Pese a su corta edad, cada temporada el dúo creativo formado por José Alfredo Silva y Giovanni Estrada se reafirma como una de las grandes marcas de la moda en México. En muchos aspectos, ellos han sido pioneros del diseño y la industria en el país, desde los aspectos más básicos —como la complejidad creativa y el trabajo arduo— hasta otros más específicos, como crear una línea más económica para el día a día, con el objetivo de fomentar el crecimiento de la industria.

Esta temporada, Trista volvió a dar una lección sobre cómo hacer bien las cosas. Sus temas de inspiración —siempre complejos y auténticos— han pasado desde el sistema del psicólogo Pavlov hasta, en este caso, la época del Porfiriato en México. Los diseñadores interpretaron los años de Don Porfirio Díaz en el poder sin juzgarlos, simplemente por medio del estilo de vida de la época. Desde la clase alta —influenciada por la cultura francesa, que iba los domingos a la Ópera, se asombraba con nuevas tecnologías como el cine y viajaba constantemente— hasta los obreros e indígenas, los personajes del Porfiriato se ven reflejados en la colección. Vestidos acinturados que emulan el corset, telas con textura usadas sin ningún recato, jeans y blusas excesivamente cómodas y vestidos de algodón y lino en colores tierra totalmente enfocados en que su uso sea delicioso.

Como siempre, uno de los aspectos más importantes de la propuesta de Trista es la experimentación en el proceso para crear las texturas y coloraciones de las telas. En temporadas anteriores hemos observado técnicas como el entintado orgánico por goteo; en esta ocasión vimos telas texturizadas por medio de costuras e hilo. Se utilizaron muchas telas vaporosas y transparentes en capas yuxtapuestas. Además, la colección es completa: incluye desde un vestido que podría ser de novia hasta pantalones de mezclilla para un día de campo.

La de Trista fue la primera presentación de esta temporada en el formato The Box. Estuvo muy bien lograda: además de que fue un espectáculo audiovisual bastante complejo y sensorial, pudimos ver muy de cerca la complejidad de sus diseños y se generó un ejercicio interesante en el que algunos asistentes comentaron las piezas directamente con los diseñadores.

Cada temporada tanto la plataforma del Fashion Week como el trabajo de los diseñadores mexicanos se vuelven más maduros y propositivos. Es un hecho que los mejores años de Trista están por venir.

www.trista.com.mx

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[30 de septiembre de 2013]