Visionario, inquisitivo, revolucionario, Tokujin Yoshioka no sólo es uno de los diseñadores más propositivos del momento, también es uno de los mayores exponentes del Growing Design.

Entrevistamos a un creador que puede mirar al pasado, pero que trabaja siempre pensando en el futuro.

¿Qué opinas sobre el desarrollo que las disciplinas de diseño (diseño industrial, arquitectura, diseño de comida, etcétera) han tenido en la última década, y qué podemos esperar de ellas?

Creo que el diseño ha pasado por un cambio radical en los últimos diez años. Mientras que hace una década la mayoría de las cosas no se relacionaban con el diseño; hoy, cada objeto está hermosamente diseñado… incluso hay una sobresaturación en el diseño.

Estamos en un momento decisivo y considero que tarde o temprano los diseñadores empezarán a diseñar experiencias y sentidos. Esto es lo que nos da una pista sobre el futuro del diseño.

Vemos que el diseño —y la propia disciplina— cobra importancia día con día; y al mismo tiempo los consumidores nos volvemos más conscientes de su valor. ¿Crees que estos cambios puedan cambiar patrones de consumo o nuestra conexión con el diseño en sí?

Creo que la conexión entre compañías y diseñadores afecta positivamente patrones de consumo. Y con esto no estoy diciendo que se aumente el consumo y que se deba de cambiar la apariencia año tras año. Considero que los diseñadores deben volverse más responsables por la creación de objetos; necesitan mirar diez años hacia delante y pensar cómo su trabajo afecta la vida del consumidor.

En las últimas décadas, los diseñadores han estado más interesado en la creación de un paisaje material o visual, y sólo recientemente, en la creación de un diseño menos tangible, más cercano a la gente. Unos lo llaman diseño social, otros diseño de servicios. ¿Crees que esto pueda generar una conciencia colectiva de diseño?

Creo que el incremento de este tipo de diseño, indica su penetración en nuestra vida social. Sin embargo, no estoy seguro si esto creará una conciencia colectiva o no. Lo que puedo decir, es que el diseño está en lo que cada individuo recibe.

Los 90 vieron una explosión en el pensamiento del diseño hacia el conceptualismo. El colectivo holandés Droog, por ejemplo, hizo que el diseño creciera como fuerza conceptual. ¿Cuál sería el patrón de esta década?

Pienso que el rol del diseño pasará de ofrecernos formas a la creación de experiencias y sensaciones. Estoy muy interesado en incorporar los mecanismos de cómo la gente se mueve o siente, y creo que esto será mi reto para el diseño futuro.

En tus exposiciones creas experiencias totales. Parece que las exposiciones de diseño han luchado por alejarse de la tradición moderna donde los objetos son vistos casi como fetiches. ¿Observas algún cambio hacia nuevos paradigmas en exhibiciones de diseño?

Mi determinada actitud hacia el diseño es crear el futuro. La instalación presentada en Second Nature se creó bajo esta idea.

Sin embargo, no considero que todas las exhibiciones deban ir hacia la misma dirección. Más bien, cada noción de diseño y de exhibiciones referente a éste, deberían ser completamente libres y únicas.

En algunos de tus trabajos, como en los presentados en Second Nature, los procesos naturales adquieren un rol importante en la creación de un objeto, ¿ves este proceso de “crecer” diseño como una nueva manera de concebir el diseño en el futuro?

En la exhibición, presenté Venus Natural Crystal Chair para dejar un mensaje: que la belleza nacida de la naturaleza va mucho más allá de nuestra imaginación. El concepto growing design mostró la belleza de la naturaleza, reforzó el mensaje, y se convirtió en un acercamiento hacia el futuro.

Quizá otra de tus piezas que mira al futuro es Honey Pop. Esta silla expresa un proceso continuo que no termina con la creación de una pieza, sino con su uso y las formas infinitas que puede tomar. En el futuro del diseño, ¿el usuario juega un rol?

En años recientes, he intentando incorporar fenómenos naturales y leyes de la naturaleza en el diseño y en la creación de trabajos originales. No es manipular la apariencia de la naturaleza, sino crear un diseño que agite el corazón y la imaginación, y que se quede en lo profundo de la memoria. El elemento más importante en dicho proceso es el recuerdo que deja la belleza de la naturaleza, que radica en el corazón de cada persona.

Ningún cúmulo de conocimientos puede sobrepasar la experiencia. Nuestras experiencias más la memoria de la belleza que despierta del sueño de la mente humana y se encaja en la imaginación, es lo que me ayuda a completar mis diseños.

Ahora se habla de un resurgimiento de la artesanía. ¿Crees que esto refuerza el interés por lo colectivo, sustentable, multicultural?

No estoy seguro en qué pueda resultar el resurgimiento de la artesanía.

Yo no pretendo crear una tendencia, sino diseñar de acuerdo con nuestro tiempo.

Diversos diseños coexisten por cultura y región, con valores de belleza específicos; sin embargo creo que el valor de la belleza nunca podrá definirse y es por eso que me ha atraído.

Nuevos materiales aparecen con más frecuencia que antes; nanotecnología, materiales ultra ligeros y resistentes, son algunos ejemplos que han provocado un cambio en la manera en cómo se concibe el diseño.

¿Crees que estos nuevos materiales cambiarán nuestro entorno en años por venir?

Más que buscar nuevos materiales, creo que será más importante buscar nuevas perspectivas.