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Carsten Höller, Double Neon Elevator, 2016, y Zöllner Stripes, 2001 (Detalles). Tomada de la zona blog.

Carsten Höller en el Tamayo. Todo lo que debes saber en 10 piezas

Lista 19.01.2019

A propósito de la próxima exposición de Carsten Höller en el Museo Tamayo, seleccionamos algunos de los proyectos para entender su carrera.

Con motivo de la exposición Sunday, de Carsten Höller, a inaugurarse el 29 de marzo en el Museo Tamayo, presentamos una selección de piezas y proyectos para comprender las características de la obra de Carsten Höller, así como sus ideas sobre el arte, la percepción y la realidad.

Desde sus primeras exposiciones en la década de 1990, Carsten Höller generó una atención considerable en el mundo del arte por su interés en comprender de qué forma el ser humano realiza una imagen del mundo a través de los sentidos, bajo la premisa de que las sensaciones y los estímulos de «la realidad» están condicionados a valoraciones culturales o la materialidad de los objetos circundantes —modificables por la acción del ser humano. El cuerpo de obra de Höller valora como algo fundamental la producción de un tipo de arte capaz de romper con todos los preceptos y convenciones en torno a lo real, de tal forma que una buena parte de sus piezas colocan al público en situaciones inesperadas.

En este sentido, el ejemplo más representativo en el trabajo de Höller es Upside Down Mushroom Room: una instalación compuesta por esculturas giratorias de hongos Amanita muscaria de gran formato, montadas en el techo del espacio donde se exponga, lo cual produce al espectador la sensación de estar caminando de cabeza. Pero, ¿qué representan las setas alucinógenas y de qué forma se relacionan con las ideas del artista? ¿De qué forma Höller entiende la percepción como un constructor del entorno?

 

Upside-Down Goggles, 1994

Carsten Höller comenzó su práctica artística con propuestas que, si bien eran modestas en cuanto a la forma, tenían como prioridad empujar al público a experimentar situaciones insólitas. Tal es el caso de Upside-Down Goggles, un par de gafas que muestran a quien las usa una visión invertida del entorno.

El antecedente directo de esta pieza se encuentra en los experimentos del psicólogo estadounidense George Stratton, quien usó un par de lentes modificados con una pequeña estructura de espejos para tener esta vista «volteada». Stratton, después de haber usado los lentes por ocho días seguidos, reportó que sus ojos se habían adaptado a esta forma de ver, incluso cuando no los utilizaba. Esta situación se revirtió un tiempo después.

De acuerdo con las palabras Höller, esta pieza «brinda una forma más abstracta de ver. Para mí, la abstracción es uno de los logros más grandes del arte, porque fue la primera vez que vimos más allá de la naturaleza (…) [Upside-Down Goggles] nos permite crear un mundo artificial… que pueda liberarnos de la dictadura de lo que está dado como mundo natural y como se presenta ante nosotros».1

Mujer con lentes de espejo. Obras de Carsten Höller.

Carsten Höller, Upside-Down Goggles, 1994. Tomada de Art Basel.

Aquarium, 1996

Aquarium propone la contemplación directa del vínculo entre el ser humano y el reino animal lejos de cualquier perspectiva antropocentrista. Para ello, el artista dispuso una pecera con tres huecos por debajo, con el propósito de que los espectadores puedan advertir —recostados— el comportamiento de la vida acuática desde otro punto de vista, influidos por el patrón hipnótico que crean los peces en el agua. El público, al estar «sumergido» y expuesto únicamente a lo que puede ver dentro de la pecera y los sonidos que alcanzan a filtrarse del exterior, está inmerso en una realidad aparte.

A partir de esta pieza, Höller dejó claras sus intenciones de hacer del arte un dispositivo de interacción que pudiera ofrecer una nueva forma de entender la naturaleza.

Dos personas recostadas bajo una pecera. Obras de Carsten Höller.

Carsten Höller, Aquarium, 1996. Tomada de Pinterest.

Giant Psycho Tank, 1999

Desde la década de 1930, el efecto Ganzfeld adquirió notoriedad por ser uno de los primeros experimentos para inducir alucinaciones en el ser humano sin consumir ningún tipo de sustancia psicotrópica. Wolfgang Metzger, el científico alemán detrás de las primeras pruebas documentadas, explicó que el efecto Ganzfeld ocurre cuando se expone a un individuo a estímulos visuales y sonoros homogéneos —como el ruido blanco, por ejemplo. Bajo esta supresión de los sentidos, el cerebro humano comienza a producir imágenes fantásticas o poco afines a lo que percibe por la ausencia de una referencia «real».

Este mismo principio opera en los tanques de aislamiento sensorial, muy populares en la segunda mitad del siglo XX, que inspiraron a Höller a crear el Giant Psycho Tank, donde el público puede experimentar la misma sensación: algo inédito para el mundo del arte.

