Creada en 1992, la Fundación cultural Montblanc se ha dedicado al apoyo a jóvenes artistas contemporáneos, directores de teatro e intérpretes de música clásica a través de la financiación de proyectos creativos. Las estructuras de colaboración en las que se ha basado la Fundación parten, sí, de modelos de mecenazgo; pero a lo largo de los años se han alimentado también de relaciones directas con instituciones en todo el mundo que se dedican, a su vez y en escalas locales, al apoyo a la creación de manera directa e indirecta —esto es, museos públicos y privados, galerías, fundaciones. Y es dentro de esta estructura colaborativa —estructura que se interesa no sólo por los artistas en sí mismos, sino por las redes que posibilitan su trabajo— que se otorgan también apoyos para jóvenes mecenas del arte contemporáneo en todo el mundo, caso que los trae ahora a México.

Aprovechando su visita para la premiación de Moisés Cosío, director de Alumnos 47, platicamos con Sam Bardaouil y Till Fellrath, presidentes de la Fundación, sobre los nuevos objetivos del programa. Tomando en cuenta las estructuras colaborativas e interdisciplinares del arte contemporáneo, Bardaouil y Fellrath buscan dar un giro a los esfuerzos de la fundación para apoyar a aquellos proyectos que suelen quedarse fuera en programas similares; esto es, los proyectos colectivos que involucran no sólo a un creador, sino a los distintos agentes de los que la obra (las obras) se alimentan, así como a las comunidades en las que se gestan y a cuyas características y necesidades responden. Bardaouil y Fellrath aseguraron que la Fundación busca funcionar como una bisagra que una y enmiende esa brecha entre teorías y prácticas que se ha abierto en los esquemas del arte contemporáneo. La brecha entre el creador y el comprador, el arte y la comunidad, lo curatorial y lo discursivo, lo local y lo global —brecha que ha provocado, a su vez, un distanciamiento entre fundaciones y artistas, o bien, entre proyectos y financiamientos.

Es bajo este mismo análisis que nació en México la Fundación Alumnos 47, con la dirección de Moisés Cosío, quien recibió en septiembre del presente año el prestigioso premio Montblanc de la Culture Arts Patronage Award. Fundación Alumnos 47, en un espíritu similar al de la Fundación cultural Montblanc, ha buscado en los últimos años construir un esquema que obedezca a las reglas del juego del arte y la cultura contemporáneas, y no viceversa. Se trata de una fundación que busca ser flexible, móvil y abierta, de acuerdo con las palabras de Cosío, para adaptarse a los esquemas siempre cambiantes del mundo del arte contemporáneo. Esto se ha logrado, en parte, a través de la distribución de sus esfuerzos en distintas áreas —en la exhibición y el apoyo a la producción artística, sí, pero también en la reflexión, la investigación y la formación a través de su biblioteca pública especializada, sus talleres, encuentros y mesas de discusión, así como muchos otros programas educativos.

Como todos los años, el reconocimiento vino acompañado de una pluma de edición especial. Estas plumas, además de entregarse como herramienta de escritura a aquellos que reciben el premio, buscan rendir homenaje a los grandes mecenas de la historia del arte. Las plumas diseñadas en este 2017 rinden homenaje a Scipione Borgese, cardenal italiano mecenas del arte barroco del S. XVII. En total, fueron creadas 4 versiones de la pluma Edición Limitada Scipione Borghese. El mármol verde y los acabados de oro rosa de la Montblanc Patron of Art Homage to Scipione Borghese Limited Edition 888, entregada a Cosío como parte del reconocimiento, recuerdan a los pisos de la Galería Borghese, mientras que el clip en punta de cuarzo ahumado hace referencia a los jardines paisajistas de la Villa Borghese. Una pluma que se entrega a aquellos que, como Montblanc ha hecho durante más de cien años, dotan al público de las herramientas necesarias para la creación.

Montblanc Patron of Art Homage to Scipione Borghese Limited Edition 888. Cortesía de Montblanc.