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Lo mejor de la década, por Jessica Morgan

17.07.2012

El artista
Sin duda, el artista más significativo de la década ha sido el angloindio, residente en Alemania, Tino Sehgal. Mi primer encuentro con su trabajo fue en Frankfurt, en Manifesta 2002, donde el movimiento en slow motion de una figura solitaria sobre el suelo me hizo detenerme. Poco después volví a ver el trabajo de Sehgal en la Bienal de Venecia, donde la Utopia Station de Hans Ulrich Obrist reverberaba con el canto de la pieza de Sehgal This is Propaganda. Un año después, en París, en el temporalmente desplazado Musee d’art Moderne de la Ville de Paris, encontré de nuevo su inquietante trabajo, llevado a cabo por los guardias del  museo que, al entrar al espacio, se ponían a bailar y cantaban el título de la pieza This is so Contemporary. Pocas veces he dejado de cuestionar mis suposiciones acerca del arte y la esfera social que habitamos al enfrentarme con el trabajo de Sehgal, y de sentir una incomodidad placentera al encontrar el seguimiento de sus provocativos trabajos en tres shows en solitario en el ICA de Londres (2004-2006), una visión general como parte del programa Trussardi y por supuesto el antimonumental y This Progress en el Guggenheim en 2009. Para mí, él no es solamente el artista de la década, sino muy posiblemente del siglo.

Las exposiciones
Documenta 11, de Okwui Enwezor, aclaró el cambio sísmico que había comenzado a desarrollarse en nuestra comprensión de la esfera artística. Una exposición ejemplar que probablemente se lleve varios años para ser apreciada por su agudeza. De manera similar, la Bienal de Venecia de 2003, supervisada por Francesco Bonami y curada por un equipo de trece expertos, prueba —apenas siete años después— ser el espacio del primer encuentro para muchos de los artistas que apenas ahora comienzo a apreciar en su totalidad. Desde la presciente inclusión de artistas del medio oriente por Catherine David —incluyendo el performance de Rabih Mroue y los extraordinarios filmes de Akram Zaatari— hasta el trabajo pictórico del artista polaco Piotr Janas, incluidos en el pabellón italiano, la exposición fue un compendio de todo aquello de lo que hemos sido lentos para aprehender en los años que siguieron.

El museo
Aunque sea vergonzoso echarle porras al propio equipo, Tate Modern es el museo de la década. Para mí, ha tenido éxito en continuar el espíritu abierto y popular del que Pompidou valientemente fuera pionero en el Londres de los 70, manteniendo vivos una ambición y un pensamiento de avanzada sobre el futuro de los museos y sus públicos.

Jessica Morgan (Londres, 1968) es curadora de Tate Modern en Londres y lo ha sido también del Museo de Arte Contemporáneo de Chicago, del Museo de Arte Fogg de la Universidad de Harvard y del Instituto de Arte Contemporáneo de Boston

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