Marianne Goebl, directora de Design Miami, es una comunicadora con una curiosidad inagotable y una opinión fresca acerca del diseño. Desde su primera edición en 2005, la feria se ha consolidado con éxito como un evento relevante en el que diseño y arte se mezclan.

Platicamos con Marianne durante la conferencia que impartió recientemente en la ciudad de México, en la que explicó el compromiso específico de una feria como Design Miami: deben confrontar el diseño con el momento actual, pero pensando en el futuro.

¿Qué relación mantienen el arte y el diseño en el marco de Design Miami?

Design Miami es una feria diseño-artística que va de la mano con su hermana, la feria Design Miami/Basel en Basilea, Suiza, donde se presenta un diseño más teórico, con más antigüedad. La feria de Miami se enfoca en algo más real y actual, que transmite la esencia del diseño.

¿Cuáles son las características más importantes que debe tener una feria de diseño?

Creo que las ferias en general son plataformas de encuentro para reunir a la gente. Se favorece el intercambio entre las personas y se les introduce en el contexto de lo tridimensional, pues especialmente en el ámbito del diseño es muy importante la interacción con el producto. El Internet, por ejemplo, muestra objetos pero no puede ofrecer la interacción física con ellos. Design Miami hace posible este intercambio con piezas de diseño industrial que van desde objetos arquitectónicos hasta productos manufacturados.

¿Qué sucede en Design Miami?

En la feria hay dos puntos elementales: el primero es un programa selecto de galerías de todo el mundo, especializadas en objetos de colección de los siglos XX y XXI, que exhiben objetos muy variados como muebles, iluminación, arte, textiles, elementos arquitectónicos e incluso piezas experimentales como prototipos o productos con producciones pequeñas. Y, por otro lado, tenemos un programa cultural que complementa la exhibición: hay presentaciones por parte de las galerías, performances y conferencias en las que se reúnen distintos campos de acción para hablar acerca del diseño. Pensamos que mostrar el proceso que hay detrás de la creación de un objeto puede ser una experiencia muy inspiradora. También existe una plataforma en la que se desarrollan proyectos en sitio, es decir, en la feria las personas pueden colaborar con las galerías en la construcción de algún diseño. Design Miami tiene un carácter cultural y educativo que, sumado al mercado de venta en el que se pueden adquirir piezas, ofrece una experiencia muy singular.

Supongo que más allá de presentar objetos, una feria debe tener una propuesta que la enmarca. ¿Cuál es la propuesta que ofrece Design Miami?

Design Miami puede ser definida como una feria boutique. Hay unos 30 o 40 expositores que pasan por un proceso altamente selectivo, en el que un comité define qué galerías se presentarán por medio de una revisión del portafolio de proyectos que nos envían. Cada año buscamos propuestas distintas, pero siempre con el énfasis en la calidad. Design Miami es la única feria en la que encontrarás un recorrido histórico del diseño moderno con un estilo museístico; puedes descubrir toda la historia del siglo XX: el art déco, la Bauhaus, el diseño francés y el italiano. Pero también hay piezas más contemporáneas y locales; realmente creo que todo este mestizaje de estilos muestra diferentes puntos de vista y enriquece la feria.

¿Qué estrategia se debe seguir para que el público que no esté familiarizado con el diseño o el arte se acerque a este tipo de eventos?

Esta feria es pública, no está reservada para gente del medio del diseño o para la industria, todo el mundo puede venir. Algo importante es que las conferencias son gratuitas, por lo que no es necesario comprar una entrada para la feria. Creo que éste es un factor importante para atraer la atención de la gente. Tenemos una revista que se publica durante la feria y contamos con los medios electrónicos suficientes para darnos a conocer.