encontrarnos con una guerra disputada por órdenes extranjeros en el Irak contemporáneo. El realizador, afincado en Francia desde hace años, regresa a su país para observar, primero, cómo la tragedia y el conflicto se han vuelto pan de cada día para su familia y amigos; más tarde, cómo la misma ha cambiado el panorama cotidiano de manera radical.

—Leviathan (Leviafan, Andrey Zvyagintsev, Rusia, 2014)

Un obrero que vive cerca del mar de Barents se rehusa a vender su terreno al alcalde del lugar, en principio por la belleza y el hábito que le ha dado el espacio donde ha vivido desde siempre. Ante la negativa, el corrupto funcionario hará todo para destruirlo y arrebatarle lo poco que posee. Se trata del reflejo de la sociedad rusa y su vida política.

 

Sistemas, de clases o de poder

Por otro lado están las películas cuya politización no es evidente sino alegórica, donde quizá el argumento es un pretexto para hablar de sistemas, de clases o de poder, pero cuya superficie puede ser cualquier historia:

—Clímax (Climax, Gaspar Noé, Francia-Bélgica, 2018)

A partir de un grupo coreográfico en un malviaje de LSD, el controversial Gaspar Noé propone que la vida en comunidad, en la Francia de los años 90 (como reflejo de la actual) no es posible no obstante la capacidad de organizar algo tan complejo como una serie de coreografías estilizadas.

—Yo, Daniel Blake (I, Daniel Blake, Ken Loach, Reino Unido-Francia-Bélgica, 2016)

Un viejo carpintero británico ha sufrido un paro cardiaco y se le ha prohibido regresar a su trabajo, pero al mismo tiempo el sistema de asistencia le niega la ayuda social. Sin trabajo y sin una fuente de ingresos, Daniel se enfrentará al modelo económico neoliberal que hoy en día impera en muchos lugares del mundo.

—Sieranevada (Cristi Puiu, Rumania-Francia-Bosnia y Herzegovina-Croacia-República de Macedonia, 2016)

Una gran reunión familiar, a causa del ritual por el padre fallecido recientemente, dará pie a que los distintos miembros del clan den rienda suelta a sus opiniones y experiencias con el contexto social tanto local como internacional, pero más aún, sus choques personales dan cuenta del pasado reciente confrontado con el presente de Rumania en contraste con las crisis políticas europeas.

—Las montañas deben partir (Shan he gu ren, Jia Zhangke, China-Francia-Japón, 2015)

Para el cine proveniente de China y de Hong Kong, de los últimos veinte años parece no haber una distinción entre las relaciones interpersonales y la vida político-social de la región. Este es el caso de la última película (y filmografía en general) de Jia Zhangke, quien pone el ojo en tres momentos de la vida de su protagonista: 1999, 2014 y 2025.

—El expreso del miedo (Snowpiercer, Joon-ho Bong, Corea del Sur-República Checa, 2013)

En un futuro distópico donde la civilización ha desaparecido, vemos al último reducto de la especie humana envuelto en un sistema de castas que viajan eternamente en un tren que recorre el congelado planeta Tierra. A partir de las rebelión de los últimos vagones, el realizador coreano dirige un intenso relato donde la lucha de clases se da cita y cuestiona el valor de las ideas que motivan las revoluciones.

—Mátalos suavemente (Killing Them Softly, Andrew Dominik, EU, 2012)

El cineasta neozelandés, Andrew Dominik, parte de la toma de protesta de Obama en la presidencia estadounidense para establecer temporalmente su fábula de gánsteres. A partir de una estructura cuyas decisiones no van a ningún lado, y un robo a las propias arcas de la mafia, Dominik lleva a cabo una alegoría (llena de sangre y balas) de la cámara de representantes del vecino país del norte.

 

Discurso político

Finalmente, existe un cine que en sí mismo es un discurso político, a través de distintos formatos o técnicas cinematográficas intenta compartir una idea politizada:

—El intenso ahora (No intenso agora, João Moreira Salles, Brasil, 2017)

A partir de filmaciones familiares y de la visita de su propia madre a China en los años 60, Moreira Salles realiza un ensayo sobre la memoria y sobre los archivos visuales no sólo como fuentes de investigación sino de encuentro con las ideas del pasado. Si bien retoma las causas y consecuencias del mayo de 1968, el filme consiste en una disertación personal sobre el pasado.

—Manifiesto (Manifesto, Julian Rosefeldt, Alemania, 2015)

Pensada en un inicio como únicamente una instalación artística, Rosefeldt le da continuidad y termina dirigiendo un largometraje donde Cate Blanchett interpreta un manifiesto tanto  de escuelas y corrientes tanto estéticas como políticas.

—Fragmentos de la vida de un hombre feliz (Out-Takes from the Life of a Happy Man, Jonas Mekas, EU, 2012)

A partir de material de archivo propio y de tomas que nunca utilizó en su filmografía, registrado todo entre 1960 y el año 2000, Mekas consigue un ensayo sobre sí mismo y sobre su carrera, sin argumentos, únicamente desde el lenguaje mismo. Sin narrativa, el viejo maestro del cine independiente elabora un montaje de imágenes que sugieren el quehacer del mundo audiovisual.

—No es una película (In film nist, Mojtaba Mirtahmasb, Jafar Panahi, Irán, 2011)

A punto de ser condenado a no filmar ninguna película en veinte años, Panahi hace esta película de vanguardia donde el foco está puesto en su vida cotidiana pero que trasciende hacia múltiples realizadores que de la misma manera han sufrido la censura del régimen.

—Un filme socialista (Film socialisme, Jean-Luc Godard, Suiza-Francia, 2010)

Godard se vale de una estructura musical para poner a dialogar al lenguaje escrito con el lenguaje audiovisual. El resultado es una suite que retoma múltiples referencias históricas, literarias y cinematográficas, a las que inevitablemente el ciudadano occidental está atado.

Julio César Durán

Es editor y colaborador de la revista electrónica F.I.L.M.E., además de ejercer la crítica cinematográfica en diversos medios electrónicos. También es Jefe del Área de Prensa en la Cineteca Nacional, así como conductor de los programas radiofónicos Filmofilia para Grupo Fórmula que se transmite los bados a las 11 horas por el 1500 de AM, y FilmeRadio en Radio IPN, que se transmite todos los miércoles a las 22 horas por el 95.7 de FM. Ha formado parte del Berlinale Talents en el FICG y ha publicado en libros como Un cine revolucionado. Atisbos de modernidad en la cinematografía nacional (1910-1950) y la edición especial de Correspondencias: Cine y pensamiento.

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