Hombre flotando sobre agua en un tanque. Obras de Carsten Höller.

Carsten Höller, Giant Psycho Tank, 1999. Tomada de Tumblr.

Zöllner Stripes, 2001

Zöllner, término alemán que podría traducirse al español como «oficial de aduanas», adquirió gran relevancia gracias a la alteración perceptual estudiada y descrita por el astrofísico Johann Karl Friedrich Zöllner en 1860: cuando dos o más líneas paralelas son atravesadas por segmentos de líneas en ángulos opuestos, éstas parecen converger o separarse en diagonal.

La ilusión Zöllner fue de sumo interés para Höller, quien a inicios del nuevo milenio entró de lleno en el estudio de la percepción —más empírico que teórico—, orientado a ir más allá de los límites que establecen los conceptos.

Zöllner Stripes retoma casi al pie de la letra las observaciones del científico alemán: la pieza consiste en una instalación que, si bien comienza en los muros, expande sus líneas hasta el suelo del lugar donde sea expuesta.

El resultado, que incluso se puede advertir en los registros fotográficos, es un una ilusión capaz de producir la sensación de encontrarse en un lugar en movimiento.

Líneas diagonales negras sobre muros de galería. Obras de Carsten Höller.

Carsten Höller, Zöllner Stripes, 2001. Tomada de Arte.it.

—Twins, 2005-a la fecha

¿De qué forma el lenguaje define nuestra percepción de lo verdadero y lo real? En Twins, Carsten Höller presenta una pieza de videoarte de dos canales, en cuyas pantallas es posible observar a hermanos gemelos, que utilizan solo dos frases para comunicarse: «Yo siempre digo lo mismo que tú dices», o «Yo siempre digo lo opuesto a lo que tú dices». Las pantallas y monitores de audio están dispuestas frente a frente, de tal modo que en medio hay un espacio para el público, quien puede escuchar a ambas personas hablar de forma simultánea.

Al poner atención, la reiteración de las dos frases revela la paradoja presente en la conversación.

Twins, más que una pieza, es un proyecto en desarrollo, que evoluciona y varía de acuerdo al lugar en el que se exponga. Desde la primera vez que se mostró al público en el ShugoArts en Tokio durante 2005, Twins ha tenido diferentes versiones; cada una de ellas ha involucrado gemelos de ciudades como Bélgica, Londres, Nueva York, Milán, París o Viena. 

Test Site, 2006

Para Höller, «[la] diversión es una fuerza gobernante en nuestras vidas y ha moldeado la evolución de la cultura humana y de la sociedad hasta tal punto que creo que nuestra actitud hacia ella necesita ser revisada. Ese es el punto de lo que hago: revisar la idea de diversión».  En gran medida, estas palabras resumen toda su obra: a través de propuestas distantes de las anquilosadas normas de exposición del arte, que procuran establecer distancias entre el espectador y la obra, Höller recurre a una valoración más flexible en cuanto a la interacción del público con los objetos artísticos.

En este sentido, no es casual que las piezas más reconocidas de Carsten Höller a nivel mundial sean los toboganes que ha instalado en diversas galerías y museos. A pesar de ser objetos funcionales, para Höller, un tobogán es solo «una escultura por la que uno puede viajar por dentro, pero sería un error considerar que para apreciarla es necesario deslizarse en ella».2 Sin duda, la pieza más recordada de estas características fue Test Site, comisionada para intervenir el Turbine Hall de la Tate en 2006.

Como su nombre lo indica, el Test Site fue un proyecto experimental en el que Höller aprovechó la altura del espacio y la gran afluencia de visitantes que genera la Tate para poner a prueba una hipótesis que había estado pensando en los últimos años: ¿Qué sería de la diversión brindada por los toboganes si este objeto formara parte de la rutina diaria? ¿Pueden volverse parte de la vida cotidiana y la planificación arquitectónica?

Top Mode Africa (Monument à la Sape), 2013

En colaboración con el artista africano Rigobert Nimi, Carsten Höller desarrolló el prototipo de una pasarela de moda a pequeña escala, con imágenes de modelos impresas en cartón que circulan gracias a un mecanismo instalado en la escultura-maqueta, la cual sería construida para la película Fara Fara —concebida por Höller pero todavía no realizada.

Fara Fara toma el nombre del fenómeno musical surgido de la cultura de Congo y consistía —de acuerdo a las notas del artista— en una «batalla de bandas»: las agrupaciones se colocan en locaciones adyacentes y empiezan a tocar. En el Fara Fara, gana la banda que toque el mayor tiempo posible.

Lo que interesó a Höller de estas confrontaciones musicales fue la capacidad de convocar a un público numeroso y despertar una gran expectativa, a pesar de ser eventos poco frecuentes. De acuerdo al artista, la batalla entre dos reconocidos grupos de rumba para su película ocurriría en Kinshasha, una ciudad de Congo, usando el diseño de Top Mode Africa como escenario.4

Maqueta de una pasarela de moda. Obras de Carsten Höller.

Carsten Höller en colaboración con Rigobert Nimi, Top Mode Africa (Monument à la Sape), 2013. Tomada de Art Basel.

Flying Mushrooms, 2015

La presencia del hongo Amanita muscaria —conocido por sus propiedades alucinógenas— en varias obras de Höller es ya un elemento distintivo del artista, el cual funciona como una metáfora del arte y su capacidad de ofrecer otras visiones de la realidad, de acuerdo a los comentarios del curador Vicente Todolí.5

Desde esta perspectiva, podemos comprender mejor el propósito de Flying Mushrooms, una instalación móvil de grandes dimensiones hecha con siete esculturas gigantes del hongo alucinógeno. Como en otros proyectos, el público puede interactuar: en el caso de Flying Mushrooms, el espectador puede empujar la primera manivela para que las demás roten de forma casi independiente.

Höller ha manifestado su fascinación por estos hongos y su peculiaridad biológica, en parte por su formación académica en las ciencias agrícolas. Al respecto, comentó que las setas de Amanita muscari «son tan poderosas en términos de forma, color, sabor y toxicidad, y son tan innecesarias. Las veo como un enigma: no sabemos por qué son como son. Usualmente, la evolución es adaptativa, pero no veo ningún tipo de adaptación en ellas».6

Esculturas de hongos montada sobre un móvil. Obras de Carsten Höller.

Carsten Höller, Flying Mushrooms, 2015. Tomada de Wall Street International Magazine.

Light Corridor, 2016

En una clara referencia a piezas del artista estadounidense Bruce Nauman, como Green Light Corridor o Live–Taped Video Corridor, Carsten Höller construyó dos muros luminosos con luces LED y focos, que se apagan y encienden una frecuencia de7,8 hz. El propósito del artista con este juego de luces es alentar alucinaciones visuales en quien decida entrar en las paredes de Light Corridor. Uno de los efectos más desconcertantes que pueden percibirse después de una exposición prolongada es la ilusión de esferas oscuras y de colores flotando en el espacio.

Dos muros blancos con focos y lámparas. Obras de Carsten Höller.

Carsten Höller, Light Corridor, 2016. Tomada de Centro Botin.

 Double Neon Elevator, 2016

La pieza —realizada como una variante de un proyecto presentado en el ShugoArts de Tokio en 2005— está hecha de varios tubos de neón montados sobre estructuras metálicas y dispuestos como si fueran muros.

Con un trabajo de programación que permite la iluminación intermitente de cada una de las lámparas en una progresión constante, Carsten Höller procura engañar la percepción del público al hacerlo sentir como si estuviera en una plataforma en ascenso y descenso.

Paneles de luces de neón verde. Obras de Carsten Höller.

Carsten Höller, Double Neon Elevator, 2016. Tomada de Flickr.

 

1 «[Upside-Down Goggles] give you a way of looking in a more abstract way. To me, abstraction is one of the real achievements of art, because it’s the first time that we got away from nature… [

Upside-Down Goggles] help us to create an artificial world… that might free us from the dictatorship of what is given in the natural world, and how it appears to us». Carsten Höller, catálogo de la exposición Doubt, en el Pirelli HangarBicocca,  2016. Pág 27. Disponible en línea.

2 «A slide is a sculpture that you can travel inside. However, it would be a mistake to think that you have to use the slide to make sense of it». Carsten Höller en entrevista con Vincent Honoré para la Tate Modern,  2006. Consultado el 18 de enero de 2019.  Disponible en línea.

3 Concebida por Carsten Höller.

4«Fara Fara means face-to-face in Lingala and is a musical phenomenon deeply rooted in Congolese culture. Two groups play at the same time at adjacent locations, and the ones who play longest win. In times gone by, disputes were sometimes settled in this way; nowadays, it is more about musical leadership. A Fara Fara is a massive event attracting huge crowds, but it happens very rarely. This book is about a film where a Fara Fara takes place in Kinshasa, a musical battle between the two major proponents of Congolese contemporary rumba. At the time of publication, the film had not yet been made». Sinopsis de «Fara Fara – a Film Not Made»; Humboldt Books. Consultado el 18 de enero de 2019. Disponible en línea.

5 «With its hallucinatory properties, Höller has also turned the Amanita muscaria

into a metaphor for art and art’s power to transform and offer new visions of reality» Vicente Todolí, catálogo de la exposición Doubt… Ibid. Pág 19. Disponible en línea.

6 «They are so powerful in terms of form, colour, taste and toxicity, and are so unnecessary. They are really a conundrum – we don’t know why they are like they are. Usually evolution is adaptive, but I don’t see any adaption there». Ibid.

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